Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un chico normal por minima

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Pronto sera san Valentin, Amor, amistad y chocolates, muchos chocolates yea :D

La escuela había pasado sin muchos sobresaltos, era malo estudiando y en los exámenes, pero era un maestro en los videojuegos, les había ganado de nuevo a sus amigos en las computadoras, después de eso y vanagloriarse un poco con su habilidad las clases siguieron hasta finalizarse, les habían dejado tarea, nada novedoso, ahora se encontraba en el autobús escolar, mirando al cielo, la lluvia había cesado pero el cielo aún continuaba nublado, cierto sentimiento de nostalgia lo embargo durante casi todo el día cuando miraba esa imagen gris que era el firmamento en esos momentos.

El autobús se detuvo y en menos de lo que se diera cuenta ya se encontraba enfrente de su casa.

-Bueno chicos, nos vemos mañana- 

-Recuerda Timmy, mañana la revancha en los videojuegos-

-Claro Chester-

-Y recuerda hacer la tarea amigo-

-Claro, ¿por quién me crees A.J.?, no te preocupes, si lo hare- dijo al ver la mirada acusadora de su responsable amigo.

-Adiós Timmy-

-Adiós Tootie-

Bajo rápidamente del bus, algunas gotas rebeldes aun caían del cielo, no es que le preocupara mojarse, pero era una buena excusa para alejarse de esas miradas insistentes de su ex que ha menor provocación o mínima muestra de esperanza insistiría incesantemente para que cediera a una cita y algo más.

A esas horas su madre estaría en el gimnasio y su padre trabajando, a su madre le había entrado un poco de crisis de la edad cuando un par de años atrás se encontró unas estrías, ¿Cómo lo sabía?, lo grito tan fuerte desde el baño que hasta el cartero que se encontraba a unas tres cuadras la escucho, así que para no perder su figura “juvenil” y desaparecer ciertos signos de la edad, ella iba por lo menos tres veces por semana al dichoso gimnasio, y una vez al mes, si se sentía ganas de consentir, al spa, en su opinión no le veía nada de necesario eso, tal vez por ser su hijo o porque no le interesaban mucho ese tipo de cosas, pero para el su madre se veía tan guapa como siempre, o lo tan guapa que le puede parecer una madre a un hijo, por lo que no era tan necesario que tuviera hacer todo aquello.

Justo antes de poner la llave dentro del cerrojo de su casa sintió un curioso hormigueo recorrer su espalda, volteo a su patio delantero encontrándose con nada, solo algunos charcos de lluvia, y dudaba que fuera Tootie, normalmente cuando sentía que era ella quien lo observaba cierto sentimiento de paranoia lo invadía y un hormigueo más desagradable lo recorría, sus amigos bromeaban algunas veces con respecto a eso, que parecía un animal con ese sexto sentido que tenia de sentir cuando alguien lo observaba con demasiada insistencia, como un gato o perro, pero ahora también lo había sentido, tal vez le estaba fallando su dichoso sexto sentido.

El de mirada azul entro en su casa, restándolo importancia a lo pasado hace unos momentos, tal vez se prepararía un emparedado o descongelaría algo de comida, mientras que en la casa de sus nuevos vecinos las cosas no estaban tan tranquilas.

Cosmo y Wanda en un rápido movimiento habían aparecido unas cadenas envolviendo el cuerpo de su invitado inesperado, que se encontraba sumamente alterado, por decirlo de alguna manera, para sorpresa y horror de las dos hadas, el pelinegro con tan solo ver a su ahijado quiso correr he ir a verlo, pero no podía, no debía, Timmy no debía saber de su existencia, o era muy probable que descubriera su fachada y todo se iría al caño.

-No te pongas como fiera, ya te dijimos que no puedes ir a verlo así como así- le reclamo Cosmo, tratando de calmarlo pero lo único que recibió fue un fuerte gruñido y una mirada escarlata mirándolo con odio -¡fue idea de ella!- grito señalando a su mujer cuando escucho crujir peligrosamente las cadenas que lo sostenían.

Wanda lo miro con reproche, valiente hombre que le había tocado, pero escuchando el crujir de las cadenas y viendo la cara de odio que les dedicaba ese ser, no lo culpaba, realmente era aterrador, apretando fuertemente su varita infundiéndose valor, y dando un paso decidido comenzó a posicionarse frente a él y calmarle.

-Tranquilízate muchacho, comprendemos cómo te sientes, pero debes comprender que no puedes ir a verlo así como así-

-¡No me digas que me comprendes!- grito tan fuerte que hizo retumbar las ventanas de la casa y Wanda tuvo que usar todo su coraje para no retroceder el paso que había dado -no, no saben lo que tuve que pasar todo este tiempo-

El brillo de sus ojos comenzó a opacarse y un aura oscura comenzó a formarse a su alrededor, era magia oscura y poderosa, las dos hadas así lo sentían en sus cuerpos que temblaban.

