Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Sendero de la vida por Fullbuster

[Reviews - 569]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sasuke Uchiha


 


Hoy lo había pasado en grande, como un niño pequeño con juguetes nuevos. Mis primos se habían portado bien, no habían hecho ninguna de sus típicas gamberradas a Naruto y  por fin habíamos podido disfrutar de un poco de tranquilidad. Me alegraba que se estuvieran llevando bien con Naruto, por algo había que empezar y pese a que no eran aún muy cariñosos con él, sabía que ese rubio acabaría ganándoselos, él era así… siempre se ganaba a todo el mundo aunque a mí me seguía pareciendo “Santa verdad”. Intentaba siempre ceñirse a la verdad y sólo había un gran secreto que ocultaba a todos… que estaba fingiendo salir conmigo. Creo que a él también le costaba un poco estar mintiendo en algo así y más porque me daba la sensación que se estaba encariñando con mi familia.


Yo también me estaba encariñando con él, no sabía cómo pero lo estaba haciendo. Su carácter alegre y jovial, su actitud despreocupada pero a la vez responsable, esos ojos azules que miraban con dulzura pero demostraban también su fortaleza me estaban conquistando. Mi frío corazón se estaba derritiendo ante él y cuanto más tiempo pasaba más confundía mis sentidos, mis sentimientos y mis emociones. Creo que me estaba enamorando de ese chico, pero no un enamoramiento normal, no como los había tenido antes, uno más fuerte al resto, un sentimiento de querer protegerle y de tenerle siempre a mi lado. Me sentía tan extraño cuando se supone… que estos sentimientos debían ser para mi novia y no para ese chico. No entendía qué me pasaba con él.


Ahora mismo me encontraba en el porche besando a Naruto, había dicho que me dejase llevar y lo había hecho… claro que mi cerebro se quejaba por estar haciendo esto teniendo novia mientras mi corazón me pedía que siguiera, no sabía a quién debía hacer caso. Me separé finalmente simplemente porque no me sentí cómodo con la situación, no era justo ni para mi novia ni para Naruto, estaba mintiéndoles a ambos, les haría daño por mi indecisión pero es que no sabía que respuesta era la correcta, no había averiguado a quién deseaba realmente, mi novia hacía demasiado tiempo que estaba fuera del país por su trabajo y ahora mismo… no sé si era su ausencia lo que me estaba atrayendo hacia Naruto por no sentirme solo o era algo mucho más fuerte. Supongo que esto se descubriría cuando tuviera a mi novia delante pero claro… eso iba a tardar, porque no dejaba de coger trabajos. Raras eran las veces que nos veíamos, pero sabía que después de este trabajo que le llevaba tanto tiempo, vendrían unas merecidas vacaciones y pasaría un par de meses conmigo.


¿Debía separarme de Naruto o intentar conocerle más? ¿Y si me estaba equivocando con mi novia? ¿Y si era él a quien siempre busqué? No lo sabía. Me separé de sus labios y él abrió los ojos sonrojado sin entender mucho de lo que ocurría.


- ¿Sasuke? – me preguntó.


- Lo siento, me dejé llevar, te prometí que no volvería a hacerlo pero…


- Creo que me atraes – me dijo de golpe sin dejarme acabar.


- ¿Qué? – pregunté.


- Eso… creo que siento algo por ti.


- No me hagas esto Naruto – le dije – sabes lo que había.


- Lo sé y lo siento, no era mi intención que ocurriera. Si pudiera volver atrás… quizá no debería haber aceptado ese trato, quizá sólo debiste haberte marchado y no aceptar ser mi abogado, no debiste volver a esa sala proponiendo el trato.


- Voy a sacarte de ese problema, Naruto.


- Vale – me dijo y no quiso continuar cuando vio que había evitado su tema sobre la atracción – debería irme a dormir, estoy muy cansado.


- Claro, descansa, yo subiré más tarde cuando acueste a los enanos.


- De acuerdo.


