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¿Hermanos? por Fullbuster

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Itachi Uchiha POV


 


¿Cómo pude estar tan ciego durante todo este tiempo? Era a Deidara a quien había amado toda mi maldita vida, lo tuve frente a mí tantas veces, era mi vecino y yo… no me había dado cuenta hasta ahora, hasta que volví al pueblo y vi como aquel patito feo lleno de pecas se había transformado en ese chico rubio, dominante, atrevido, guapo e inteligente, un chico que aunque fingía no importarle nada era sensible, había llorado con tan solo pensar que podría hacerme daño y eso me hacía sentir vulnerable, me daban ganas de abrazarle y decirle que nada ocurriría, que yo no sufriría, siempre estaría con él. Yo no creía que él pudiera hacerme daño de ninguna clase, era un chico espectacular.


Mientras caminaba hacia mi casa, no podía quitarme de la cabeza aquel Streep-tease que me hizo mientras estaba esposado, me había puesto a mil sus sensuales movimientos, su forma de desvestirse, su forma de acercarse a mí, su forma de dominarme por completo… ningún chico me había dominado jamás y él lo había hecho. La verdad es que tenía su morbo eso de tener sexo con un policía, Deidara era sorprendente, lleno de sorpresas y me encantaba. Quería estar toda mi vida con él.


Me había ido de esa casa porque sabía que él no querría hablar en ese momento, me había pedido que me fuera y lo hice, pero seguía dándole vueltas al motivo de por qué no quería salir conmigo. ¿Por qué diablos si me amaba no quería estar a mi lado? ¿Qué se marchaba del pueblo? ¿Esa era su mayor excusa? Yo me podía ir con él donde fuera, no tenía inconveniente alguno en irme y montar mi consulta en cualquier lugar donde él quisiera vivir, incluso podía echar mi curriculum en hospitales y me podrían contratar, ¿Entonces por qué no quería estar conmigo? ¿Por qué me impedía irme con él? Era una gran duda que me asaltaba la mente.


Era sorprendente cómo había pasado de detestar a ese chico en mi infancia a amarle como lo había hecho. Si sólo me hubiera dado cuenta cuando era joven de todo esto… si hubiera prestado más atención a mis sentimientos reales en vez de buscar un sustituto de Deidara en Naruto… cuántos problemas me habría ahorrado, podría incluso haber evitado que se hubiera marchado a Alemania a estudiar como lo hizo. Me dejó tan solo cuando se marchó, fue la peor etapa de mi vida con diferencia, le añoré, le eché de menos y no resistía el pasar por la valla de su hacienda y mirar siempre hacia allí buscándole, él era por el que todo mi mundo se movía, siempre fue por él y yo llegaba tarde a comprender todo esto.


Él siempre estuvo enamorado de mí y yo le desprecié cuando éramos niños, ahora que era yo quien quería que me diera la oportunidad y me volvía loco pensando en él, era el propio Deidara quien se atrevía a rechazarme incluso cuando podía ver en sus ojos y sentía en sus besos cuánto me amaba y eso me preocupaba, pero yo era Itachi Uchiha, no descansaría hasta conseguir lo que quería y quería a Deidara Yamanaka.


Salía de la hacienda cuando vi entrar a Ino junto a sus padres. Me saludaron muy cortésmente y les expliqué que había tenido un pequeño altercado en el hospital con mi hermano y Deidara me había traído aquí para curarme. Cuando la familia Yamanaka se despidió, no pude evitar pensar que Ino debía de saber más cosas de su  hermano, ellos dos siempre estuvieron muy unidos.


- Ino – la llamé y ella se detuvo - ¿Podemos hablar un momento? – le pregunté y sus padres dándole permiso entraron mientras ella volvía acercándose a mí. - ¿Por qué vuelve a marcharse tu hermano? – le pregunté.


- ¿Te lo ha contado? – me preguntó – ya es raro que te cuente algo así, le es muy difícil hablar de este tema – me comentó.


- Algo me ha mencionado – le mentí.


- Suponía que algo te contaría, siempre te ha amado – me dijo Ino sonriendo – está loco poco por ti, habría hecho cualquier cosa por llamar tu atención y que le hubieras prestado tan sólo unos segundos de tu tiempo, una sola mirada para él ya significaba la felicidad – me dijo con una sonrisa triste – Alemania para él… fue… - las palabras se le cortaron – supongo que fue un duro trago para toda la familia y ahora que ha vuelto sólo nos queda esperar.


- ¿Esperar? – pregunté dudando.


- Sí, Deidara quiso volver de Alemania. Dejó todo lo que tenía allí y volvió para hacerse un policía de lo más normal y corriente.


- Ha ayudado a Naruto – le dije – es un buen policía.


- Lo es – me dijo sonriendo - ¿Sabes por qué estuvo en la élite? – me preguntó – porque no temía a nada, le daba igual vivir que morir, se atrevía a las misiones más arriesgadas y era el mejor, todo eso lo ha dejado por venirse a un pueblo olvidado de la mano de Dios a dar vueltas en un coche.


