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Enamórame por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Discupad las molestias pero no podré subir ningún capítulo hasta el lunes ya que me voy de visita familiar el fin de semana y no tengo internet.


Una vez más, disculpad las molestias y nos vemos el lunes.


Atte: Fullbuster

Jackal POV


 


No soportaba ver como trataban a Jellal y sé que yo había sido incluso peor, porque alguna vez que cogimos a algún otro policía, yo mismo le había tratado bastante peor, pero aún así, no soportaba ver a Jellal en esa situación. Supongo que me gustaba ese chico, tenía algo que los demás no tenían, tenía carácter, tenía fuerza, hacía cualquier cosa por salvar a los demás y era capaz de ponerse él mismo en peligro con tal de que dejasen a los demás tranquilos. Ese Loke era un imbécil por haberle dejado escapar, porque si yo hubiera tenido la mínima oportunidad de estar con él, jamás le habría dejado.


Sinceramente, todo el mundo me tomaba por homosexual, yo no lo era, había estado con chicas y había estado con chicos, no tenía claramente una distinción de sexos, me gustaba cualquier cosa, me enamoraba del carácter de la persona y Jellal… era increíble, su maldito problema es que era policía, un amor imposible para mí que era un simple delincuente.


Para ser honesto conmigo mismo, no quería que nadie le tocase, casi le consideraba como algo mío y tras tener la discusión con Tempesta, decidí ir a hablar con mi padre, principalmente para decirle que le quería para mí, que impidiese que le hiciera algo, lo quería sólo y exclusivamente para mi uso y disfrute.


Mi padre me entendió enseguida y hasta dijo que hablaría con el padre de Daphne para convencerles de que me lo dieran a mí. Esto era lo máximo que podía hacer ahora mismo por Jellal para sacarlo de ahí, aunque supongo que en mi ausencia tendría que apañarse él solo.


Entré por mi casa, bueno… por la casa de mi padre, una casa tradicional japonesa y crucé el puente del estanque mientras los guardaespaldas de mi padre me vigilaban con la mirada y me saludaban al pasar. Saludé a mi madre que estaba en la cocina con unas amigas y le pregunté por mi padre. Me indicó que se encontraba de reunión y que esperase un poco para que me atendiese, así que salí al jardín y me senté observando los peces de colores nadar en el estanque.


Aún quedaba algún cerezo en flor en el jardín, pero sé que pronto terminaría su época de flor. Esperé allí casi una hora y es que mi padre cuando se metía en temas de negocios… no había quien supiera a qué hora iba a terminar, vivía única y exclusivamente para trabajar. Yo en todo ese tiempo, estuve en el jardín y es que me encantaban las casas tradicionales más que los apartamentos, pero bueno, al final acabé viviendo en uno por no tener que estar siempre aguantando a mi padre en ésta casa.


Tenía la esperanza de que al ser hijo único, me dieran lo que pedía, porque siempre había conseguido todo lo que me proponía, era su hijo perfecto, así que esperaba que por un favor que iba a pedirle, me lo hicieran posible. Aún así, estaba preocupado por Jellal, porque me conocía yo mismo y sé las cosas horribles que le había hecho a los policías que alguna vez se metieron en nuestro camino y por tanto, sabía lo que era posible que le hicieran y no me gustaba pensar en eso, no quería que le hicieran daño a él, pero no tenía más remedio que estar aquí, porque si no conseguía que mi padre lo soltase para mañana, lo más probable, es que mañana estuviera muerto.


Vi salir a unos cuantos hombres del despacho de mi padre, entre ellos, el padre de Daphne. Mi padre salió el último y al verme en el patio, decidió acercarse un momento a mí sentándose en las escaleras del porche a mi lado antes de ir a tomar las últimas copas de Sake con sus clientes y amigos.


~ ¿A qué debo el honor de la visita de mi hijo preferido? – me preguntó sonriendo.


~ Papá, soy tú único hijo – le dije


~ Por eso eres el preferido – me remarcó y sonreí.


~ Quería pedirte algo como un favor personal – le comenté.


~ Tú dirás.


~ Daphne y sus secuaces han tomado preso a un policía – le dije – pero es que ese chico lo quiero para mí sólo y se por la propia Daphne, que le matarán para mañana, así que necesito que hables con ellos y me lo den a mí, como un regalo.


~ Así que ahora después de tantos años, quieres a ese chico como tu juguete personal.


~ Algo así – le dije por no darle explicaciones y mucho menos decirle que me había enamorado de él - ¿Me harás ese favor?


~ Lo intentaré – me dijo – hablaré ahora mismo con el padre de Daphne del asunto y espero que me den al chico para nosotros.


~ Gracias – le dije.


Mi padre se levantó pidiéndome que fuera a comer más a menudo a casa, que mi madre me echaba de menos y tras sonreírle asentí, supongo que debería venir más a ver a la familia ¡Al fin y al cabo, era su hijo preferido!


