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Siempre es de noche... por Darkneko

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Notas del capitulo:

bien no tengo nada que decir mas que gracias por leer y perdon por la tardanza, para mas información ver las notas finales.. ^u^

naruto es propiedad de Kishimoto-sensei...

Marin-chan te tengo una sorpresa... mira notas finales para saber que es....

     - A mi me toco un gato es de color negro y huele a chocolate… - puntualizo Sasuke con la voz de lo mas tranquila, el estar con el calido cuerpo de Naruto cerca le relajaba bastante. 

     - Kakashi-sensei ¿ahora que vamos a jugar dattebayo?... – preguntaba entusiasmado el rubio aun en los brazos del moreno. 

     - Naruto… ¿te gustaría pintar?... – pregunto rascándose la mejilla con un poco de nerviosismo, era muy difícil enseñar a pintar a una persona con esas capacidades, pero de que se podía se podía. 

      - ¿Me enseñara? Kakashi-sensei… - decía el rubio emocionado. 

      - Claro…  ¿ustedes también quieren intentarlo?... – preguntaba a los demás jóvenes quienes estaban interesados en ver como se lograba hacer eso. Se fueron a la sala del edificio ya que necesitaban espacio y una superficie dura para poder dibujar de una manera más cómoda, coloco su bolsa con los peluches dentro, mientras que Gaara cambio al perro de Kakashi al que llamo Sai al parecer por ser el único nombre aparte del de Naruto o Shukaku que conocía o tal vez era de esa forma en la que Gaara miraba a Sai, pero al moreno no le preocupaba eso en absoluto, lo importante era que el pequeño ya comenzaba a relacionarse con la gente y su lenguaje hablado era más fluido. 

     - Bien… recuerdas el ejercicio de los colores y los olores… ¿verdad?... – pregunto Kakashi tomando por sorpresa a todos los presentes, eso ¿a que venía?, el rubio sin embargo solo sonrió ampliamente asintiendo con la cabeza repetidas veces. 

     -Muy bien… dame tu mano… - le pidió mientras que de su bolsa tomaba un pedazo de papel algo grande hecho de un material extraño. 

     Lo extendió en las manos del pequeño quien lo comenzó a recorrer con los dedos aquel extraño papel. 

     - ¿Qué es esto Kakashi-sensei?... – pregunto curioso al no haber sentido antes un material igual. 

      - Ah... eso… es un papel especial… si te gusta dibujar… le diré a Sai que te preparé más… - Naruto estaba feliz, sus ojos expresaban eso que siempre hacían cuando iba a aprender algo nuevo y eso le gustaba de sobremanera, saber que a pesar de estar jugando podía jugar dentro del juego, aunque se escuchara raro, era lo mejor de tener a Kakashi-sensei cerca. 

     - Escuchaste eso Sasuke… vamos a pintar… ne, ne… si el mío te gusta te lo puedes quedar… - estaba realmente emocionado, aprendería algo que los demás podrían apreciar con sus ojos ya que el no podía, pero sabía que podía ver algo más hermoso que lo que los demás podían e intentaría por todos los medios hacerlo saber. 

     Sasuke se sentía honrado, el primer dibujo de Naruto sería especialmente para él, que más quería el joven más hermoso del planeta le dedicaría algo hecho con todo su esfuerzo y sobre todo, a pesar de que le saliera mal, significaba mucho mas porque sería el primero y el primero siempre es hecho con todo el esfuerzo del mundo, no pudo contenerse, tomo a Naruto en brazos y le planto un tierno beso en la frente, provocando que el pequeño se sonrojara de sobremanera ante las miradas de todos. 

     - Para mi seria un honor… - dijo seriamente estando delante del pequeño, posando una rodilla en el suelo para tomar con delicadeza su mano y colocar en el dorso un pequeño beso, haciendo que el rubio se sintiera mucho mas cohibido por ese gesto, particularmente eso se hacia a las chicas o princesas según los cuentos que Sai le contó. 

     - Sasuke… desu kore hajiru… onegai… yameru dattebayo… - rogaba el rubio todo ruborizado ante la acción del moreno que veía divertido las caras del ojiazul. 

