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Siempre es de noche... por Darkneko

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Notas del capitulo:

ohayo gente bonita que lee las chorradas que escribo ^o^... bueno me entretuve por varias razones que no voy a decir XD... bueno espero les guste el nuevo capitulo... :P

naruto no me pertenece si no a Kishimoto-sensei a quien respeto y sobre todo admiro *u* viva kishi *o*

sin mas que decir... a disfrutar ^o^... (creo ¬_¬)

     Se sentía realmente incomodo con la situación, nadie le había tocado de esa manera, como era posible que se sintiera de esa manera, solo le estaba ayudando a limpiarse el chocolate, ¿verdad?... 

     - Itachi-san… onegai… tomeru… se siente extraño… onegai… - suplico al momento en que sus manitas tomaron la cabeza del mayor para alejarlo de su cuerpo, sus ojos estaban completamente cerrados y su respiración se encontraba agitada por el susto que le proporcionaron.  Suplicaba, se sentía mal, era todo tan extraño, no comprendía como había llegado a ese punto, pensó en Sasuke, las manos de su hermano no eran parecidas a las suyas y no desprendían ese calor que le hacía sentir tan bien “Sasuke…” pensó al momento que una lágrima silenciosa descendía por su mejilla. 

    El solo hecho de ver esa lágrima cristalina producto del acto que había hecho, fue suficiente para detenerle por completo, que rayos estuvo a punto de hacer y encima de todo a un niño, la culpabilidad le llego de plano en todo su cuerpo, observó al rubio comenzar a temblar asustado por lo que sucedía en ese lugar, suspiro, ya había descubierto lo que su hermano añoraba de ese pequeño, aquella calida sonrisa la que quería proteger a cualquier costa y que él, por sus actos estuvo a punto de borrar, sonrió burlándose internamente de sí mismo, como era posible que pensará tan siquiera que alguien como su hermano tuviera una mente tan depravada como la suya, la sola idea se le hizo ridícula. 

     - Naruto… gomen… es que ya no había paños… ven vamos al cuarto de baño para que te limpies… voy por tus cosas… te esperare afuera… aquí tengo las cosas para Sasuke… - le sonrió, si antes se sentía estúpido ahora se sentía más, el pequeño no podía ver su rostro, aun así, al extender su mano, cerró los ojos pensando que el pequeño cambiaría pero su sorpresa fue mayor al sentir la calida mano del pequeño aun temblando un poco sobre la suya. 

     - Arigato… Itachi-san… por ayudarme a limpiar el desastre… por traernos aquí y pagar todas estas cosas… ahora entiendo porque Sai-niisan te quiere mucho… - esta declaración del pequeño le sorprendía, no solo por el hecho de que perdonara ese repentino ataque libidinoso, pero claro aquel pequeño no comprendía que era la, lujuria ya que Sai le había educado como a un padre solo con lo mejor del mundo y el hecho de que Orochimaru ya le hubiera mancillado no era motivo para pensar que dejaba de ser inocente, ya lo había demostrado, el no conocía la malicia que existía en el mundo y eso era algo de agradecer, podías percibir con el simple tacto que ese pequeño que le sonría nervioso, apenado y un poco tonto despedía un color puramente blanco, sin ninguna mancha en su interior como otros, incluyéndose él mismo en esto. 

      - Dô itashimashite… - contesto completamente rojo, era la primera vez que alguien le trataba como igual y no como un Uchiha, ahora entendía porque su hermano era se afanaba por que aquel pequeño no perdiera lo que le hace tan especial para la gente que en ese momento le esperaba para el postre. 

     Fue en ese momento en el que caminaban por los pasillos que recordó las palabras del pequeño, temía preguntar, tal vez estaba malinterpretando las palabras del rubio nuevamente, pero era necesario saber, Sai se le hacía una persona impresionante y lo que más quería era hacer feliz a Naruto para que Sai estuviera feliz, sabía que eso le gustaba, pero en el fondo se negaba a aceptar tal cosa, como el primogénito de los Uchiha debía ser él quien tuviera descendencia para poder seguir con las tradiciones familiares. 

