Era medio día, parecía que todos se habían esfumado, todo era silencio, ni una risa, ni pasos por los pasillos frenéticos, nada, silencio absoluto, parecía que cuando al rubio le paso algo, esto mato a todos.
Sai era conciente de que el único que arrancaba sonrisas a ese lugar era el rubio y cuando Orochimaru hacía de las suyas el edificio parecía un pueblo fantasma, el único sonido que interrumpía ese ambiente tan silencioso era el eco de las pisadas de las enfermeras y de algunos cuidadores, pero se escuchaban cansados, pesados, todo se había esfumado.
Ya pasaban tres días desde aquello, todos los niños estaban inquietos, algunos dejaron de comer por algunos días y tuvieron que tomar medidas puesto que podría ser peligroso, hasta Chouji se negaba a comer, por lo que constantemente se desvanecía, Ino se vio obligada a ponerle un tubo por la boca que fuese directo a su estomago obligando a su cuerpo a consumir aquello que le mantenía con vida.
Shikamaru se puso a observar las nubes, indispuesto a jugar ajedrez con Kiba, Akamaru ya no movía la cola de felicidad, Gaara era uno de los más afectados en el edificio, en ocasiones se le encontraba llorando sentado en el suelo, con un peluche entre las manos, regalo de Sai, sin mirar a nada, estrujando con todas las fuerzas que le permitían su cuerpo al pedazo de tela en forma de mapache, murmurando lo que anhelada 'Naruto… amigo… sonrisa… ayuda…' repetía una y otra vez, mientras su cuerpo se mecía de adelanta hacía atrás, mostrando toda la frustración que sentía.
Sasuke todo ese tiempo había llegado después de clases a ver a Naruto, hablarle, contarle todo lo que había hecho en el día, abrazándolo, llevándolo al parque, sentándose en el columpio “especial” como le llamaba Sai, o debajo de un cerezo en la punta de una pequeña loma cercano al parque, donde el atardecer siempre llegaba, cada vez diferente, como le había dicho, a esas horas era cuando Itachi se ponía a platicar un momento con Sai, hablando de sus progresos para salir de ese estado, siempre con resultados negativos, pero sin perder la esperanza de ver de nuevo aquella sonrisa que ilumina a todo el mundo.
- Naruto… mañana también vendré, aún me debes una sonrisa… ¿ne?... – decía Sasuke despidiéndose por ese día del rubio, le tomo con cariño el rostro y posicionó sus labios cerca del inexpresivo y ausente rostro de Naruto, el moreno no pretendía robarle besos de los labios a su pequeño, quería que si llegase el momento, esos labios se entregarían por voluntad propia y de ese modo compartir un casto beso, que aunque para el moreno no sería el primero, lo disfrutaría como tal.
Una noche más, un intento mas de regresarlo a la normalidad, tal parecía que cuando Orochimaru ataca, no solo atacaba y maltrataba a uno, los lastimaba a todos, como ya era costumbre, Sai llevaba a Naruto al cuarto para bañarlo en la tina, después del baño una cena ligera que nadie disfrutaba, y que a fuerzas probaban o simplemente pasaban de largo y llegaban a acostarse a la cama para “descansar” hasta el día siguiente y comenzar de nuevo las practicas del día anterior intentando regresarlo a la normalidad.
Mientras que la cabecita rubia esa noche comenzó a tener unas sensaciones extrañas, recuerdos, se le podían llamar, aquellas palabras o ruidos que las figuras a su alrededor hacían denotando su presencia, las sentía nostálgicas algo en su interior le decía que siempre has había tenido presentes pero les faltaba algo, no era así como las recordaba con felicidad y eso era precisamente lo que le dolí, que aquellas palabras inteligibles le dolieran tanto por el tono usado.
“Esos sonidos hacen que mi cuerpo se sienta ligero, me siento muy bien aquí, a pesar de que esta oscuro y me aterra la carencia de algo o alguien, se siente bien, que es la calidez que siento en mi cabeza, mis manos se encuentran en mi pecho y se sienten frías, que es esto que siento por ese roce…”
Sai como era costumbre se encontraba cantando al pequeño, acariciando sus rubios cabellos, intentando que en la noche no se levantará agitado, ya que en el estado en que se encontraba, apartarlo de su sufrimiento, su voz no le alcanzaba y eso suponía una gran agonía en el cuerpo del azabache que solo se aferraba a ese pequeño cuerpo envuelto en llanto, derramando lagrimas con un dolor incomprensible de impotencia, por no poder ayudar a evitar ese desastre y sobre todo por no poder despertarlo enseguida cuando ocurría.
