Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamórame por Fullbuster

[Reviews - 576]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Gray Fullbuster POV


 


Del suceso de mi hermano pasaron por lo menos dos meses hasta que estuvo completamente recuperado de sus heridas. El padre de Loke fue acusado y tuvo que pagar una fuerte fianza, aunque ni eso le excluyó de pasar una temporarita en la cárcel tras su complicidad con Silver.


De Silver… pocos fueron a su entierro, al menos eso me contaron, porque yo tampoco fui y eso que era mi padre, supongo que no lo veía como tal. Jellal sí que fue, aunque sinceramente, no le vi muy afectado por su muerte, más bien estaba afectado porque había sido él quien le disparó, no creo que disparar a tu propio padre por muy cabrón que fuera en vida, sea un plato de buen gusto, pero Jellal se calló y se guardó el dolor por dentro, como siempre hacía.


Al menos, aunque Jellal estuvo mucho tiempo ingresado en el hospital, sus heridas sanaron bien y Loke no se separó prácticamente ni un segundo de su lado, excepto cuando tenía que ir a trabajar o a ducharse y cambiarse de ropa, hacía vida de hospital, como si tuviera miedo de dejar sólo a Jellal y que algo malo pudiera volver a ocurrirle.


El día que iban a darle el alta médica, yo fui temprano al hospital para ayudarle, pero sonreí cuando me encontré a Loke tumbado en la camilla abrazando a un dormido Jellal acurrucado en su pecho. De verdad que parecía tan serio Jellal cuando estaba despierto y sin embargo… verle así, me recordaba a un niño pequeño en busca de protección.


No quise despertarles, así que me fui un rato a la cafetería y estuve estudiando, porque desde hacía demasiado tiempo, que no iba por clases, menos mal que la asistencia no era obligatoria, pero ahora me tocaba estudiar todo lo que no había podido hacer antes, así que se me acumulaba el trabajo. Por lo menos… gracias a estos últimos meses y las clases intensivas de japonés de Natsu… las cuales iban más vinculadas a tener sexo y meterme la lengua hasta la campanilla… había conseguido entender más o menos casi todo el japonés, eso sí… seguía sin saber hablarlo correctamente y pasaba de hacerlo, no fuera a ser que me ocurriera lo mismo que le pasó a Sting con Rogue y fuera por ahí pidiendo besos a la gente.


Con Rogue había estado poco tiempo estos meses, se había recluido en casa y no quería salir bajo ninguna circunstancia. Creo que tenía un poco de miedo a encontrarse con Zeref o incluso con Rogue, porque las pocas veces que había hablado con él, parecía tener vergüenza hasta de mirarle a la cara a su novio, o ex novio, porque ya no sé lo que tenían. No debía ser fácil estar en su situación y menos sin saber lo que ocurría. Lo que estaba claro, es que últimamente mejoraba, porque decía que ya no sentía tanta atracción por Zeref, aunque sí que es verdad, que tampoco le había visto, así que no podía estar completamente seguro de ello.


Lo mejor de estos meses… era sin duda que Natsu caminaba, había vuelto a su trabajo y el sexo con él seguía siendo lo mejor. Esos traumáticos meses que pasó sin poder mover sus piernas, habían quedado en el pasado y me alegraba, porque había vuelto a ser el Natsu que yo conocía, ese chico alegre y risueño, el que siempre estaba para ayudar a todo el que lo necesitara.


De Mirajane lo poco que sabía de nuestras conversaciones telefónicas, es que había terminado sus servicios comunitarios en el psiquiátrico y ahora trabajaba de recepcionista para una clínica dental. No estaba mal su cambio y además… se había dignado a conocer al novio de su hermanita, el profesor de universidad, un tal Cobra.


Lo poco que pude saber de aquello, es que Lisanna parecía muy feliz y aunque seguían manteniendo su noviazgo en secreto frente a todos debido a que era su profesor y que ella era menor pudiendo causarles problemas, Mirajane le había invitado un día a cenar, tal y como ella me dijo… Si no puedes con ellos únete a ellos. Supongo que prefería saber quién era el chico por si alguna vez sucedía algo.


En cuanto a Minerva, la prima de Sting, se pasaba los días en casa del rubio, supongo que ambos hablaban de Rogue y por supuesto, de aquel problema que tenía Minerva con lo de su madre. Era muy buena la relación que mantenían, realmente parecían hermanos más que primos, pero eso era bueno. A mí me gustaba la idea de que Minerva pasara mucho tiempo en casa de Sting, porque le vigilaba y le animaba, al menos no estaba solo y no me preocupaba tanto su estado, aunque siempre que tenía un hueco, me escapaba a verle y hablábamos los tres un rato.


