Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gil de la selva por minima

[Reviews - 145]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

VII

Despertó con el sonar de mil pájaros y el ruido del agua correr, demasiado ruido para su gusto, en realidad cualquier cosa que sonara lo suficientemente fuerte para despertarlo en las mañanas era demasiado ruidoso.

Se removió en su cama, se sentía cansado, muy cansado y parecía que anoche había hecho calor porque también se sentía húmedo y acalorado, como si tuviera otro cuerpo durmiendo junto a él, demasiado pero demasiado cerca.

Abrió los ojos y vio un rostro demasiado cerca del suyo.

¿He?

Los recuerdos llegaron a su mente, no estaba en su cama, ni siquiera en su casa, ni siquiera remotamente cerca de Norte América, y al parecer el rubio que había conocido ayer no conocía de límites a la hora de dormir ya que podía sentir sus brazos rodear su cuerpo.

¿Acaso era común entre la gente de la selva dormir tan juntos? Trato de removerse y alejarse pero aun siendo un agarre entre sueños el rubio mayor lo sujetaba muy fuerte, se notaba que era naturalmente fuerte, no como él, era un muchacho más inclinado a decir que era debilucho, en cambio era naturalmente rápido para correr, eso le ayudaba mucho a escapar de situaciones de peligro a las cuales se involucraba mucho en su vida.

Hacía calor, que Gil le estuviera abrazando no ayudaba, incluso podía decir que sus sudores se mesclaban tocándose piel contra piel.

-Hey, despierta- se removía como pudo y trato de despertar al mayor, pero no se movía ni un centímetro -¡Hey! ¡Gil!-

Alguien le llamaba, una voz decía su nombre, por un momento pensó que era solo su imaginación, que eran las voces de sus sueños y no una persona real, ya que había estado tanto tiempo en el MUNDO sin contacto con otras personas, pero luego recordó.

Abrió los ojos y se encontró al muchacho de ayer, el de cabello de flama, no había sido un sueño.

A veces en sus sueños soñaba con cosas que no recordaba, personas con rasgos parecidos a él, un mundo gris y triste, muy diferente al MUNDO, en esos sueños se daba cuenta que su sentimiento de soledad era mucho más grande de lo que le gustaría admitir, ya que a pesar de estar junto a personas semejantes a él sentía que realmente no le hacían compañía, que sentimiento tan triste estar en un lugar tan poblado y sentirte tan solo y perdido.

Luego soñaba que podía ver las nubes tan cerca como si las pudiera tocar para luego volverse todo negro. A veces no sabía decir si alguna vez ocurrieron esas cosas que soñaba, tal vez en otra vida, el chaman de la aldea en la que vivió decía que algunas veces al dejar el cuerpo después de la muerte se podía volver a nacer, en otro humano o animal, él decía que antes había sido un jaguar, una anaconda y otras bestias, por eso estaba conectado al mundo espiritual.

Muchas veces no le gusto soñar esas cosas, le dejaban con un sentimiento de tristeza, nostalgia y consiente de que estaba solo.

-Hey, buenos días… ¿podrías ya soltarme? Hace calor-

Pero hoy no estaba solo.

*+*+*

No habían podido salir anoche, no, porque justo esa noche a su padre se le ocurrió hacer un encuentro de convivencia familiar y jugar juegos de mesa de la era antes de los videojuegos, al parecer la grandiosa idea se le ocurrió después de ver en la novela un tema sobre la distansacion entre los miembros de familia por la falta de interacción y ese tipo de cosas.

Genial, no pudieron haber puesto ese episodio unos días después cuando por fin trajeran a Johnny a casa.

Habían terminado tarde los juegos, y su padre les había ordenado inmediatamente ir a su habitación.

Experimentaban un nuevo nivel de desesperación, jamás habían dejado más de una tarde a Johnny en alguna de sus misiones, y ahora lo dejaban a su suerte en medio de una selva plagada de peligros.

No podían decírselo a sus padres, simplemente no podían, el miedo y la vergüenza de las consecuencias de sus acciones pesaba tanto en ellas, tanto en como el hecho de admitir que se habían equivocado al enviarlo a un lugar en una tarea que ellas supusieron simple para su hermano y perro.

