XXVII
Es así como termina, todo su esfuerzo, su sacrificio, y sin ningún resultado más que desafortunado y negativo desenlace para ella, ninguna gloria ni ver sus sueños cumplidos.
La causa de su sufrimiento, su anhelo y obsesión, su amor inalcanzable.
Trabajo como secretaria durante años, y tan cliché como suene se había enamorado de su jefe, el magnate guapo Elias Gil Perrish, no era déspota ni un creído como la mayoría de la gente rica, era amable y atento y era tan cortes con ella que era inevitable que empezara a sentir cosas por esta persona. Simplemente era tan perfecto.
Se ilusionaba el pensar que tan perfecta seria su vida junto a este estupendo hombre, y luego apareció la maldita de Samantha en sus vidas y lo tuvo que arruinar todo.
Cuando la vio por primera vez entrando por el vestíbulo de la oficina junto a su padre y abogados para hacer negocios con la familia Perrish la odio, indudablemente encontró en ella el peligro de su presencia en su futura relación con Elias.
Siendo la secretaria que era tenía acceso tanto a la agenda como lista de contactos de su jefe, por lo que ella supo de la primera cita de Elias y Samantha y trato de arruinarla, fue uno de sus primeros intentos por separarlos, pero no tuvo tanto éxito porque a la semana siguiente tuvieron otra, y luego otra más y más.
Ingenuamente creyó que acabaría pronto, una relación pasajera, pero no, cuando ambas empresas anunciaron que fusionarían, con restructuración y nuevos empleos, y la oh GRANDIOSA noticia del compromiso entre la perra de Samanthe y Elias. A ella la enviaron a una empresa en otra ciudad y la feliz pareja empezaba a hacer sus planes de boda.
Fue cuando algo se le rompió dentro de su corazón… y mente.
Esposada atrás de una patrulla junto a un loco inconsciente, viendo como todos sus sueños y esperanzas se desvanecían.
-¿Alguien sabe quién es ella?- pregunto Mary una vez que ya las burbujas habían sido eliminadas, niños y algunos adultos atrapados en ellas puestos a salvo, y la policía había detenido a la mujer por portar un arma ilegal junto a Wacko.
-¿Creen que sea alguna secuas de Wacko?- pregunto Susan, aunque ella misma lo dudaba, normalmente se aliaba solo con las personas que odiaban a Johnny o lo consideraban su enemigo, pero ni siquiera Johnny la reconoció como alguien a quien le hubiera hecho algo para que le odiara.
-Ni idea, ¿quizás su nueva novia?- sugirió Duke, si sabían que Gela Cerebro había conseguido novia, aun había esperanzas para tipos como Wacko, aunque la mujer debería ser ciega o igualmente loca que el villano como para quererle.
-Chicos, es hora de ir a casa. Sus padres deben estar sumamente preocupados, los señores Perrish me mandaron un mensaje preocupados por Gil y Johnny, por ti también Duke-
-Se acerca la hora de la cena, podemos usar nuestro vehículo para llegar más rápido-
-¿Tienen licencia para conducir?-
-Lo maneja nuestros robots, las licencias no son necesarias-
Su vehículo tenía cierta similitud a una camioneta, pero sin ruedas y flotaba, al verla Gil hiso una mueca, le recordaba mucho a la nave que volaba y que le llevo junto a sus padres, ese no fue un viaje muy placentero.
Y este viaje tampoco fue muy placentero, ya que a las gemelas se les ocurrió usar su modo volador ultrarrápido en su vehículo para llegar a tiempo a casa antes de la cena, por lo que la escena de Gil abrazando a Johnny con mucha fuerza para tranquilizarse mientras la invención infernal volaba se repitió, aunque esta vez las gemelas no pudieron evitar no apartar su vista de ese par y luego cuando llegaron a sus hogares se miraron entre asombradas y arrepentidas por que definitivamente tanta lectura “creativa” estaba afectando sus cerebros y estaban cosas que ahí no estaban.
Tenían un serio problema, ¿había grupos de ayuda o de apoyo para superar su reciente obsesión?
-¡GILLL!- no paso ni medio segundo en que tocaron suelo cuando Samantha Perrish salió al encuentro de su hijo y lo abrazo entre sus brazos.