Durmieron un poco durante la noche, los espasmos que sufría inconciente el cuerpo del ojiazul despertaban aterrado al moreno, pero al ver que solo fue un pequeño salto y que su pequeño aun se encontraba durmiendo, le abrazaba más a él y se quedaba profundamente dormido o dormitando mejor dicho para poder controlar los desgranes del pequeño, el rubio permanecía con la cabeza enterrada en el pecho del mayor mientras que éste le cobijaba entre sus brazos y colocaba su mejilla en las hebras rubias, su cuerpo cubierto por una linda sabana blanca y encima de esta una cobija azul con zorritos pintados en ella a petición de naruto.
A la mañana siguiente Sai despertó un tanto alarmado al no encontrar el cuerpo de Naruto apresado en sus brazos como tantas veces, se paró rápidamente de la cama, buscando el rastro de su pequeño, su corazón latía muy rápido temiendo lo peor, pero el ruido del agua correr le saco de sus preocupaciones, haciendo que suspirara aliviado, se dirigió al baño y observó al pequeño con las manos en el lavabo dejando el agua correr.
“Este ruido es tranquilizador, creo haberlo escuchado antes… ¿pero donde?... ¿Qué es esto?... se siente calido nuevamente pero solo es una parte de mi cuerpo… aquí…”
El moreno colocó una mano en el hombro del rubio quien después de unos momentos llevo una de sus manos y la superpuso a la suya, sonriendo por el reflejo, si bien, aun su rostro es inexpresivo, realiza movimientos por cuenta propia, eso solo se podía suponer que estaba regresando a la normalidad.
- Naruto-kun… vamos a desayunar… - decía el ojinegro con una sonrisa en la cara, muy leve pero una sonrisa, cosa que no salio desapercibida por todo el personal que se encontraba cerca.
- ¿Qué pasa Sai?... ¿Por qué la sonrisa?... – preguntaba desconcertada Hinata quien interpretaba la pregunta de Neji de modo coherente, ya que tenía mucha curiosidad su pequeño.
- Ohayo Hinata… pues es que hoy Naruto se fue al baño solo a jugar con el agua… - bien si esto no parecía importante para cualquiera, para los del edificio era una gran noticia, rápidamente todo el personal se acercó al pequeño, tratando de ver que tan cierto era.
Claro que el pequeño no fue al baño mas cercano jugar con el sonido del agua, de hecho, no hizo nada, poco a poco las personas impacientes de dirigían a sus puestos de trabajo, desanimados un tanto porque querían ver la primera sonrisa de naruto después de tanto tiempo.
- Sabes Naruto… todos quieren que sonrías… te ves mejor así y ellos se sienten mejor… - un intento más, no tiene porque fallar.
Encontraron a Gaara, escondido en la esquina del pasillo, con el peluche que le regalo Sai al lado, sin verlo, mirando a la pared, arrodillado con las manos en la cabeza y las rodillas en el pecho, meciéndose levemente mientras repetía lo que parecía ser su frase favorita por el momento 'Naruto… sonrisa… amigo… ayuda…' al parecer el pequeño se encontraba más que frustrado por no encontrar bajo las camas y los zapatos de los demás la sonrisa de Naruto, a su derecha, del lado opuesto de Shukaku, su peluche, unas cuantas hojas con rayas de diferentes colores.
- Ohayo Gaara-san, que lindos ¿Qué son?... – pregunto arrodillándose a la altura del pequeño que le miro con sus ojos tristes, en las comisuras de estos se denotaban las lágrimas que batallaban para salir.
- Sonrisa… Naruto… Gaara… ayuda no… - mencionó bajando la mirada y tomando uno de los papeles y levantándose frente a Naruto, puso el papel cerca de sus labios, pero no parecía la sonrisa del rubio, por lo cual las lagrimas que retenía terminaron por salir, en un arrebato se aferro fuertemente al cuerpo de su amigo.