Naruto se marchó hacia el interior de la casa y mientras yo cogía a Kiba en brazos, desperté a Kankuro y a Gaara para mandarles a su habitación. Ellos ya eran muy mayores para tener que subirlos en brazos sin despertarles, Kiba era el único que se salvaba.


Cuando terminé de acostar a todos y comprobar que se dormían, me fui a la habitación pero me encontré a Naruto ya acostado durmiendo. En la casa hacía calor, la calefacción solía estar encendida de continuo pero Naruto dormía envuelto en mantas y eso me hizo sonreír. De verdad que éramos muy diferentes pero quizá era precisamente eso lo que me atraía de él.


Dormí nuevamente en el suelo tras haberme quedado unos segundos mirando el rostro angelical que colocaba Naruto al dormir. No podía dejar de sonreír y me preguntaba… ¿Cuándo había cambiado tanto como para sonreír? Nunca lo había hecho, mi infancia no fue buena y no aprendí jamás a relacionarme con la gente, supongo que porque no tuve amigos, ahora este chico me estaba enseñando todo lo que no había tenido en la vida y me gustaba, le sentía como un amigo y a veces como algo más que eso, era alguien importante en mi vida. Había pasado de no ser nadie a formar parte de mi vida, a ser una de las personas que más me importaban.


Cuando desperté a la mañana siguiente eran las diez y nadie había venido a despertarnos. Encendí la luz descubriendo que Naruto no estaba en la cama, ya se habría bajado con mi familia y supongo… que prefería dejarme dormir un rato más, la verdad… lo necesitaba, anoche estaba muy cansado y hoy era el cumpleaños de mi abuela, quería aguantar todo el día y estar con ella en su día más especial.


Mi madre estaba preparando la tarta en la cocina y Naruto estaba allí ayudándola. Entré sin hacer mucho ruido pero me pillaron en cuanto empecé a abrir armarios buscando algo para desayunar.


- Te he dejado tortitas en el microondas – me dijo mi madre sonriendo – todos han desayunado ya, eres el último en levantarte.


- Lo siento, se me han pegado las sábanas – le dije sentándome con un bol de leche y las tortitas en la mesa.


Al acabar de desayunar decidí salir con Naruto y mis primos al pueblo en busca de un buen regalo para mi abuela. Lo encontramos al final en una joyería y volvimos para la hora de comer. Mi abuelo había tenido la misión de sacarla de casa durante todo el día mientras preparábamos las cosas, seguramente se olía lo que le estábamos montando y sus amigos y viejos conocidos no tardaron en llegar.


La fiesta sorpresa fue un éxito… aunque yo más bien creo que fingió no saber nada, porque mi abuelo y ella tenían una gran confianza, tanta… como para que mi abuela descubriera todo lo que mi abuelo le ocultaba sin necesidad de hablarse. Esa confianza ya me habría gustado tenerla a mí con Naruto.


No podía apartar mis ojos de él mientras le veía sonreír, aplaudir y felicitar a mi abuela por su cumpleaños y pensaba en eso… en que me gustaría tener confianza con él, la misma que mis abuelos tenían. Se giró a mirarme poniéndose serio unos segundos y luego sonrió intentando hacerme sonreír, algo que consiguió enseguida y es que no había persona en el mundo capaz de resistirse a su encantada y seductora sonrisa.


El cumpleaños no estuvo mal, algo aburrido para nosotros ya que eran conocidos de mi abuela, pero dentro de lo que cabe… era su día y por tanto los demás respetábamos eso, era bueno verla tan feliz y contenta hablando animadamente en la fiesta con sus conocidos. Se lo estaba pasando bien y eso era lo que importaba. Yo me dediqué a sentarme cerca de la barra con mi abuelo y beber, al final hasta Naruto acabó uniéndose y bromeando con Madara. Creo que empezaban a llevarse mejor, mi abuelo había bajado la intensidad de sus bromas con él intentando que se sintiera cómodo, eso sí… le sirvió un par de copas de más y al parecer… yo también iba con un par de copas de más cuando acabó la noche.