Samantha junto a su esposo Elias se enteraron en las noticias sobre lo que estaba pasando en el centro de la ciudad con unas extrañas burbujas que estaban atrapando niño, jóvenes y alguno que otro adulto que trataba de liberar a las victimas capturadas dentro de ellas. Inmediatamente pensaron en su hijo y novio que se encontraban en esa parte de la ciudad, Arnold estaba junto a ellos pero no sabían que también sus habilidades de ex militar se aplicarían a esta clase de situación.
Mientras trataban de contactarse con el guardaespaldas, ya que Gil no contaba con un celular por el momento porque el chico no sabía aún muy bien cómo funcionaba dicho aparato, se comían de los nervios y de la preocupación.
Las burbujas no parecían peligrosas, pero en sus mentes de padres preocupados y que ya habían sufrido la pérdida de su hijo una vez no creían poder soportar una nueva experiencia similar, de hecho aunque no lo quisieran pensaban en horribles escenarios como por ejemplo en que dichas esferas contenían gases tóxicos o ni siquiera ningún tipo de aire que haría que se sofocara su hijo si terminaba atrapado en alguna de ellas.
Estaban a punto de llamar a las fuerzas armadas, a la marina, al ejército, a las fuerzas especiales y a quienes se les ocurriera y tuvieran contactos, pero Arnold por fin contesto a sus mensajes y llamadas explicando que la situación estaba bajo control.
Obviamente no le creyeron del todo y exigieron que regresaran a casa inmediatamente, quien sabe que otras cosas pudieran pasar ese día.
-¿Estas bien? ¿Estas herido? ¿Qué te paso? ¡Dime!-
-Querida, si lo dejaras contestar creo que te lo diría-
Fue cuando Samantha se dio cuenta que su abrazo estrangulaba poco a su hijo impidiéndolo hablar o tan siquiera respirar con normalidad, en esos momentos Gil no pudo evitar comparar en su mente el abraso de su madre como el agarre de una anaconda.
-¡Oh hijo! ¿Estás bien?- pregunto Samantha apartándose y dándole oportunidad a Gil de recuperar algo de oxígeno.
-Si mamá, yo bien-
-Arnold, no nos quedaron muy en claros tus mensajes ¿Qué fue lo que paso?- pidió Elias al guardaespaldas, dijo que la amenaza haba sido controlada pero no especifico los detalles.
-La situación en el parque se volvió delicada cuando unos objetos voladores parecidos a globos o burbujas empezaron a aparecer e inesperadamente empezaron a capturar a la gente, señor. Tomando una decisión rápida nos dirigimos a un lugar cerrado para evitar correr con la misma suerte de las víctimas de estos globos, al parecer el responsable de este fenómeno era un criminal de esta ciudad-
-Wacko, es un tipo que odia los niños y normalmente se enfoca en hacer planes para capturar o desaparecer los niños de la ciudad. Lo irónico es que tiene una empresa de juguetes para niños- informo Duke.
-Después de encontrar refugio decidimos permanecer en un local bajo techo esperando a que la situación se controlara, al parecer las gemelas Test tienen los medios y el conocimiento para este tipo de problemas por lo que Johnny y Duke decidieron localizarlas. En dicho local había otros civiles buscando refugio, ninguno de ellos parecía hostil, hasta que el individuo Wacko entro al local buscando a Johnny rompiendo la vitrina del local-
-¡Oh cielos! Johnny ¿te hiso algo ese tipo?- ahora la atención de los padres de Gil estaban en el menor de los Test preocupados que estuviera herido o algo por el estilo.
-Sí, estoy bien. Wacko no da mucho miedo, y Gil, él pues le dio un puñetazo cuando trato de encerrarme en una burbuja, lo que si nos asusto fue cuando sacó un arma de verdad…-
-¡¿Qué?!- ahí no solo los padres reaccionaron sorprendidos sino también las gemelas Test que apenas se habían enterado de esta parte de la historia.
¿Desde cuándo Wacko iba a esos extremos?
-En efecto el sujeto tubo en su momento entre sus manos un arma de fuego, una pistola, pero al parecer no era de su posición sino de otra persona. Una mujer era dueña de dicha arma, y antes de que hubiera un disparo, un accidente, o un forcejeo entre la mujer y el tipo de las burbujas, intervine inmovilizando a la mujer y dejando inconsciente a Wacko- término de resumir Arnold, las reacciones frente a él, como había esperado, eran de sorpresa y shock.
-¿Quién era esa mujer?-
-No traía consigo identificaciones y no respondió cuando se le pregunto, en estos momentos está en custodia de la policía por tener un arma sin permisos-
-Eso es sumamente sospechoso-
-Empezare a llamar a los abogados para que ese desquiciado no vuelva a ver la luz del sol. También para que investiguen a esa mujer- dijo Samantha con voz fría.