      - Etto… hace un momento mencionaste a Sai… ¿Qué te ha dicho acerca de mi?... – preguntaba inseguro, era la primera vez que se veía interesado por alguien sin darse cuenta, sabía que le agradaba pasar tiempo con el moreno, pero nunca supo la verdadera razón, ahora tenía interés con él, ¿porque el pequeño le había contado de él?... no, era porque realmente le interesaba lo que Sai pensará sobre él. 

    - ¿Eh?... pues todas las noches me cuenta lo bien que se la pasa la tarde platicando contigo… dice que eres muy especial… que te quiere mucho, pero que tu sientes interés por otra persona tebayo… - la última frase lastimó no solo al rubio que quería que su cuidador tuviera una persona especial a su lado sino al moreno, lo peor de todo era que realmente no sabía porque le lastimaba el pensar que en el interior aquel moreno de precioso sentir esta mal por su culpa. 

     - Puedes estar seguro de que no es así… - le respondió cuando se encontraban en el baño, que se localiza en la habitación del pequeño, mientras que Itachi esperaba con los brazos cruzados en el soporte de la puerta, recargando su peso, pensando y esperando a que el pequeño se quite el chocolate de encima. 

     - El shampoo es la botella que se encuentra frente a ti del lado derecho… - mencionaba al escuchar el agua cerrarse, mientras que varias cosas eran golpeadas con las manitas del pequeño que buscaba sus instrumentos. 

     - ¿Seguro que puedes solo?... – pregunto preocupado pues el pequeño había soltado un pequeño quejidito cuando se escucho un estruendo pequeño, producto tal vez de que la botella se resbalara y le diera en el dedo del pie. 

     - Hai… solo se me ha resbalado la botella del las manos y me ha dado en un pie dattebayo… nada que un besito no solucione… - Naruto se peleaba con las texturas que aquella sustancia le esparcía en las manos era gracioso sentirla pero a la vez era un poco molesto puesto que todo se le resbalaba y comenzaba a sentir irritados los ojos, mientras se tallaba la cabeza pero no se quejo. 

     - ¿Ya terminaste?... – preguntaba levantándose de su posición para estar de pie frente a la puerta, cuando el agua se dejo escuchar y solo salio un suspiro satisfactorio y una pequeña frase “ah que rico no tener chocolate encima” cosa que le hizo sonreír. 

     - Hai… ¿Dónde esta la toalla? Tebayo… - pregunto palpando la pared afuera de la ducha para poder secarse y salir al encuentro de los demás que deberían estar preocupados. 

     - Esta a la derecha de la ducha cerca del inodoro… - respondía al pequeño con una sonrisa en los labios, definitivamente ese pequeño era muy especial, era al culpable de dos cosas, que la sonrisa de Sasuke regresara después de lo que ocurrió aquella vez y que ahora él mismo sonriera de manera sincera, cosa que nunca supo hacer bien, siempre resultaba ser simplemente una mueca de agrado, más nunca una sonrisa, haría todo lo que estuviera a su alcance con tal de ver a su hermano y al pequeño siempre felices, se prometió internamente. 

     - Ah… ya la encontré… arigato dattebayo… - se escuchó detrás de la puerta la cortina que le separaba abrirse, los suaves movimientos de la toalla al frotar la tela sobre ella eran simplemente acompasados, ese chico desprendía inocencia y pureza eran muchas, haciendo que su presencia se hiciera necesaria para controlar algunos errores en la personalidad, como le había hecho con el pequeño Gaara, ese niño pelirrojo se le hacía muy interesante, casi tanto como el rubio, su personalidad abierta solo a algunas personas le llamaba la atención en gran manera. 