- Naruto… Gaara… quiere… - y le beso, quería que su amigo sonriera como la última vez que hizo eso, recordaba esa sonrisa, aquella sonrisa que trato de plasmas en el papel, pero sin importar el color que usará no parecía a la que vio en el rostro del ojiazul.
“¿Porque se siente tan cálido?... ¿Qué es esta sensación de hormigueo en mis labios?… ¿Qué es eso que destaca en la oscuridad?... ¿son manos?...”
Gaara tomó el rostro de Naruto y con mucho cuidado sin dejar de mirarle a los ojos, junto sus frentes en un gesto que duró pocos segundos hasta que después Gaara se separa de su amigo y corriera en sentido contrario tomando con una mano a shukaku y con la otra las hojas y los colores, bajo la vista del moreno.
- Ven vamos a la entrada, de seguro Sasuke no tarda en llegar… sabes te extraña mucho, quiere verte de nuevo como antes, todos los días viene después de la escuela y se queda contigo todo el día, se ve muy cansado, puede que no haya dormido bien… pero por el momento nadie puede… - su mirada entristeció considerablemente, él mismo estaba sintiendo los estragos de la permanencia muda de su pequeño, le partía el alma el verlo de esa manera.
Si bien muchos niños antes que Naruto tomaban esa actitud, ninguno dolía más que ese rubio, de hecho era el único que le dolía, desde que lo conoció ya cerca de 10 años, no se había alejado de él, cuando sucedió por primera vez lo de Orochimaru, le explicó a Iruka que ese tipo le había hecho o dicho algo a Naruto, pero cuando le mencionó el nombre, Iruka ensombreció, bajo la cabeza realmente se sentía mal.
__________________ Flash back _________________________
- Y cuando regrese al cuarto ya se encontraba en ese estado… - terminaba de contar Sai la experiencia que tuco con el director, Orochimaru y el pequeño Naruto.
- Entiendo, así que fue Orochimaru-sama… - comentó el castaño.
- ¿Por qué le habla tan formal? ¿Acaso no entiende lo que le hizo a Naruto?.... solo mírelo por Dios… - estaba molesto, mucho muy molesto, pareciera que a nadie le importará mas que a él lo que le pasara al pequeño.
- Sai te comprendo, pero es que… - trataba de encontrar la manera correcta de decirle la situación en la que se encontraba, era difícil, a él mismo le costo mucho trabajo poder comprenderlo.
- ¿Es que qué?... – pregunto molesto con un pequeño en brazos, con la cabeza escondida en el cuello del moreno, mientras que sus manos quedaban el pecho, las pequeñas piernas se aferraban a su espalda sin ejercer nada de fuerza y su mirada se encontraba ausente al igual que su sonrisa.
- Orochimaru-sama es mi jefe… y el… me ha contado lo que hizo… dice que su nombre es conocido aquí por tener que dar aportaciones gracias a una demanda que tiene… - suspiraba el castaño, realmente eso era difícil de explicar.
- ¿Entonces… ya lo sabías y no hiciste nada por impedirlo?... ¿no te importa lo que le pase?... – el castaño no soporto más y se hecho a llorar.
- ¿Qué pasa?... ¿ahora porque lloras?... ¿te arrepientes?... – Sai realmente estaba molesto, la actitud extraña de Iruka y su inexistente interés en lo que le pasase a Naruto realmente le habían dolido.
- No lo entiendes… sabes que no soy el padre legal del niño… - grito entre lágrimas, cayendo al piso de rodillas, ocultando entre sus manos su rostro.
- Le dije que no le hiciera nada, que le demandaría, que lo metería a la cárcel… y el… él… solo se burlo… me dijo que si lo hacía, saldría pagando la fianza porque no lo toco… - realmente se sentía tan inútil, su mayor tesoro se encontraba en unas manos y esas no eran las suyas, no quería verle en ese estado, quería verle siempre feliz.
- Me amenazo, me quitaría a Naruto… yo… yo no quiero… que me separen de él… es lo mas cercano que tengo a una familia… además… me despediría y ese trabajo para mi desgracia es lo mantiene a Naruto a tu lado… - dijo resignado, Sai se sentía culpable, había juzgado a un hombre inocente sin saber que le hizo callar, ese día juró encontrar la prueba para hacer pagar al director del instituto por permitir semejante maltrato y al desgraciado de Orochimaru por dañar lo más precioso que tenía en esos momentos dormido entre sus brazos.