     - Yosh… vamos a comenzar… antes que nada repasemos… por si alguien no se acuerda y para que el joven Sasuke pueda jugar con nosotros… - mencionaba Kakashi intentando hacer que el moreno entrara en el juego y que esto ayudara al desarrollo de todos los presentes, además de que sería una buena manera de mostrarles a los demás que las cosas que ellos hacen las pueden o no hacer las personas que no han ido a las demás clases. 

     - Los colores que principalmente usaremos serán azul, que huele a moras, rojo, que huele a fresas, amarillo que huele a vainilla, naranja que huele, bueno a naranja, marrón que huele a café, el blanco que no huele a nada, violeta que huele a jazmín, negro que huele a chocolate, verde que huele a menta y… creo que son todos… bueno son todos los que traje… - Kakashi cada color que mencionaba lo sacaba de su bolso mostrándoselos a todos, a excepción de Naruto ya que el solo escuchaba como el lápiz de color caía a la mesa al ser colocado en ella. 

     - Naruto tu tienes tu hoja especial… vamos a entregarles a los demás… - comentó con una sonrisa en los labios, que no se veía por el cuello alto de su camisa, mientras repartía las hojas que traía, iguales a las de Naruto, por suerte y por precaución, trajo muchas, pensó que esa actividad le encantaría a su pequeño pupilo, por cuya razón se tomó la molestia de traer cerca de 50 hojas todas hechas a mano especialmente para el ojiazul. 

     Hakate Kakashi el mas prestigiado maestro para niños invidentes tenía un cariño especial por ese rubio de gran sonrisa que tenía la capacidad de hacerle olvidar que hace tiempo el tuvo un hijo y que por culpa de un descuido, quedo en la misma condición que Naruto, lamentablemente en ese tiempo el no era maestro especial por lo cual no supo como ayudar a su pequeño y este sucumbió ante la depresión, su niño tenía la edad que el rubio tiene ahora, puede que en el pasado haya visto mal que un hombre tan joven se encontrara con un niño a su cargo, pero eso era algo que no le importaba, aquella mujer era su vida, y el ex novio de ella pensaba igual, solo que era algo mas posesivo, el día de la boda, cuando su pequeño apenas tenía 8 años, la antigua pareja de su ahora esposa apareció pronunciando “si no puedo tenerla para mí, nadie la tendrá… nos veremos en el infierno… amor…” al termino de estas palabras sacó una pistola hiriendo a su esposa, que quedo gravemente herida. 

     El hombre al ver que aun respiraba sacó una navaja y trato de cortarle el cuello, Kakashi se interpuso en un rápido movimiento, provocándole una herida muy grande en el ojo izquierdo, después de eso el hombre enloqueció y de un solo tiro se voló la cabeza ante la mirada del ahora esposo de su mujer, por suerte o desgracia, el pequeño se encontraba en la casa de un amigo, pero fue ese mismo día en que él perdiera su visión, su esposa murió camino al hospital y su pequeño jamás regreso a ser el mismo niño alegre que conocía, extrañaba su sonrisa, era mirada llena de amor de su parte, pero a cambio recibía una mirada fría llena de rencor, eso le dolía y deprimía hasta que ese día sucedió, su hijo en la desesperación tomó un frasco completo de medicamentos y los tomó con soda, produciendo que los fármacos se disolvieran con tal rapidez en su estomago que fue inútil tratar de retirar aquella sustancia que ahora le afectaba el pulso cardiaco, pasaron 5 horas hasta que falleció. 

     - Kakashi-sensei… ¿Qué le pasa?... ¿se siente bien tebayo?... – pregunto asustado el rubio a su maestro, era poco frecuente que se quedara tanto tiempo callado, por lo que se acercó a él y le tomo de la mano. 

     - ¿Eh?... ah… Naruto… no, no pasa nada… - mintió y el pequeño le regalo una enorme sonrisa además de un fuerte abrazo, para Naruto Kakashi era como un segundo padre y no le gustaba saber que se encontraban triste, como el día que le conoció. 

