XXIV
Johnny y Gil estaban en el cuarto del primero, después de la cena de hace unos días y que Gil diera la noticia que eran novios a sus padres sus días y rutinas no habían cambiado mucho, jugaban, hablaban y pasaban tiempo junto en la casa de uno o la del otro, o paseando en la ciudad, su relación no había cambiado tanto, bueno, sino contabas los abrazos más frecuentes y que cada vez que se sentaran en un sofá o cama, como ahora, donde Gil lo envolvería en sus brazos eliminando la distancia, como ahora de nuevo, a veces acomodándolo entre sus piernas, como en ese preciso instante, y ajeno a la vista de todos intercambiaban besos y caricias, como lo estaban haciendo en esos momentos.
Johnny se había vuelto muy aficionado a los labios de su novio, y a pensar en Gil no solo como Gil, su amigo y vecino sino ahora también como su novio.
Besar se sentía tan bien. Sentía como si el calor del otro se transmitiera a él y viceversa.
Si llegara a preguntar a alguien la razón de esto, como a sus hermanas, seguramente le dirían una serie de hechos científicos como que esta clase de contacto físico liberaba endorfinas, estimulaba los vasos sanguíneos del rostro o algo así, como que también se podían compartir gérmenes y bacterias con dicho contacto tan íntimo.
Pero en esos momentos no le importaban las razones científicas, solo estar junto a Gil y sentir sus labios junto a los suyos.
Desde que Duke se la paso riendo histéricamente con todo lo pasado la otra noche pidió disculpas a su mejor amigo y le compro un par de comics que quería, además de que cuando estaban en el cuarto les dejaba pasar un tiempo a solas, eso sí, siempre le recordaba “disfruten su rato a solos tortolos” y “nada debajo de la cintura Johnny” con un tono pícaro.
Cuando hacia esos comentarios no podía evitar sonrojarse y tratar de lanzarle una almohada a la cabeza antes de que lo dejara solo con Gil. A Duke le encantaba hacer bromas y avergonzarlo, pero también respetaba su relación y apoyaba a ellos, además de que no solo salía de la habitación para dales intimidad sino que estaba al pendiente por si alguien entraba o se dirija cerca del cuarto. Johnny aun no le había dicho a ningún familiar aparte de Duke de su relación con Gil.
No podía hacer lo mismo que hiso Gil en la cena con sus padres y Arnold y Simón, no creía que sus padres rechazaran el hecho que le gustara otro chico, al menos esperaba eso, pero quizás se llevarían la sorpresa de que chico le gustaba. Tal vez algunos comentarios de “hey creo me gusta alguien” o algún comentario por el estilo, seguramente sus padres harían comentarios vergonzosos que hacen todos los padres como “oh mi bebé está creciendo”, “¿Quién es la afortunada Casanova?”, “recuerdo mi primer novi@, aunque no tenía tu edad, eres aun un poco joven”.
Pero mientras eso ocurría, por el momento disfrutaría el aquí y el ahora, disfrutando besos con Gil, compartiendo un par de caricias, viviendo estos momentos juntos.
~+~+~
En alguna parte, probablemente en alguna película, había escuchado que para ser un buen cazador debías conocer bien a tu presa. En esos momentos era como uno de esos dichosos cazadores, esperando el momento perfecto para dar el tiro de gracia, pero este no llegaría si no ponía de su parte.
El cazador estudiaba su presa, para saber sus hábitos y costumbres, para concluir donde era el mejor lugar para acabar con ella y acorralarla. El cazador era paciente, para no cometer errores. El cazador debía ser astuto.
Ahora por un tiempo de observar al mini bastardo, Gil, sabia donde vivía, la casa estaba descartada como para dispararle. Demasiados riesgos, posibles testigos además de que seguro tenían una alarma de seguridad y estaba ese tonto guarda espaldas, debía crear un momento en que se apartara de la seguridad de la casa y de ese hombretón que le cuidaba la vida.
¿Qué podía hacer?
Llegar de manera inocente y tratar de ganar su confianza tardaría tiempo además de que sería sospechoso, además de acarrear a que testigos le vieran junto a Gil y fuera uno de los sospechosos principales de su muerte.
