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Gil de la selva por minima

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XXX

El juicio fue rápido y sin posibilidad de defensa, todas las pruebas la inculpaban, todo porque habían encontrado en su departamento su amado homenaje a su amor por Elias y su misión de unirlos por fin.

El incompetente de su abogado trato de convencerla que se hiciera un análisis psicológico para que declarar demencia y así la enviaran a una institución mental en lugar de la cárcel, ¡Pero ella o estaba loca! ¡Era el mundo el que estaba demente de no ver que ella era la indicada para su amor y no esa horrorosa Samantha!

Limpiar el error que cometió su amor al casar con esa bruja era lo que alguien que ama con intensidad como ella debían hacer, no se arrepentía de todos sus intentos de tratar de deshacerse de ese bastardo de Gil, lo único que se arrepentía era que sus intentos no dieron tanto éxito.

-No había conocido a alguien que odiara tanto a un niño como yo. Hey linda, ¿no te interesaría platicar más sobre nuestros gustos en común?-

Para el colmo el inútil que arruino sus planes, el dichoso super villano en turno de la ciudad la estuvo tratando de coquetear cuando la encerraron en una celda junto a ella cuando estuvieron en la comisaria de la mugre ciudad.

-Ya sabes, los niños son la cosa más insufrible de la creación y…- seguía parloteando Wacko, tentando su suerte al estar al lado de alguien realmente enojado, peor aún, una mujer furiosa a la cual le habían roto sus ilusiones.

No vio venir el delgado brazo deslizarse a través de los barrotes y sujetar su corbata, tampoco el golpe de su cara contra los barrotes y el rostro rojo de furia de ella desahogando su ira contra su cara propinando golpes y puñetazos cuanto podía.

Así que ahora no solo presento los cargos que le plantearon los Perrish, sino también agresión física contra Wacko.

Su abogado también trato de convencerla de meter una contra demanda contra Wacko sobre acoso, alegando su lapsus de furia como un intento de defesa, lo cual la haría ver una chica indefensa, pero la nariz rota, un diente roto, y el ojo morado en el rostro del villano no la hacían parecer la mujer más indefensa del mundo.

Ahora que lo pensaba tal vez su abogado fue comprado por esa maldita de Samantha y por eso era tan incompetente al defenderla en el juicio. Enfrentaba una sentencia de 25 años a perpetua, sin libertad condicional, viviría el resto de su vida en una jaula, pero lo peor sería saber que esa perra había ganado.

-Hemos visto gente loca, pero ella está a otro nivel- comento Hugh Test después del juicio, o solo donde habían sentenciado a aquella chica sino también en donde Wacko con la nariz rota había terminado en la cárcel.

-Esa mujer los hizo sufrir demasiado, no puedo imaginar mi vida sin ninguno de mis hijos. Se merece que termine en la cárcel para siempre donde ya no puede hacerle mal a nadie- comento la matriarca de los Test apoyando a sus vecinos y amigos.

-Gracias Lili, ahora siento que realmente podemos respirar tranquilos-

-Así es querido. Y si es necesario invertir en la seguridad de la ciudad o la cárcel para que ella o cualquier peligro como ella salga con gusto invertiré una fortuna en ello-

No es que el sistema judicial o penal en la ciudad fuera malo, pero con los nuevos tipos de criminales que comenzaron a surgir en los últimos años, las cárceles no tenían la suficiente tecnología como para defenderse de genios malignos con planes que implicaban crear un caos en la ciudad con invenciones tan locas sacadas de sueños, mismas invenciones que podían ser fabricadas con cosas sencillas desde sus celdas y escapar fácilmente.

Y junto a los destrozos que se provocaban en la ciudad cuando estos personajes corrían libres, o se invertía en la reparación de la infraestructura de la ciudad o en las cárceles. Desgraciadamente era necesario pensar en la primera opción como prioridad y dejar para después la seguridad de la cárcel.

Samantha había investigado aquello, y no se quedaría de brazos cruzados a que esa psicópata o cualquier peligro salieran de la cárcel a atormentar a su familia de nuevo. Ya había hablado con sus abogados para hacer un plan de inversión para la seguridad de las cárceles.