Naruto se había dormido un momento por la manera en la que Sai se movía para relajarlo, ya que su cuerpo se encontraba sumamente tenso, se mecía de pie, mientras hacía un leve sonido salido desde su garganta y daba leves golpecitos en la espalda del ojiazul.
_______________________ Fin de flash back ______________
Esperaron a que dieran las 3 de la tarde y en la entrada apareció otro azabache cabizbajo, camino a donde ellos se encontraba y tomo al pequeño de entre los brazos de Sai, lo abrazo tan tiernamente tratando de transmitirle lo mucho que le extrañaba y lo mucho que quería que regresara a ser como antes, el Naruto revoltoso y lindo que siempre piensa en los demás y toma todas las deficiencias como un juego, ese rubio que le robó parte de su corazón esa tarde, la tarde en que se conocieron y el que le lleno el rostro de sonrisas.
- No se si sea muy importante, pero en la mañana se puso a jugar con el agua el solo… cuando me desperté estaba en el baño… no es mucho pero ya es un avance… - mencionaba Sai a Sasuke, ya que siempre le preguntaba si hacia algo como siempre.
Sasuke al escuchar esto se puso sumamente contento, no sabía porque pero el simple hecho de saber que hizo algo por voluntad propia ya suponía mucho, más por lo que le dije Sai que ocurría después de las visitas de orochimaru y sus charlas con Naruto, lo estrecho fuertemente entre sus brazos y comenzó a dar vueltas en círculos, tan rápido que el pequeño sintió una incomodidad en su estomago subiendo por su garganta.
“Que calidez tan agradable…. Quiero quedarme así… se siente tan bien… ¿Por qué ya no la siento? A donde se fue… me da miedo estar solo…”
Shikamaru junto con Kiba y Akamaru llegaron a sentarse en el recibidor con un juego de ajedrez por si al pequeño le entraban ganas de jugar pero no fue así.
Dejó de dar vueltas en ese momento y bajo con cuidado al rubio, sus ojos se movías un poco de lado a lado rápidamente, como si mirara algo que gira en el mismo lugar, clara señal de que se encontraba mareado, sus piernas flaquearon y para sorpresa de todos se aferro fuertemente a la blusa de botones en color blanco el Uchiha.
- Ya reacciona… solo falta hacer que vuelva al juego… y comience a hablar…- decía un tanto feliz Sasuke porque las veces pasadas podía caerse y no meter las manos, tal vez por la reacción lenta o simplemente porque en esos momentos no tenía la idea del movimiento.
- Kiba… me prestas a Akamaru… - el cuidador accedió sin tener la mínima de lo que pretendía hacer el Uchiha con su compañero y mascota.
Sasuke se sentó en el piso, con las piernas abiertas y su niño entre ellas, poso su cabeza entre el hombro su respiración chocaba contra el cuello del pequeño, lo que le hizo que el cuerpo entre sus brazos se estremeciera un poco por el calido contacto, cosa que nadie notó, tampoco el Uchiha menor, todos demasiado ensimismados en las acciones de Sasuke, como para notar algo.
Akamaru llegó momentos después de que se sentaron y el moreno lo poso en las piernas del rubio, el can solo se recostó, no tenía muchos ánimos sin la vocecilla del rubio por el edificio, se dejo hacer con cariño.
- Naruto… ¿puedes sentirlo?... este es Akamaru, el perro ayuda de Kiba… ¿lo recuerdas?... es el hermano mayor de Shikamaru… ese tipo que siempre se la pasa dormido… ¿Sabes?... Akamaru esta un poco triste, quiere ver tu sonrisa, ¿Por qué no te das su regalo al perro?... se lo merece, es un buen chico, mira, su pelaje es suave, estas son sus orejas… - las manos de Sasuke se posaron sobre las de Naruto para ejercer un poco de presión en ellas y poder hacer con ellas movimientos, ya que el rubio por lo visto no iba a hacerlo por voluntad propia.
