Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Gray Fullbuster POV


 


La rehabilitación estos días iba muy lenta y tuve muchas discusiones con Natsu, llegaba momentos en que creí que me mandaría al diablo, porque pensaba que rompíamos. Estábamos realmente mal, creo que nunca habíamos estado tan cerca y tan distanciados a la vez. Cometí el error de no contarle lo de sus piernas, pero es que no sabía cómo decírselo sin deprimirle, sin que se pusiera como estaba ahora.


Natsu estos días estaba muy nervioso y sólo parecía querer hablar con Jellal, creo que era porque compartían el dolor, porque estaban juntos en el hospital. No sé si por las noches hablaría, porque impedían las visitas, pero desde luego, se llevaban cada vez mejor y no sabía si sentirme celoso o alegre, porque yo también quería que Natsu viniera y me contase las cosas, que hablase conmigo sobre lo que le pasaba por la cabeza, pero no lo hacía. Se pasaba el día jugando a cartas en su camilla con Jellal y lo peor es que ellos hablaban, pero cuando le preguntaba a Jellal, tampoco me decía nada ¿De qué narices hablaban esos dos?


Estaba casi seguro que rompía conmigo y me deprimía mucho, no quería romper con Natsu, le quería, quería pasar el resto de mi vida con él y desde luego no íbamos por el buen camino. Él pensaba que ya no era suficiente para mí, que sin sus piernas no podía quererle, pero no entendía que yo no me enamoré de sus piernas, me enamoré de su alegría, de su actitud, de sus ojos, de sus labios, todo él me gustaba, le quería entero y me daba igual si no podía caminar, quería estar a su lado.


Le veía allí en rehabilitación, veía como los enfermeros movían sus piernas y con alguno de los que hablé, me comentó que había posibilidades de que volviera a caminar, pero que no podía dejar que se desanimase tan pronto, necesitaba tiempo y paciencia, pero estaban casi seguros que podían recuperar sus piernas.


¿Cómo iba a animarle cuando no quería prácticamente ni verme? Y cuando me veía me sentaba en el sillón y no hablaba conmigo. Ya no sabía qué hacer. ¿Tan enfadado estaba conmigo por no habérselo contado antes? No lo entendía, pero quería que volviera a ser el Natsu que yo conocía, el Natsu de antes, ese chico alegre que no dejaba de sorprender a la gente.


Esos días hablé mucho con Sting, Minerva y con Mirajane y hoy también quedé con ellos para hablar sobre el tema. Necesitaba despejarme con todas esas cosas. Mirajane nos contó que últimamente estaba preocupada por su hermana, porque iba a iniciar en breve la universidad y la había visto un día sonriendo mucho a un profesor de allí, un tal Cobra ¡no quise preguntar como sabía el nombre! Pero visto de la familia que venía, era mejor no preguntar esas cosas. La verdad es que todos teníamos problemas, Mirajane con su hermana Lisanna y ese profesor, Sting que olvidaba cosas y no sabía por qué olvidaba tanto últimamente y encima… que estaba empezando a dudar sobre sus sentimientos por Rogue y aquello si me sorprendió, porque Sting estaba encaprichadísimo con Rogue, era imposible que me estuviera contando aquello.


~ Juguemos a algo – dijo Mirajane – es muy fácil, yo lo hacía con mis amigas cuando teníamos algún problema.


Le dijimos que vale y llenó unos vasos pequeños con algo de alcohol y nos explicó el juego. Al parecer era algo muy sencillo, sólo había que decir algo que nos preocupase empezando la frase por “merezco ganar por…” y decir el problema, cuando se debatía ese problema, se brindaba por él, bebíamos y pasábamos al siguiente. Cuando todos los problemas estaban sobre la mesa, se elegía cual de ellos era el ganador por ser el más complicado de resolver.


Empezó Mirajane con la tanda para que nos pudiéramos fijar un poco como funcionaba realmente el juego.


~ Merezco ganar porque mi hermana de diecisiete años se está tirando a uno de sus futuros profesores universitarios de más de treinta años – nos comentó


~ ¿Cómo lo conoció? – le pregunté


~ Fue a ver la universidad para elegir carrera y al parecer pues no sé… debieron conocerse por accidente y han estado viéndose a escondidas. Los encontré un día por casualidad tomando algo en un bar del centro – nos explicó


~ Pero entonces no sabes si se lo ha tirado – le comentó Sting.


~ Por el brillo que tenía en sus ojos, estoy al noventa y nueve por ciento segura y no sé que hacer, porque si le prohíbo verlo se enfadará conmigo pero esas relaciones no pueden funcionar, no va bien y no sé como hablar el tema con ella.


~ ¿y si dejas que ella te lo cuente a su debido tiempo? – preguntó Minerva – quizá no necesita que la juzgues, si se esconde de ti es porque sabe que está haciendo algo mal, quizá cuando vaya a ti sea para buscar una opinión sincera en vez de una bronca – explicó y nos pareció a todos una respuesta bastante correcta.


~ Brindo porque tu hermana se está tirando a un profesor universitario – le dije y todos brindamos con una sonrisa y bebimos de un trago todo lo del pequeño vaso llenándolos de nuevo - ¿Siguiente?


