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Una noche por minima

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Notas del capitulo:

Lean y disfruten, ultimamente ando algo falta de inspiracion y de internet, asi que aprovechando ambas subo un nuevo capi

 

Unos días después…

 

Si Dios existía, seguro estaría burlándose de el ahora con toda su sarta de ángeles y santos, riéndose en todo el cielo por su situación actual, y es que no podía ser que él, el mejor amante de una noche, un caza nova ya reconocido en varios antros y centros nocturnos no se quitara de la mente a ese moreno, algo andaba mal con él, desde que regreso a su casa se dijo “un pequeño desliz, nada mas, no le des importancia como a los demás”, pero no, ahí estaba en su tina con el agua ya algo fría, era miércoles, ya habían pasado algunos días desde ese incidente, y como era normal en él, ya debería habérsele ido el interés, ya probo el dulce fruto, no era necesario mas, pero no, con el tan solo recuerdo de esa noche se empezaba excitar, aquel incidente en su comedor con la prenda intima del arquitecto no había sido el único, tubo sueños húmedos rememorando de nuevo el incidente, muy placenteros cabe decir, eso no le extraño o molesto, ¿Cómo molestarse con tan solo recordar ese manjar y revivir esas sensaciones?, pero lo que ya le empezaba a incomodar era el hecho que no se lo podía sacar de la cabeza, ya tres días y medio era demasiado para él, de por si en el restaurante en el que actuaba como chef en jefe casi se había cortado con uno de sus cuchillos la noche del lunes por andar fantaseando, era algo inaudito en el, que era realmente quisquilloso en su trabajo y se jactaba que no cometía errores nunca, y quizás lo peor del asunto, ¿o mejor?, aun conversaba esa prenda intima que le ayudaba a hacer mas vivos sus recuerdos cuando la excitación sobrepasaba su raciocinio y necesitaba desahogarse.

 

¿Qué había pasado para que se encontrara así con tan solo imaginar aquel cuerpo?, admitía que era uno de los cuerpos mas placenteros que había probado, pero no debía de ser para tanto, no para él, y mas cuando aquel pequeño deje de culpa lo invadía al recordar la cara de aquel hombre al enterarse de lo sucedido aquella noche, él no lo había deseado, o al menos no concientemente, y tal vez se había aprovechado un poco al ver lo ebrio que estaba, pero él también lo estaba, esta bien, la idea de una ligera violación en sus pensamientos no ayudaba con ese torbellino de ideas que tenia en su mente en esos momentos, ¿de donde había salido eso?, ahora, el asunto de los boxers, ¿desde cuando tenia ese fetiche?, ya le estaba empezando a doler la cabeza, para el era mejor dejarse llevar no pensar mas de lo necesario, aunque por eso ahora estaba así con ese dolor de cabeza.

 

 

¿Qué estaría haciendo ahora él?, le gustaría verlo de nuevo, y sabia que tal vez así seria, pero algo le decía también que no era muy buena idea ahora.

 

 

 

 

Miraba a los niños salir de las puertas de ese colegio, algunos con sus padres y otros encaminándose a la parada de un autobús, niños y niñas de diferentes edades, desde kinder hasta secundaria, era un buen colegio, con buen nivel académico y buenos valores, ahí estudiaban sus hijas e hijo, como lo habían decidido años atrás su esposa y él, unas de las tantas decisiones que habían decidido para el futuro de los niños y que lo hacia recordar que a veces le hacia mucha falta.

 

-Papi-

 

Miro hacia la puerta, encontrándose con sus tres hijas e hijo, casi corriendo venia Soni ya extendiendo los brazos para abrazarlo, un poco atrás venían los gemelos agarrados de la mano, y a un lado Andrea sonriéndole.

 

-Hola princesas y mi campeón- dijo regresándole el abrazo a Soni, revolverle los cabellos a los pequeños y darle un beso a la mejilla a su hija mayor.

 

-Papá, llegas temprano- le dijo alegre Soni apartándose un poco para empezarlo a seguir junto a sus hermanos a la camioneta.

 

-Si, es que hoy no tengo tanto trabajo- le explico mientras ayudaba a los mas pequeños a subir al carro y acomodaba sus mochilas en la parte de atrás -¿Qué tal si aprovechamos y comemos un helado?-

 

-Eso seria muy bueno- le contesto Andrea por todos sus hermanos mientras se subía al asiento del copiloto.

 

-Entonces vamos, a mi se me antoja uno de chocolate ¿y a ustedes pequeños?-

 

-Fresa- contesto Diana ya imaginándose el rico cono de helado.

 

-Choco menta- esa era Soni, que siempre que iban a comprar helado elegía sabores singulares.

 

-Yo también chocolate papá-

 

-¿Y tú Damian?- le pregunto a su hijo, que como siempre, era el ultimo en hablar.

 

-Vainilla- respondió quedito y calmado a comparación a sus demás hermanas, sonrío, ese era su niño, aunque antes también era tímido, después del accidente de su esposa se había vuelto un poco mas introvertido, cosa que a veces le preocupaba, quería que fuera un poco mas expresivo con la demás gente, pero sabia que eso llevaba tiempo.

 

El paseo hasta a la heladería fue agradable, con las platicas de sus hijos que le contaban que habían hecho ese día o los sucesos que mas les divirtieron, desde el domingo pasado se había encargado de mantenerse ocupado, con sus hijos, el trabajo o arreglando alguna cosa de la casa, todo para mantener la mente ocupada y no recordar ese incidente, el dolor del cuerpo ya había desaparecido y al parecer su hija Andrea le había creído que unos mosquitos le picaron el cuello, cosa que agradeció al cielo, lo único que le dijo su hija fue “para la próxima llévate un insecticida” mientras sonreía, cosa que le extraño, ya que aquella sonrisa le pareció un poco extraña, muy pocas veces la había visto con ella por lo que no sabría definir muy bien que es lo que había pensado mientras sonreía, lo  que importaba es que ya se sentía un poco mejor, y lo mejor es que no había visto de nuevo a ese rubio, y esperaba no verlo un largo tiempo.

