VII- Ya esta aquí…
Las primeras gotas de lluvia empezaron a caer justamente cuando había abordado el autobús, el cielo estaba mucho más oscuro desde que se levanto, pero los rayos y truenos que había visto y escuchado desde hacia rato parecían haber disminuido, por un instante creyó que suspenderían las clases si esa lluvia se convertía en una torrencial tormenta, idea que desecho después de unos segundos al ver que los fuertes vientos y los ensordecedores ruidos de truenos en el cielo se debilitaron tan rápido como se habían hecho fuertes, además era el segundo día de clases, por mas que quisiera dudaba que los maestros y directora suspendieran las clases por un poco de lluvia.
-Te vez fatal amigo- le dijo Chester cuando se había sentado al lado de sus mejores amigos, nuevamente en el ultimo asiento del autobús.
-No es nada, solo tuve un mal sueño, eso es todo- bostezo, aun se sentía muy cansado.
-Yo diría más bien que sufriste una pesadilla- le dijo AJ viendo el rostro de su amigo con grandes ojeras y un rostro cansado, signos de una mala noche.
-Si, eso, y haaa- bostezo nuevamente –creo hoy será un largo día- se restregó los ojos tratando de espantar un poco el sueño, el cual no tenia la mas minima intención de abandonarlo en un buen rato.
-Ni que lo digas amigo, tenemos biología a primera hora-
-Ya estuvo, no voy a poder mantenerme despierto en esa clase-
-Ni que lo digas, yo tampoco creo aguantar estar despierto-
-Tú casi siempre te quedas dormido en clases Chester-
-No es mi culpa que tu seas el único que encuentre interesante esas clases AJ- al parecer esa mañana comenzarían una de sus típicas discusiones a ver quien tenia la razón.
-No es verdad, tú eres el que no le pone la atención que debería a las clases-
-Tú eres el raro-
-No, tú eres un irresponsable-
Como era de costumbre, desde muy pequeños, estos dos discutían muchas veces por cualquier trivialidad, aunque se llevaran muy bien la mayoría del tiempo, no quitaba que a pesar de ser muy buenos amigos tuvieran muchos aspectos diferentes, pero también otros en común, y uno de ellos era…
-¿Tú que dices Timmy?- ambos se voltearon a ver a su amigo, que para sorpresa de ambos ya estaba dormido.
Recargado contra la ventana, arrullado por las gotas de lluvias chocando contra esta, se encontraba el castaño con los ojos cerrados con una expresión muy pacifica, casi angelical, con su cabellos ligeramente largo enmarcando su rostro, su respiración era suave y tenia los labios entre abiertos, rosados y tiernos, y con aquella bella visión, fue inevitable que ellos se quedaran embobados mirándolo por un buen rato hasta que al fin reaccionaron cuando el bus realizo una nueva parada.
-Al parecer si está algo cansado- el primero en hablar fue Chester, mirando de vez en cuando a barias partes verificando que ningún otro compañero los hubiera visto casi babeando por su amigo.
-Ya se me hacia extraño que no hubiera intervenido como siempre para tranquilizarnos- dijo AJ acomodando un par de mechones de su amigo, su muy querido amigo, normalmente como el único que se atrevía y que podía tranquilizar sus ánimos cuando se ponían a discutir era el castaño, el cual evitaba que sus discusiones fueran a terminar en algo mas fuerte.
-Dejémoslo descansar entonces-
-¿Qué haces con ese celular?- le dijo al ver que el rubio había sacado su celular de su mochila y empezar a picar unos botones.
-Tomar una foto- le respondió con simpleza, una imagen como aquella debía ser guardada para la posteridad -¿algún problema?-
-No, además lo mejor para tomar una foto es una cámara digital- dijo este sacando el de su mochila una pequeña y lujosa cámara digital, era obvio que compartía en esos momento el mismo pensamiento que su amigo rubio, seria un pecado no aprovechar la oportunidad de capturar tan sublime imagen.
Desde hace tiempo ambos lo sabían, que sentían algo más que cariño fraternal y admiración por su amigo castaño, no sabían con exactitud cuando ese cariño que le tenían fue cambiando y creciendo a tal manera de ser lo que era hoy en día, ¿fue cuando estaban en la secundaria?, cuando notaron que las facciones infantiles de su amigo en ves de hacerse mas toscas, se volvían un poco mas finas hasta rozar lo andrógino, ¿o cuando empezó a salir con Tootie por un tiempo?, donde sintieron aquel hormigueo molesto al verlos cada vez juntos, mejor conocido como celos, y luego el alivio al ver como Timmy rompía con ella ya que solo la veía como máximo una amiga y nada mas, pensaron por un momento que esos sentimientos habían sido por que creían que ella no era una buena opción para él, no es que les cayera mal del todo la chica, pero a veces con esos arranques de locura que tenia con respecto a su amigo no creían que fuera muy bueno para el castaño una relación con ella, con decir que una vez en la fiesta de graduación de secundaria dio a relucir que a pesar de ser tan buena onda como parecía ser, también tenia aunque sea un poco del carácter de su hermana mayor, y es que una chica había invitado a bailar a Timmy y por los celos Tootie la había empujado a la mesa del ponche, causando que manchara su vestido, todo con movimientos calculados procurando que Timmy y la chica pensaran que fue un simple accidente, solo AJ se había dado cuenta y le informo a Chester, ambos decidieron no decir nada en ese entonces, ya que fue en ese tiempo que Timmy estaba pensando salir con ella, además que este hecho no le afecto a su amigo castaño, pero decidieron mantenerla vigilada.