      - Me asuste Kakashi-sensei… no me gusta que este triste… ya se… con esto se va a alegrar… venga… - comentó el pequeño halando de la mano del mayor para hacerlo descender al hacerlo su boquita se pegó a la mejilla del mayor que recordó a su pequeño antes de aquello y le recogió en brazos brindándole un fuerte abrazo y recordando el día que le conoció. 

______________________ Flash back ____________________ 

     Había pasado ya dos años en los que tanto su esposa como su hijo, que murió el mismo año, ya no se encontraban a su lado y con ellos se fue su razón para vivir, habían esperado tanto para poder casarse, en primer lugar porque su mujer era menor de edad cuando quedo embarazada producto del amor que se tenía, en ningún momento pensó en ella como algo de una noche, desde que la conoció supo que tenía que estar con ella y hacerla feliz, desgraciadamente el destino no pensaba igual. 

     Cuando la gente se enteró de que la novia de Kakashi estaba en cinta, los celos incontrolables de su ex novio aparecieron a flote haciendo que sus acosos se volvieran mas constantes a tal punto que tuvieron que cambiarse de casa y llevarla con ella, cuando su pequeño nació ese sujeto le seguía acosando, no la dejaba en paz en ningún momento, harto de esto, llamo a la policía y este fue a parar a la cárcel por varios años hasta que salió bajo libertad condicional 6 años después, el día de la boda de Kakashi y todo termino. 

     La depresión se lo consumía, estaba sumido en sus pensamientos, no supo cuando había llegado a ese parque, pero en él, había un pequeño jugando en el parque, reía y caía de vez en cuando, era cuidado por un joven moreno que le miraba con amor, sintió celos por unos momentos, al regresar la vista al pequeño observó como, por estar corriendo, se tropezó con varios niños que comenzaron a golpearle hasta que el mayor, se acercó rápidamente para detenerlos y acabar con el llanto del pequeño. 

     - Me dijo usuratonkachi… ¿Qué significa? dattebayo... – mencionó cuando sus llanto había cesado y su cuerpo era presa de los espasmos producidos por los sollozos anteriores. -

       Eso solo lo dicen las personas malas… que no vuelva a salir de tu boca… - contestó el moreno colocando un dedo en los labios del menor quien le miró arrepentido para después abrazarle. 

      - Bien… vamos a casa… - menciono el ojinegro. 

     - Quiero seguir jugando… - y marchó a correr en dirección a Kakashi que le veía extrañado, no pudo terminar su carrera hacía él ya que un neumático enterrado en el suelo como parte de los juegos le hizo caer, el moreno intentó llegar a él pero se encontraba muy lejos, el peliplateado sin saber porqué se acercó a ayudarle. 

     - Muchas gracias… mi nombre es Naruto… y el tuyo… - pregunto mientras el desconocido le sacaba el polvo de las ropas. 

     El peliplateado observó la sonrisa que el pequeño le mostraba, era increíble que después de que los niños le dijeran esas cosas el seguía sonriendo de la manera mas hermosa y sincera que jamás vio, pero algo no quedaba claro, como era que corrió hacia él mirándolo de frente y no viera el gran neumático en el suelo con el que se tropezó, fue en ese momento que el moreno llegó. 

     - Lo lamento, gracias por ayudarlo… Naruto dale las gracias al señor… - ordenaba Sai con las manos en las rodillas por la agotadora carrera que emprendió trataba de recuperar el aire perdido. 

     - Ya lo hice, ¿ne?... me iba a decir su nombre… es mi amigo… - contestaba el rubio tomando de la mano al mayor que se quedo un tanto desconcertado. 

     - Hai… mi nombre es Kakashi Hakate… ahora ve a jugar mientras platico un poco con tu papá… ¿vale?... – no sabía porque le contestaba o porque su rostro presentaba esa gran sonrisa que un día pensó olvidada. 

      - Nos vemos después… Kakashi-sempai… - grito el pequeño mientras corría de nueva cuenta y caía de cara al suelo frente a los columpios sin dejar de sonreír y una que otra risa por su descuida manera de actuar, se rascaba nervioso la nuca con una mano mientras reía por ser tan tonto, cuando sintió los columpios cerca se sentó y comenzó a mecerse. 