     - ¿Estás listo?... nos están esperando… - toco a la puerta, pero el pequeño no salía, solo se escuchaba su suave voz insultándose a si mismo por lo bajo, abrió la puerta pidiendo permiso para entrar y Naruto se peleaba por hacer el nudo nuevo a la yukata que traía puesta en ese momento, de un tono naranja tan bajito que parecía crema sin estampado, dejando ver su fina figura tras la tela, sonrío un poco acercándose al pequeño. 

     - Permíteme… - comentó a la altura de la cintura del menor, mientras que este detenía cualquier movimiento para evitar que algo saliera mal, le ataba su cintura con la cintilla de una manera tan delicada que n sintió nada mas que el último tirón finalizando de esta manera el moño que le ataba he impedía que su cuerpo estuviera desprotegido. 

     - Vamos… - terminó levándose del suelo y tomando todas las cosas para el postre en sus manos, comenzaron a caminar de nueva cuenta al comedor por aquellos pasillos solitarios y callados por donde no había nadie en esos momentos… 

     En el comedor Sasuke regresaba, deteniendo su marcha al no ver la cabeza rubia que esperaba sentado en el lugar donde momentos antes le dejo, llego hasta con Sai preocupado por no encontrarlo, no se había percatado de que su hermano tampoco se encontraba presente, el único que habitaba sus pensamientos era el rubio en esos momentos. 

     - ¿Sai, dónde esta naruto?... – pregunto intentando que su voz saliera lo más serena posible, pero miles de pensamientos de lo que le pudo haber pasado surcaban su mente, si algo le pasaba no podría perdonárselo nunca debía estar con él, pero no lo estaba, estaba permitiendo que algo le ocurriera. 

     - Descuida Sasuke-san… está con Itachi-san… - contestaba el moreno llevándose a los labios un poco de té de su baso.  

     - Ya se tardaron bastante… ¿no creen?... – comentó Kiba muy tranquilo con los codos sobre la mesa y con Shikamaru acostado a su lado en el suelo, esperando en una posición cómoda que llegara el postre, bostezando de vez en cuando por el sueño que llegaba a afectarle incluyendo al resto de los pequeños que se restregaban los ojos en un vano intento de que su visión permaneciera firme, pero sin éxito alguno. 

     - Voy a buscarles… - pronuncio Sasuke mientras se dirigía a los pasillos donde se conectaban los cuartos con el comedor y la cocina, siendo su camino interrumpido por una voz suave que le llenaba de tranquilidad y alegría el corazón. 

     - Sasuke estará muy contento con lo que le hemos traído… - reía bajito el rubio llegando con un frasco de chocolate abrazado con una mano mientras que con  la otra sostenía el dedo pulgar del mayor que le encaminaba por los pasillos aun desconocidos para el pequeño.

     - Ya verás que si… -  contestaba con una sonrisa mientras veía feliz el comportamiento del pequeño, era realmente lindo cuando sonreía. 

     - Ah… Sasuke… - comentaba al ver a su hermano, deteniendo su camino y soltando la mano del pequeño. 

     - Naruto… - susurro el menor de los Uchiha y el pequeño hecho a correr en dirección al que le llamaba abrazándose al azabache con fuerza sin soltar el frasco de chocolate que traía aun entre las manos, sintiéndose reconfortado por aquellos brazos que siempre le hacían sentir cómo y sobre todo feliz, mientras que el moreno le regalaba una sonrisa, abrazándolo con fuerza, acariciando sus espalda y su cabello, percatándose que este se encontraba mojado, miró un segundo su yukata, notando que no era la blanca de hace momentos atrás. 

     - ¿Por qué tienes el cabello mojado?... – pregunto un poco alarmado, como era posible que eso pasara, ¿Qué había sucedido? 