“Que calido se siente… me gusta… aunque no hay nadie aquí, puedo sentir el aliento de alguien en mi cuello… ¿Qué es esto en mis piernas?... es suave, escucho algo que me es muy agradable, creo que es la voz de alguien… no puedo entender lo que me dice… solo vagas palabras algo sobre un perro y una sonrisa… ¿los perros sonríen?... mis manos se encuentran en algo muy suave, calido y se mueve acompasado de arriba hacia abajo, parece que respira… creo que es del perro del que hablan, mis manos se mueven sin que yo lo quiera y siento el mismo calor que hay en mi espalda, pero sobre mis manos… ¿Qué es eso que se ilumina entre mis piernas, parece una bola, y por donde recorro mis manos se ve algo que es levantado… ¿orejas?... que lindo… quiero seguir sintiendo… ¿Qué paso?... el sonido de la voz… y el perro con ello…”
Todos se quedaron callados por unos momentos mirando el rostro del menor, si bien no era una sonrisa era algo cercano, una mueca de agrado y Sasuke pudo sentir que las manos bajo las suyas se movían lentamente y muy poco como asegurándose de que aun el perro se encontraba en su regazo.
- Es… esta… ¿sonriendo?... – pregunto Kiba, y todos esperaron un momento.
- Si… esta sonriendo… bueno se podría decir… - afirmo y corrigió nuevamente Kiba, el perro movió la cola, separándose unos momentos de sus manos para lamer con efusividad el rostro en mueca del rubio, quien cerró los ojos por acto reflejo.
“Se siente mojado, y pegajoso… pero se siente bien… me dan cosquillas…”
Después de esa pequeña mueca, las esperanzas de todos se reforzaron, Kiba corría por los pasillos para dar la noticia de los movimientos voluntarios de Naruto, asegurando que si las cosas seguían así, mañana el rubio sería como siempre, eso era algo que todos querían, lagrimas, sonrisas, esperanzas renaciendo, todo en menos de cinco minutos gracias a Kiba.
Sasuke se llevo a Naruto como siempre al parque a sentarse en el columpio, pero esta vez solo se fueron a sentar al árbol, no tenía ganas se mecerse, volvió a la posición anterior, las piernas abiertas y entre ellas el rubio, recargando su peso sobre el pecho del azabache.
- Hubieras visto la cara de todos cuando intentaste sonreír o acariciar el perro por cuenta propia… todos esperan que regreses pronto… al parecer tu sonrisa es la luz que ilumina todo el camino en penumbras y guía a los demás para no perderse en la oscuridad, todos necesitan de tu luz, incluyéndome… vuelve pronto… - beso el cuello de el ojiazul, después froto su rostro sobre el cabello rubio que se le presentaba, abrazo más fuerte al pequeño por su cintura, pegándolo más a su cuerpo.
“Esa sensación de calidez nuevamente, me gustaría que es… se siente tan bien, no quiero separarme de esta calidez, me siento acompañado aun estando en este lugar tan tenebroso, siento como me acarician los cabellos, que sensación tan placentera… por favor no te detengas, cuando haces eso no se siente tan oscuro este lugar…”
- Esto no es muy bueno para mí… pero Sai me comentó que cuando estas perdido siempre te canta por las noches… bueno no es de noche… ni soy Sai… pero me gustaría cantarte… espero no te importe que sea en inglés… y no te vayas a reír porque yo no canto… no me gusta… pero por ti… lo haré… - carraspeó un poco con la garganta para aclararla, poso nuevamente su cabeza en el cuello del rubio ya que momentos antes se encontraba en la parte superior de la cabeza y con una melodiosa voz comenzó a cantar algo que sonaba mas o menos así:
Now we’re come so far from darkness
And will never be apart
So we leave for tomorrow
To start our lives again…
“Que sonido más agradable… esa voz llena esta oscuridad de luz… ya no me siento solo… que bien se siente… no te detengas por favor…”
Naruto apoyo su peso en el cuerpo contrario, relajándose y disfrutando de la melodía.
Find me there, my tiny feathers
Of my holy ancient days
You will calm all my sandness
And ring your song
Only for me…
“¿Por qué?... se escucha triste esta voz… ¿será mi culpa?... no quiero escucharlo de esta manera… es curioso… a pesar de escucharse triste… su voz me llena de luz… me siento feliz estando aquí…” fue en ese momento en el que los labios del rubio esbozaron una tímida sonrisa que no fue vista por nadie, Sasuke mantenía los ojos cerrados mientras continuaba con su labor de cantar, intentando con esto regresar a Naruto a la normalidad, sin saber si quiera si esto funcionará, valía la pena intentarlo.