     - ¿Por qué se…?... – no sabía como formular la pregunta, ese tema a él le había costado mucho tomarlo y eso que su pequeño ya comprendía mas cosas. 

     - El no puede ver… ¿esa era su pregunta?... – preguntaba sentándose en la banca a sus espaldas, vigilando al pequeño, uno que otro grito de su parte dándole ánimos o que sea cuidadoso, Kakashi estaba asombrado, el padre también sonreía pero su sonría era una mezcla extraña de felicidad y tristeza. 

      - ¿Debe ser duro para usted?… el saber que nunca recobrara la visión y que un día llegara a la desesperación  y comenzará a buscar una manera de acallar aquellas voces que le dicen todas las noches que es una abominación por ser diferente… - comentaba Hakate en un todo demasiado triste, puede que su pequeño pensará esas cosas por tal motivo se separó para siempre de su lado, pero lo que tuvo fue una pequeña risa por parte del moreno. 

    - Naruto no es mi hijo, soy su cuidador… - respondió con una sonrisa muy amplia en el rostro, el mayor no sabía a que se debía, debería sentirse mal por tener a su cuidado un pequeño en ese estado, mirando el desconcierto del peliplateado, volvió su vista hacía el rubio que jugaba ahora con la arena y dijo. 

     - Él es especial, no sabe que de su estado y aunque lo supiera, trataría de remediarlo, es un niño muy fuerte hace poco que ya no tiene a sus padres y su tutor se vio obligado a dejarlo en nuestro instituto… él es como una luz que envuelve todo lo que fue una vez comido por las sombras y hace que los que se encuentras atrapadas en ellas regresen, me incluyo en esa estadística ya que el mundo se me hacía vació pero Naruto me demostró que el mundo era vacío porque yo así lo quería, pero ahora esta lleno de ese pequeño mundo, de ese pequeño niño que tiene enfrente suyo… - suspiro, ese pequeño le había dado muchas cosas y él solo le podía complacer con pequeños regalos o una que otra caricia además de permanecer a su lado en cualquier situación, no sabía que hacer. 

     - Lo único que me duele… es que no sabrá como comunicarse, a él le gustan muchos los libros, siempre me hace leer uno… pero menciono que quiere leer uno por cuenta propia, lamentablemente no tengo los recursos necesarios para pagar a un buen tutor que le enseñe braile… sabe… arriesgué más de la mitad de mi salario para poder quedarme como cuidador de ese niño… me ha enseñado muchas cosas… - en ese momento sus palabras quedaron impregnadas en la cabeza plateada del hombre, mientras que un llanto lo sacó de sus pensamientos, Naruto se había tropezado nuevamente pero una piedra afilada le hizo un corte en su rodilla, ahora se encontraba sentado en el suelo llorando y pidiendo consuelo. 

     Cosa que no tardo cuando el moreno se separó de su lado y con una sonrisa melancólica se acercó al pequeño se arrodillo ante él y le besó con ternura su rodilla lastimada, haciendo que el ojiazul sonriera ampliamente por el gesto, se abrazara y reemplazará esa cara triste por un rostro sonriente, sin embargo, no se pudo levantar, por lo que el ojinegro le alzo en brazos. 

     - Fue un placer conocerlo Kakashi.-san… con su permiso me retiro, necesito llevar a Naruto a la enfermería para evitar una infección a demás de que ya es hora de cenar, ¿verdad?... – pregunto al pequeño que se sujetaba su estomago que hacía apenas tres segundos acababa de sonar exigiendo alimento, haciendo al pequeño sonrojarse de vergüenza, cosa que le pareció encantadora a ambos mayores. 

     - Matta ne… Kakashi-sensei… - ahora una pregunta rondaba en la cabeza del peliplateado, ¿podría ayudar a ese joven?... ¿Por qué le llamaba maestro?... no obtuvo respuestas a sus preguntas ya que con una inclinación el moreno se marchó con el rubio entre los brazos. 

