PISTA PISTA
-No creo que sea la mejor idea-
-No tenemos muchas opciones, ya sabes, a pesar de que leímos casi todo lo que encontramos en el internet nada nos ha ayudado a saber exactamente donde lo tienen-
-Hablar con este tipo no nos ayudara para nada Matt, solo es uno más de esos locos obsesionado con las teorías conspirativas con los que nos encontramos en los blogs-
No es que habían optado todas sus opciones, pero ya estaban impacientes por encontrar a Andrew, era una ansiedad que picaba bajo la piel que los comenzaba a desesperar.
Esta idea se le ocurrió a Matt, revisando y revisando esos innumerables blogs que publicaban la noticia y había cientos y hasta miles de comentarios que derivaban a lo más trivial, groserías, o intercambio de información.
De entre todos esos sujetos hubo algunos que parecían tomarse realmente en serio los acontecimientos que ocurrieron en Seattle, quienes realizaron sus propias investigaciones, seguimientos de los hechos minuciosamente, incluso que afirmaban haber sido arrestados por que llegaron demasiado cerca de la verdad.
Si lo último era verdad, aunque sabían que era tan fácil mentir o torcer la verdad en la red bajo el anonimato, podrían conseguir información más exacta y clara de aquellos que se ufanaban de que habían estado demasiado cerca de la “verdad”.
Así que Matt decidió contactarse con alguno de estos tipos, tratando de saber si realmente sabían que había pasado y donde habían llevado a Andrew hasta ahora, muchos de ellos afirmaban que estuvieron presentes aquella noche y que lograron ver como los bomberos despegaban el cuerpo del suelo y lo llevaban en una ambulancia, y algunos incluso afirmaron que siguieron la ambulancia de manera descarada para ver hacia donde lo habían llevado.
Algunos dieron detalles más realistas, haciendo sus versiones más veraces, y no un vil intento de llamar la atención, solo pocos realmente parecían decir lo que estaban diciendo.
De alguna u otra forma había terminado planeando una cita para encontrarse con una de esas personas, alguien bajo el seudónimo de JoeFox, uno de los menos extravagantes cabe mencionar, este afirmaba que tenía fotos y hasta archivos del hospital en que llevaron el cuerpo de Andrew, y con una módica cantidad de dinero los dejaría ver.
-Tengo un presentimiento-
-¿En serio quieres que crea que con ese presentimiento no nos estamos arriesgando demasiado?-
-No digo que no nos estamos arriesgando, sino que es posible que hoy por fin encontremos indicios más claros de donde podría estar, Steve, ha pasado demasiado tiempo-
-Lo sé, lo sé, pero no te dejes guiar por la impaciencia amigo, yo también me estoy cansado de esperar, pero hay que ser cuidadosos-
-No creo que ocurra nada malo en un lugar público como este- señala su alrededor, están sentados en una mesa de un restaurante de comida china, esta algo vacío pero aún sigue siendo un lugar muy público.
-¿Y si te reconoce?-
-Salimos corriendo-
-Claro, el plan perfecto-
-Exacto-
-Entonces, ¿a qué horas se supone que nos encontraríamos con este FoxJoe?-
-JoeFox… pues se supone que ya debería estar aquí- mira el reloj de la pared en el restaurante, se supone que se verían al medio día aunque no sabían exactamente cuál es su aspecto, saben que tendría una chamarra negra y a Matt lo reconocería por su chaqueta de mezclilla.
Ahora que lo pensaba no eran los mejores indicadores.
Pasan quince minutos y deciden pedir una jarra de té helado, otros quince y debaten un poco entre irse o quedarse y aprovechar que ya que están en un restaurante de comida china pedir pato agridulce o un paquete entero de pedido para comer.
-¿Phineas?- una voz le llama y Matt tarde un poco en reaccionar, se supone que ese es su nombre ahora con el que responde, de nuevo no es la cosa más original que se le pudo ocurrir, de hecho convenció a Steve que su nuevo alias fuera el de Ferb.
“¿Entonces Perry es Andrew?” fue la locuaz pregunta de Steve aun sin creer que ellos habían agarrado para sus nuevos alias nombres de personajes de dibujos animados.
Ambos voltean y encuentran a un chico con rasgos asiáticos y con la camisa con el logotipo del restaurante.
-Hey soy JoeFox, perdón por tardar, el autobús se retrasó-
-Claro, está bien, suele suceder-
-De hecho también ando llegando algo tarde a mi turno, tengo unos quince minutos-
-Así que trabajas aquí- no es pregunta, es algo obvio.
-Sí, tengo que ayudar en el negocio familiar, pero no están aquí por ello si no por nuestro propio negocio, ¿no es así?-
-Así es, ¿realmente los tienes?-
-Antes, quiero ver su parte del trato-
Phineas y Ferb, es decir, Matt y Steve intercambiaron una mirada pareciendo comunicar sus dudas entre ellos, mientras que Steve aún no estaba convencido de hacer esto, Matt creía que no perdían nada con intentarlo.