Salí de la cafetería tras una hora para encontrarme a los dos tortolitos besándose con ternura encima de la camilla. De verdad que estos dos no podían separarse ni un solo segundo… eran increíbles. Con el carácter tan fuerte que tenían ambos, sobre todo Jellal… y nada, ahí estaba, besándose y sonrojándose como un quinceañero con su primer novio. ¿Quién lo diría del Jellal que yo conocía?


Carraspeé un par de veces para indicarles de que acababa de entrar en la habitación y ante la sorpresa, se separaron enseguida dándome los buenos días. Loke se bajó de la camilla y se fue a buscar un par de cafés mientras yo me sentaba en una de las sillas frente a mi hermano.


~ Que cambio – le dije refiriéndome a Loke - ¿Todo bien? – le pregunté.


~ Sí – me dijo Jellal.


~ ¿Habéis arreglado bien todo el asunto de tu pasado?


~ Le costará un poco hacerse a la idea pero estará bien, no creo que vaya a tenérmelo muy en cuenta.


~ ¿Y sobre tu trabajo?


~ Pues los documentos donde explicaban mi antiguo trabajo voluntario… - lo expresó de esa forma para no decirme que era prostituto -  han desaparecido, no se encuentran, así que sin pruebas, no han tenido más remedio que volver a aceptarme.


~ ¿Eso es bueno, no? – le pregunté.


~ Sí, pero tengo un pequeño problema… y es que dos miembros de la misma unidad no pueden salir juntos.


~ ¿Enserio?


~ Si, dicen que podría darse el caso de que si un civil y tu pareja en acto de servicio estuviera en problemas, priorizarías a tu pareja antes que al civil, y eso no se puede permitir en nuestro trabajo – me explicó.


~ ¿Y entonces qué vais a hacer?


~ En realidad… nos harán un examen psicológico, tanto a mí como a Loke para identificar si seríamos capaces de defender al civil por delante de nuestra pareja.


~ Entonces lo pasas seguro – le dije sonriendo – porque no he conocido nunca a nadie como tú, el deber por encima de todo lo demás. Serías capaz de dejar a Loke con tal de hacer tu trabajo.


~ Es posible, si es así, no hay problema, me dejarán estar con él siempre que se aseguren de que salvaría al civil antes. – sonrió.


~ ¿Y se ha quedado a dormir contigo? – le pregunté sonriendo de esa forma mía tan peculiar como dando a entender si había pasado algo más.


~ Sí, pero solo a dormir. Estamos en un hospital Gray – me dijo haciéndose el ofendido para luego susurrarme – ha sido el mejor sexo de mi vida.


Empecé a reírme como nunca, me reñía  a mí y a mi mente perversa por pensar que iba a tener relaciones en un hospital y resulta, que lo había hecho, era un caso. Podían haberlos pillado en cualquier momento y les daba igual. De verdad que mi hermano cada vez me sorprendía más y más. Yo no me atreví a hacerlo ni una vez en el hospital con Natsu.


Cuando Loke volvió, me comunicó que él lo llevaría a casa en cuanto le dieran el alta, así que me marché a la base del equipo a buscar a mi novio, porque quería al menos ir a recogerle, estaría a punto de salir de su turno.


Caminé hasta la base y al llegar, la recepcionista me atendió con una gran sonrisa y llamó a Natsu para que bajase a por mí. Le vi venir con una gran sonrisa y se acercó hasta mí cogiéndome con fuerza por la cintura para atraerme y besarme.


~ ¿Has venido a recogerme? – me preguntó con una sonrisa.


~ Sí – le dije.


~ Creí que ibas a ayudar a tu hermano, ¿No le daban el alta hoy?


~ Está Loke con él, así que ya sabes… - le dije sonriendo – sexo salvaje en cuanto lleguen por el apartamento – Natsu empezó a reírse.


~ De verdad que tu hermano no cambia – me comentó riéndose. - ¿Sabes una cosa? – me preguntó mientras caminábamos hacia el vestuario, abrió la puerta y me dejó pasar – que yo también tengo ganas de sexo – me susurró al oído cuando pasé por su lado para entrar al vestuario.


~ ¿Aquí? – me preguntó.


~ ¿por qué no? – me preguntó él sonriendo – siempre dices que te gustaría hacer alguna locura como hace tu hermano, ¿Por qué no ésta?