Me quedé allí un rato con la familia mientras mi padre se iba a tomar tragos con los demás. Mi madre estuvo orgullosa y encantada de que me quedase allí a cenar, aunque antes de la cena, Daphne apareció echa una furia por mi casa y casi me obligó a salir de la cocina donde estaba con mi madre para hablar con ella.


Hablar fue un decir, porque chillaba, estaba gritándome algo de que su padre le había obligado a darme a Jellal ¡mi padre lo había conseguido! Y es que lo que no consiguiera mi padre, no lo conseguía nadie.


~ Eres un maldito cabrón, sabes que fue él quien mató a mi hermano, era mío, no tenías derecho a quitármelo.


~ También mató tu hermano al suyo – defendí a Jellal – así que entre vosotros dos, estáis en paz, no hay deudas, quieres vengarte para crear más conflicto y deberías dejar las cosas como están, él no iba a por ti tras la muerte de su hermano.


~ Me da igual si él tiene principios o no, era mi hermano y quiero vengarle, ese chico tiene que morir.


~ No voy a permitírtelo, es mío por si no te ha quedado claro, me lo han dado a mí y yo me ocuparé de él.


~ ¿Tú te ocuparás de él? Venga ya ¿Qué vas a hacerle? ¿Hacerle el amor? Porque está claro que ni siquiera le estabas violando, no le estabas haciendo daño ni humillándolo. ¿No me digas que te has enamorado de ese policía?


~ ¿y si fuera así qué? – le pregunté – sigue siendo mío y lo trataré como me dé la gana.


~ Que bajo has caído, podías tener a cualquiera y te has ido a enamorar de ese asesino, de un puto policía ¿No recuerdas a cuántos de ellos has humillado? ¿A cuántos hemos asesinado? Y ahora quieres salvar a uno de ellos, al que mató a mi hermano ni más ni menos y no voy a permitirte eso.


~ Pues tendrás que hacerlo, son órdenes de tu padre. Jellal ahora es mío así que iré esta noche a por él.


~ Ven cuando quieras a por él – me dijo sonriendo – ya está medio muerto, te lo dejaré en su apartamento ¿Sabes dónde vive Jellal, no? – me preguntó.


~ Si se está muriendo iré a por ti, te lo juro que como le hayas hecho algo, vas a tener que ir mirando hacia atrás cuando camines, porque aunque seamos amigos desde la infancia, no permito que nadie se meta con lo que es mío – le amenacé – y sabes perfectamente lo temible que puedo llegar a ser a malas, no te recomiendo que te enfrentes a mí o a mi familia.


Daphne desapareció más enfada que de costumbre y mi madre se acercó a mí preguntándome si era verdad lo que había escuchado de ese policía. A mi madre no podía mentirle, así que confesé que había sentido algo por él, simplemente no quería que le ocurriera nada y sé que era un policía, que me estaba metiendo en un buen problema con esto, pero ese chico tenía algo que me encantaba, quizá su carácter, porque me recordaba un poco a mí, un auténtico guerrero que luchaba contra todo, me gustaba su fuerza de voluntad y su saber estar.


Aquella noche me tocaría ir a la casa de Jellal y fui… los secuaces de Silver y de Daphne no me dejaron entrar y me tocó esperar un poco fuera, hasta que me cansé, porque sé que debían estar planeando algo, así que entré a la fuerza y me dio igual a quien tuviera que llevarme por delante, no podían tocarle, era mío y punto. Cuando llegué a la puerta de su casa, Silver salía con una sonrisa y Daphne me sonrió también diciéndome que lo tenía dentro aunque yo sólo veía entre la oscuridad un bulto tirado en el suelo, ni siquiera se movía aquel bulto.


Entré corriendo acercándome a él y al tocarle, descubrí que estaba lleno de sangre, estaba lleno de moratones y de heridas, ni siquiera estaba consciente en este momento, pero al menos… respiraba y eso ya era algo. Todos se largaron dejándome allí sólo con él y no supe qué hacer, no podía llevarle yo a un hospital, me harían preguntas y no podía estar hablando con la policía, me descubrirían a mí ¿A quién podía decirle que viniera a ayudarle? Pensé en alguien y busqué el teléfono de Jellal por sus bolsillos hasta que lo encontré. ¡Llamé a Loke!


Sólo debía esperar que me creyese y viniera a por él, que le ayudase, porque en este momento, a mí me era imposible ayudarle más, se estaba muriendo en mis brazos y sé que le habían disparado silenciando el disparo, porque uno de los cojines de su lado tenía un agujero de bala y su estómago sangraba demasiado. Intenté presionar la herida para que no se desangrase allí mismo y cuando Loke dijo que venía de inmediato, llamé a la ambulancia dando el nombre de Loke.


 

Notas finales:

Se que lo he dejado en un punto de gran duda y me discupo, el lunes a primera hora subiré el siguiente capítulo.


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