-¿Cómo podemos estar seguros de que son verídicos?- le cuestiono Steve, más vale que no estuvieran perdiendo tiempo y dinero en completa basura.
-Lo juro por mi abuela… esa que está ahí sentada en la caja en la entrada del restaurant, arriesgue pellejo y dinero para sacar esta información, no está mal recibir alguna remuneración por compartirla-
De acuerdo a lo que había contado en el blog, interesadísimo como muchos del suceso de los hombres voladores en Seattle, se propuso como muchos otros a investigar y aventurarse a saber que había pasado con el cuerpo de Andrew, jactándose que incluso había llegado hasta el último paradero de este arriesgándose a que la policía, los marines y el ejército lo atraparan y desapareciera de la faz de la tierra.
Impresionante historia para un adolecente algunos años más joven que ellos que trabajaba medio tiempo en el local de su familia.
Aunque sus vidas están llenas de cosas impresionantes ¿verdad?
Intercambian de nuevo miradas, tal vez no sería tan malo arriesgarse un poco, después de todo de los errores se aprende.
Phineas/Matt saca su billetera, una cosa vieja y cosida por el mismo en varias partes, saca unos billetes y los pone sobre la mesa, alias JoeFox hace el ademan de estirar la mano y agarrarlo pero antes de eso una mano se pone sobre ellos, Steve no dejara que los agarra antes de que muestre su parte del trato.
-Uh veo que tu socio no está todavía del todo convencido, okey okey, aquí les muestro- el chico asiático saco de su mochila una carpeta roja.
Era una carpeta roja con varias cosas pegadas encima de ella, estampillas de grupo de rock y anime si no es que se equivocaban era grueso y cuando lo abrió lo primero que encontraron fue una colección de fotos borrosas de dos cuerpos en el cielo de noche.
-Genial ¿no es así?- decía orgulloso como un niño mostrando su tesoro, y no estaba del todo errada esa comparación.
-Eso… eso no es lo que nos interesa-
-Claro, claro, quieren ver mis últimos frutos de mi investigación-
Sus dedos pasaron página tras página, dejándoles ver su “investigación”, fotos impresas en papel, recortes de periódico y revistas, y hojas para carpeta con anotaciones con letras delgadas y descuidadas, no precisamente caracteres chinos sino más bien una letra fea, realmente se notaba que el chico había puesto empeño en su carpeta.
Y con hojas rojas, al parecer el color favorito del muchacho, separaba la última sección.
-Y aquí esta- con una sonrisa triunfal dejo abierta la carpeta sobre la mesa mostrando más fotos y notas a cada lado de ellas.
Ahora era Phin… Matt quien estiro la mano para acercar más la carpeta y fue el turno de JoeFox para negárselo para extender su mano en muestra de que quería su pago.
Un poco a regañadientes Steve quito la mano sobre los billetes y dejo al muchacho agarrarlos.
-Gracias, un placer hace negocio contigo Phineas y con tu colega también-
Ambos miraron las imágenes y anotaciones, direcciones y demás, la cuestión era saber si era la información verídica o no.
Todas esas fotos, esas direcciones los dirigían a una dirección en Washington, un edificio dentro de una base militar, pasaron la página y como una especie de bitácora que seguía una secuencia de sucesos dentro de una secuencia de tiempo, una camioneta negra, sin logotipos y matricula aparcada, luego muchos militares bajando una bolsa negra, una bolsa negra como la que utilizaban en los programas de la televisión para los cadáveres, días después gente iba y venía, algunos nombres anotados y oficios, doctores y doctores con diferentes especialidades.
-Así que Washington-
-No queda muy lejos-
-Sí, lo sé, uno pensaría que lo llevarían a un lugar mucho más impresionante, o mucho más secreto y custodiado, con mi amigo Ben en su camioneta no supimos que nos habíamos equivocado de dirección, pero después de que vimos como llegaban todos esos científicos estamos seguros que la logramos- dijo JoeFox mientras contaba los billetes entre sus manos, ese dinero extra le hacía muy feliz.
-Así que Washington- volvió a repetir Steve y soltó una risa sin gracia.
-Sí, así parece-
-Entonces andando-
-¿En serio?-
-Si, como tu dijiste no perdemos nada-
-Eh ustedes, ¿se van ya? ¿No quieren pedir algo para comer ya que están aquí?-
-No, tenemos que irnos ya, nos espera un largo viaje-
-Claro, claro, si necesitan de nuevo información ya saben dónde buscar-
-¡Fai deja de molestar a los clientes y metete a la cocina!- la anciana que estaba en la caja se paró junto a ellos a regañar al joven sentado frente a ellos.
-Ups, yo también me tengo que ir, ya me tengo que ir a trabajar-
Dejaron otro par de billetes sobre la mesa para pagar su jarra de té y salieron por la puerta, como había dicho Matt les esperaba un largo viaje, debían prepararse.
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