     Se detuvo a ver como se marchaban, intentando ver a donde se dirigían, el pequeño le contaba con esa hermosa sonrisa todo lo que había hecho durante el día o las horas que estuvieron en ese lugar, sus manitas hacinan ademanes para acompañar el relato, mientras el mayor le regresaba una calida sonrisa y de vez en cuando asentía, a lo lejos un edificio blanco que a los pocos minutos ambos entrando. 

     - Tengo que ver de nuevo esa sonrisa… - pensó el mayor y esa noche al llegar a su casa decidió la mejor forma para poder enseñarle al pequeño algo que no conocía. 

     Tiempo después de estar estudiando, cosa que consiguió con facilidad por sus habilidades sobre mucho temas, se presentó al edificio donde los jóvenes estaban y un pequeño rubio de 8 años corría felizmente por todos lados, se dio cuenta de que esa sonrisa era igual o más hermosa de lo que recordaba, sonrió para sí, ese pequeño era especial, cuando se nombró como visitante, el pequeño corrió a recibirlo y se abrazo a él, regalándole un beso en la mejilla. 

     - Kakashi-sensei… pensé que no volvería a verte… ¿vamos a jugar?... – y fue de esta manera que se encontró dando clases a modos de juego no solo al rubio sino a su cuidador y después de poco tiempo otros también quería participar en los juegos, gracias a esto, muchas otras instituciones pedía ayuda para sus niños. 

     Pero en el caso del edificio de Naruto, él iba porque le gustaba pasar tiempo con el que ahora era como su nuevo hijo, sus servicios eran gratuitos, por el simple hecho de que aquella sonrisa que siempre le brindaba al llegar y durante el día era pago más que suficiente. 

__________________ Fin de flash back __________________ 

     - No pasa nada… vamos a dibujar… mira este papel es especial por lo siguiente… - tomo un color y lo colocó en las manos del menor, poniéndolo cerca de su nariz para que percibiera su olor. 

     - ¿Sabes que color es?... – pregunto un poco asustado, siempre había una pequeña posibilidad de que no funcionara. 

      - Naranja… - contesto con una sonrisa y algo de confusión. 

     - Bien… ahora presta mucha atención… si hacemos esto… - tomo la mano del pequeño y la envolvió en la propia, haciendo que la pequeña raya se marcará como un hueco en el papel. 

     - Se hundió Kakashi-sensei… - decía sorprendido el pequeño mientras acercaba su nariz para olfatear la marca que se encontraba en el trazo que increíblemente, traía el olor del color. 

      - Y huele a naranja… - comentó contento mientras delineaba con sus dedos la marca y volvía a oler el papel, todos estaban asombrados por ese hecho. 

      - Bien ahora tengo varios lápices de colores del mismo color, para que no se peleen por ellos… bien creo que ya saben que vamos a hacer… comiencen… - ordeno con voz suave y firme mientras tomaba asiento delante de los pequeños. Naruto le dio vuelta a la hoja, no quería desperdiciar papel, por extraño que parezca Sasuke que se encontraba a su lado, observando lo que hacía el pequeño, pero este no dibujaba nada, simplemente cerró los ojos tratando de recordar, cuando desistió tomó a Sasuke por las manos y le pregunto si podía contarle algo para poder dibujar. 

     - Esta bien… lo haré… - dijo el moreno mientras le revolvía los cabellos al pequeño, no se espero lo que vendría a continuación. 

    - Kakashi-sensei… - llamo Naruto tomando la atención del mayor. 

     - Que pasa Naruto… - contesto el mayor.  

     - Que Sasuke nos cuente algo para dibujar… es que no se que hacer dattebayo… - ante esto y la mirada retadora que le mando Kakashi a Sasuke, el nombrado no pudo mas que agachar la cabeza apenado, no quería ser un estorbo o hacer algo que le sentará mal a una persona que se veía amaba al rubio. 

     - Esta bien… escuchen todos… cambiamos el juego, el joven Sasuke nos contará como algo y ustedes tienen que visualizarlo en su mente para después poder plasmar lo que vieron en sus mentes por las palabras del joven en la hoja, ¿sencillo, no?... – sentenció el peliplateado. 

