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LOCO POR TI por lyra

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Corrió todo lo que pudo tras el coche que se alejaba a gran velocidad. Maldiciendo por lo bajo, frenó su loca carrera dándose por vencido. Se llevó las manos a la cabeza mientras jadeaba tratando de recuperar el aliento. Se le había escapado, nunca sabrían quien era, ya solo quedaba rezar que su amigo no estuviera en ese coche con ella….

Dio media vuelta y regresó al almacén, haciendo por el camino una señal a Georg para que se reuniera con él.

-La policía no tardará en venir-le explicó Georg corriendo a su lado-¿Qué ha pasado? ¿Iba Tom en el coche?

-No lo sé-contestó jadeando-Puede que siga en el almacén. Vamos dejé a Bill en la puerta.

Echaron a correr hacia el almacén, pero cuando llegaron el cantante no se encontraba donde le había dejado Gustav. La puerta estaba entre abierta y entraron corriendo.

Le vieron en un apartado rincón, de rodillas en el suelo inclinado sobre un colchón destartalado sobre el que descansaba su compañero de espaldas y maniatado.

-¡Bill!-llamaron los dos a la vez.

El cantante se incorporó al momento, llevándose una mano a los labios y sonriendo.

-Está bien-les infirmó con voz temblorosa.

Georg y Gustav llegaron a su lado y observaron a su compañero. Continuaba maniatado y con los ojos vendados.

-Georg, llama a una ambulancia mientras yo le desato-ordenó Gustav, pensando porque no lo había hecho ya el cantante.

Se arrodilló en el suelo y giró con cuidado el cuerpo de su amigo, quien separó los labios y dejó escapar un leve gemido. Con hábiles dedos desató la cuerda que le tenía fuertemente atado por las muñecas y el volvió a tumbar sobre su espalda.

Le iba a quitar la venda de los ojos, cuando el cantante le puso una mano en el hombro y se arrodilló a su lado negando.

-Déjame a mí-pidió con voz firme.

Gustav asintió y se puso de pies, observando como le cogía co suavidad la cabeza y se la inclinaba, pasando las manos tras ella y desatando la venda que le cegaba y cubría sus castaños ojos.

Los tenía fuertemente cerrados, no era consciente de lo que pasaba a su alrededor.

-Tom, soy yo-le llamó en voz baja-Estás a salvo, ¿me oyes? Cuando despiertes estarás en casa, y yo me quedaré a tu lado para siempre.

Incómodo ante sus palabras, Gustav retrocedió un paso y se puso al lado de Georg, esperando con paciencia hasta que en al lejanía se escuchó el eco de una sirena.

Al momento el almacén se llenó de agentes de policía que acordonaron la zona en busca de alguna prueba que identificara al secuestrador. Con ellos vino una ambulancia y dos enfermeros najaron de ella y se encargaron del guitarrista.

Le subieron con suavidad a una camilla y le cubrieron con una manta, llevándoselo directo al hospital. El cantante se marchó con él y sus compañeros les siguieron en el coche que les mandó la discográfica.

En el hospital se reunieron con el productor y Dunja, que los miraron con cara de pocos amigos.

-Os habéis puesto en peligro de la manera más boba-les rió David muy enfadado-Tenéis suerte de que todo haya terminado bien y no estéis los 4 en manos de esas locas. ¿A quien se le ocurre salir corriendo de repente?

-A mi-contestó Bill por los demás-Mi hermano estaba sufriendo, y no pensaba quedarme de brazos cruzados cuando podía impedirlo.

-No sabías donde estaba, os podía haber pasado algo-siguió David con su enfado.

-Solo tuve que seguir lo que me dictaba el corazón-murmuró el cantante.

Sin tener idea de a que se refería y pensando que aún estaba conmocionado por lo sucedido, el productor levantó las manos dándose por vencido. Eran muy cabezota, los 4. Nunca obedecían y hacían lo que se les antojaba, y gracias a ellos tenía destrozados los nervios.