No durmieron aquella noche maquilando mil y un planes.

Sabían que ellas no podían ir simplemente ahí, aun con sus equipos y sus inventos eran pésimas en tareas de campo, eran unas cerebritos, no estaban hecha para tareas de esfuerzo físico en medio de la selva, y cuando habían dicho que sus robot, los que tenían, tampoco podían ir a hacer la tarea de traer una flor, no mentían, por ciertos desperfectos de sus diseños no estaban equipados para ir a un ambiente como la selva.

Ahora lo que se les ocurría era enviar a alguien experimentado en misiones de campo, ¿a quién conocían así?

Black y White.

Normalmente era el gobierno y el ejército cerca de su ciudad quien les pedía ayuda a ellas, pero ahora tocaba pedirles un favor.

*+*+*

¿Cómo había logrado escapar de insectos gigantes casi del tamaño de un coche? Hasta a él le sorprendía.

Simplemente podía decir que fue buena suerte rayando en un milagro.

Ahora estaba escondido entre las raíces de un enorme árbol tan ancho y alto como un edificio. A duras penas pudo descansar esta noche atormentado con la idea de que los insectos lo encontrarían en cualquier momento o que Johnny fuera víctima también de esos aldeanos y lo ofrecieran como sacrificio o lo que sea a esas cosas, y que al final corriera con peor suerte que él.

La sensación de calor y humedad ya se le antojaba desagradable y fastidiosa, de nuevo pensó en su hogar junto a su mejor amigo, no quería volver a soportar otra noche en esa selva llena de insectos anormalmente gigantes.

*+*+*

-Entonces quieren que vayamos a la selva-

-¿Por qué no se lo piden a Johnny?-

-¡Ya se los dijimos! Johnny se encuentra ya ahí-

-¿Entonces para que quieren que vayamos?-

-¡Por él! ¡Queremos que vayan por él! Se perdió junto a Duke en medio del Amazonas, y no podemos encontrarle-

-Ah, lo habrían dicho desde el principio-

-Cielos chicas, realmente no son muy buenas hermanas mayores-

Habían localizado a los agentes federales, no fue una tarea difícil para el par de genios, pero convencerlos del favor y explicarles lo que tenían que hacer agotaba la poca paciencia que aun conservaban. A vece se preguntaban porque ese para un podía conservar sus empleos, y luego recordaban que quizás era por todas las veces en que habían accedido a hacerles favores a ellos y al gobierno.

-Bueno, para su suerte ambos somos agentes entrenados y una exploración a la selva no será tan difícil-

-Claro, aunque me sorprende, normalmente esperaríamos que fueran más responsables como para perder a su hermano en un lugar así, se sabe que ha habido expediciones en las partes más profundas de la selva que jamás han regresado y jamás se ha sabido que paso con ellas, algunos piensan que murieron de malaria o envenenados por entrar en contacto por las ranas venenosas y otros insectos ponzoñosos, incluso se habla de tribus cazadoras de cabeza que aun practican el canibalismo-

-¿En.. serio?- logro preguntar con un hilo de voz Mary, durante todas esas horas trato de no pensar en esas posibilidades y prácticamente el agente Black se las estaba restregando en la cara.

-¿Y cómo sabes todo eso?-

-Me gusta ver documentales en mi tiempo libre-

-Sí, son muy educativos y entretenidos-

-Okey… ¿entonces lo pueden hacer?- pregunto Susan, no necesitaba que le recordaran todas las malas cosas que le pudieran o pudieron pasarle a su hermano por su culpa.

-Claro, aunque nos deben equipar, después de todo estamos en nuestro día libre-

-De acuerdo-

-Y nos deben una-

*+*+*

¿Era su imaginación o Gil se veía de muy buen humor? Bueno no lo conocía lo suficiente, así que tal vez era esa clase de persona que se levanta de buenas y es madrugadora, no se había molestado cuando lo despertó.

Desayunaron más fruta y como no tenía mejor plan continúo caminando por la selva juntos.

Agradecía la compañía y ayuda del mayor, ya que seguramente sin él una serpiente gigante se lo hubiera tragado o hubiera caído al rio de nuevo en cualquier tropiezo o descuido suyo, si, podía decir que Gil había sido su héroe en esa selva.

