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Fuego y Hielo por Hunter319

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Notas del capitulo:

¡Último capítulo! ¡Disfruten!

Las cálidas ráfagas de viento emergen respecto de la colisión de nuestros hechizos y agreden cruelmente las plumas despedidas por los revoloteos de los ángeles. El aleteo de mis propias alas no despliega ninguna peculiaridad como suelen hacerlo estos primos de los plumíferos, pero la presencia de estas plumas en abundancia puede ser desventajosa para mí; pues no acostumbro a volar por los aires con la decoración de estas estructuras queratinosas de la piel de las aves. Entonces recurro a la utilización del círculo mágico para evitar sentir el cosquilleo de las plumas destinadas al olvido; convocando además la magia obscura de Gelus para intentar herir al ángel caído que parece deleitarse con la invocación de nuestros hechizos. Y desafortunadamente no he podido realizar un golpe certero, pues la entidad caótica se protege con la clausura de sus alas.

- ¡Ha sido uno de los conjuros más impresionantes que he visto hasta el momento! - Exclama con una sonrisa maliciosa - ¡No cabe duda que eres la viva imagen de un miembro de la nobleza! -

- ¡No necesito de tus halagos! - Respondo con ímpetu.

Entonces vuelvo a aletear, elevándome hacia grandes alturas. Reúno la energía necesaria para convocar una poderosa ventisca que enorgullece el elemento representativo de la familia Gelus. Es en ese momento que desencadeno el poder de mi hechizo para aturdir a mi enemigo momentáneamente. Además noto que Tobias y Johanna se organizan para un ataque combinado.

- ¡Cierra la boca de una maldita vez! - Le grita la castaña; preparando el filo de sus espadas.

Un simple aleteo ha bastado para que el ángel caído haya salido ileso de mi encantamiento. Pero entonces los espadachines de la brigada 76 emergen con el doble ataque de sus espadas gemelas. Ambos desencadenan el poder incandescente que surge de las hojas de sus espadas; reconozco la diferencia existente entre el fuego del cielo y del inframundo a pesar de ser un asunto trivial en estos momentos. Entonces observo la manera en la que Tobias logra ejecutar un corte en una de las alas del ángel caído incendiando a su vez algunas de las plumas que se separan de su extremidad. Reconozco su velocidad y me impresiono del segundo corte que efectúa Johanna Mason tras la distracción del enemigo. Es ahí cuando Marlene decide darles tiempo para escapar.

- ¡Te invoco; relámpago! - Extiende el brazo hacia arriba. Las nubes responden fielmente a su mandato para otorgarle el poder un estruendoso relámpago de color amarillo. Ella se acostumbra al increíble poder que le han otorgado desde arriba y ataca efímeramente al ángel caído.

- ¡Todavía no! - Avisa Finnick con osadía.

El aleteo de sus alas despide un centenar de plumas blancas que rápidamente son agredidas por las fuertes corrientes de aire cálido. Extiende el brazo en función de apuntar hacia el ángel caído para convocar una estruendosa bomba de agua a base de un círculo mágico sagrado.

- ¡Malditos! - Contraataca respecto de la abundancia de encantamientos sobre el mismo blanco. La luz que invoca desde su cuerpo le permite salir ileso de nuestros hechizos elementales - ¡¿Por quién me toman?! Soy una de las grandes deidades de la organización caótica de renegados. ¡No crean que será fácil derrotar a un ser tan poderoso! - Advierte.

Es en ese momento en el puedo ver la forma en la que invoca una lanza de luz; una de las herramientas mágicas más comunes y sagradas de los ángeles. Reconozco que si eso me toca seré asesinado en cuestión de segundos. Y desafortunadamente noto que la lanza de luz ha sido arrojada en mi dirección. Me cercioro de ello al observar la forma en la que el brillo de esa herramienta antigua cada vez se hace más intenso.