-Bill, tal vez deberías ir a que te viera un médico-dijo Gustav de repente.

-Estoy bien-contestó con firmeza.

-Te has quejado de dolor de cabeza, te costaba respirar y has tosido sangre-enumeró Gustav.

-Pero una vez que estuve a su lado todo terminó-murmuró sonriendo.

“O más bien empezó”-pensó suspirando.

Viendo que era imposible que cambiara de opinión, no les quedó más remedio que esperar a que un médico les explicara como se encontraba su compañero. Cuando se abrió la puerta que comunicaba con la sala de urgencias, todos se arremolinaron alrededor de la persona que les señaló con la mano.

-¿Familiares de Tom Kaulitz?-preguntó un médico.

-Yo soy su hermano-dijo Bill con firmeza-¿Qué tal se encuentra?

-Se está despertando, recibió un fuerte golpe en la frente-le explicó mirando su historial-Le hemos dado un par de puntos y hecho unas radiografías, tiene do costillas fracturadas y en cuanto le subamos a planta podrás estar a su lado.

-A su lado-repitió en un susurro.

Agradecieron al médico su molestia y esperaron de nuevo.

-Bill tuve que llamar a tus padres-dijo David acordándose de repente-Tu madre está muy afectada, cree que también son esas chicas que la amenazaron. Vendrá en 1 hora.

Bill asintió con la cabeza. Su mirada estaba perdida, era como si pudiera ver a través de las paredes. Veía a su hermano tumbado en una camilla. Llevaba un vendaje blanco en la frente y el torso desnudo. Otra venda blanca le recorría el pecho, sobre el que tenía una mano descansando mientras respiraba suavemente.

Le vio abrir los ojos y esbozar una sonrisa que le devolvió de inmediato. Estaba a salvo, y él muy pronto estaría a su lado.






Una semana después el guitarrista descansaba en su propia cama. Su secuestro apenas se hizo eco en las noticias, de lo rápido que sucedieron las cosas. La policía armó un gran revuelo cuando se presentó en la discográfica, pero emitieron un comunicado de que habían acudido debido a una falsa alarma de incendio.

Tumbado de espaldas en la cama, suspiró llevándose una mano al pecho. Aún le dolía cuando respiraba hondo, pero en unos días se le pasaría. Le habían quitado los puntos de la frente, y solo llevaba una gasa protegiendo la herida.

Descansaba con los ojos cerrados. Estaba en casa de su madre, a la que fue acompañado de su hermano para pasar su semana de convalecencia.

Desde que abriera los ojos en el hospital y viera a la persona que más le importaba en el mundo entero, ésta no se había separado de su lado. Debía de haber estado muy asustado desde que supo que le habían secuestrado, aún no habían hablado del tema pero en el fondo sabía que había hecho lo imposible por rescatarle.

…l lo habría hecho si hubiera pasado al revés, si alguien se llevaba a su hermano, la persona a la que amaba con toda su alma, no pararía hasta encontrarle y hacérselo pagar bien caro.

Pero su caso era distinto, solo fue una chica despechada. No la habían localizado, solo el coche robado que uso en su secuestro. …l tampoco pudo ayudar a la policía, apenas recordaba nada y menos aún de la chica. Estuvo todo el tiempo con los ojos vendados, solo escuchaba su voz y perdía la consciencia cada poco rato.

Se dio la vuelta con cuidado en la cama y se quedó de espaldas con los ojos cerrados, escuchando como caía el agua en el baño. Su hermano se estaba duchando, y su madre había salido a un recado. Su padrastro estaba trabajando y su padre estuvo el día anterior para ver que tal se encontraba.

Todos estaban muy preocupados y pendientes de él, que por más que se esforzaba en jurarles que estaba bien, nadie le creía.


