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Accidentes Innecesarios por chibiichigo

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Notas del capitulo: Espero que lo disfruten

 

 

Capítulo 3. Ese pequeño alien

 

¿Qué ocurriría? Realmente no deseaba saberlo… Pero no prometía ser algo catalogado como “bueno” por su apático ser.

 

 

Gritos.

Euforia.

Lágrimas incontenibles.

Alegría sin mesura.

 Todo aquello había provocado agradable – no realmente – espera de aquellos dos reservados seres que parecían no ser del todo partícipes de su situación. Las familias parecían víctimas de un ataque de fascinación que ninguno de los progenitores había siquiera considerado, y eso que habían considerado muchas cosas.

Desde Mikoto y Temari, hasta el mismísimo Kankuro – para terror de Gaara –, se habían puesto a gimotear de alegría y a discutir animosamente sobre temas en los cuales los futuros padres no se habían parado a reflexionar.

-¿Qué va a ser?- preguntó Temari, a punto de sufrir un paro cardiaco a causa del éxtasis.

-…Un bebé. Humano-contestó el menor de los hermanos Sabaku, tratando desesperadamente de encontrar la respuesta que su hermana estaba buscando. ¿Cómo le preguntaba qué iba a ser? Evidentemente no sería un perro, ni mucho menos un rinoceronte. Aparentemente, dentro de su mente, no había mucho sustento para esa pregunta.

Poco se había esperado que le preguntaran si sería niño o niña. Para él los bebés eran bolitas asexuadas y lloronas.

 

 

 

-¿Qué nombres han pensado?- Mikoto se encontraba exhibiendo una sonrisa de oreja a oreja, mientras que Fugaku se limitaba a fingir que los ignoraba cuando en realidad les ponía más atención de la políticamente correcta. Parecía que últimamente cualquier cantidad de preguntas incómodas rondaban en derredor del tumor que le crecía  a Gaara en el estómago.

-…- Ninguno de los dos habría podido contestar. Dudaban que la morena lograra catalogar “Accidente” como uno de los nombres dignos para un Uchiha… Por lo menos tenían que darle un nombre normal que no semejara a Fido o a Bingo. Según se habían enterado, cuando alguien tenía un hijo le otorgaba un nombre de características humanas.

 

 

-¿Ya compraron los muebles del bebé?- había cuestionado Itachi, completamente parco durante una reunión en su casa.

-No- se limitó Sasuke a emitir su respuesta.

-Bien- había devuelto el mayor, y no había vuelto a tocar un tema siquiera de referencia sobre aquello.

Era por eso que las conversaciones con Itachi resultaban más apacibles y disfrutables que las entabladas con los demás. El de coleta no hacía preguntas ni se metía en lo que no le incumbía.

 

 

La alegre dispersión causada por el integrante en potencia, no tardó en absorber a los padres. Gaara había comenzado a padecer un poco de la espalda y las patadas del ente desagradable que habitaba en sus adentros se volvían dolorosas por momentos. En especial cuando iban dirigidas a su hígado.

-Iremos de compras- había anunciado Sasuke a su inflado novio un día.

-¿Para qué?- cuestionó el otro, totalmente desentendido del tema.

-Pues… no podemos poner a Accidente a dormir en  la alfombra- había sido su única respuesta.

Y habían ido al centro comercial, específicamente a la sección donde los aparadores de bebé convertían aquello en un lugar non grato para los que no deseaban hacer una familia… o que habían usado condón para la relación sexual.

Biberones, chupones, ropa en color rojo, azul y amarillo, una cuna, una carriola, una silla alta de comida, un corral, montañas de juguetes didácticos “que catalizaban el desarrollo psicomotriz de los niños” y mil aditamentos más fue lo que cargaban al salir.

-Menudos instrumentos inútiles- se quejó Gaara mientras se colocaba las manos en la espalda y se arqueaba tanto como su inflexible cuerpo le permitía.

-Lo sé… pero son “necesarios”, o eso dijo el vendedor.- se justificó Sasuke, sabiendo de antemano lo idiota de su argumento.

-El vendedor sólo quiere vender. Seguro ni hijos tiene… Deberíamos regalarle al nuestro- la sardonia del carmesí no daba tregua. Su pareja sólo rodó los ojos, intentando disimular la gracia enferma que le producía todo aquello.

-Si mis padres y tu hermana no se hubieran enterado, incluso podríamos pintarle un rayo en la frente y depositarlo en alguna puerta.

-Sí, y mandaríamos un buitre diez  años después a acosarlos- agregó el otro,  arrepintiéndose un poco de haber participado con alguien ajeno a su pareja el nacimiento de su prole.

 

 

 

-¿Baby Shower? ¿Qué es eso?- indagó mientras Temari hacía caso omiso y le repetía la lista de invitados. En ocasiones el más joven de la familia Sabaku creía que su hermana le hablaba en esperanto y asumía que él la comprendía. Era por eso que salvo ocasiones especiales – como aquella en la que aparentemente él se veía envuelto – se limitaba a asentir y emitir un par de sonidos para hacerle creer que ponía atención.

 

Y casi por arte de magia, había llegado ese bizarro día dirigido a dar la bienvenida a un ser que todavía no llegaba. Absurdo, según los dos que le habían engendrado.

Globos azules, rosas y amarillos por todo el lugar adornaban de manera bastante pobre lo que parecía ser una fiesta para aquel alien que crecía dentro de él.