Alguien se había atrevido a amenazar a su niño, y ese alguien lo pagaría muy caro.
Siendo sinceros para los jóvenes Test y Dukey daba un poco de miedo.
-Bueno, nosotros iremos a casa ahora- comento Susan empezando a retroceder a su hogar.
-Sí, ya va a ser hora de la cena. Vengan Dukey, Johnny. Papá y mamá nos esperan-
-Yo, Gil ¿vas a estar bien?- Johnny no quería apartarse aun de su novio.
-Yo bien, Johnny-
-Ok… nos vemos luego, hasta mañana señores Perrish y Arnold-
Más tarde ese día Johnny fue a buscar a sus padres, normalmente después de la cena cada quien iba de regreso a sus cosas, las gemelas irían a su laboratorio, sus padres se quedarían a tomar café en la cocina o viendo los shows de la noche en la t.v. de la sala, y él regresaría a su habitación con Dukey a jugar videojuegos, esta noche decidió hacer las cosas un poco diferente.
-¿Papá? ¿Mamá? Tengo algo que contarles- los abordo encontrándolos aun en la cocina.
-¿Qué pasa cariño?- pregunto su madre curiosa.
-¿Ahora qué hiciste muchachito?- esta fue la respuesta perspicaz de su padre, ya sospechando desde un principio que su hijo traía algo entre manos o había hecho una travesura que lo había metido en problemas.
-No he hecho nada malo o roto algo de la casa… hoy- se defendió el menor de los Test.
-Hugh deja hablar a Johnny antes de acusarlo- le regaño su esposa a su marido.
-Lo siento Lili-
-¿Qué es lo que querías decirnos hijo?- Alentó Lili a que continuara lo que les quisiera decir.
-Quisiera contarles algunas cosas… me gusta alguien-
-Awww mi bebé está creciendo-
-Oh, por fin nos dirá el nombre de la chica que te gusta, ¿es esa niña que siempre dices que te molesta? ¿o esa chica en tu clase que alguna vez dijiste que era linda?-
-Eso fue en cuarto grado, y no puedo creer papá que tan siquiera te imagines que alguna vez me gus gusta iuhgg, ni siquiera puedo decir la palabra, que me llegue a gustar la odiosa de Sissy Blakely-
-Calma, calma muchacho, algunas de las mejores relaciones comienzan cuando la gente cree no soportarse y al final resulta que son el uno para el otro-
-¿No me dirás que así empezó su relación?-
-Claro que no. Conocí a tu padre en la universidad y nos llevamos muy bien desde el principio. Entonces, ¿nos cuentas esto para pedirnos consejos?- pregunto emocionada su madre.
-No exactamente mamá, emmm en realidad creo que nuestra relación va muy bien-
-¿Ya la invitaste a salir? ¿Quién es esta chica?-
Y este era el momento que había pospuesto desde que empezó su relación con Gil, y si podía ocultar el hecho de que su perro hablaba a sus padres si se lo llegaba a proponer podría evitarles decir a sus padres que estaba saliendo con Gil el vecino, pero no haría eso, no quería eso.
No se avergonzaba o se sentía mal al sentir que le gustaba Gil, Gil era genial, quizás era una de las mejores cosas que le podía pasar en la vida, con cada día que pasaba el cariño que le tubo se transformó en algo más grande, y luego crecía con cada día que pasaba con este más y más, cielos, amaba a ese rubio, y no se lo iba a esconder a sus padres.
-No es exactamente que digamos una chica- y ya, lo dijo, aunque la respuesta era muy vaga y todavía no llegaba a lo que quería decir.
Estaba preparando y tanteando el terreno sobre la marcha, improvisando como siempre.
-Uh, ¿entonces es una mujer mayor? ¿te enamoraste de alguna de tus profesoras?-
-Oh cariño, sé que algunas mujeres mayores deben parecerte ya atractivas a tu edad, eso es emmm atracción, conforme los chicos crecen es normal que sientan esas cosas, puedes sentír estas nuevas sensaciones muy fuertes, pero es más bien un amor platónico, no sufras por ello. Algún día encontraras a una chica de tu edad y serán felices-
-¿Traigo los títeres de calcetín para repetir de nuevo la charla?-
-No, los títeres de calcetín de nuevo no por favor. No estoy enamorado de ninguna mujer mayor o profesora, además las de mi escuela tienen suficiente edad para ser mis abuelas iughh-
Debió saber que conociendo a sus padres era obvio que llegarían a ese tipo de conclusiones con su comentario, debía ser más específico.