     - Tome una ducha… es que me embarre de chocolate cuando fui a buscar el postre… Itachi-san me llevó a lavar… - contesto tocándose el pelo y la ropa con la mano libre mientras sonreía para tranquilizar al azabache, le quería mucho de eso estaba seguro y no quería que se preocupara por él.

     - Vamos a comer postre… - Sasuke besa el cabello rubio en un gesto para darle a entender que le cree, le toma dulcemente de la mano y lo lleva hasta la mesa, sentándolo al lado de Gaara, quien estaba recargado en la mesa en una posición bastante incomoda. 

     El sueño les estaba venciendo a todos, el hambre ya se había calmado y ahora solo necesitaban un buen descanso, aun tenían muchas vacaciones por delante. 

     Las habitaciones fueron entregadas, Sasuke le mostraba como llegar a su habitación por si algo le pasaba o simplemente no podía dormir, todos en sus cuartos se preparaban para pasar la noche, los pasos de dos personas se escuchaban en el pasillo junto con susurros contando las puertas una y otra vez añadiendo los nombres de sus moradores, pasados algunos minutos todo el lugar se encontraba en silencio. 

     Sai le susurraba un cuento a Gaara mientras le acariciaba las hebras rojizas para tranquilizarle y hacer que duerma, entre sus manos se encontraba shukaku, seco después de una ronda en la secadora durante la tarde, al parecer necesitarían comprar otro cuando regresaran, el pequeño se aferraba a shukaku mientras era arrullado por las palabras tranquilizadoras del moreno, sentía un poco de miedo de estar en un lugar apartado, más por ahora no estaba Naruto con él, pero el solo hecho de saber que su cuidador estaba con él le tranquilizaba, pocos minutos después fue presa del sueño, durmiendo tranquilamente en los brazos del ojinegro quien se durmió minutos después que el pequeño… 

     Ino no podía conciliar el sueño, estaba enlistando todas las cosas que le había hecho al pequeño, lo menos que quería era que le pasará algo mientras ella dormía, por suerte su habitación y la del pequeño estaban juntas, si algo le pasaba estaba segura de que podría escuchar perfectamente lo que ocurriría, tenía el sueño ligero por si las dudas, cuando todo estuvo listo y escucho los sonoros ronquidos del pequeño Chouji, sonrió complacida dormitando por momentos para no perder pista de lo que le acontecía al niño a su cuidado...

     Shino, miraba los frascos en los que tenía encerrados a varios animalitos que se encontró tanto en la playa como en el bosque cercano a la casa, eran increíbles a su parecer y se revolvían en sus frascos intentando en vano escapar de su prisión de cristal, según las ordenes de Lee, les colocó arena a los que descubrió que no eran insectos, pero aun así los conservó, le agradaban aquellas formas que se mostraban ante si, le colocó un poco de agua de mar, simulando una mini playa para que estuvieran cómodos en su nueva casa, a la mariposa que cazó le colocó hierbas y flores para que se posará y alimentara, al igual que a los demás insectos, mirándolos cayó profundamente dormido con una sonrisa disimulada en sus labios, soñando con atrapar insectos quizás... 

    Lee no tenía problemas con su pequeño a cuidar, sabía que si algo le pasaba llegaría a su habitación, por lo que se quedo profundamente dormido en un tiempo record, mientras que de su habitación los ronquidos salían, pero no molestaban a nadie...

     Neji al igual que Hinata se encontraban leyendo un libro en sus respectivas habitaciones hasta que el sueño les fue venciendo y poco a poco durmieron tranquilos, disfrutando de la brisa marina que entraba por sus ventanas entreabiertas...

    Shikamaru descansaba hacía horas atrás, con Akamaru a los pies de su cama por si algo sucedía durante las horas nocturnas, su puerta necesitaba permanecer abierta un poco para poder salir el can y llamar a su amo en dado caso de que al pequeño le sucediera algo, mientras Kiba al igual que Ino procuraba tener un sueño ligero para evitar grandes problemas con su niño al cuidado, sabía que Akamaru le ayudaría y le avisaría si algo pasaba, durmió un tanto seguro por esto, aunque pendiente por los nervios.