- ¡Brian! - Dice Susan con preocupación. La rapidez con la que se ha colocado delante de mí me ha impresionado. Y entonces convoca un círculo mágico de color amarillo para protegerme. Ambos somos conscientes de las carcajadas de nuestro enemigo; y yo comienzo a enfadarme.

La insolencia del ángel caído ha despertado el ser maligno que vive dentro de mí. Escucho el suspiro de la entidad demoniaca que constituye mi espíritu; deseosa de querer alimentarse de un alma. Las plumas que revoletean a mí alrededor se congelan así como las frías gotas de la lluvia, y entonces reconozco que es el momento de convocar la verdadera magia que enorgullece a mi nación. Por lo que me elevo hasta alcanzar la altura de mi enemigo; mirándolo con severidad.

- Eres un arribista… Has violado y profanado las leyes de convivencia dictada por tu amo. Así que te castigaré - La magia de Gelus convocada a través de mi brazo derecho genera un daño severo en su cuerpo. Noto la forma en la que sus alas se despluman respecto de mi efímero ataque - Alguien como tú; que se ha separado del mundo para ir en búsqueda de sus propios deseos, merece ser sentenciado a muerte… Te juzgaré ahora mismo -

- ¡¿Acaso estás jugando?! - Me dice como si se encontrara en perfectas condiciones. Noto la herida que ha surgido en su estómago respecto del poder destructivo de mi ataque y me doy cuenta de que está actuando hipócritamente - ¡Que seas de la familia Gelus no te da ningún derecho sobre los seres como nosotros! ¡Maldito! ¡Vete al infierno de una vez por todas! -

La invocación de una de sus lanzas de luz resuena como un estruendoso relámpago. No le temo en lo absoluto; pues rápidamente Tobias se le acerca para ejecutar un corte sobre sus alas. El sufrimiento del ángel caído se convierte en música para mis oídos y en ese mismo momento Johanna cae desde los cielos con la esperanza de realizar una cortada más profunda y significativa.

Cuando creí que las cosas no podrían irle peor al ángel renegado, Cato aparece desde las profundidades del bosque. Aletea fuertemente para superar la altura de nuestro enemigo y luego de eso cae en picada para golpear impetuosamente el estómago del ángel caído con su puño del que fluye una energía verdosa. Es en ese momento en el que nuestro enemigo cae agresivamente a la tierra y yo me impresiono de la fuerza bruta de Cato; una de mis posibles torres.

- Creo que todo terminará muy pronto… - Dice Cato con una sonrisa entre sus labios.

- ¡Esperen! ¡Miren eso! - Señala Finnick con su brazo. Tardo unos minutos en darme cuenta de que ha apuntado a la ubicación en donde los otros demonios batallaban con el ángel femenino.

Entonces observo la caída de uno de mis compañeros. Un chico de cabello rubio y de ojos azules; Edward. El cuerpo comienza a temblarme e intento actuar, pero Johanna Mason se me adelanta y recoge efímeramente el cuerpo herido de nuestro compañero.

Le dedico una mirada asesina al ángel renegado que aún yace en los cielos. Aleteo con fuerza y desencadeno el poder destructivo de la magia de Gelus. Marlene se une a mi ataque e invoca el estruendoso relámpago concedido nuevamente por la voluntad de los cielos.

- Insolentes… - Dice ella, y entonces convoca un destello luminoso que emerge de su cuerpo logrando cegar completamente a la brigada 76 de ángeles y demonios - Voy a silenciar las palabras de este patético equipo. No son más que basura acumulada por ambos reinos espirituales -

El ángel caído levanta su brazo convocando una lanza de luz. Enfoca la mirada en mí y puedo sentir cómo recita una maldición a través de sus labios para inmovilizarme. Reconozco la locura en sus ojos; el brillo rojizo desquiciado de su iris y la risa malévola con la que desencadena el ataque.