-Lo que estoy tratando de decir es que no me gusta una “chica”, literalmente. Quien me gusta es lo contrario a una “chica”-
-¿Cómo que lo contrario?- pregunto ya desorientado su padre, no entendía lo que su hijo quería decir.
-Oh, Ohhhhh- pero su madre si –eso, oh, eso no me lo esperaba-
-¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Qué es lo que no te esperabas querida?-
-Oh cariño, bueno eso no me lo esperaba, espera digo, no es malo, en serio no es malo- empezó a decir nerviosa Lili temiendo haber ofendido o dañado los sentimientos de su pequeño con sus anteriores comentarios, este tipo de confesión era muy importante.
Cierta parte de ella estaba feliz de que su hijo les tuviera la suficiente confianza para decirles este tipo de cosas, otra parte estaba muy nerviosa, ya se esperaba conversaciones de las niñas diciendo que le gustaban chicos y de su hijo hablando de que le gustaban algunas niñas, no al revés.
Pero esto pasa cuando tienes hijos, no vienen con ningún manual y desde prácticamente su concepción son un manojo de sorpresas tras sorpresa y deber aprender sobre la marcha.
-¿Qué no es malo? ¿Alguien puede explicar ahora a que rumbo tomo nuestra conversación?-
A veces su esposo era tan corto en captar las cosas frente a sus ojos.
-Lo que Johnny no trata de decir es que no le gusta una “chica”… es más bien un “chico”, no me equivoco ¿verdad?-
-No mamá-
Tardo un poco para que Hubert "Hugh" Test terminara de procesar aquellas palabras, su hijo, su niño quería ¿otro niño?
No podía decir palabra alguna, solo atino a boquear como pez fuera del agua sin saber que decir. Si no fuera por el golpecito que le dio su esposa no hubiera dejado de hacer esa extraña mueca de pez.
-Chi…chi… chico-
-Hugh compórtate, este es un momento muy importante para Johnny- susurro agresivamente a su esposo Lili Test, era algo sorprendente lo que les decía su hijo, pero si no empezaba a decir algo más inteligente que boquear como pez o tartamudear cosas incoherentes perderían la confianza de su hijo en esta clase de asuntos.
-Pero eres un chico- atino a decir aun no creyendo lo que su hijo les había dicho, con esto se gano un pisotón nada disimulado por parte de Lili.
-Auch-
-Lo que tu padre quiere decir es que nos tomó por sorpresa, ¿verdad?-
-Muy sorprendente, como los golpes de tu madre-
-Ejemp, hijo, perdón por reaccionar algo sorprendidos y hasta confundidos, es que jamás nos esperamos que nos dijeras algo como esto. Pero nos alegra que tengas la confianza para decírnoslo. Mientras que seas feliz no nos importara de quien te enamores, ¿verdad querido?-
-Sí, tu madre tiene razón. Bueno, supongo que es un poco diferente, pero si necesitas consejo aquí estamos-
-Gracias, aunque no es precisamente consejo lo que necesito. Creo que mi relación va bien-
-Ohhh entonces el chico que te gusta también siente algo por ti, eso es fantástico- animo su madre.
-Seee, podría decir eso-
-¿Y quién es este chico?- pregunto su padre, imaginando que quizás sería un chico de su clase o de la escuela, ni de cerca se imaginaba quien era el interés amoroso de su hijo.
Momento de demostrar lo valiente que era.
-Es Gil- sip, por fin lo había soltado.
Y había unas cómicas expresiones de asombro en las caras de sus progenitores, prácticamente había provocado que sus ojos se agrandaran como platos y sus mandíbulas parecieran desencajadas de sus bocas.
Los había dejado sin palabras, al menos no se habían desmayado.
Plafff
¿Qué había sido ese sonido? Sonó como si un costal hubiera chocado contra el suelo, y eso fue dentro de la casa. Johnny miro a su alrededor buscando el origen del sonido pero no la encontró en la cocina así que tomo unos pasos para ir a la entrada de esta y encontrar para su sorpresa a sus hermanas en el suelo, ellas habían sido las desmayadas.
-Al menos ya sé cómo reaccionarían Susan y Mary-
Esto había ido bien si lo pensaba. Si, esto había ido muy bien.
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