    Itachi por su parte permanecía despierto pensando en todas las cosas que hizo el día de hoy y lo que estuvo por hacer, reprochándose internamente lo que hubiera pasado si no se hubiera detenido, era un completo estúpido como era posible que pudiera perder no solo la sonrisa del pequeño y con ella la de su hermano menor, sino también la de todos los pequeños y los cuidadores, él mismo fue testigo de lo que pasaba cuando al pequeño le consumían las sombras, sobre todo le dolía de sobre manera ver el rostro entristecido de Sai, ese joven de enigmática sonrisa le llamaba mucho la atención y no sabía porqué, recordó lo que el ojiazul le mencionó y sonrió, su misión ahora era mas grande, proteger la sonrisa de Naruto, la de Sasuke y sobre todo la de Sai... 

    Sasuke estaba tranquilamente dormido, soñando con la sonrisa de la persona que le robó algo importante, su cariño, además de regresarle algo que jamás pensó en recuperar, la sonrisa que murió junto con el cuerpo de su padre, tenía tantas ganas de tener a Naruto en esos momentos en los brazos, acariciarle el cabello hasta que se durmiera a su lado y disfrutar de su calor, se sentía tranquilo teniéndolo a su lado, le encantaba ese olor que despedía el pequeño, sus pequeñas manos cuando tocaban las suyas en el abrazo, todo el ojiazul le hacía apreciarlo más, soñaba con él y eso le hacía feliz... 

     Naruto por su parte, no podía dormir, era la primera vez que dormía solo y no le agradaba mucho la idea, se levanto en silencio de la cama que le prepararon, aquellas sabanas de textura suave eran realmente frías al tacto, la oscuridad no le preocupaba, ya estaba acostumbrado, pero la soledad era algo que realmente tenía, abrazando la almohada se encaminó a la puerta tocando con una mano la pared para no caer, tenía intenciones de ir al cuarto de Sai, pero después de pensarlo unos momentos decidió dejarle dormir tranquilo, contó los cuartos mientras que sus pasos eran amortiguados con los pies en punta intentando no despertar a nadie. 

     Recorrió con cuidado las puertas corredizas que le separaban del interior de la habitación, colocando los pies dentro abrazo la almohada, tal vez esa no era una buena idea pero aun así, se atrevió a susurrar solo para la persona en la habitación que ya había visto su figura en el marco de la puerta y le miraba intrigado observando sus movimientos y esperando la frase que delatara su presencia en esa habitación.

-      Sasuke… - murmuro en voz sumamente baja pero audible entre el silencio que reinaba, aquella figura se levanto de la cama y poso una de sus manos en la mejilla del pequeño, mientras que sonreía con dulzura por el acto del pequeño, quien cerro los ojos para desfrutar de la caricia en su mejilla, besó con ternura su frente para después abrazar ese frágil cuerpo infantil que aun tenía la almohada entre las manos. 

    - Deja te llevo a su habitación… - le susurro en el oído, abriendo nuevamente la puerta que el pequeño había cerrado al entrar, tomando su mano para caminar unos cuantos pasos a la habitación del menor de los Uchiha. 

    - Es aquí… - abrió lentamente la puerta y dejó entrar al pequeño, revolvió sus cabellos para irse, pero se detuvo al escuchar la voz del infante llamarle. 

     - Arigato Itachi-san… - pronunció el pequeño esbozando una sonrisa, los pasos de quien le acompañaban se terminaron en la habitación contigua. 

    Se adentro a la habitación tentando la pared hasta que se encontró atrapado en unos brazos, sonrió complacido aunque algo entristecido porque no pudo encontrar la cama por sus propios medios. 