Johnny no era el más listo en la escuela ni tampoco en su casa, pero podía deducir algunas cosas.

Gil tal vez tenía al menos un padre de ascendencia extranjera, no sabía perfectamente cómo funcionaba el albinismo pero estaba seguro que las personas con este no tenían ese tipo de tonalidad de ojos y cabello y una piel morena, no, así que esos rasgos los había heredado de alguna parte, le gustaría preguntar sobre su familia pero de nuevo, el problemas de idioma entre ellos se lo impedía; Gil era una de las personas más serenas que había conocido, no era de carácter serio, no, era más bien relajado, tal vez era porque él ya estaba acostumbrado a vivir en la selva con todos sus peligros y cambios climáticos, pero suponía que si fuera un chico de ciudad también seria de esa manera, una actitud casi perfecta para un chico popular que le cae bien a todo el mundo, al menos eso imaginaba; Gil no lo había dejado en todo ese tiempo, ni mostro preocupación o ansiedad como él al desear regresar a su casa, y cierto pensamiento triste rondo por su mente ante ese hecho.

¿Gil tendría un lugar al cual regresar?

La idea de que Gil no tuviera tan siquiera una choza a la cual regresar le pareció tan injusta, dejaba un sabor amargo en la boca, si él ni podía aguantar un día en ese lugar ¿Qué sería una vida entera sin un hogar?

Miro de reojo al rubio mayor, seguía teniendo esa expresión serena pero alegre, al menos así le parecía con aquella ligera sonrisa en su rostro.

Gil era una buena persona, esperaba que sus sospechas de que no tuviera un lugar a donde regresar no fueran ciertas, se merecía cosas buenas.

*+*+*

Estaban de nuevo en la selva, justo en el mismo lugar donde anteriormente habían dejado a los chicos, pero ahora llegaban en misión de búsqueda y rescate junto a los agentes Black y White.

-Ok repasemos ya la lista de suministros y el plan- decía una de las pelirojas mientras terminaba de acomodar todo lo necesario en una de las mochilas de los agentes.

-Tenemos todo, entonces buscaremos a su hermanito y su perro-

-A menos que ya se los haya comido una anaconda, o un cocodrilo, o un rio los haya ahogado, hayan comido algo altamente venoso…-

-¡Basta! ¡Ya entendimos! Por favor, solo encuéntrenlos-

-Hey, no hay necesidad de gritar-

-Que groseros pueden ser los adolescentes de ahora, ¿verdad White?-

-Ni que lo digas, Johnny suele ser más educado que ellas-

-Si, por eso nos cae bien-

-Bueno, vamos a encontrarlo, a nosotros tampoco nos gustaría que algo malo le pasara al chico y su perro parlante-

-Nos reportaremos en un par de horas, antes si es que encontramos a Johnny-

Y con esto dicho vieron partir y perderse entre la espesura de la vegetación selvática a ambos agentes con la esperanza que encontraran a sus familiares perdidos, y que estos no tuvieran mayor daño.

*+*+*

Acababa de ver una oruga tan grande como del tamaño de una manguera de bomberos, aparte de la impresión inicial la creatura no hacía mucho, solo caminas con sus patitas en comparación de su inmenso cuerpo y comer plantas, debía admitir al menos que no todos los insectos gigantes eran amenazantes o peligrosos.

Pero los escarabajos y bichos como las hormigas son peligrosos, especialmente con esas mandíbulas capaces de arrancar árboles. De hecho esa era la razón por la que había dejado su anterior escondite, una hormiga gigante, no sabía si es que lo buscara a él o no, había cortado las raíces con tanta facilidad como un cuchillo con la mantequilla, no quería saber que haría si encontraba un suave y lindo perrito como él.

Debía correr, debía escapar, cualquier lugar fuera de esa zona de la selva al menos.

*+*+*

Gil se había distraído, si, y se había dado cuenta demasiado tarde.

Habían seguido el curso de uno de los ríos de bajada, en una decisión de Johnny para ver y explorar si encontraba alguna pista de su amigo. Gil le siguió como el día anterior en un silencio cómodo que si no fuera por el problema de no entender bien los idiomas le hubiera gustado hacer charla con el menor, pero así era no se quejaba, como ya dijo, era un silencio cómodo y si llegaba a ser aburrido Johnny se encargaba de llenarlo con su voz.