- ¿Qué ocurrió en Alemania? – pregunté - ¿Qué es lo que fue tan duro para todos vosotros?


- Deidara no se fue a Alemania a estudiar. Mis padres lo mandaron allí porque estaba muy enfermo, le trataron durante años en un hospital con todo lo que pudieron y fue la peor etapa de nuestra vida, pero él siempre hablaba con nosotros por videoconferencia, sé que se sentía solo y asustado, pero siempre nos sonreía para calmarnos  - dijo llorando – estuvo solo tanto tiempo y yo no estuve allí para apoyarle, no pudimos estar allí con él mientras le trataban los mejores médicos del país.


- No era vuestra culpa, lo mandasteis al mejor sitio posible para su recuperación y ahora ya está aquí, está de vuelta – le dije – míralo… está bien.


- Sí – me dijo Ino aún triste – creo que es mejor que me marche ya.


No sabía que Deidara estaba enfermo y que por eso se marchó. Cuando Ino habló de cómo Deidara había buscado siempre una única sonrisa mía, una única mirada para hacerle feliz, se me rompió el alma, porque no fui capaz ni siquiera de darle eso, siempre le traté como mi vecino el que me agobiaba, el que me perseguía y al que odiaba ¿Por qué no pude darle una maldita vez una sonrisa? Y encima… su estancia en Alemania… aquello me había sentado aún peor porque no podía hacerme a la idea de lo que debía haber sido para él irse solo a un país extraño donde no entendía el idioma, estar encerrado años en un hospital mientras médicos a los que no puedes entender hacían pruebas con él y encima… a él sólo se le ocurría sonreír a sus padres para no preocuparles cuando se debía sentir el chico más infeliz del mundo, debía tener un gran dolor por su enfermedad, por la soledad, por todo y aún así… se hizo policía, quiso ayudar a la gente y aquí estaba… era un chico estupendo y me había enamorado de él.


Aquella noche no pude dormir pensando en Deidara, lo amaba y no podía quitarme de la cabeza su estancia en Alemania y lo que debió sufrir. Quería hacer algo por él, quería ofrecerle todas mis sonrisas a él, quería darle todo lo que de niño le negué, quería darle mi amor y mi corazón, él lo era todo, no quería volver a verle sufrir ni enterarme de que lo había hecho, yo quería curar su herido corazón.


Al despertarme esa mañana, Sasori estaba en el salón desayunando mientras miraba unas placas, tenía unos botes de medicamentos delante y me extrañó que estuviera revisando casos porque la consulta aún no estaba abierta y no teníamos pacientes.


- ¿Qué haces Sasori? – pregunté.


- Comprobar unos resultados, se los mandé a Pain hace unos días para que me diera su opinión – me comentó.


- ¿Eso es de Deidara? – le pregunté al ver su nombre en uno de los archivos.


- Sí, llamé al hospital de Alemania donde estuvo ingresado y les dije que era su médico, me pasaron su historial.


- ¿Por qué lo estás investigando?


- Porque me preocupaba – me dijo – es un chico increíble, me gusta ese chico y en su casa encontré unos botes de pastillas, demasiados botes – me dijo.


- ¿Y? – pregunté – yo no vi nada extraño ayer.


- ¿Estuviste en su casa? – me preguntó enfadado.


- Lo siento Sasori, debí contártelo antes de que te enamorases de él.


- Si me vas a decir que él te ama lo sé, se lo vi en la mirada el día que hablamos, cuando habla de ti se le ilumina la cara. Itachi… por favor… no le hagas daño a ese chico, si tus sentimientos no son verdaderos déjale.


- ¿Por qué me dices esto? Le amo Sasori, sé que le quiero, sé lo que ha sufrido en Alemania en ese hospital y le haré feliz.


- Espero que le hagas muy feliz el tiempo que le queda.


- ¿Qué? – pregunté dudando


- ¿No te lo ha dicho, verdad? Se está muriendo – me dijo.


- No puede ser, me dijeron que lo trataron en Alemania.


- Tiene un tumor en el cerebro, los especialistas no vieron factible operarle, está en un mal sitio, si se equivocan por un mísero milímetro podrían dañar el cerebro a tal nivel que ese chico no volvería jamás a ser el mismo, no pueden ayudarle, se muere.


- Volvió aquí de Alemania… para morir con su familia – susurré – ahora lo entiendo, por eso Ino me dijo que se hizo policía de asalto, que no tenía miedo a vivir o morir, ya se consideraba muerto, sólo ha vuelto para ver a su familia antes de morir.


- Sí Itachi.


- Dijo que no quería estar conmigo para que yo no sufriera… - me senté en una silla – me estaba protegiendo de verle morir, no quería que sufriera cuando se muriese, por eso aleja a todos de él.


- Itachi… por favor, no le hagas daño, a él no, ya ha sufrido demasiado, deja que lo que le queda de vida sea feliz – me levanté y salí corriendo hacia su casa, no podía creerme lo que me estaban diciendo, se moría – Itachi ¿dónde vas? – preguntó Sasori gritándome pero yo salí corriendo hacia su casa.