- ¡Brian! - Escucho a un ángel nuevamente. Pero no se trata de Susan sino de Tobias. Entonces el mundo se me viene abajo; la realidad se hace difusa e intento procesar lo que ha sucedido.

Gotas de sangre han quedado en los restos de mis mejillas y en mi túnica. La lanza de luz ha atravesado el cuerpo de mi compañero. Sus manos están temblando sobre la venenosa herramienta del mundo de los ángeles. Y tan pronto malhiere a Tobias; la lanza desaparece. Entonces observo la manera en la que pierde el equilibrio; se inclina hacia adelante y cae al vacío. Mi cuerpo aún no se ha liberado de la maldición de mi enemiga pero me he dado cuenta de que he empezado a temblar. La respiración se me hace difícil y no puedo articular palabra.

- ¡Tobias! - Grita Susan. El aleteo de sus alas rápidamente le permiten llegar hacía donde está el cuerpo malherido y tal vez sin vida del hombre del que alguna vez estuve enamorado. Lo toma como puede e invoca la energía curativa que fluye a través de todo su cuerpo.

- No… - Susurro - No puede estar pasando esto…. No debería ser así…. ¿Qué pasó….? -

- ¿Ya lo ves? Te lo advertí hace unos momentos - Dice ella con una sonrisa macabra - No subestimes el poder de los ángeles caídos; demonio de mierda… -

- ¡Cállate! - Le grita Marlene - ¡Relámpago; sacude la tierra! - Entonces convoca desde los cielos la magia de un ángel; el juicio definitivo de un miembro del cielo - ¡No te perdonaré! -

Los enceguecedores destellos que comienzan a caer de los cielos en función de dañar al ángel caído me desorientan. Escucho además el llanto de Marlene; deseosa de querer hacer justicia sin importarle la forma en la que malgasta su energía espiritual. Y entonces me doy cuenta de que los relámpagos que ha convocado; son la viva imagen de sus sentimientos: la rabia que se ha apoderado de ella y la tristeza de haber perdido a un buen compañero. En ese mismo momento los demás se unen al ataque; algunos de ellos con las lágrimas en sus ojos y el arrepentimiento de no haber hecho nada en el momento en el que Tobias se sacrificó mí. Puedo ver la forma en la que están dispuestos a apostarlo todo con tal de vengar a nuestro compañero caído; silencioso e inerte. Pero yo aún no soy capaz de reconocer que Tobias Eaton se ha ido; a pesar de que le prometí que no dejaría que nada malo le pase. Y le he mentido; lo he abandonado; lo he perdido.

Entonces el corazón se me acelera, y el aura que constituye mi energía espiritual comienza a congelar todo lo que está a su alcance. Las emociones que solía guardar en lo profundo de mi espíritu se han liberado; ocasionando una infinitud de desastres naturales en el mundo visible. Intento no ser corrompido por los sentimientos negativos, sin embargo los acontecimientos que previamente han sucedido me dan motivos para liberar la verdadera esencia de mi entidad demoniaca: inhumana; destructiva y sanguinaria.

- Te has reído…. de mí…. - Es lo único que puedo decir mientras la energía fluye a través de mi cuerpo - No…. no sólo eso…. te reíste de mis amigos…. de mi nación… del hombre que amaba… -

La destrucción se ha vuelto inminente y la oscuridad que ha emergido de mi espíritu comienza a consumirlo todo a medida que se extiende por los alrededores de la zona de batalla.

Un círculo mágico se ha dibujado debajo de mí y entonces las ráfagas de viento frío que surgen respecto de las propiedades mágicas de mi energía espiritual comienzan a comportarse agresivamente con los elementos de la naturaleza. Y es en ese mismo momento en el que entonces lloro, o al menos intento hacerlo. Las lágrimas emergen tan pronto comienzo a recordar su sonrisa; sus ojos castaños que reflejaban la imagen de una persona fuerte; valiente y abnegada.