Quizás por eso había estado distraído, era agradable escucharlo hablar a pesar de que no comprendía que era lo que decía.

Cuando se percató de su alrededor noto donde estaban, y sabía perfectamente que no deberían estar ahí.

Había lugares peligroso en la selva, muchos en realidad, por lo que desde pequeño a uno le enseñaban que debían y no de hacer, que lugares eran seguros de frecuentar y lo que era preciso evitar.

Este era uno de esos que le enseñaron a evitar.

Las plantas ahí eran enormes, mucho más grandes de lo normal, y no era lo único anormal. Flores que normalmente median apenas la palma de una mano podían crecer tanto como una choza, las hojas de una planta corrían la misma suerte, algunas incluso serían capaces de ser utilizadas como balsas, ninguna de estas cosas era realmente peligrosa, pero eran el aviso de que entraba a una zona peligrosa.

Ya que en esta parte de la selva vivían gigantes, por algo las plantas eran de ese tamaño.

Insectos más grandes que un hombre, algunos inofensivos, otros tan peligrosos que podrían partir tan fácilmente a un hombre como a una ramita, solo los guerreros más fuertes y listos se atreverían a aventurarse por estas partes por decisión propia, y solo si era indiscutiblemente necesario.

Los ancianos decían que la razón de esa tierra de gigantes es que los dioses y espíritus del MUNDO jugaron un fuego de azar donde debían demostrar su poder, resultado de esto fue esa parte tan peligrosa del bosque.

Las únicas veces que la gente se aventuraba a ese lugar era probar su valor como hombres, o también para recolectar unas de las flores más hermosas de la selva en un acto de probar la valía del amor de uno a una chica que estuvieras cortejando, era un acto representativo de entregar su corazón a alguien.

Johnny no debería estar aquí, era un lugar peligroso, debían marcharse.

-¿Eh? ¿Qué pasa amigo?- sintió la mano de Gil en su hombro impidiéndole dar un paso más, cuando vio su rostro se preocupó.

El semblante una vez alegre y calmado cambio a uno serio y preocupado, algo no estaba bien, no tenía que ser un genio para deducirlo.

Se percató de su alrededor, todo parecía más grande, como si de repente hubieran entrado a otro mundo o hubieran empequeñecido. ¿Cuándo sucedió eso? Ya estaba familiarizado con ser del tamaño de una hormiga, no era una sensación muy agradable, así que ese lugar le resultaba de lo menos cómodo, además la falta de sonido de aves y primates como era común escuchar desde el amanecer era inquietantemente.

¿En qué clase de lugar se habían metido?

Escucharon de repente mucho movimiento, ramas y hojas siendo removidas y rotas, algo se acercaba a gran velocidad, algo se acercaba rápidamente hacia ellos.

Gil inmediatamente coloco a Johnny detrás de él, sea lo que viniera hacia ellos no dejaría que dañara al menor.

Esperaba un insecto gigante, escarabajos, hormigas, mantis, o quizás un insecto palo, lo que salto frente a ellos saliendo del denso follaje no era ni remotamente parecido a eso.

Apareció una creatura a cuatro patas, de pelo largo y castaño enmarañado y sucio, con restos de hojas y ramas enredados en él, tenía un hocico alargado y una nariz negra, una cola y orejas que se le pegaban a la cabeza caídas, de alguna forma esa cosa le pareció familiar, como un animal que hubiera visto alguna vez en la vida pero tampoco se parecía a cualquiera que haya visto en el MUNDO.

La creatura jadeaba y parecía que no se había percatado de sus presencias, mejor, no sabía si era una cosa peligrosa o no, un carnívoro hambriento normalmente ataca cualquier cosa que pudiera comer y él no tenía alguna lanza o rama para defenderlos en ese momento.

Tal vez si se escabullían con cuidado… pero alzo la cabeza y los vio con una inteligencia impresionante, pudo ver como esa cosa pensaba a través de sus ojos, no era una mirada que encontrarías en una bestia, sino en una persona.

Luego esa cosa lo volvió a sorprenderle, ya que de su hocico no salió un gruñido, rugido, mugido o rugido, sino palabras, ¡una voz!