-Tu no fuiste el único- la suave voz pareció ser mucho más fuerte que el crujir de las cadenas llamando la atención de todos.

Poof sin que nadie se hubiera dado cuenta se había posicionado frente al de mirada roja, su pequeño seño estaba fruncido y sus ojos se mostraban inusualmente cristalinos, no es porque tuviera miedo de aquel sujeto sino por el coraje que corría por su pequeño cuerpo.

-No fuiste el único… yo también extrañe mucho, pero mucho a Timmy-

-¡Poof!, aléjate de él ahora, ¡es peligroso!- su madre despacio se acercó a su pequeño y lo tomo de los hombros tratando de convencerlo, estando de esa forma frente a él era muy extremadamente peligroso quien sabe qué cosa podía pasar.

-¡No!- negó el pequeño a su madre, ya soltando algunas lágrimas que rodaron por sus sonrosadas mejillas.

La fría mirada carmesí se poco en el pequeño que contenía las lágrimas de coraje y tristeza, momento siguiente las cadenas crujieron con más fuerza, se habían roto.

Cosmo y Wanda se quedaron congelados viendo con horror como esa aura negra como sombra se removía a su alrededor como si estuviera viva, una parte más de él indiscutiblemente, un lejano recuerdo llego a la mente del pequeño Poof, sepultado desde lo más profundo de su inconsciente en los recuerdos de su más tierna infancia.

Un paseo en el parque, risas y juegos, el sol que una vez brillaba de repente cubierto por gruesas nubes negras, y un niño frente a otro, negro y rosado chocando.

La mano pálida se estiro en dirección de madre e hijo, Cosmo ya estaba por desmayarse y Wanda seguía petrificada, la mano de con negras uñas se acercaba cada vez más a esos dos, diez centímetros, tres centímetros, y lo toco.

Poof sintió la mano del mayor sobre sus suaves mechones, fácilmente extendiendo esos dedos abarcaba la circunferencia de su coronilla, alzo un poco su vista y vio de nuevo esa mirada carmesí, extrañamente no tenía miedo, hasta le resultaba lejanamente familiar.

-Ya veo… yo también le extrañe mucho- y entonces la mano posada en aquella mata oscura revolvió los cabellos de manera un poco tosca, y Poof supo con certeza que esa mano anteriormente había tocado con anterioridad su cabeza, como un lejano dejavu.

La mirada rabiosa y las facciones parecieron relajarse pero no mostraban alivio, la sombra que lo rodeaba y se movía con vida propia también se apaciguo como flama que se va apagando hasta desaparecer, el aire cargado y tenso de magia oscura recuperaba de a poco su atmósfera habitual, y Cosmo y Wanda seguían en shock.

El ataque de ira había pasado, más el malestar que este causaba con un sabor amargo en la garganta aun molestaban, no podía ir a verle y decir con alivio que no había muerto, desaparecido, aunque en parte era verdad, no podía ir a hablar de lo que sea para tan solo escuchar su voz y sabe r que no era un sueño, no podía ir a tratarlo con la familiaridad que le hizo comprender aquel de gorra rosada que podía tratarlo, ya que él mismo dijo que no eran enemigos, no podía, porque todo lo que había vivido con él fue condenado al olvido, sintiendo esos esfuerzos más pesados.

-Ya… ¿ya se tranquilizó el emo?- pregunto Cosmo incorporándose detrás de Wanda, quien seguía de cuclillas, ver semejante poder era asombroso y aterrador.

-¿Y?- pregunto el pelinegro enfocando la mirada en ambos hadas mayores.

-¿he?...- Wanda apenas salía del shock.

-¿Cuál es la situación?, quiero saber todo lo que paso y pasa ahora para que Timmy ni siquiera los recuerde, y en su defecto a mí tampoco- se cruzó de brazos y miro decidido a esos dos adultos que al parecer seguían siendo tan patéticos como los recordaba.

-¿He?...- ahora eran marido y mujer, todo estaba pasando muy rápido para procesar información.

-Se los diré una vez, una vez porque no tengo mucha paciencia como podrán haber recordado…- cierto brillo malicioso apareció en sus ojos provocando un escalofrió en ambas hadas, Poof mientras tanto se limpiaba con sus mangas algunos resquicios de lágrimas sintiéndose más tranquilo –no me importa su opinión, pero no me iré de aquí, me dirán todos los detalles que sepan sobre la situación actual así como que paso cuando yo… desaparecí-

-¿Cómo… pero por qué?-

-¿acaso creen que dejare que ustedes solos lo protejan?, que yo recuerde no les fue muy bien cuando me toco a mi atacarlo, mi caso fue excepcional, y dudo mucho que se vuelva a repetir, es más, es muy probable que “él” ya tenga nuevos trucos bajo la manga-

-En eso tiene razón-

-¡Cosmo!- regaño a su marido, no le era agradable recordar la forma mediocre que pareció que había arrasado con ellos ese sujeto, aunque tenía mucha razón.

