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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Itachi Uchiha POV


 


La verdad es que aunque le dije al criado que me iba a casa, me esperé para ver llegar a mi hermano y ya de paso, quedarme a cotillear quien era ese novio cornudo de Deidara, porque tenía clarísimo, que iba a conseguir que Deidara le pusiera los cuernos, eso había apostado con Hidan en la habitación, tener pruebas de cómo acababa tirándome al rubio y tenía un mes para conseguirlo. De momento todo iba según el plan, hacerme el hermano preocupado desde luego, funcionaba muy bien con él, no podía creerme que a sus veinte años fuera tan inocente como para no darse cuenta de mi juego.


El máximo interés que tenía en ese rubio, era llegar a follarle y tirarle a la basura como lo que era, sólo un criado más. Todos mis amigos estaban esperando la prueba definitiva de que había conseguido enamorarle, de que conseguiría llevármelo a la cama más o menos voluntariamente. ¡Me encantaba este juego! Y después de que Hidan consiguiera su objetivo con el anterior criado que tuvo él en su casa, yo no podía fallar y menos con Deidara… sólo había que verle, era un chico que no sabía nada de la vida, demasiado inocente para creerse que yo hacía todo esto con cierta maldad.


Por lo menos ahora ya sabía quien era el imbécil que salía y me obstaculizaba mi objetivo, para colmo… lo conocía, porque Sasori iba conmigo a la universidad. Lo sentía por él, pero yo no iba a perder la apuesta, acabaría teniendo a su novio en mi cama jadeando por mí.


Les vi acercarse por la acera mientras Sasori se metía en la casa con otro chico y aproveché a salir entre los arbustos y detenerles el paso. Deidara al verme se sorprendió, supongo que creía que me había ido a casa, pero no, no era el plan, tenía que conseguir que él quisiera estar conmigo voluntariamente y para ello, tenía que ganármelo ¡no creo que fuera muy complicado! Este chaval caería pronto.


- Señorito Uchiha – se extrañó Deidara al verme y mi hermano me miró también sorprendido – Creí que se había ido a casa.


- ¿Cómo iba a irme a casa con lo preocupado que me tenía este enano? – le pregunté pasando un brazo por encima de los hombros de mi hermano y éste se sorprendió de que lo hiciera, en realidad no se creía mis palabras, lo veía en su mirada, pero así era mi hermano ¡Vale no solía prestarle mucha atención! Pero no dijo nada.


- Pero usted me dijo… - empezó a comentar Deidara.


- Sí que me iba a casa, es que no quería molestarte, menos si iba a venir tu novio.


- No molestaba – me dijo – mi novio sabe perfectamente que trabajo para su familia.


- Sasuke, espérame en el coche anda – le dije indicándole dónde estaba el coche aparcado y me hizo caso caminando hacia él, aproveché para acercarme a Deidara aún más y susurrarle - ¿También sabe como te corres en mi mano y como te gustan mis besos? – le pregunté de forma seductora y se sonrojó.


- Uchiha… - me dijo intentando pedirme que mantuviera discreción.


- Tranquilo, no pienso decirle nada, creí que era preferible esperar aquí fuera a que pudiera sospechar algo ¿no crees?


- Uchiha… por favor deje ya este juego – me pidió – sólo quiero trabajar.


- Bueno, lo intentaré, pero no prometo nada – le dije sonriendo – cuando estoy cerca de ti no puedo controlarme – le susurré al oído para luego besar la comisura de sus labios mientras él intentaba evitar que le besara – nos vemos Deidara.


Me giré para irme y no quise volverme para ver si esperaba a perderme de vista o había comenzado a caminar hacia su casa. Cuando llegué al coche, es cuando aproveché a mirar como se iba caminando por la acera ¡y tenía un bonito trasero! Sonreí y entré en el coche. Sasuke me esperaba ya allí dentro sentado de copiloto y mirando por la ventana con el codo apoyado en la ventanilla y la cabeza sobre su mano.


- ¿Qué te pasa? – le pregunté.


- ¿A mí? ¿Qué te pasa a ti? No me sueltes el rollo del hermanito preocupado porque no es cierto, he hecho cosas peores y ni te inmutaste.


- No te metas en mis asuntos Sasuke – le dije – tú ocúpate de no dejar en ridículo a la familia.


- ¿Soy yo quien va a dejar a la familia en ridículo por irme a ver un concierto? – Me preguntó – Eres tú quien debería estar preocupado por la fiesta que se avecina… ¿no tienes que dar a conocer tu compromiso? Ya puedes quedar bien delante de los padres de tu novia – me contestó.


- Está todo controlado


- Lo que tú digas, ahora me dirás que adoras a tu novia – me dijo con sarcasmo.


- ¿Qué más te da a ti lo que haga con mi novia? – le pregunté con una sonrisa – además, sólo hago esto por la empresa de papá, no tengo porque quererla, con cumplir tal y como quiere el papá es suficiente, sólo tengo que dejarla embarazada después del matrimonio.


- Te tratan como la moneda de cambio


- ¿Crees que no lo harán también contigo? Eres un Uchiha, tienes una responsabilidad con tu apellido, no puedes hacer lo que te de la gana, tienes que ser perfecto.


- No me sueltes tú también el rollo de papá ¿Vas a contarle mi escapada de hoy o no?


- No – me dijo – me callaré por esta vez tu travesura.