Repaso en su mente todos los tediosos momentos en que persiguió al muchacho en la distancia.
Y ahí lo vio en el ojo de su mente.
Aparte de estar siempre acompañado por su guardaespaldas cuando salía de su casa le acompañaba alguien más, ese niño de extraño cabello que justamente vivía al lado de su casa.
Ese niño era la respuesta.
Era el mejor amiguito de Gil o algo así, por lo tanto el mini bastardo le quería y apreciaba, se preocuparía seguramente si algo le pasara.
Se felicitó por su grandiosa idea.
Los cazadores también utilizan señuelos para atraer a sus presas, ya había encontrado al suyo.
*+*+*
Tener a Johnny entre sus brazos era como si estuviera completo, besar sus labios era como si el mundo desapareciera a su alrededor y solo existieran ellos dos. Se separó un momento para apreciar a su pareja, sonrojado, con los labios ligeramente sonrojados y unos ojos que brillaban como gemas, como amaba a este chico cabeza de llama.
En un movimiento atrevido mientras se disponía a besar de nuevo esos labios, saco su lengua para saborearlos curioso de su sabor provocando un jadeo de sorpresa en el menor. No era la primera vez que se le ocurría y cada vez que pasaba era un avance más atrevido, esta vez la lengua de Johnny salió al encuentro de la del mayor curiosa de imitar a la primera.
Esta vez no se conforman con explorar sus labios sino también el interior de sus bocas.
Johnny es inexperto en los besos pero eso no lo toma como excusa para responder con entusiasmo con algunas piscas de torpeza, cuando siente la lengua de Gil entrar en su boca la deja explorar libremente hasta que su lengua nuevamente juega con la del otro. Solo puede describir cómo se siente momento como si su cuerpo estuviera en llamas y a la vez se estuviera derritiendo.
Su cabeza empieza a dar vueltas por estas nuevas sensaciones pero no quiere parar, pero como el cuerpo necesita oxigeno ambos se separan nuevamente.
Gil nuevamente aprecia a su Johnny, mas sonrojado, con los labios ahora ligeramente hinchados y con un pequeño hilo de baba escurriendo por una de sus comisuras de sus labios, si alguna vez hubo una duda aunque fuera minúscula como la hormiga más pequeña y solitaria de que quiere pasar toda su vida al lado de este chico ahora se ha desvanecido por esta cosa en su pecho que tiene vida propia, que crece con cada día y vibra con solo tener la presencia de Johnny a su lado. Esto era lo que llamaba amor.
Y mientras estos enamorados seguían encapsulados en su burbuja de su propio mundo, Duke paseaba por la casa con una tasa de café en una pata y hojeando uno de sus libros favoritos, no había nadie en la casa a excepción de los niños y él, el padre había salido a realizar un mandado de compras para la cena, y la madre tenía una reunión con algunos clientes para cerrar un jugoso trato.
Ya sabía dónde estaba Johnny y Gil, solo debía estar al pendiente de las gemelas que últimamente habían estado muy tranquilas, eso de su dichosa “investigación” les absorbía mucho tiempo y atención. Esperaba que el resultado de esta no terminara siendo algo peligroso para ellos, ya que normalmente utilizaban a Johnny como conejillo de indias y si el menor se involucraba en ese tipo de cosas él también se metía para velar la seguridad de su mejor amigo.
Toma otro sorbo y lee la escena donde el héroe escala un risco para rescatar a la princesa secuestrada, si, incluso él puede apreciar historias cursis como estas, claro, si tienen escenas de aventura como esta.
Con su fino oído canino escucha los pasos de las gemelas salir de su habitación. Dejo el café y el libro en la mesa de la sala y subió las escaleras para encontrar al par de gemelas más desalineadas de lo acostumbrado, en un principio había subido para ver si irían al cuarto para exigirle a Johnny que probara alguno de sus experimentos.
Las niñas a veces descuidaban su aspecto cuando se enfrascaban en sus experimentos o algún gran proyecto, aun así nunca dejaban de ser femeninas y seguían teniendo cuidado en los detalles de sus aspectos, como siempre llevar sus amados broches de estrella y luna respectivamente, cuidar su cabello, cambiar sus batas cuando estas estuvieran sucias.