~ Merezco ganar porque mi madre a la que creía muerta ha vuelto de entre los muertos y se ha presentado en mi casa. Resulta que se fugó con un cantante famoso y nadie de mi familia fue capaz de decirme la verdad, prefirieron decirme que estaba muerta, así que brindo por las madres que reviven – dijo Minerva ella misma porque creo que no buscaba una solución, sólo decirlo y liberarse.


~ Brindo por las madres que reviven – le dije y todos brindamos bebiendo de nuevo.


~ Merezco ganar porque me excita el primo de Rogue – dijo de golpe Sting y todos le miramos sorprendidos. – y olvido cosas – explicó después.


~ ¿Enserio olvidas cosas? – le pregunté - ¿Cómo qué?


~ No sé – me dijo – momentos, pero momentos enteros. Puedo estar en la cocina y de repente no saber como he llegado a una habitación, lo peor es que han pasado dos o tres horas desde que estaba en la cocina hasta que me despierto – me comentó – es extrañísimo.


~ Le he dicho que vaya a un médico, pero es muy cabezón – me dijo Minerva.


~ La verdad es que deberías mirarte eso.


~ ¿Y lo de Rogue? – preguntó Mirajane – sois la pareja perfecta, dais envidia a todos ¿Qué pasa entonces?


~ No lo sé, estábamos bien hasta hace nada, pero es que últimamente… cuando veo a su primo me excito y me siento extraño con Rogue, porque no puedo ir excitándome cuando veo a su primo.


~ Que mal rollo – le dije – pero si decías que su primo era muy rarito


~ Y lo es, sigo pensando eso, pero no sé que narices me pasa, antes no me pasaba, le veía y no me atraía como lo hace ahora. ¿Creéis que estoy dejando de estar interesado en Rogue? – nos preguntó preocupado – yo siento que le quiero pero es esta excitación hacia su primo lo que me hace dudar de las cosas.


~ Brindo por la excitación no resulta – soltó Mirajane – y porque Sting decida pasarse por un médico – recalcó


~ Y que le de un buen revolcón a Rogue – exclamé yo ganándome la mirada de todos – ¿Qué? quizá funcione para que se espabile. – bebimos y comencé yo con mi problema - Merezco ganar porque… Natsu va a romper conmigo – les comenté


~ ¿Por qué crees eso? – preguntó Mirajane – si ese chico te adora, haría cualquier cosa por ti.


~ Quizá antes, cuanto tenía piernas, porque ahora que no puede caminar pasa de mí,  ni me mira, no se da ni cuenta si estoy con él o no.


~ ¿Pero se puede saber qué pasó? – preguntó Minerva – hasta hace nada todo estaba perfecto y ahora hay dos en el hospital.


~ Al parecer alguien disparó desde un coche oscuro con cristales tintados – les dije y Mirajane se sorprendió.


~ Creo que sé quienes han disparado – nos dijo de golpe – los Yakuza llevan esos coches – nos comentó – pero no puedo saber exactamente quienes a menos que hable con mi abuelo y aún así no estaría del todo segura de que me lo contase, pero puedo intentarlo


~ Por favor, nos ayudaría saber quienes eran, no se puede quedar esto así – le dije.


~ Está bien lo intentaré, pero no prometo nada. De todas formas… quizá mi amigo de la infancia sepa algo, le preguntaré también.


~ Gracias Mirajane – le agradecí.


~ De nada. Brindo porque no vas a romper con Natsu – me dijo de golpe y todos brindaron.


~ Enhorabuena Sting – le dije – creo que eres el ganador, tienes el peor problema.


~ Gracias por vuestro apoyo incondicional – nos dijo con una sonrisa sarcástica por la poca solución que podíamos darle.


Cuando llegué al hospital, Natsu se sorprendió de verme allí y parecía como si hubiera estado un buen rato esperando. Estaba nervioso y casi se tira debajo de la camilla, tuve que acercarme y me abrazó con tanta fuerza que creí que podía romper.


~ ¿Dónde estabas? – me preguntó.


~ Con Mirajane, Minerva y Sting tomando algo en el bar de abajo – le comenté - ¿Qué pasa?


~ Te he echado de menos hoy.


~ Pero si nunca te das cuenta de que estoy allí


~ ¿Cómo que no? Hago la rehabilitación más a gusto cuando estás conmigo, me has faltado hoy.


~ Lo siento – le dije sorprendido de sus palabras – creí que ibas a romper conmigo


~ Jamás – me dijo abrazándome de nuevo – te amo demasiado como para perderte, pero lo que voy a pedirte es que vayas unos días a casa de Jellal ¿vale?


~ Vale – le dije y supuse que era porque no quería que estuviera solo en su casa, por si acaso.


~ Oye… ¿crees que me he quedado inválido de los labios? – me preguntó y sonreí.


~ No sé, ¿Quieres que lo compruebe? – le pregunté.


~ Por favor – me sonrió como el Natsu que yo recordaba y no pude evitar besarle


Le besé con tanta pasión como pude y sentía sus manos aferrarse a mi cintura mientras continuaba mi beso, mientras su lengua inspeccionaba mi boca, mientras jugábamos el uno con el otro y sonreíamos como dos recién enamorados.


~ Te quiero – me dijo Natsu.


~ Y yo a ti – le dije – te he echado de menos estos días, me moría por ver tu sonrisa otra vez.


~ Lo sé, lo siento.


~ No pasa nada, ya has vuelto – le dije volviendo a besarle.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).