Juegos, comida, pláticas con los otros invitados que no se cansaban de acariciar su estómago como si fuera algo de buena suerte. Y quienes, sin siquiera saberlo, estaban a punto de perder algún miembro a menos que se retiraran de su empresa.

-Está tan grande- comentó una anciana de mirada benevolente, presumiblemente tía política de Sasuke mientras posaba su manos en la barriga del carmesí.

-Sí, pero no predice el futuro- agregó hostil, elevando un poco el espacio destinado a su ceja.

Asimismo, los comentarios sobre lo simpático  que se veía había sido el detonante de un drama tan innecesario y estúpido como su sola presencia. Algunos platos habían sido destrozados totalmente, presas inocentes de la rabia incontenible del turquesa. Más de dos asistentes debieron asistir al hospital por haber causado el quebrantamiento de la vajilla al colisionarse ésta en sus rostros por el afortunado comentario: <<Gaara, has subido de peso>>

Después de eso, nadie volvió a externar nada al respecto de su regordete ser. Temían  terminar asesinados.

 

 

Se encontraba en casa, organizando una repisa en lo que sería El cuarto del bebé cuando lo sintió.

-Sasuke…- habló calmado. No había motivo alguno para alterarse, ni mucho menos para alterar a los demás. Eso habría sido infantil por su parte.

-¿Qué ocurre rata pelirroja?- entró el moreno a la habitación, cargado de regalos que habían llegado por correo. En apariencia, realmente era un acontecimiento el que un nuevo humano llegara al mundo.

-Dos opciones: O tengo incontinencia o se rompió la fuente.- su retorcido humor no parecía querer menguar, inclusive en los momentos más difíciles o menos oportunos para sus comentarios.

 

Habían llegado al hospital en sólo unos minutos. Seguro algún portal interdimensional, o el exceso de velocidad del padre en ciernes, era lo que había llevado al Sabaku menor a estar postrado en una camilla menos de media hora después de su comentario.

-¿Cómo se siente?- preguntó una doctora con cara de pocos amigos, que ingresaba al cuarto con la misma rapidez que si le hubieran dicho que regalaban cupones para un Spa.

-Normal- inició Gaara, siendo ignorado por aquella mujer. Le dedicó una mirada de odio verdadero y, todavía cuestionándose para sus adentros por qué la gente hacía preguntas si no deseaba escuchar la respuesta pertinente, se dejó tomar algunas medidas y ser toqueteado en el abdomen.

-Tiene dilatación de seis centímetros y un pulso inferior al normal en el feto, descendiendo cada vez más. Apliquen un bloqueo para poder intervenir- habló a toda prisa la mujer a una chica en que el paciente no había reparado. En el léxico del pelirrojo, bien podrían estar recordando a su progenitora con palabras extrañas y tecnicismos médicos sin que él se diera cuenta. No comprendía aquello que pretendían hacerle… pero por momentos un dolor le aquejaba y eso no significaba más que una cosa: Quería a ese niño o niña fuera de su cuerpo, así lo sacaran por partes.

No tardó en notar que la palabra “intervenir” no comprendía más que el extraño argot médico para decir “operar”.  Claro, se dio cuenta en la sala de cirugías, donde Sasuke permanecía a su lado, inmóvil y pasmado… Seguro que él tampoco deseaba presenciar el milagro de la vida, y no lo culpaba en ningún sentido. De haber tenido posibilidad, él tampoco hubiese asistido al nacimiento de Accidente Uchiha…

Le aplicaron una inyección con la que la mitad inferior de su cuerpo dejó de tener sensibilidad, algo para agradecer en todas las instancias. Por lo demás, sólo sentía una molestia pero no estaba dispuesto a mirar lo que le hacían. Bien decían que la ignorancia era la felicidad.

-Ya está saliendo la cabeza- informó la doctora con entusiasmo. Intentó voltear, pero su sentido de respeto a su cuerpo se lo impedía, así que optó por analizar la mueca de miedo/asco/impresión que tenía Sasuke. Sus ojos parecían desorbitados, igual que si estuviese mirando en carne propia la película Alien.

Quizás tendría pesadillas por el resto de su vida gracias a aquel prescindible espectáculo. Y él se reiría mucho por eso…

-Es un niño- habló de nuevo la doctora, en apariencia agotaba por la labor realizada, entre un berrido bastante calmado del chiquillo.

No pasó mucho antes de que le mostraran a su pequeño, su creación. Tenía los ojos abiertos, mostrando un tono aqua que resaltaba con los escasos cabellos negros de su cabeza.

Y el bebé no le miraba con odio, ni con maldad, ni con reproche, ni con cariño, ni con infantilismo, ni mucho menos con benevolencia. Parecía impávido incluso ante la presencia de su madre. Totalmente indiferente al hecho de haber nacido o de haberse quedado a residir en el cuerpo del mayor por siempre.

Eso le generó una especie de ternura simpática, expresada sólo en su mirada vacua como un contrato tácito de que ambos se reconocían.

Bien… Quizás y su hijo llegara a agradarle. Era la mezcla perfecta entre un Uchiha y un Sabaku.

La perfección consagrada a un minúsculo ser concebido por accidente.

Notas finales: Bien... creo que es más que obvio que este fic fue diseñado para ser una parodia xDDDD Espero que les haya generado por lo menos la mitad de risa retorcida que a mí.


Besos,
c.

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