     - Sasuke… - murmuro tocando las manos que se enrollaban en su pecho dándole aquel toque tan calido que tantas veces sentía y que le llenaba el pecho de algo que no sabía que era pero que le agradaba de sobre manera. 

     - ¿Qué pasa Naruto?... – pregunto colocando su cabeza en el hombre del rubio quien de igual modo apoyo su cabeza en la contraria para tener mas contacto mientras murmuraba la respuesta a aquella pregunta. 

     - No estoy acostumbrado a dormir solo… ¿puedo dormir contigo?... – pregunto temeroso de la respuesta, como contestación escucho una suave risa mientras que el abrazo se apretaba mas y los labios del moreno se estamparon en su mejilla. 

     - Claro… ven… - pronunció separándose para tomar su mano y caminar hacía su cama, al llegar permitió que el pequeño entrara primero para después seguirlo. 

     - Aquí no esta frío… - sonrió sintiendo el calor del cuerpo contrario junto con esa fragancia tan dulce y refrescante que despedía el cuerpo del moreno, su voz se lleno de melancolía por lo que pediría a continuación, sonaba tan estúpido pero realmente lo necesitaba. 

     - Sasuke… - susurró mientras que el moreno se juntaba a su cuerpo cubriéndoles con las mantas del frío de la noche. 

    - ¿Qué pasa?... – pregunto extrañado, su voz se notaba algo… ¿cómo descifrarla… triste?... ¿nostálgica?... definitivamente no le gustaba ese sonido de voz, tampoco el brillo lleno de dolor que se veía en sus ojos con el brillo de la luna que traspasaba por la ventana abierta de la habitación. 

     - ¿Puedo tocarte?... – pidió mientras unía sus frentes y sus manos temblaban un poco, en esos momentos quería terminar el juego, quería conocer a la persona que se había vuelto necesaria para su existencia, quería saber si realmente era como se lo imaginaba, pero en esos instantes le era imposible saberlo.

     Sonrió con algo que le lastimaba en el corazón, tomó las manos de Naruto con delicadeza y las dirigió a su rostro, cerrando los ojos al sentir el calor, de esas manos tan suaves, tersas y pequeñas que le acariciaban con sumo cuidado, mientras que un pequeño sollozo mezclado con una sonrisa escapaba de los labios del ojiazul, tocando, sus parpados, labios, orejas, su nariz jugando un poco con ella, sus mejillas, su frente, su cabello, barbilla, cuello. 

     Momentos después soltó las manos del pequeño para que él mismo tocará cuando quisiese, pasando sus manos por sus cabellos una vez mas, juntando sus frentes de nuevo para besar la punta de la nariz del ojinegro y sonreír mientras que sus manitas bailaban en la espalda fuerte del mayor aferrándose a ella en un abrazo que tanto necesitaba, sollozando por lo bajo. 

    - ¿Qué ocurre?... ¿Por qué lloras?... – pregunto asustado mientras que abrazaba la espalda del pequeño, regalando besitos en sus hebras doradas para calamar su llanto que era tan débil quizás para no despertar a nadie. 

     - Estas tan cerca… demo… no puedo verte… no hasta que este juego termine… tebayo… eso me entristece… gracias a los juegos de Kakashi-sensei puedo verte a través de mis manos… eres tan hermoso… pero no me basta… quiero ver a la persona de quien me enamoré… - termino hundiendo su rostro en el pecho del moreno, restregándolo suavemente para borrar el rastro de su tristeza. 

     Le abrazo con más fuerza, eso realmente le había dolido y no un poco, realmente le partió el alma, como era posible que después de todo lo que habían hecho no hubiera funcionado nada, pero no se rendiría tan fácilmente, todo la barbilla del pequeño, le miró a sus cristalizados ojos que temblaban por la impotencia que sentía en esos momentos y con las lágrimas que amenazaban por salir. 

     - Naruto… te quiero muchísimo… ¿podría… besarte?... – preguntó con un tono carmín en sus mejillas logrando que el pequeño también se sonrojará. 