-¡Johnny!-

-¡Duke!-

Perro y niño por fin se habían encontrado, rápidamente el de cabellos de flama rodeo al mayor y fue al encuentro de su mejor amigo, se abrazaron sin importarles como apestaban y lo sucios que estaban, realmente estaban tan felices de verse, incluso hasta soltaban risas histéricas y lágrimas a la vez.

-Hermano, cuanto me alegra verte-

-Lo sé, a mí también, jamás volveré a tomar misiones de este tipo de mis hermanas-

-Ni lo digas, y yo te lo recordare si pasa de nuevo-

Gil miraba con asombro la escena frente a él, así que ese era Duke, una creatura parlante y ¿amigable? Bueno, pues no estaba mordiendo a Johnny o tratando de sacarle las entrañas, así que podía decir que no era peligroso, aun así resultaba increíble que pudiera hablar.

Duke estaba tan alegre que por unos momentos el mundo pareció estar fuera de foco, cuando se tranquilizó se percató por fin que no estaban solos, a unos pasos de ellos estaba un chico, un chico semidesnudo, rubio, con un taparrabos al muy estilo de Tarzan.

-Johnny… no te alarmes, per a unos pasos esta un tipo en taparrabos- apretó un poco más su abrazo sobre su amigo, la última vez que había visto a alguien con esa vestimenta había terminado en esa parte de la selva, ¿acaso este planeaba hacer lo mismo con Johnny?

-…l es Gil, me salvo de una serpiente gigante y me estuvo ayudando desde entonces-

-¿En serio?- pregunto con toda incredulidad el can.

-Sí, sino fuera por el ya sería alimento de víbora-

Duke no pudo mirar un poco escéptico al rubio con pinta de Tarzan, no había tenido buenas experiencias con la gente de la selva después de todo, pero al menos al parecer aun había gente decente y desinteresada en ayudar al próximo en este mundo, miro a Gil y meneo la cola, si no fuera por él su mejor amigo ya no estaría en este mundo.

-Bien muchacho, muchas gracias-

-No sabe inglés, o al menos no lo entiende del todo-

-Oh, está bien-

-Gil- Johnny se acercó al rubio mayor, este los miraba con cara de asombro, para la mayoría de la gente era desconcertante encontrar un perro que habla frente a ellos, en realidad a cualquier persona le resultaría desconcertante encontrar cualquier animal que hablara un lenguaje humano –él es Duke, mi amigo, D-U-K-E, del que prácticamente hablaba todo el tiempo, no te preocupes, es inofensivo, tan tierno como un perro parlante puede ser- dijo mientras le daba un par de palmadas en la cabeza al can.

-Sí, no muerdo muchacho- dijo sonriendo y pareciendo lo más amigable posible el can, o tan amigable como pudiera parecer un perro totalmente desalineado y sucio.

Gil guardo silencio durante unos segundos intercambiando la mirada entre el animal y Johnny, un recuerdo viejo paso por su cabeza, en sus sueños creyó haber creaturas similares, aunque claro, estas no hablaban, creaturas que hacían compañía a las personas, amigos animales ¿quizás?

-Duke-

-Sí, exacto-

-Duke… Johnny-

-Si-

-Johnny… Duke-

-Aja-

Y luego simplemente asintió, si Duke era ese animal estaba bien, era importante para Johnny, un amigo, y que hablara significaba que había cosas tan asombrosas como los insectos gigantes en esa selva fuera del MUNDO, le daba curiosidad que cosas había ahí fuera, del lugar donde fuera que había venido Johnny.

-Bueno, basta de presentaciones, este lugar está lleno de insectos gigantes, no pienso pasar un segundo más aquí-

-Estas bromeando ¿verdad?-

-No, así que a caminar, no vaya a ser que nos salga una hormiga gigante y decida comernos-

Johnny no necesitaba ninguna prueba visual para hacerle caso a su amigo, con verlo y oírlo sabía que ese lugar no era bueno, Gil incluso parecía pensar de la misma manera, así que los tres decidieron caminar rio arriba lo más rápido posible, Gil le empezó a caer bien el animal Duke al convencer tan rápido a Johnny de salir de ahí, como había deducido antes era un animal inteligente.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).