     - Esta bien… pero necesitamos irnos afuera… el atardecer ya esta comenzando y tengo una promesa que no quiero faltar con Naruto… - comentó Sasuke mientras que tomaba de la mano al pequeño rubio y se dirigía como todos los días desde que le conoció a la colina del parque donde el atardecer se apreciaba con todos los colores. 

     Los cuidadores junto con Kakashi llevaron al lugar las mesas para que se pudieran apoyar, al igual que las hojas especiales y los colores, bocadillos para Chouji, Shukaku y galletas para Gaara y los demás, jugo de naranja para acompañar todo al igual de una botellitas de leche por si a alguien le apetecía, en ese momento comenzaba a llegar Itachi como los días pasados ya que al contrario de Sasuke aun tenía que hacerse cargo de algunas cosas de la compañía de su padre, mientras que su madre terminaba de hacer sus deberes tanto en la casa como en el trabajo al que asistía. 

      - ¿Qué sucede?... – pregunto Itachi al ver no solo a un desconocido, sino ver que todos traían papeles y colores en una mesita sobre sus piernas, sin más se acercó, como era costumbre a Sai para tener información y ver de cerca de su hermano menor y a Naruto, especialmente a Naruto. 

      Por alguna extraña razón Itachi sentía algo extraño al ver a su hermano tan cerca del rubio, se podía catalogar como celos, de quien, de su hermano,  por ser él el que estuviera teniendo ese calido contacto con la piel de Naruto, el que recibía esas caricias y abrazos, el que recibía aquellas sonrisas encantadoras, quería estar seguro de que era eso que había transformado a su hermano de un témpano de hielo en un alma sensible a lo que sucedía a su alrededor, ya tenia planes para poder descubrir aquello, solo faltaba convencer al director, cosa que sería sumamente fácil, teniendo en cuenta que solo prestaba atención al dinero, cosa que la familia Uchiha tenía de sobra. 

     - Estamos jugando… - contestaba Sai, mientras que desplegaba otra de las mesitas y la colocaba en las piernas de Itachi, colocando una hoja especial al igual que los colores de aroma, le explico brevemente cada color y su olor, también que tenía que cerrar los ojos y sentir los trazos, y tratar de dibujar lo que salía de las palabras de Sasuke. 

     Sasuke, como ya era costumbre, tenía el rostro en el hombro de Naruto, mientras que su vista se posaba al frente, aspiraba con tanta calma el aroma que despedía Naruto, ese aroma que le envolvía en tanta paz, la calidez de su cuerpo era embriagante, pero en ningún momento pensó en hacer algo más, simplemente le agradaba esa sensación al sentir al rubio, de esta manera comenzó su trabajo de hablar lo más lento posible y con palabras que fuesen palpables, quería que aquellos trabajos se expusieran como algo de lo más hermoso, es decir que expresaran lo que el veía y sentía al estar con Naruto, el atardecer de mi niño pensaba cada que veía lejana la hora de estar con ese joven de orbes atragantes de color azul, peleando con el cielo por el control del color más bello. 

     El moreno no encontraba otras palabras para describir mejor el atardecer que observar a naruto, tenía el cabello rubio como los mismos destellos del sol, sus orbes azules como el cielo antes de ser bañados por aquellos toques calidos que se entremezclaban tan perfectamente como el sonrojo en su bronceada piel, simplemente hermoso pensaba, a veces en su cuarto se preguntaba como era posible que tal belleza colmada de inocencia podría existir en el mundo, era increíble todo lo que había descubierto solo por un pequeño que anhelaba terminar su juego. 

     Las manos del moreno se enrollaban en la cintura del ojiazul quien se concentraba en no moverse demasiado para no alejar la inspiración de Sasuke mientras que sus palabras llenaban de la imagen más bella sus orbes azulinas, tomaba con una mano aquel lápiz que le trajo su maestro con ese agradable olor a canela comenzando a trazar lo que en esos momentos sus ojos veían, para sorpresa de Kakashi, todos estaba haciendo un estupendo trabajo, algunos tenían mas problemas al hacerlo, como el nuevo invitado, muy parecido a Sasuke pero de mayor edad y con una larga coleta sobre su espalda. 