- Oh vaya…. - Escucho la voz de una niña pequeña que aparece a mis espaldas; Kee - Creo que se han metido con la persona equivocada…. Pobres tontos…. -

Entonces extiendo el brazo para formar el círculo mágico de la familia Gelus. La energía obscura que emerge de él explota en furia sobre los seres espirituales a los cuales he apuntado. Es en ese momento en el que reconozco mi potencial como miembro de la nobleza; un hombre que lleva el poder de la oscuridad; el poder de la destrucción. Y lo último que escucho es el grito desgarrador del ángel caído que es consumido por la propiedad corrosiva de mi ataque de magia negra. Pero tan pronto es destruido comienzan a llover plumas de color negro; las que decoran el paisaje con una manta de fríos sentimientos. Es en ese momento en el que me doy cuenta de que mi vida como demonio está destinada al sufrimiento; al fracaso y a la mala suerte.

La enceguecedora luz del hospital comienza a fastidiarme. El silencio es abrumador y me entretengo observando la manera en la que personas vestidas de blanco entran y salen por las puertas para personal autorizado. Los médicos me han dicho que esperara con mis compañeros en la llamada: sala de esperas hasta la publicación de los resultados. Hemos estado aquí desde que Susan descubrió que Tobias había sido embrujado por la maldición: incurable; del ángel caído. No obstante, aún tenía oportunidad de salvarse; siempre y cuando lo llevásemos a un hospital para ver si la medicina humana podía burlar las propiedades de la inexorable maldición. Pero aun así estoy nervioso; pues no hay garantía de que la tecnología humana sea capaz de restaurar las heridas que sufrió Tobias en batalla. Las lágrimas que recorren mis mejillas no han parado desde que llegamos al hospital; y la incertidumbre me está matando.

Después de largas horas de espera; el médico que atendió a Tobias aparece desde las puertas del personal. Se ha quitado los guantes y los ha botado en el basurero más cercano que encuentra en el camino hacia nosotros.

- Lo lamento… Tratamos de hacer todo lo que estuvo a nuestro alance… La pérdida de sangre debió ser la causa por la cual no pudimos hacer nada. Pero sí hemos logrado posponer su muerte… No durará mucho tiempo; pero consideramos que podría ser una forma en la que ustedes podrán despedirse de él… Nuevamente les pido mis disculpas y mi más sentido pésame -

Intento respirar hondo; intento aceptar el hecho de que tarde o temprano tendré que despedirme de él. No puedo evitar pensar que todo lo que ha sucedido ha sido por mi culpa: por mi incompetencia; por la falta de organización de la brigada 76 de ángeles y demonios; por no haber cumplido con la promesa que le hice a Tobias. En ese momento las lágrimas vuelven a surgir; mi corazón comienza a palpitar con fuerza y mi cuerpo empieza a sentirse pesado. Finnick intenta abrazarme colocando sus brazos a mí alrededor. No sé qué más hacer; siento que lo he perdido todo; que mis emociones han perdido trascendencia en el mundo. Las cosas no importan si Tobias no está conmigo. Y me siento una mierda por no decirle lo que sentía. Pude haberlo salvado; pude haberle dicho que lo amaba; que quería que fuera mi novio y encontraríamos una solución respecto de los escándalos que harían el inframundo y el cielo. Pero no lo hice; no quería hacerlo. ¿Qué iría a pensar mi familia respecto de mi enamoramiento hacia un ángel? ¿Qué iría a pensar la sociedad? ¿Importaba eso más que lo que sentía por Tobias? No; claro que no. Sólo fue mera cobardía; egoísmo y arrogancia.

- Anda… Ve con él… - Me dice Finnick. Reconozco la tristeza que emana de su voz así como también las lágrimas que recorren sus mejillas - Lo necesitarás más que cualquier otro… -

Seco sus lágrimas con la yema de los dedos - Todo estará bien… Sé fuerte - Entonces él me abraza y solloza sobre mi hombro. Trato de no conmoverme respecto de sus sentimientos. Así que tan pronto encuentro la forma de separarme de él, me encamino hacia la habitación E07.