-Luego me pasas las que tú tomaste- le dijo Chester viendo que las que AJ había tomado tenían mejor calidad.
-Luego-
Y ambos sabían que el otro sentía lo mismo por el castaño, y no les incomodaba o molestaba, de cierta manera eso era bueno para ellos, saber que ese sentimiento no era una total locura, ya que otro también lo sentía, simplemente ambos querían al castaño.
En la casa de la familia “Dindong”, se apreciaba un ambiente de aparente calma y relativa normalidad, la mamá, Wanda, estaba en la cocina, el papá, Cosmo, se encontraba jugando con su pequeño hijo, Poof, en la sala, con un juego, un tanto singular.
-Vamos Susi, tu puedes ganar- decía un alegre Cosmo a lo que parecía ser una mini pista de carreras en la sala, con dos caracoles arrastrándose lo mas rápido que podían bajo la atenta mirada de padre e hijo.
-Tú puedes Lulu- decía un muy animado Poof a su caracol, la carrera parecía ser muy reñida, Susi y Lulu iban casi a la misma velocidad, pero Susi iba a la cabeza por algunos milímetros seguida muy de cerca por su rival.
-Ya esta listo el desayuno chicos y… ¿Qué rayos están haciendo?- entro en la sala Wanda con un delantal rosa puesto, mirando con una ceja alzada la curiosa escena.
-Jugando a las carreras mamí-
-Bueno, al menos son caracoles y no caballos- dijo viendo que no era tan grave lo que hacían, solo que luego tendría que limpiar el rastro de baba que dejaban esos dos moluscos.
-¿Y que preparaste para desayunar Wanda?-
-Waffles- y justo cuando le acababa de responder a su marido se escucho un pequeño estallido y una nube de humo se disipaba en medio de la sala.
-Que bueno, tengo algo de hambre- se escucho una voz muy conocida para ellos, enfrente de ellos habia aparecida nada mas ni menos que …
-Jorgen Von Strangulen- dijeron Cosmo y Wanda sorprendidos, mientras que Poof agarraba a los caracoles que por poco habían sido aplastados por una de las botas del hado y los ponía en una maceta de la sala.
-Buenos días Cosmo y Wanda, vengo a ver como están realizando su trabajo de vigilancia- empezó a hablar con su acento alemán y su mirada seria en los dos aludidos que no tardaron mucho en reaccionar.
-Va de maravilla, no hemos detectado aun algo fuera de lo normal y nuestra fachada fue muy bien planteada- se apresuro a informarle Wanda, siendo ella la mas elocuente al hablar.
-Muy bien, al parecer el consejo no se equivoco en escogerlos a ustedes para esta misión- dijo este haciendo un gesto pensativo –pero ya saben, para mayor seguridad yo también colaborare pasando de incógnito como maestro de educación física en su escuela-
-Si, lo sabemos… pobres chicos- dijo Cosmo en un susurro sintiendo algo de pena por los pobres adolescentes que sufrirían el extenuante mandato de Jorgen.
-¿Dijiste algo?-
-No nada- al verse descubierto se coloco rápidamente tras su esposa temiendo una reacción violenta del musculoso hado, y según él los consideraba buenos amigos.
-Tío Jorgen, ¿te quedaras a desayunar?- hablo Poof al rescate de sus papá calmando el ambiente de inmediato.
-Claro Poof, nunca rechazo un buen desayuno, vamos a la cocina- dijo sonriéndole al pequeño, sorprendentemente el pequeño era una de las pocas personas que le podían sacar su lado tierno o amable.
Ambos padres siguieron a Jorgen y a su hijo a la cocina, el día apenas iba comenzando.
Caminaba despacio por las calles bajo la intensa lluvia, no le importaba la lluvia, no le importaba que sus ropas parecieran harapos o caminar descalzo por el frío y mojado suelo, ni que varias personas se le quedaran mirando con asombro, como un bicho raro, no le importaba ni le interesaba, solo le importaba una cosa y era él, y que pronto volvería a verlo.