     Trazos con colores mezclados en una armoniosa combinación, rozas mezclados con rojos, blancos para las nubes con destellos naranjas brillando entre ellos, a lo lejos el sol en pleno descenso, ocultándose detrás de las colinas de un color negro al estar a la lejanía, unas cuantas avecillas atravesaban el horizonte, se podía escuchar el trinar de sus cantos, los colores se oscurecían conforme el dibujo se acercaba al final de la hoja, donde se podía aprecia una colina y dos cuerpos entrelazados en un grato abrazo, uno de ellos el mas alto sus cabellos negros y su rostro oculto en el cuello del mas pequeño, uno entre los brazos d unos cabellos rubios con una sonrisa en su rostro mientras que con gran ternura miraban el atardecer en ese lindo contacto, los azules más intensos daban por terminada aquella hermosa tarde, las estrellas junto con su madre, la luna se posaban detrás de los jóvenes entrelazados en un abrazo iluminando sus siluetas dando su permiso para comenzar a descansar. 

     Muchos trabajos, todos muy buenos, Kakashi estaba asombrado, ¿Cómo era posible que aun todos con la vista tapada con una venda pudieran dibujar eso con tanta claridad?... ese chico definitivamente tenía algo especial, ayudaría en mucho a Naruto. 

     - Sasuke… ya lo termine, mira… - extendía el pequeño el papel entre sus mano mostrándolo por encima de su hombro donde se encontraba el moreno, quien se irguió un poco para poder examinarlo, era increíblemente hermoso, ¿de verdad no puede ver? Se preguntaba inconcientemente el ojinegro. 

      - Es hermoso… muchas gracias por hacerlo para mi… - deposito un pequeño beso en su mejilla haciéndolo sonrojar al instante. 

      - Bien admito que he perdido… ante ti Sasuke… desde ahora encárgate de mostrarle los colores y yo sigo con las letras y demás… no puedo igual lo que has hecho el día de hoy… es triste pero acepto mi derrota… eres mejor mostrando los colores… omedetô… - extendió la mano en forma de saludo que fue correspondido con pena. 

     - De ninguna manera… esto yo lo hago porque me gusta observar las expresiones de Naruto ante mis palabras, al contrario, de no ser por ti…él sería diferente… muchas gracias Kakashi-sensei por hacerte cargo de él durante todo el tiempo… - comentaba el moreno levantándose del suelo junto con Naruto. 

     - Kakashi-sensei… me puede regalar los colores… esto fue muy divertido… ¿va a venir otra vez a jugar conmigo?... – preguntaba animado mientras se abalanzaba a los brazos del peliplateado quien le recibía gustoso. 

     - Claro… solo si tú así lo quieres… vendré otro día en mi día libre para jugar… con todos ustedes… - se corrigió mirando a todos los pequeños que miraban maravillados sus trabajos, ninguno se comparaba con el del rubio, pero eran igualmente buenos. 

     - Kakashi-sensei… ¿es normal que huelan a frutilla?... – pregunto curioso y un poco hambriento Chouji olisqueando su dibujo. 

       - Si eso quiere decir que lo hicieron muy bien… un atardecer perfecto… - comento el maestro mientras que los mayores recogían las cosas y entraban de nueva cuenta al edificio para despedir al maestro. 

     - Vamos a colgar esto en la habitación… ¿te parece?... – por curioso que parezca todos los cuidadores estaban emocionados por los trabajos de sus niños, el único que no tuvo el placer de hacer esa aclaración fue Sai ya que el dibujo del pequeño estaba en manos del moreno mas pequeño. 

     - Toma te doy el mío, para que tengas dos igual que los demás… - extendió su dibujo Itachi mientras que el cuidador le regalaba una sonrisa de agradecimiento. 

     - Bueno me retiro, cuídense mucho y pórtense bien… oyasumi nasai… - se despedía de los pequeños con un abrazo y un beso en la mejilla correspondido de igual manera por los niños y de los adultos con un fuerte apretón de manos. 