    - Hai… - contestó tímido cerrando los ojos y levantando sus labios para unirlos con los del moreno en un roce tan delicado y a la vez tan necesitado por ambos, en aquel acto se expresaban todo lo que querían decirse pero que tenían miedo de lo que esas palabras pudieran crear, sus labios eran carnosos, suaves, perfectos pensaron ambos, no tenían otra forma para describirlos, esa mezcla de de sabores a menta por parte del moreno y a naranja por parte del rubio se mezclaban encantadora mente, mientras que sus mejillas se tornaban más rojas, después de unos segundos se separaron con una sonrisa en los labios y los ojos aun cerrados. 

     Cuando Naruto abrió los ojos poco a poco después de ese gentil gesto por parte del moreno las lágrimas comenzaron a descender por su rostro, tocando nuevamente la piel del rostro del moreno quien no entendía el porque de las lagrimas del pequeño, pero se dejó llevar por aquellas caricias, eran placenteras, cerró nuevamente los ojos para disfrutar de ese mágico toque, esas manos curiosas comenzaron a temblar, tocando con  paciencia sus labios, mientras su llanto aumentaba poco a poco pero sin emitir ruido alguno, secó con sus manos el producto de su emoción reprimida, animándose a preguntar.

     - Naruto… ¿Qué pa…?…- no pudo terminar la pregunta ya que en ese momento la voz del rubio interrumpió el comentario que estaba apunto de decir. 

     - Creo que me meteré en problemas por esto pero no me importa… tebayo... - comentó mientras sus manos vagaban por las mejillas del moreno tocándolas con gran delicadeza, como si de algo muy frágil se tratara. 

     - ¿Por qué lo dices?... – pregunto sonriente mientras acariciaba el pelo rubio con lentitud mostrando una calida sonrisa. 

     - Rompí nuevamente las reglas del juego… pero no me importa… sabía que eras hermoso… pero no me imagine que tanto… - pronunció mientras que escondía su cabeza en el pecho del Uchiha que no sabía como procesar esa información. 

     No insistió, sonrió feliz por lo dicho, el pequeño ya había visto y se alegraba enormemente de ser lo primero que veía desde hace años o que eso creía, le abrazó con fuerzas mientras besaba una y otra vez sus cabellos rubios. 

     - Vamos a descansar… - termino el moreno acercando ese pequeño cuerpo al suyo conteniendo la felicidad que le invadía la noticia, sin saber que entre las sombras el plan de un hombre se interpondría en la felicidad que hace momentos había descubierto. 

     Ambos durmieron con lago, recibiendo el calor del cuerpo contrario mientras que sus cuerpos eran bañados por la luz de la luna llena que se colaba por la venta abierta dándole a sus pieles un toque de magia para aquel que mirara sus rostros infantiles… 

     - Naruto… duerme tranquilo… porque esta será la última vez… Uchiha… más vale que te separes de lo que no te pertenece… - las palabras del pálido hombre atravesaron el viento arrastrando todo rastro de aquellas intenciones malvadas, esperando el momento en el que el menor de los Uchiha se separara de lo que por derecho, era suyo y que recalcaría nuevamente. 

     - Eres mío… - replicó a la oscuridad mientras regresaba a su escondite en las profundidades del bosque, repasando nuevamente su infalible plan mientras que en aquella gran casona todas las luces se encontraban apagadas.

Notas finales:

que les parecio? alguien adivina lo que planea orochimaru?... quien diria que un besó regresaría la visión del rubio?... lo mas importante... realmente recobró la vision?... quien  adivina? ^o^... por cierto zoe me dio una encatandora imagen que queda perfecta para este capitulo, espero que no le moleste... hora... mitte minna...

bueno no tengo nada mas que decir... nos vemos en el siguiente capitulo... cuidense mucho gente bonita... matta ne... ^u^...


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