 

 

 

Andrea aunque joven no era tan ingenua como a veces parecía, ella ya sabía que esas marcas en el cuello de su papá no eran piquetes de un mosquito, o de cualquier insecto ponzoñoso, no, era algo mucho peor, y que la llenaba de coraje, esos moretones en el cuello de su padre que ya empezaban a desaparecer eran a causa de un amante, novia, o como a ella le gustaba decir, “brujas desgraciadas”, “viles sandijuelas”, “arpías”, entre otros nombres y adjetivos que según ella describían a cierta clase de mujeres.

 

 Le desagradaba la tan sola idea de que una de esas mujeres se atreviera a conquistar a su padre, ya que sabia que era atractivo, muy bueno, amble, generoso, un muy buen partido como le había dicho su madre muchas veces cuando ella aun seguía viva, pero también sabia que muchas de esas mujeres que había tenido la suerte de ver que posaban los ojos en su padre no lo veían como un buen hombre, si no también por su dinero, sabia que no era extremadamente rico, pero gozaba de buen capital, a parte de algo de dinero que les había heredado a él y a ella junto a sus hermanos después de morir su mamá, ¿Cómo podía imaginar esa clase de cosas?, simple, ya le había tocado una vez hace algunos meses que una mujer intentara conquistar a su papá, sabia que existía la posibilidad, aunque no le agradara, de que su papá se enamorara de nuevo, así que intento portarse bien con esa mujer que a buenas a primeras parecía buena, que quería ser amiga de su padre, para después darse cuenta que no era bueno bajar la guardia aunque parecía una buena persona, en una cena en donde los habían invitado a sus hermanos y a ella, esa mujer se había ausentado para ir al baño del restaurante, después de un rato ella también fue, y para su suerte, había escuchado una conversación que estaba realizando con su teléfono celular, a una persona muy intima, y lo que escucho la encolerizo de sobremanera, por lo que le fue muy difícil controlarse para no saltarle a la yugular a esa mujer y darle su merecido ahí mismo, pero se controlo, y se juro así misma que nunca permitiría que una persona tratara de utilizar a su padre de esa manera como quería esa mujer o atentara con la felicidad de su familia.

 

Lo que paso después fue algo desagradable para esa mujer, y divertido para ella y sus hermanos, que gustosos aceptaron participar en su pequeña travesura, muy bien planeada a pesar del poco tiempo que tenían por lo que estaba orgullosa, la pobre dama sufrió “accidente” tras “accidente”, el mesero se le cayo la orden encima de ella, dejando manchado todo su cabello, rostro y ropa, cuando fue al baño para limpiarse un poco se resbalo con un charco dejado en el baño de jabón liquido, golpeándose fuertemente en sus posaderas, manchando aun mas sus pantalones de vestir que traía, cuando comió y quiso ponerle sal a su comida no salían los granitos, al parecer los hoyos estaban tapados pero no se daba cuenta, y cuando lo agito fuertemente la tapa del salero se salio dejando todo su contenido sobre su carne y ensalada, pero ahí no había acabado todo, cerca de finalizar la accidentada velada en el momento del postre sus hermanitos mas pequeños jugaban descuidadamente con sus cucharas y sin querer salio un pedazo de pastel a la blusa de por si ya manchada de la mujer, esa parte no había sido planeada, pero fue realmente conveniente, ya que aquella “amable dama” exploto dando gritos y regañando a sus hermanos, provocando que su padre los defendiera con mucha intensidad, ya que los había hecho llorar, una falta muy grave por lo que después de ese incidente, ya no supieron mucho de aquella mujer.

 

Ciertamente Andrea no era tan inocente como parecía, por lo que cuando vio las marcas en el cuello de su papá a parte de sentir coraje, empezó a maquilar rápidamente en su joven mente “travesuras” que pudiera aplicar a aquella que oso en fijar sus ojos en su padre, dejando ver una sonrisa algo traviesa, no dejaría que nadie atentara contra la felicidad de su familia.

 

 

 

-¿Cómo que estas enfermo?, ¿Qué tienes algo raro?, ¿Un virus?, de acuerdo, ve con el doctor y te daré la licencia para que te ausentes unos días en el trabajo Carlos… es una lastima, tal parece que ese proyecto se atrasara un poco… ¿Estas de acuerdo en eso?, ¿Y a quien me sugieres o desees que te remplace mientras no estas?... muy buena elección, además ustedes dos son muy buenos amigos por lo que conoce tu estilo muy bien, yo me encargare de avisarle, de acuerdo, adiós y espero que no sea nada grabe, cuídate- colgó el teléfono y miro por la ventana, uno de sus arquitectos encargados de la nueva construcción del restaurante de su amigo había pescado un virus y se sentía mal, se escuchaba pésimo al otro lado de la línea, y pensando que se atrasarían valiosos días en la construcción, y mas cuando apenas estaban comenzando a levantar los cimientos el sugiere que su amigo lo remplace mientras se recupera, muy buena idea, además de que su amigo era uno de sus mejores trabajadores, y aunque ya tenia otro trabajo encargado este era una prioridad, por lo que pondría a otro a hacerlo mientras se ocupaba de este, definitivamente Jorge era la solución a este pequeño contratiempo.

 

Al parecer las cosas tomarían un nuevo curso, ¿para bien o mal?, eso se sabrá cuando el tiempo pase.  


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