     - Nosotros también nos marchamos… vamos a cenar, Sasuke… - mencionó Itachi despidiéndose de todos con un ademán de la mano. 

     - Mañana vengo de nuevo, ya casi tengo vacaciones largas, así que podremos pasar mas tiempo juntos… cuídate mucho… te quiero… - estas últimas palabras las susurro en el oído del pequeño quien se sonrojo al acto, enseguida le besó la mejilla. 

     - Hasta mañana…- contestaron todos en coro desde el marco de la puerta, mientras los tres se marchaban. 

      - ¿Qué significan estos niños para ti?... pregunte y me dijeron que no cobras por enseñarles… - preguntaba el mayor de los Uchiha. 

      - Esos niños son como mis hijos, no puedo reemplazar a las personas que ame… pero ellos se han ganado muy bien mi cariño y los quiero como tal… cobrar por ser feliz no es lo mió… y menos cuando el que más feliz se siente soy yo…- confeso con una sonrisa en los labios el mayor. 

      - Muchas gracias… Sasuke… - murmuro antes de partir por rumbos diferentes, dejando al ojinegro un poco desconcertado. 

     - ¿Por qué?... – se animo a preguntar, no le había hecho nada para que le agradeciera. 

      - Por hacer feliz a Naruto… el en ocasiones sufre, pero no se percata de ello, lo puedes ver en sus ojos... el recuerdo de lo que paso hace tiempo aun lo persigue, pero desde que te conoce, esas noches en las que viven se vuelven iluminadas y la prueba la tienes en tus manos… gracias a ti ahora puede ver un poco de luz en su vida… gracias… - confeso Kakashi observando el pedazo de papel trazado por el favorito de sus hijos en las manos del moreno. 

     - Eso creo… bien… supongo que debo decir… de nada… - las palabras sobraban, sonrió un poco más mirando el dibujo que sus palabras crearon a través de los dedos del rubio. Se despidieron prometiendo tener juegos más tenaces y divertidos, para que él también probara suerte. 

      Ya en casa, su madre les recibió con una sonrisa aliviada al ver sanos, salvos pero sobre todo felices a sus hijos, observó en las manos del pequeño un dibujo muy bello, con toques infantiles, pero muy lindo. 

     - Mamá podemos enmarcarlo… y ponerlo en donde todo mundo lo vea… me lo regalo Naruto… y quiero que todos vean las cosas como él lo hace… a través de mis palabras… - la última frase la susurro para si, su madre acepto feliz, anunciando que mañana buscaría un bonito marco para protegerlo. 

      Sin más se fueron a dormir… unos en los grandes cuartos de una mansión, mientras que otros acompañados por sus cuidadores quienes les halagaban por sus trabajos y desempeños en los juegos del maestro, la recompensa sería una comida para algunos, unos peluches para otros, entre otras cosas más, en un cuarto en especial, eran tres las figuras que adornaban una cama, un pelinegro en la orilla siendo abrazado por un rubio que a su vez era abrazado por el pelinegro y un  pelirrojo a su espalda sosteniendo un peluche, regalo de un ser muy querido, las pesadillas se esfumaron por una noche y todos con una sonrisa se quedaron placidamente dormidos pensando en lo sucedido en el día y pensando las cosas que harían a la mañana siguiente, si definitivamente las cosas se ponían cada vez mejor.

Notas finales: que les pareció?... bien como podran darse cuenta algunos logados... o los que entren en la lista de capitulos, en este capitulo ya hay un review o varios si entran después... bien pues ese review que es mio (que patetico sono eso ¬_¬) es lo que les prometi... especialmente a Marin-chan, aunque aun me falta el otro ¬_¬ pero bueno uno primero y después el otro ^u^... lo hago de esta manera porque en las reglas no impiden poner dibujos en los review (aun y por suerte ¬_¬) asi que todos los que quieran ver a gaara buscando o mejor dicho dibujando la sonrisa de naruto allí lo encontraran ^u^, me tarde en subir el capitulo porque aun no lo terminaba (el dibujo) y después tuve problemas para subirlo a la red, pero bueno... ya esta... muchas gracias por leer ^u^... matta ne... hasta el siguiente capitulo....

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