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Una noche por minima

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a los que toman un tiempo en leer mis fics y mil perdones por mis retrasos horrorosos u.u

Un clavo saca a otro clavo, seguro… que no.

Había ido a un antro esa noche, estaba decidido a despejarse y divertirse, al llegar no había tardado mucho para que mujeres hermosas, atrevidas y sexis se acercaran a él para coquetear y llamar su atención, entre la música, las luces parpadeantes y el alcohol en abundancia, indicios de que en cada rincón respira el aire “pecaminoso” de la lujuria.

Si, este era su elemento… se supone que este en su elemento, entonces ¿Por qué rayos esa incomodidad?

Debía estar en su imaginación, a estado en esa clase de ambiente incontables veces, todo parece una fiesta, pero también se trata de una ciencia y juego donde los instintos primitivos se mesclan con un calculo cuidadoso de acciones y reacciones.

Había sido rápido, menos de una hora y ya llevaba a la afortunada a un motel, era claro que ella también quería un buen rato y él se lo daría y aprovecharía, la ropa sale sobrando, ella dice algo, un alago del cuerpo que le acompañaba esa noche y este lo regresa sin poner realmente emoción en sus palabras, ella no lo nota, no le importa, lo que importa es satisfacer esa lujuria que hace arder el cuerpo con el ajeno.

Y ese ritual tan antiguo como la misma humanidad comienza dando un flujo de sensaciones placenteras, la carne de ella es blanda, cubierta de piel suave y firme, es cálida, adentro y por fuera, fogosa y activa, casi un poco agresiva al llegar al final, y cae exhausta, satisfecha, saciada, saboreando el reciente orgasmo aun en su ser, el sudor perla su cuerpo, si, es bella, pero a ti no te ha dejado satisfecho.

No es que no te haya gustado, estuvo bien, disfrutaste y acabaste, si, si estuvo bien, pero no, es… insatisfactorio.

Tal vez una carne más firme, un cabello más oscuro en vez de uno teñido de pelirrojo, un sabor diferente, un aroma distinto, algo cercano a la ilusión de lo divino, algo solo comparado con la ambrosia.

Imposible, la ambrosia no existe, esta alucinando, jamás podría probar algo parecido… bueno, tal vez solo una vez.

Se levanta de la cama, la mujer ya se encuentra dormida o parece no importarle para nada su movimiento, inmóvil y deleitada aun por el reciente orgasmo, tira el condón al cesto del baño, es de sabio prevenir y siempre utiliza protección, bueno, casi siempre.

Al salir de la habitación por cortesía procuro no hacer ruido, realmente no había sido completamente satisfactorio, pero no siempre lo era, había una que otra noche no tan placentera… si, debía ser eso.

¡¿A quien trataba de engañar?!

Lo que anhelaba no eran unas curvas suaves, un cuerpo femenino que se retorciera de placer, quería un cuerpo masculino donde podría encontrar un placer esquicito, en que solo el cuerpo de un hombre le puede dar a otro hombre, eso le recuerda a cierto comentario de un profesor en la preparatoria cuando estudiaban a los filósofos y de repente la conversación llego a la tendencia sexual de romanos y griegos, en ese tiempo pensaba que seria genial que esa mentalidad tan abierta de antes aun existiera en estos días.

¿Y si iba a otro antro a buscar a algún hombre con quien desfogarse?, algo le decía que iba tener resultados parecidos.

Se le antojaba una noche parecida como en las oficinas de su amiga, no, no precisamente una noche como en ese cuarto de papeles e impresoras, sino cualquier noche y cualquier lugar con ese hombre de buen trasero, muy buen trasero.

Si, definitivamente ya estaba alucinando, eso era imposible, realmente imposible, ya estaba empezando a pensar cosas que no eran, no podían, ni debían ser, pero realmente le caería bien repetir.



-¿Papá?... ¿realmente te encuentras bien?-

-Si cariño, es seguro que comí algo pasado, tal vez la pizza que estaba en el refri-

-Pero yo y mis hermanos también comimos-

-Mmm, tal vez solo me callo mal a mí-

Padre e hija se encontraban en la habitación del primero, este recién había salido de su baño y ella había adentrado rápidamente a su cuarto al escuchar los ruidos de que provenían del baño hace unos momentos, típicos de alguien que había devuelto el estomago en la tasa del escusado, Andrea lo miraba ceñuda no creyéndole lo que le decía, algo andaba mal y lo presentía, no era común ver a su padre pálido y con expresión agotada, en realidad era alguien de una salud envidiable, bueno casi siempre, así que no se creía que la pizza del otro día hubiera sido la culpable de su estado.

Tal vez era por las novelas que veía o por la clase de educación sexual que le impartieron en clases el otro día, o simplemente estaba paranoica, ¿y si por “esa” noche su papi se le había pegado una de esas vinerías?

¡Oh no!, eso si que no, calma, debía conservar la calma, no todas eran mortales y ya la mayoría tenían cura y/o eran tratables, si, podía seguir vivo… y se estaba desviando, lo esencial es que si ocurría eso, se encargaría de buscar a la muy #=&% que se atrevió a posar los ojos en su papá y matarla lenta y dolorosamente.

Muy bien, admitía que era posesiva y algo paranoica con su papá, pero nada de que preocuparse o para tener que ser tratada por algún psicólogo, era solo que quería mucho a su padre y como la mayor de sus hijas quería proteger a su familia y padre de arpías aprovechadas y con cruza de zorras.

Y la paranoia no era solo por parte de ella, ya que su padre aunque no lo demostraba también estaba preocupado, aunque atribuía a su actual malestar a los nervios que le provoco ver a ese Edgar, aunque también, una parte que quería negar y renegar, pensaba en la posibilidad, temida posibilidad, de que se le hubiera pegado algo cuando tubo sexo con él, aunque de eso ya varios días, pero admitirlo e ir con un doctor era como afirmar que paso, y él quería enterrarlo en lo más profundo de su subconsciente, pero ver el rostro preocupado de su hija le hacia ser consiente.

-Iré mañana al doctor cariño, tal vez me de algo para el estomago-

-Ok papi-

-Ahora a acostarse tesoro, iré a leerle un cuento a tus hermanos-

-De acuerdo, buenas noches papá- dijo dándole un beso en la mejilla y salir del cuarto de su papá.

Andrea entro a su cuarto y lo primero que hiso no fue ponerse su camisón o ir y tirarse a su mullida cama, en lugar se fue directo a su computadora y prenderla, necesitaba hablar con alguien y quien mejor que su amiga Sandra, corrección, su mejor amiga Sandra, una gran confidente y gran consejera.

Además de que era buena tranquilizándola y hacerla entrar en razón cuando estaba así de paranoica.


~Y noticias recientes doctores y científicos aun no logran definir si es hermafroditismo o alguna derivación genética…~

-Que interesante… ¿he?, Andrea se conecto, normalmente no lo hace tan noche, luego veré este documental- Sandra apago la tele y puso pausa en el video que estaba cargando, le daba curiosidad esos nuevos casos que de repente salían en las noticias.

Notas finales:

nunca digas nunca... especialmente en el lanzamiento del ramo en una boda y piensas que no te caera a ti y andas distraida para luego ser casi tacleada por una tia mas o menos de tu tamaño pero un poco más pesada y terminar espantada por que el ramo choco con tigo y lo cachas y ella lo quiere, y simplemente lo sueltas para que no te tumbe de a verdad... cosas graciosas que pueden ocurrir en una boda... XD


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