Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Suplicando tu amor por Fullbuster

[Reviews - 844]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Deidara Uzumaki POV


 


La reunión con Itachi se me hizo eterna, había un par de problemas que solucionar y aparte de eso, me tocó viajar con él a varias empresas publicitarias y recorrernos varios periódicos buscando una buena publicidad para nuestro vino, o mejor dicho el de la familia Uchiha.


Acabé pasando todo el día con Itachi y él no paraba de mirarme a cada momento o de tocarme el vientre preocupado o preguntarme si estaba bien para seguir, porque podía dejarme en casa si me encontraba mal, pero me pagaba demasiado y no quería dejar el trabajo a medias, no al menos mientras me encontrase bien.


Sin embargo y pese a todo, me gustaba estar con Itachi, porque si veía su cambio, siempre preocupado por mí, siempre pendiente de mí y de que no me faltase de nada. De verdad que quería a Itachi, pero que miedo me daba que pudiera hacerme daño. Cuando acabamos de todo el ajetreo, me quedé dormido en el coche y no me desperté hasta que llegamos a mi casa. Fue Itachi quien me despertó cuando llegamos a casa. Me gustaba mucho su sonrisa y la forma que tenía de acariciar mi cabello, aunque me dolía tenerle tan cerca y tan lejos a la vez. A veces incluso llegaba a plantearme en iniciar algo enserio con él, pero luego pensaba en cómo me había tratado antes y me daba miedo, no quería sufrir más, aunque ahora mismo ya sufría al estar a distancia amándole como lo hacía.


Itachi parecía muy contento de enterarse de que él era el padre, no podía decir lo mismo de Sasori. Quizá era mejor así, porque no parecía que Sasori estuviera muy interesado en intentar salvar lo nuestro, de hecho, creo que fue como una solución para él para poder escapar de aquella promesa que le hizo a mi padre. Éramos unos críos cuando hizo la promesa, ni siquiera salíamos juntos en aquel tiempo y ya le prometió aquello, si no quería salir conmigo no tenía por qué hacerlo.


Me dolía bastante el vientre cuando Itachi dijo de quedarse conmigo preocupado ¡menos mal que Naruto se había ido a dormir a casa de Kiba por un trabajo! Al final Itachi acabó en mi casa y tras obligarme a tomarme la medicación que el médico me había dado, acabó durmiendo conmigo, aunque sólo dormir.


Estaba muy nervioso por tenerle allí pero me tranquilizaba cuando vi que no tenía intención de hacer nada malo. Me dolía demasiado el vientre y notaba el niño moverse de un lado a otro, al menos hasta que sentí la mano de Itachi por mi vientre tocándolo con dulzura ¡El crío pareció calmarse de golpe al sentir la mano allí! Era algo extraño, pero dejó de moverse y hacerme daño. Cuando Itachi fue a quitar la mano, le pedí que no lo hiciera, que la dejase un poco más si eso calmaba al niño, así que acabó haciéndome caso con una sonrisa.


Aquella noche dormí muy bien y eso que últimamente dormía poco, no había forma de calmar al crío cuando empezaba a moverse, él quería marcha y yo dormir, era imposible ponernos de acuerdo. Me desvelaba en mitad de la noche y luego ya no podía volver a coger el sueño, pero hoy con Itachi allí, el crío pareció calmarse de una forma… que a mí me pareció estupenda, porque me dejó descansar por primera vez en mucho tiempo.


Por la mañana, Itachi desayunó conmigo y por primera vez, creí que quizá era posible estar juntos, si supiera que sería así siempre, tan cariñoso y atento, tan juguetón con el desayuno y haciéndome reír, le habría dicho que sí allí mismo, pero no podía estar seguro de él y sus intenciones.


Se marchó a trabajar enseguida y me comentó que me quedase hoy a descansar, que aprovechase hoy que el niño estaba tranquilo para poder tomarme un día en paz. Me sentó bien estar todo el día en casa relajado, viendo una película y leyendo, porque quería practicar mi lectura como decía Sasuke y cada vez, se me daba mejor, ya cogía libros más complicados que antes.


Me sorprendió cuando mi teléfono sonó y escuché a Pain preocupado, porque al no verme por la oficina pensó que me había pasado algo, pero no, le expliqué lo que había ocurrido y lo entendió perfectamente, de hecho, me comentó que luego pasaría por mí y tendríamos una cita ¡una cita! Hacía años que yo no tenía una cita de verdad.


Decidió encargar comida y cenamos en casa con tranquilidad, de hecho, me lo pasé en grande viendo una película con él mientras cenábamos. Era muy tranquilo, pero supongo, que seguía echando un poco de menos a Itachi.


Se marchó tras besarme y es que entre todos me tenían confundido, Pain era mi seguridad, alguien que estaba dispuesto a tener la responsabilidad de un niño y a la vez, me quería, pero Itachi era el amor de mi vida y no sabía qué hacer, era una decisión complicada, con ambos estaba bien y ambos sabían perfectamente que competían el uno contra el otro por mi elección, pero no lo tenía claro.


- Dei – dijo Pain justo cuando se iba hacia su coche – quiero ser el padre – me dijo.