Find me there, my tiny feathers
Of my holy ancient days
I will calm all your sandness
And ring my song
Only for you…
“Esa voz… yo la conozco… ¿Sasuke?... ¿eres tu?… Sasuke… ¿Dónde estás?... Sasuke te extrañe demasiado… Sasuke…”
- Sasuke… - murmuro bajito, haciendo que el moreno levantara el rostro, pensando que lo que escucho fue producto de su imaginación.
- ¿Sasuke?... – pronunció de nuevo, su voz denotaba tristeza, pero sobre todo miedo.
- Sasuke… ¿Dónde estas?... – susurro nuevamente, su cuerpo inconcientemente comenzó a temblar, haciendo que el moreno se comenzará a preocupar.
- Naruto… aquí estoy… escúchame… aquí estoy… - intentaba calmarlo pero resultada en vano, lo tomo por los hombros moviéndolo un poco, intentando con esto que saliera de donde quiera que estaba.
- Sasuke… tengo miedo… ¿Dónde estas?... – como hacerse notar en aquella oscuridad que invadía la cabeza de Naruto se preguntaba el moreno.
No soporto más… fuertemente le abrazo, intentado que dejara de moverse buscándolo, allí estaba, para él, no lo dejaría y quería hacérselo saber, pero como… como.
La razón de Sasuke se murió quería hacerse notar, pero el rubio no lo notaba, por mas que le hablara con palabras dulces, por más que le acariciará los cabellos, el rubio no respondía, quería esperar para hacerlo, hacerlo sabiendo que Naruto lo quería, pero no soporto más, tomó la barbilla de Naruto con firmeza pero de forma delicada.
- Sasuke… ¿Dónde…? – la pregunta no fue terminada pues los labios del moreno yacían sobre los suyos, sus movimientos cesaron, mientras el beso continuaba, sin volverse frenético, simplemente mostrándole la calidez.
“Sasuke esta a mi lado… esto ya no parece tan oscuro, me siento muy bien… quiero verte Sasuke… te extrañe mucho… pero aquí estas… a mi lado… puedo sentirte…”
Al separarse quedaron unos minutos observándose, bueno Sasuke observaba las facciones del rubio, quien tenía los ojos cerrados y los labios entreabiertos, lentamente comenzó a abrir sus ojos dejando ver sus orbes azules con aquel brillo que le caracterizaba, opaco demostrando que aun no veía, pero a la vez, tan brillante que cegar a quien le viera.
- Sasuke… tuve un sueño horrible… - fueron sus palabras, mientras se acomodaba nuevamente en el calido regazo del moreno.
- Ya paso, solo fue un sueño… - comento el moreno acariciando sus hebras doradas.
- Estaba solo… estaba oscuro… tenía miedo… - su voz se notaba quebradiza, amenazaba con romper en llanto.
- Shhh… no pasa nada… aquí estoy… ya paso… - le calmo con un beso en la frente, acto que hizo a Naruto sonrojarse un poco y esbozar una linda sonrisa, una sonrisa que permaneció oculta por algún tiempo y que ahora renací.
- Estoy tan feliz… Sasuke… ¿me vas a contar el atardecer?... – pregunto abrazando la cintura, sin saber porque, del moreno.
- Claro… para eso vine, ¿no?... para contarte el mundo a través de mis ojos, hasta que lo veas por tu propia cuenta… - sonrió ampliamente, abrazándolo un poco más.
Cuando regresaran todos se llevarían una linda sorpresa y ese oscuro edificio volvería a tener la vida, la luz y las sonrisas que tanto tiempo estuvieron esperando, compartiendo y viviendo de nuevo un cuento feliz, hasta que la pesadilla volviera a suceder, suceso que si bien nadie sabía cuando llegaría, vendría y eso tenía que terminar ya.
Pasaron la tarde en el parque, contando historias y sintiéndose el uno al otro hasta que el atardecer hizo aparición y comenzaron nuevamente ese hermoso ritual, hablando escuchando, mirando y observando a través de las palabras, hasta la llegada de Itachi, anunciando el fin de un día y una gran sorpresa para los demás.