Ahora le parecían algo extrañas, desalineadas, cansadas; el cabello siempre bien peinado o recogido estaba descuidado con mechones erizados por falta de atención, bajo los lentes unas ojeras marcadas bajo los ojos, incluso no traían sus batas de laboratorio puestas sobre su ropa casual.
-Niñas, en serio deben tomar un descanso de esa dichosa investigación, se ven muy cansadas-
-¿Investigación? ¿Qué…?- Susan levanto su mirada a Duke con la confusión en su rostro.
-¡Oh, sí! Realmente nos enfrascamos mucho en la “investigación”- corto rápidamente Mary a su hermana.
-Sí, realmente hemos invertido algo de tiempo en ella-
-¿Algo? Yo diría mucho-
-Ya sabes cómo son estas cosas Duke, uno debe estudiar todos los aspectos de un tema para saber bien de ello-
-Y uno puede tardar en descubrir todos los aspectos-
-Mmm como ustedes digan, pero en serio deberían tomar un descanso. Sé cuándo se emocionan con algo que les llama su atención, tanto como ignorar muchas cosas a su alrededor, pero no se olviden de ustedes mismas-
-See, es que la investigación fue muy…-
-Interesante por decir lo menos-
Ambas hermanas intercambiaron miradas, dijeron hace días que harían pausa en esto de la “investigación”, pero siempre encontraban algo nuevo que absorbía su atención. Tal vez estaban pasando por una etapa de obsesión con este tipo de cosas, como cuando descubrieron que podían crear pilas de varios tipos en kínder y no solo empezaron a hacer e famoso experimento de una pila con papas, sino también con otras cosas como zanahorias, frotando un alambre con algodón, o una que funcionaba con viento o la de energía solar.
Después de un tiempo se les paso esa fiebre por esa novedad, tarde o temprano también pasaría eso con esto, tarde o temprano quizás.
Por el momento se las habían pasado desvelando un par de días leyendo estos dichosos fics creados por fans de diversas series además de leer unos comics muy gráficos y con una trama no tan mala. Aunque tenían mucho pero mucho drama en algunas partes, tanto que superan fácilmente varias de las novelas que habían visto hasta el momento.
Hasta ellas ya se habían hecho fans de algunas parejas inventadas de sus series favoritas.
-Iremos por algo de comer-
-Y beber-
Dicen pasando a un lado de Duke y bajando por las escaleras.
-También tómense un baño chicas, ya huelen un poquito-
-¡Duke!-
-Nosotras no apestamos-
-Jajajaja solo decía-
Ya escuchándolas en la cocina toca la puerta de Johnny, porque él si tiene modales y no quiere darle es susto de su vida a su amigo al abrir la puerta de repente mientras que este se besuquea con su novio, escucha un ligero “pase” y entra.
-Ufff, eres tu Duke-
Ambos están aún sentados en la cama, uno al lado del otro con comics en sus regazos esta vez, seguramente en un intento de Johnny de disimular, funcionaria para alguien despistado pero Duke ve aquellos detalles como el notorio sonrojo en el rostro del menor y sus labios ligeramente hinchados, sus ropas arrugadas y ligeramente desarregladas, además del ligero desorden en los cabellos de ambos, además que sostienen los comics al revés es poco creíble la fachada de que se la habían pasado leyendo comics todo ese rato.
-Qué lindo par de tortolos jajaja-
Johnny lo fulmina con la mirada, al parecer no le gustó mucho que lo interrumpieran en su rato a solas con su novio. Es tan adorable a los ojos de Duke cuando se pone así.
-Solo vine a decir que las gemelas salieron de su cueva, así que estén tranquilitos por un rato por si se les ocurre entrar a tu cuarto sin tocar- les avisa con una sonrisa.
-Gracias Duke-
Es bueno escuchar la advertencia, quien sabe cómo hubieran reaccionado ese par si los encontraban besando. A veces sus hermanas son tan impredecibles.
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