Pero era la verdad, en esos momentos se hallaba en paz. Sentía una cosa incapaz de describir, como si de repente la vida le sonriera y fuera ya para siempre.

Escuchó la voz de su hermano, tarareando en el baño mientras salía de la ducha y se secaba con una toalla, arrugó al frente con cuidado, le dolía y no era por la herida.

Su hermano nunca se enteraría de sus sentimientos hacia él, de cómo mientras estuvo secuestrado no dejó de pensar en él. Eso le daba fuerzas para continuar, para no dejarse arrastrar y ponerse a gritar como un loco para que esa chica le soltase.

“Estoy loco por ti…”

Arrugó de nuevo la frente, esa frase retumbaba en su cerebro como si hubiera eco. ¿Quién la había pronunciado? ¿Y por qué?

-¿Tom? ¿Estás bien?-le llamó Bill preocupado..

Había salido del baño llevando solo unos pantalones, y su mirada se dirigió a su hermano. Estaba en la cama tumbado y le vio arrugar la frente con un gesto de dolor.

Sin esperar su respuesta, corrió a su lado y se inclinó sobre él, cogiéndole las mejillas con ambas manos y mirándole fijamente.

-¡Tom!-le llamó con firmeza.

Esperó hasta que le vio pestañear y abrir los ojos, esperó hasta que enfocó su borrosa vista en él y solo entonces sonrió.

-Me has asustado, pensaba que te pasaba algo-dijo sin soltarle.

-Estaba teniendo un deja vu-susurró Tom.

-¿Ah, si? ¿Y que pasaba?-preguntó Bill sonriendo.

Tom miró a su hermano. Le encantaba la sonrisa que le mostraba sus dulces labios. Posó su vista en ellos suspirando, si solo hubiera tenido una sola oportunidad de besarlos, no la habría dejado escapar…

Se encogió de hombros como respuesta sonriendo. Su hermano aún le tenía cogido por las mejillas, y le gustaba la manera en al que se las acariciaba, llevando los dedos hasta la comisura de sus labios pero sin llegar a rozarlos.

Aspiró profundamente y sonrió más. Su hermano se había lavado el pelo y aún lo llevaba húmedo. Le caía por su espalda y pecho, que llevaba desnudo ahora que se fijaba mejor. Solo vestía unos pantalones, y desde donde estaba juraría que le veía el corazón. Tan grande, como lo era él.

El mejor hermano que jamás podría tener, que tanto se preocupó cuando le secuestraron, que hizo todo lo posible por encontrarlo…

-¿Y esa sonrisa?-preguntó Bill imitándole.

-Hueles bien-no pudo contenerse a contestar-A fresas.

-Es el champú-explicó Bill riendo.

Sacudió la cabeza haciendo que su pelo se alborotara, se inclinó sobre él hasta que le rozó la cara con la punta del pelo….

No estaba del todo consciente, sentía como alguien le cogía por las mejillas con suavidad, como se las rozaba con su largo pelo antes de acercarse a sus labios y besarlos tiernamente.

Separó los labios y emitió un gemido ahogado.

-¿Tom?-le llamó Bill de nuevo preocupado.

-Otro deja vu-explicó levantando las manos.

Las llevó hasta su cara, acariciando sus mejillas de la misma manera que él lo hacía, no pudiendo evitar separar más los labios en una amplia sonrisa.

-¿Qué?-inquirió Bill sin comprender.

-Aprovechaste la oportunidad, ¿eh?-susurró.

“Solo una vez…”

Bill le miró sin entender, ¿qué le pasaba a su hermano? ¿Seguía conmocionado?

-Si-contestó Tom como si le hubiera leído el pensamiento-Por el beso que me has dado.

Sin darle tiempo a reaccionar, tiró de él con suavidad y le besó sonriendo en sus dulces labios.




-Bill…-murmuró contra esos labios.

“Estoy loco por ti…te necesito…te amo…”

“Y yo a ti….”


















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