Todo lo que conforma su habitación es de color blanco. La televisión está apagada y puedo ver su cuerpo débil e inerte recostado sobre una camilla. Entonces se me ocurre que no soy el indicado para decirle adiós; no soportaría tener que abandonar a la persona que amo por segunda vez. Pero mientras él siga con vida; seré capaz de escuchar su voz; de verlo sonreír; de observar sus ojos castaños de los cuales conformaron a un poderoso ángel de fuego y tal vez; tenga el valor de decirle lo que realmente solía sentir por él; aunque ya sea demasiado tarde.

- Tobias…. - Me siento junto a él - ¿Estás despierto?... - La forma en la que construyo las palabras comienza a ser doloroso para mí. Entonces intento ser más directo para aliviar el dolor - Sólo quería decirte que lo siento…. Te fallé…. Le fallé a mis compañeros… Nunca creí que serías capaz de sacrificarte por alguien como yo. Pero lo has hecho y ahora estás aquí; ocupando mi lugar. Tú tenías muchas aspiraciones; deseos que cumplir. Y sin embargo decidiste sacrificarlos por este insignificante demonio. - Tomo su mano - Honestamente no creo que hayas hecho lo correcto. ¿Qué caso tuvo sacrificarse por alguien que es tu enemigo natural?... - Empiezo a dudar si realmente me está escuchando; aunque de todos modos decido continuar - No sé realmente en qué estabas pensando cuando lo hiciste; pero yo no he dejado de pensar en eso desde que te trajeron al hospital… - Las lágrimas empiezan a salir por mis mejillas - Escucha…. Si todavía sigues aquí, quería decirte que yo…. Me he enamorado perdidamente de ti… Tus ojos; tus labios; tu sonrisa. Tenía pensado decírtelo alguna vez; pero mírame; soy un cobarde. Ni siquiera pude protegerte en esa ocasión y lo he perdido todo. He perdido a la persona más importante - Apreto su mano con fuerza e imploro a los dioses que le devuelvan la vida - Un demonio mostrando remordimiento hacia los dioses… ¿No te parece eso un poco desquiciado…? - Sonrío débilmente aunque sé que de todos modos no funcionará - Te amo Tobias… y sé que eso no cambiará… -

Entonces su mano se mueve; respira hondo y poco a poco comienza a abrir los ojos. La sonrisa que se dibuja en su rostro despierta en mí una gran alegría. Así que seco rápidamente las lágrimas de mis mejillas e intento ayudarlo a sentarse.

- No lo hice por mera casualidad… Brian... - Dice con una voz suave - Tú siempre has sido buen amigo para mí…. Encontré en ti algo que no había logrado ver en los demás… -

- Estás bien…. - Susurro con felicidad - Estás aquí…. - Reduzco la fuerza con la que había estado apretando su mano. Me ha escuchado; estoy consciente de ello - ¡Esto es genial….! -

- Tú deberías saber que yo soy el hombre más feliz del mundo en estos momentos - Sonríe - Puedo ser capaz de verte por última vez… De decirte lo mucho que te aprecio… Lo que significas para mí -

- Tobias… No me hagas esto…. - Le imploro - No me dejes aquí… Te amo -

- Yo también te amo Brian - Dice. Y entonces vuelvo a recuperar la esperanza en el mundo. Es en ese momento en el que recuerdo algo que había ignorado hasta el día de hoy: En la reunión que asistí hace poco en el inframundo; fui nombrado finalmente heredero del Clan Gelus. Eso significa que ahora soy un Rey; con todo el derecho de reclutar a personas de distintas clases sociales - Pero… ¿Qué puedo hacer para sobrevivir?... Ya lo han intentado todo…. -

- No es así…. - Me acerco hacia su rostro. Quiero besarlo; presionar mis labios contra los suyos y decirle cuánto lo amo - Tobias… Yo puedo salvarte… Sólo tienes que pedírmelo… -

- Quiero que me perdones. Por todo lo que te he hecho pasar hasta ahora… - Me dice.