Llevé a mi hermano a casa y luego me fui de fiesta con los amigos. Por supuesto ya en el bar, me preguntaron cómo iba mi apuesta, a lo que sólo les contesté con una sonrisa mientras les comunicaba, que seguía trabajando en ello. Mis amigos pidieron la siguiente ronda y al final… a medida que avanzaba la noche, dejé de contar las rondas de tequila que llevábamos, lo que si recuerdo… es que por lo menos le metí la lengua a dos o tres chicas que intentaban ligar con nosotros.


Entraba por casa a las cinco de la mañana y todo estaba a oscuras, lo que no esperé es encontrarme a mi padre por allí. Me encendió la luz y le vi en el salón con una copa de coñac y en bata de estar por casa ¡Me esperaba, de eso no había duda!


- ¿Qué horas son estas de venir? – me preguntó


- He salido un rato con los amigos.


- Pues no vuelvas a hacerlo – me comentó.


- Pero…


- Sin peros – dijo con voz cortante – eres un Uchiha, compórtate como tal, vas a casarte en breve, no puedes estar por ahí de fiesta todas las noches con esa panda de… “amigos” – dejó caer como si no fueran amigos.


- ¿Ahora tampoco voy a poder divertirme?


- ¿Qué es para ti divertirte? ¿Ir a un bar y liarte con unas cuantas chicas? Entonces no lo hagas, esa es la mejor manera de que te pillen en una infidelidad y no quiero arruinar la relación de negocios con la familia de tu futura esposa.


Siempre acababa siendo la misma historia, siempre teniendo que ser el hijo perfecto sin poder salirme de lo que mi padre marcaba para mí, porque él tenía toda mi vida planeada, bueno la mía y la de mi hermano.


- ¿Qué quieres que haga para divertirme? Porque con Konan no puedo, no siento nada por ella – le dije.


- Pues búscate una amante, que se yo. – resopló mi padre – ven siéntate – me dijo  y me tocó ir a sentarme a su lado – Sólo necesitamos que tengas un heredero con ella, nada más, así no cancelarán su relación con nuestra familia. Mantenla contenta.


- Eso lo sé, pero con Konan no puedo hacer nada de lo que me gustaría – le dije – y si ella un día empieza a decirme que no quiere sexo me tendré que fastidiar por no molestar a su familia. Eso no es vida – le comenté.


- Ya lo sé hijo, pero para eso están las amantes, pero mantenlo oculto, no vayas por ahí liándote todas las noches con mujeres – me comentó – busca una en concreto y mantenlo en secreto, podrás divertirte, no le darás explicaciones a tu mujer y no te pillarán. Lo peor que podría pasar es que la prensa se enterase de lo que hace el primogénito por ahí. Así que no vuelvas a hacerlo ¿Queda claro? Esas cosas de puertas para adentro.


- Vale – le dije porque no tenía más remedio, a ver quien era capaz de meterse con mi padre, no había forma.


Odiaba esto, odiaba que controlaran mi vida pero era mi padre, siempre más preocupado por la reputación familiar y que la prensa nos viera como la familia modelo, que pensando en sus hijos. Ahora ya no podía irme de fiesta, no podía emborracharme y no podía liarme con chicas ¿qué narices podía hacer? ¿Ir a esa aburrida opera con ellos y acostarme solo con Konan? Menudo aburrimiento de vida me esperaba. Claro que estaba la posibilidad que decía mi padre de buscarme una amante y por lo menos, en el sexo me divertiría, la pregunta era… ¿Quién iba a ser mi juguete?


- Otra pregunta… ¿Qué te pasa con el criado últimamente? – me preguntó y me sorprendí de que supiera eso.


- Nada – le dije – es una estúpida apuesta con unos amigos.


- ¿Y se puede saber de que va? – me preguntó.


- Me dijeron que no era capaz de follarme a un tío y luego comentaron lo de seducir al criado para demostrar que era capaz de enamorar y tener sexo con él, nada más – le dije – no tienes de qué preocuparte, no soy maricón ¿Vale? Voy a casarme con Konan – le remarqué.


- Entonces todo aclarado.


- ¿Cómo sabías lo del criado? – le pregunté.


- Tu amigo es un bocazas – comentó mi padre – estaba comentándolo con otro de tus amigos y lo escuché por casualidad.


Tendría que hablar con Hidan para que cerrase el pico en este asunto, pero bueno… si conmigo se ponía así… no quería imaginarme como se iban a poner las cosas cuando mi padre descubriera el gran secreto de mi hermano, el secreto mejor guardado de la historia, porque desde luego, el pequeñajo ese que parecía el hijo perfecto, escondía lo peor que podía pasarle a esta familia. Si la gente se enteraba… no sé que haría mi padre para limpiar nuestra reputación. Ya podía yo dar gracias de que la prensa no se enterase de mis salidas a los bares, ni de mis noches alocadas, ni de cómo utilizaba a las mujeres y luego no volvía a llamarlas nunca.


- Vete a dormir anda – me dijo mi padre – y recuerda… de cara al público…


- Tengo que ser perfecto, sí lo sé – le dije levantándome


- Itachi… nada de rumores, por favor, díselo también a tu hermano cuando le veas – fue lo último que escuché de él antes de subir a mi habitación.


Ya estaba acostumbrado a esto, siempre a hacer lo que los demás querían, a tener que ocultar mis errores, a no poder hacer nada que quisiera, ni siquiera decidía sobre mis sentimientos, estaba obligado a querer a Konan, a vivir con ella, a tener mi descendencia con ella y no había lugar para protestas. Miré a la habitación de mi hermano con su puerta cerrada y lo único que pude pensar fue ¡Prepárate Sasuke, porque tras de mí, la siguiente vida que decidirán es la tuya!


 


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