Me quedé sin palabras ante aquello, sé que quería al niño, que me quería a mí, sabía que sería tierno, dulce y atento con nosotros, pero aunque mi cabeza decía que era la mejor opción, mi corazón clamaba por Itachi.


- Dei… sé que no puedo cambiar lo que sientes en tan poco tiempo, es muy fuerte el sentimiento hacia Itachi, sólo quería que lo supieras, estaré aquí cuando lo necesites. No te sientas presionado por lo que diga.


- Gracias Pain – le comenté con una sonrisa – gracias por entenderme.


No había hecho nada más que cerrar la puerta para meterme en casa, cuando a los pocos minutos sonó el timbre de la casa. Creí que hasta sería Pain que se había olvidado algo, pero cuando abrí la puerta, me encontré a Itachi con flores ¡flores! Otra de las cosas que nunca me habían regalado, aunque también traía helado y casi me gustaba más el helado, porque desde que me había quedado embarazado, sólo pensaba en helado.


- ¿Qué haces aquí? – le pregunté con una sonrisa


- Vengo a invitarte a mi casa para que veas algo – me dijo


- ¿Tú casa? – le pregunté – gracias pero paso, no quiero volver a esa casa.


- He dicho mi casa, no la de mi padre – me comentó sonriendo haciendo alusión a la casa que se estaba construyendo en las viñas.


- Vale – le dije – te acompañaré, pero sólo porque me has traído helado.


Itachi empezó a reír con ganas y es que… creo que ya sabía mi debilidad por los helados en estos días, porque muchas veces me veía comerme alguno en mis horas de descanso en la oficina.


Me coloqué una chaqueta fina por si hacía algo de frío en los viñedos y tras guardar las flores, salí fuera con Itachi y me subí en su coche. Condujo hasta su casa y escuchamos la radio hasta que llegamos allí.


Cuando llegamos a su casa, seguía impresionándome que él quisiera vivir aquí y para mí era extraño, porque recordaba que mi abuelo tenía el viñedo cerca. Bajé del coche y seguí a Itachi hacia la casa.


Por dentro seguía sin estar acabada, iba poco a poco, pero se veía que avanzaba a grandes pasos, le dedicaba mucho tiempo a esta casa, la había diseñado él a su gusto, toda la casa entera era a su gusto y era bastante diferente a la de su padre, no parecía solitaria ni fría aunque faltaba hacer gran parte de la casa aún, era la casa perfecta para formar una familia, ni siquiera entendía como Konan cuando estaba con él, no quería venirse a vivir aquí.


- Vamos, te enseñaré algo – me dijo con una sonrisa y subimos las escaleras arriba.


Subimos hasta uno de los numerosos cuartos y cuando abrió la puerta, me quedé impresionado, porque había montado la habitación del niño entera, había pintado las paredes en un color neutro por no saber el sexo del bebé, había montado los muebles e incluso la cuna, era impresionante y me conmovía verlo, porque ni siquiera le había dicho que viviría con él, de hecho no pensaba hacerlo, pero seguramente, querría tener una habitación por si le dejaba al niño alguna vez venir con su padre.


Nos quedamos un buen rato en aquella habitación y las hormonas me pasaban mala factura, porque empecé a llorar sin motivo alguno, bueno de alegría de ver aquella supuse, porque estos últimos meses, había estado extrañísimo, mi comportamiento cambiaba en segundos, tan pronto estaba triste, como alegre como me ponía a llorar sin motivo.


Cuando me calmé un poco y tras varios abrazos de Itachi intentando consolarme por aquella sorpresa, cogimos un par de refrescos y nos subimos a la terraza del último piso desde el que se veía toda la plantación. Nos sentamos en unas sillas y bebimos en silencio mirando las estrellas, porque desde aquí se veían muy bien.


- ¿Te gusta el viñedo entonces? – me preguntó sonriendo.


- Sí, de hecho mi abuelo tenía su plantación no muy lejos de aquí.


- ¿Enserio?


- Sí, aquella de allí del fondo – le dije señalándola – ahora es de tu padre.


- ¿La vendiste?


- No podía mantenerla, era demasiado joven, no teníamos mucho dinero así que tú padre nos ofreció una buena cantidad de dinero por ella y se vendió. La mayoría del dinero está en el fondo para estudios de Naruto.


- No sabía que era de tú familia.


- Tampoco tiene mucha importancia ya.


- De aquella finca es de donde sacamos el mejor vino – me dijo – de hecho siempre ha sido el mejor vino. Mi padre ni me dejaba llevar aquella finca hasta que no se fió de mí hace un par de años, creía que era muy inexperto para llevarla.


- ¿Y ahora la llevas bien?


- Sí, mi padre la ha dejado al completo en mis manos, yo soy quien la dirige toda.


- Me alegro – le dije.


- ¿Quieres quedarte hoy aquí a dormir? Se duerme más fresco que en la ciudad – me sonrió.


- Sólo con una condición.


- Vaya con el chico exigente, aún no he podido conquistarte y ya estás con exigencias – me dijo sonriendo - ¿Qué condición?


- Que calmes al niño, quiero dormir no una discoteca toda la noche.


Itachi empezó a reírse y acabó diciéndome, que estaría toda la noche calmando al niño si era necesario con tal de que pudiera dormir y me quedase allí con él.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).