Corrí todo lo que pude hacia él, aún recordaba sus sonrisas, recordaba sus ojos azules llenos de vitalidad cuando era joven y tan tristes ahora, pero él siempre aparentaba ser feliz para que nadie se preocupase por él, no podía dejarle morir, no iba a permitir que muriese, pero realmente… no sabía qué hacer, era inoperable, hasta Sasori le había mandado los resultados a Pain que era el mejor cirujano en neurología que conocíamos. Lloré, las lágrimas me salían sin poder evitarlo porque ahora que me daba cuenta de todo lo que sentía por ese chico, él se estaba muriendo frente a mí mientras me regalaba sus sonrisas, mientras me hacía feliz con aquel Streep-tease él se moría y yo no había sido capaz de verle. Ahora entendía cuando me dijo que yo no podría acompañarle donde él se iba. Todos habíamos dado por supuesto que volvía a Alemania donde tendría su vida, pero no tenía nada en Alemania excepto dolor y malos recuerdos de la cantidad de médicos que le visitaron estando allí solo.


Llegué hasta la puerta y toqué insistentemente pero nadie abría la puerta. Grité su nombre pero no parecía estar en casa. Tenía que ver a Deidara, quería verle y pedirle perdón por todo lo que le había hecho en el pasado, porque mientras él me sonreía y buscaba mi mirada, yo estaba engañándome yo mismo con Naruto, por no atreverme a luchar por Deidara, le hice daño y ahora me daba cuenta de que mi comportamiento había hecho sufrir a una de las mejores personas que había conocido, a una persona que sólo buscó mi felicidad.


Estaba por marcharme cuando escuché una tos que venía de dentro y supe que era Deidara. Grité más fuerte pero sólo escuchaba tos y más tos hasta que oí como algo se caía al suelo haciendo un estruendoso ruido. No lo pensé y golpeé la puerta con fuerza. Me estaba haciendo daño, golpeé una y otra vez hasta que la puerta cedió y entré corriendo buscándole. Lo encontré en el baño sentado en el suelo tosiendo con violencia entre un montón de cristales rotos por culpa de una bandeja que se había caído.


- Vamos Deidara – le llamé y al agacharme frente a él me cogió la camiseta con fuerza, pero yo me fijé en la mano que tenía tapándose la boca por la tos, estaba llena de sangre y supe en aquel momento, que se moría – tómate esto – le dije acercándole las pastillas que había tratado de tomarse y lo hizo, pero aún así seguía mal.


Llamé a la ambulancia para que vinieran a por él y es que estaba tan mal que ni siquiera podía levantarse del suelo, no podía dejar que se muriese aquí pero mientras la esperábamos, Deidara no dejó de intentar sonreírme y decirme que estaba bien, no lo estaba, podía verlo yo mismo, le perdía y no pude evitar abrazarle con fuerza mientras lloraba.


- ¿Por qué narices estás solo? – le pregunté al ver la casa vacía – deberías estar con alguien – le reñí.


- Estaba con mi hermana – me aclaró – pero la he mandado a hacer un recado al pueblo, no quería que me viera morir – me dijo y me sorprendí de que siguiera pensando en los demás antes que en él.


- Eres idiota, nadie debería morir solo – le dije llorando - Te amo Deidara, por favor, no puedo perderte, tienes que luchar un poco más.


- Ya he luchado demasiado Itachi, estoy muy cansado… ya te avisé… que no debías enamorarte de mí – me sonrió.


- Debí enamorarme de ti mucho antes, en realidad… estaba enamorado de ti desde el principio, pero soy un idiota que no se dio cuenta. Te amo Deidara, por favor, aguanta un poco más, te curaré, no dejaré que mueras.


- No puedes hacer nada Itachi – me dijo dulcemente – lo tengo asimilado desde niño, tengo un tumor que no se puede extirpar, todos sabían que moriría tarde o temprano. Los médicos de Alemania ya probaron todo lo que se les ocurrió, es imposible Itachi, nadie puede ayudarme. Dios… no debiste enamorarte de mí nunca, no quiero que sufras, no quiero que nadie sufra – me dijo llorando.


- Deja de hacerte el fuerte conmigo Deidara – le dije – a mí puedes contarme lo que sea… dime que es lo que te pasa realmente por la cabeza, pagaría lo que fuera por saber en qué piensas – le dije.


- Tengo miedo a morir – me dijo al final llorando – tengo miedo a que mi familia sufra cuando me haya ido, a que no lo superen, tengo miedo a no poder volver a ver tu sonrisa nunca más.


- Mis sonrisas siempre serán tuyas Deidara –


Le abracé con fuerza mientras lloraba en mi pecho y es que… no sé cuánto más podría aguantar viviendo este chico que tanto había sufrido durante toda su vida, pero si no había solución… yo estaría con él hasta que sus días acabasen, crearía los mejores recuerdos y le haría el hombre más feliz del mundo mientras pudiera.


 


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