Sonreí y le empotré contra una de las taquillas con fuerza mientras le besaba. Sentí sus manos colocarse en mi cintura y atraerme hacia él mientras colaba su lengua dentro de la mía, explorando y jugando con mi propia lengua. Sus manos empezaron a desabrochar mi camisa y él tenía ventaja en eso, porque yo no sabía cómo diablos se desabrochaba toda esa coraza de protecciones que llevaba él.


Natsu sonrió y se lo quitó él mismo quedándose sólo con la camiseta corta y el pantalón de campaña con las botas. Me giró casi sin darme cuenta y acabé con mi espalda contra la taquilla siguiente a la que yo había empotrado a Natsu, aunque éste colocó una cara extraña y me movió a la siguiente.


~ ¿Qué ocurre? – le pregunté


~ En esa no, me da escalofríos.


~ ¿Te da escalofríos apoyarme en una taquilla?


~ Es que es la de tu hermano – me dijo – ya me costó convencerle de que teníamos una vida sexual normal y que no hacía cosas raras contigo como para que se entere ahora de que te estoy follando contra su taquilla. Es capaz de venir a caparme.


Empecé a reírme porque sonaba a Jellal, podía imaginarme a mi hermano venir corriendo a pedirle explicaciones a Natsu sobre por qué tenía relaciones conmigo, como si tuviera que protegerme de todo y de todos, porque aunque se llevaban muy bien, Jellal seguía siendo muy protector conmigo y mis cosas.


~ ¿Tienes miedo a mi hermano, Natsu? – le pregunté sonriendo con ironía.


~ Mucho – me dijo besándome de nuevo – que se ocupe Loke de su carácter – no podía parar de reírme porque desde luego Loke… tenía trabajo con mi hermano.


Natsu besó mi cuello con fuerza y creo, que si seguía succionando así, me dejaría marca y todo, pero me hizo reír y es que con él, todo era una aventura, me encantaba todo de él. Tampoco quiso sentarse en ningún lado o tumbarse, directamente me dejó allí de pie con la espalda contra la ruidosa taquilla metálica, creo que había estado demasiados meses en cama y ahora prefería estar de pie.


Sus manos desabrocharon mi cinturón con cuidado aunque no dejó de besar mi cuello y mis labios mientras yo me agarraba a su cabello. Agarró una de mis manos para guiarla hasta su miembro aún apresado bajo el pantalón y lo acaricié por encima de la tela sacando algún gemido de Natsu que intentaba ahogar en mi boca.


Sinceramente… lo que más me gustaba de Natsu era precisamente esto, lo pasional que llegaba a ser, lo salvaje que podía ser el sexo entre nosotros. Subió mi camiseta una vez me había quitado el pantalón y beso mi abdomen junto a mis pezones haciéndome temblar del placer, pero continuó bajando hasta meter en su boca mi miembro. Creo que iba a morirme allí mismo del placer y no podía pensar en otra cosa que no fuera en tener sexo con Natsu, porque me volvía loco todo él.


Ni siquiera me dejó acabar, cuando se dio cuenta de que mi respiración se aceleraba demasiado, justo porque iba a correrme, sacó mi miembro de su boca y volvió a empotrarme con fuerza contra la taquilla besándome, metiendo su lengua con rudeza y agresividad. Me encantaba cuando se volvía dominante.


Escuché el ruido de la cremallera de su bragueta bajando y supe que estaba empezando a desvestirse mientras sentía sus dedos prepararme. Mi rostro se tensó unos segundos al notar la intrusión pero a los pocos segundos, estaba deseando que entrara en mí, aunque sabía que no estaba listo. Le vi abrir la taquilla de al lado sacando algo y creo… que si no me equivocaba mucho por no verlo bien, era lubricante.


Lo colocó antes de entrar en mí y cuando entró, acabó cargando mis piernas a su cintura apoyando mi cuerpo contra la taquilla y agarrando con una mano mi cintura para sostenerme mientras la otra apresaba mis manos encima de mi cabeza evitando que me moviera. Le sonreí y él sonrió mientras empezaba a moverse dentro de mí y me besaba.


Creo… que quería esto todos los días, estar con Natsu siempre, porque aunque ya vivíamos juntos, no quería que la rutina nos alcanzase, al menos, no en el plano sexual, con él quería vivirlo todo, quería experimentarlo todo, definitivamente… estaba enamorado de Natsu.


Acabó en mí con un varonil gemido y me excitó tanto escucharle, que por poco hizo que me corriera yo también, aunque no llegué a hacerlo, así que al final, tuvo que salir de mí y terminar la faena con su boca.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).