Tuve que coger yo a Naruto para ayudarle a llegar a la habitación aunque puede ser que él también estuviera ayudándome a mí a llegar a ella porque íbamos los dos muy finos de alcohol. No creo que Naruto hubiera bebido alcohol en su vida por como estaba de mareado.


Llegamos casi arrastras a la habitación y es que no entendí ni cómo conseguimos subir las escaleras entre risas y tropezones, pero al final conseguimos nuestro objetivo… llegar. Abrí la puerta dejando que Naruto entrase y una vez estuvimos dentro, no pude remediarlo más, su risa me volvía loco y decidí lanzarme atrapando sus labios entre los míos. Creí que podría apartarme pero lejos de eso, Naruto se acercó más a mi cuerpo pegándose a él y abriendo levemente su boca dándome acceso, creo que ninguno de los dos aguantaba más esta tensión que sufríamos día a día. No aguantaba más.


Mis movimientos eran torpes por el alcohol que llevaba en la sangre, pero estaba tan ansioso de tener a ese chico que me dio igual, con rapidez cogí su camiseta quitándosela, dejando de besarle únicamente cuando la camiseta pasó por su cabeza. Separarme ese instante de sus labios fue toda una eternidad y los cogí con violencia de nuevo.


Entre bruscos movimientos y la impaciencia que llevábamos los dos, acabamos en la cama al tropezarnos con nosotros mismos, menudos dos estábamos hechos… ahora ya ni caminar bien podíamos. Nos reímos al sentir que estábamos en el colchón mullido pero antes de que Naruto pudiera volver a reaccionar volví a besarle conduciendo mis manos hasta su entrepierna para desabrocharle el pantalón.


Se dejó hacer y en un momento, me quité la camisa lanzándola también al suelo, pero Naruto fue más rápido que yo y antes de que pudiera tumbarme de nuevo encima de él, su boca ya estaba en mi pecho lamiéndolo y besándome, regocijándose en mis pezones y no pude hacer otra cosa que gemir y agarrar mis dedos con fuerza en su rubio y revoltoso cabello.


Nuestros miembros rozaban con nuestros pantalones medio abiertos y escuché como él gemía también por el placer, no era yo sólo el único que disfrutaba de los besos y las caricias, eso me alegraba y me calmaba. Él lo deseaba tanto como yo y en un rápido movimiento me moví levantándome de encima suyo para quitarle el pantalón y quitarme el mío también con rapidez.


Metí mis dedos en mi boca lubricándolos todo lo que pude antes de introducirlos en él. Jamás había hecho algo así con un chico, yo nunca me había considerado homosexual y no sé que es lo que me pasaba… pero este chico tenía algo que me atraía de tal forma que se me hacía imposible contenerme a su atracción.


Naruto masajeó mi miembro y hasta se atrevió a bajar lamiéndolo con sutileza al principio hasta que decidió metérselo entero en la boca siguiendo un ritmo tortuoso y a la vez placentero. No iba a aguantar mucho más y menos con el alcohol que llevaba en el cuerpo, así que le posicioné mejor bajo mi cuerpo y empecé a entrar en él con cuidado aunque no me detuve hasta que estuve completamente dentro de él. Le escuché gemir y yo también jadeé al sentir su estrechez. Sinceramente…  no sabía si era virgen o no, tampoco iba a preguntárselo, las cosas ocurrían así y él no me había echado hacia atrás.


Sentí sus manos agarrarse a mi espalda y arañarme un poco mientras cerraba los ojos y disfrutaba de mis movimientos entrando y saliendo de él, de los jadeos que le regalaba y al final se corrió entre nuestros sudorosos cuerpos. Yo no tardé mucho más en correrme y acabamos los dos durmiéndonos en la cama prácticamente al momento de terminar todo nuestro pequeño momento de lujuria. Mañana sería otro día y ya veríamos que pasaría entre nosotros si es que conseguía recordar esto y Naruto no me mataba.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).