-Hablen ahora, el tiempo apremia-

-Se dice por favor…-

El de mirada roja miro alzando una ceja a aquel niño, era el único inmune de esas tres hadas en tenerle miedo.

-¿Disculpa?-

-Se dice por favor para pedir las cosas, esa es la forma correcta-

-Entonces… por favor hablen de una vez-

De nuevo, sorprendidos y choqueados veían el asombroso poder de convencimiento de su hijo, por un momento temieron por la seguridad de su niño, pero el de melena negra parecía sentir cierta afinidad por su pequeño niño.

-Entonces…-

-Pues… ¿por dónde podríamos comenzar?-

-Pues por el principio- dijo en un tono como si fuera lo más obvio del mundo.

-Así que por el principio…

Hace seis años… ¿Qué fue lo que ocurrió?

+++

Era verano, una de las épocas del año más amadas por los niños, no había clases, ni tareas, ni maestros lunáticos, las preocupaciones eran jugar, ir a la playa, al parque y aprovechar el tiempo divirtiéndose.

Este era el caso de Timmy, estaba en el parque con su patineta, Cosmo como un casco verde y Wanda una patineta rosada, agarrado como mochila iba Poof riendo de lo lindo, si, esto parecía ser un día normal en la vida de Timmy, un niño con padrinos mágicos.

Ese día había ido al parque de patinetas en la mañana y pasado un rato con sus amigos, pudo hacer unas cuantas marometas propuestas por A.J. a la perfección, bueno, los primeros intentos terminaron con una que otra embarazosa caída, pero con sus padrinos cerca no había terminado con hueso roto.

Todo parecía ir normal, o tan normal como como estaba acostumbrado, no veía al profesor Crocker por ninguna parte, tampoco a Francis, definitivamente todo parecía brillar de tranquilo, asi que estaba tan despreocupado como cualquier niño de su edad debería serlo, pero como siempre, algo tenía que pasar para cambiar aquello. 

-¿Qué opinan chicos?, ¿comemos un helado?-

-Excelente idea Timmy, no hay nada mejor para combatir este calor que un refrescante helado-

Timmy paro cerca de una banca y aprovechando que no había ningún humano cerca sus amigos y padrinos regresaron a su forma diminuta humanoide, y sin esperar más pidió un generoso cono de helado, así como ellos también hicieron aparecer sus propios helados y uno pequeño para Poof.

Pero claro, nada puede estar tan tranquilo por mucho tiempo en la vida de Timmy, tal así era su destino.

-Cariño, mira como estas quedando de tu cara, déjame limpiarte-

-¿Qué?, ¿Tengo algo en la cara?-

-No te estaba hablando a ti Cosmo, sino a Poof-

Timmy sonrió levemente, a pesar de ser esta una escena ya muy repetida en su vida nunca perdía la gracia, la pequeña discusión, las palabras de cariño, en fin, todo lo hacía sentir bien y cómodo, después de todo, ellos eran su familia.

Extrañamente de repente el aire más pesado, denso y una ligera comezón empezó a sentirse en la nuca de los ahí presentes, un escalofrió, especialmente Timmy que dejo de lamer su helado, literalmente aún tenía la lengua a un centímetro de la bola de mantecado, presintiendo, sintiendo algo, esperando algo.

Lo siguiente que paso fue muy rápido y atropellado, literalmente, algo había llegado de repente y había empujado a todo el mundo, Cosmo y Wanda terminaron estrellados en un árbol, Timmy había atinado a agarrar a Poof con uno de sus brazos, a pesar de que las hadas flotaban no indicaba que no podían lastimarse, cayó de espaldas al suelo con el pequeño Poof en su regazo, descolocado, desorientado y adolorido miro hacia momentos antes se había encontrado sentado, la escena se le presento de cabeza, ya que su cabeza esta al revés apuntando en esa dirección.

Negro, una mancha negra y unos puntos rojo brillante, fue lo primero que capto su cerebro para luego procesar mejor, no era una mancha negra, o una cosa, era una persona, en realidad un niño como él, bueno, no como él, el no vestiría de negro, ni una ¿capa viviente?, ¿era su imaginación o esa cosa se movía por si sola?, alzo un poco más la vista y ahí vio algo que lo sorprendió muchísimo, no fue la piel morena, los ojos rojos que parecían taladrarlo con la solo mirarle, o los colmillos que sobresalían un poco de su boca, sino que en sí, ese rostro, era muy parecido al suyo, no, parecido no, idéntico solo con varias cosas cambiadas ¿Qué rayos estaba pasando ahí?

El niño de vestimenta negra sonrió de forma retorcida mostrando aún más sus colmillos, haber encontrado a su presa había sido mucho más sencillo de lo que se hubiera imaginado.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).