- Sólo dilo… Por favor -

- Te amo Brian. No quiero nada más en el mundo que estar contigo. No importa qué…-

Entonces presiono mis labios contra los suyos. Acaricio la mejilla de Tobias; suave como cabría de esperar. Sus labios son dulces e intento que nuestro beso sea lo más largo posible. Él también lo siente así; pues cuando intentó quitarme; me toma de las mejillas y me atrae hacia sus labios. Entonces comprendo que realmente me ama; que ha sido honesto en decir que está dispuesto a convertirse en un demonio por mí. Y eso es justo lo que precisamente voy a hacer con él; transformarlo en un miembro de la familia Gelus; el caballero de la familia.

Recuerdo la primera vez que conocí a los ángeles de la brigada 76; ciervos dedicados a cultivar las virtudes propuestas por el cielo prometiendo además ser solemnemente leales a Dios. Los demonios; seres originarios del inframundo caracterizados por su apariencia fría y distante. Pero ahora somos una familia; una nueva organización que se ha distanciado de la alianza de ángeles y demonios para la destrucción de ángeles caídos. Ahora somos los miembros de uno de los clanes más importantes de la nobleza; La familia Gelus encargada de temas propios del inframundo. Los ángeles han jurado ser leales a su Rey; aceptando además las piezas que les he designado a cada uno de ellos. Tal es el caso que Marlene se ha convertido en mi reina; Susan y Kee; en dos alfiles; Tobias y Johanna Mason; en los caballeros de la familia Gelus. Lynn y Cato se han convertido en las torres dejando finalmente a Finnick y Edward con la posición peón.

Camino por el pasillo de la sala principal hasta llegar al comedor. Tobias está observando desde el ventanal el brillo de la luna que ha debilitado la densidad de la oscuridad. Me acerco hacia él; coloco mis brazos en su cintura para llamar su atención. Tan pronto se voltea para mirarme coloca sus brazos alrededor de mi cuello. Es en ese momento en que decido besarlo.

- Ha pasado un mes desde que te convertiste en mi caballero y novio… - Le digo - Nosotros deberíamos empezar a practicar eso que hacen las personas cuando están aburridas… -

Tobias se ríe - Eso es muy ambiguo. Además ¿No crees que te estés apresurando…? -

- Me conoces… Sabes que soy ambicioso - Le sonrío para luego besar sus labios una vez más - Me encantan tus besos. Pero sabes que en la sociedad demoniaca hay cosas más prometedoras que eso… Sería muy bueno que tú y yo empecemos a trabajar en ello… Sólo si quieres… -

- A veces siento que Cato tiene razón en decir que eres un morboso… -

- No me malinterpretes - Le doy una sonrisa - De todos modos soy el Rey. Tú deberías obedecer mis órdenes - Bromeo; aunque él sabe que lo digo de esa manera - Te amo… -

- Estoy jugando contigo. Yo también te amo Brian - Me abraza - Nunca pensé en que terminaría convirtiéndome en un demonio. Pero mientras esté junto a ti; nada más me importa… -

Entonces levanto su rostro y nos besamos por un largo tiempo. Sus labios; su cuerpo; todo lo que se relaciona con él me tiene ansioso. Y Tobias lo sabe; pero aun así me tortura con la prolongación de nuestra primera vez. Está consciente de que como demonio no puedo reprimir ese sentimiento de lujuria que he desarrollado hasta la adultez; pero pareciera ser que se divierte haciéndolo. A fin de cuentas él es mío y sólo me queda pensar que viviremos juntos el resto de la eternidad.

Notas finales:

¡Gracias a todos por la oportunidad ;) ! Saludos!


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