Había pasado una semana desde el episodio de las burbujas y la captura de aquella loca mujer que había causado tanto dolor a la familia de Gil. La monotonía había regresado a la vida de todos, o no tanto. Siendo que ya las dos familias estaban enteradas de la relación de sus hijos estos ya podían expresar su cariño de una manera más abierta frente a ellos, uno que otro beso, abrazos y caricias cariñosas, para los progenitores era algo tierno de ver el dulce amor juvenil, era obvio que no eran testigo de los apasionados que podían llegar a ser cuando estaban a solas lejos de las miradas de los demás.

Aunque había alguien que ya se las “olía”. Trataron de ser discretos con su primer encuentro sexual, al menos Johnny trato, para Gil que había vivido en su infancia en una comunidad de chozas de ramas una al lado de la otra, saber que vecino estaba consumando su matrimonio a que día y hora de la noche era normal de escuchar, pero respetando los deseos de Johnny de mantener esto entre ellos se quedó callado de que era o que hacían a puerta cerrada. Se dio cuenta que había algo muy íntimo en tener este tipo de acuerdo, podía mantener estos momentos como un tesoro solo para ellos dos si no se lo decía a terceros.

¿Y cómo es que Duke se enteró? Literalmente lo olio en ellos, es un perro después de todo, con un olfato mucho más sensible que los humanos con los que se comunicaba.

Oler el arma del sudor, la excitación y semen en ambos chicos en la tarde, no tenía que ser un genio para saber que había pasado. Se les quedo mirando sorprendido, pero ya sabía que Johnny ya no era un cachorro inocente y que con las hormonas a flor de piel junto a su amor a Gil esto ocurriría tarde o temprano, quizás vivir una experiencia cercana a perder para siempre a su novio solo había acelerado las cosas.

-Solo espero que no lo hagan en tu cuarto, ahí yo también duermo y seria incomodo olerlos en el cuarto- le dijo a Johnny cuando hubo un tiempo ellos solos.

-¡¿Qué?!-

-Hueles, en realidad huelen ambos. Además hiciste una mueca graciosa cuando intentaste sentarte en la silla. Va a ser un poco difícil este día verlos a los ojos, ya eres un hombrecillo-

-¡Duke!-

Ese día fue difícil sostenerse la mirada entre ambos amigos, pero como siempre al día siguiente continuaron como siempre, bromeando y riendo e incluso Duke le hiso un par de sugerencias como tomar una ducha después de ese tipo de encuentros para eliminar evidencias y preferiblemente hacerlo en la casa de Gil, en la casa de Johnny con las gemelas y su padre siempre presente los descubrirían fácilmente en sus “encuentros”. Quizás sus padres no reaccionarían tan tranquilos al enterarse que sus hijos y su amor no era tan inocente y puro, quizás en un par de años aceptarían que su relación estaba más avanzada que lo que ellos imaginaban.

Cuando el juicio término y la sentencia fue hecha, los padres de ambas familias decidieron festejar un poco, así que a la semana ya estaban planeando una pequeña parrillada entre las dos familias.

Costillas, chuletas, filetes y algo de verdura a la parrilla en el menú, muy de buen gusto si le llegaban a preguntar a Duke, nada mejor como jugosos cortes de carne para celebrar.

Las únicas que no parecían saltar de felicidad eran las gemelas, aun sorprendidas por el hecho de que Johnny y Gil estuvieran saliendo y no fuera una simple alucinación por parte de que se les habría es seso por tanta “investigación” como habían supuesto en un principio. Pero tampoco estaban enojadas o molestas por este hecho, solo sorprendidas.

Tal vez aún seguían un poco en chock.

El día estaba pasando tranquilo y alegre, la comida era deliciosa, todos tenían con quien conservar o escuchar alguna historia.

Ding Dong

En medio de la tarde alguien llamaba a la puerta, y claro, como era de esperarse esta pacífica y armoniosa tarde tenía que ser interrumpida aunque sea con un pequeño incidente.

Fue Simon quien abrió la puerta para ver quién era, y un par de rostros conocidos se hicieron presentes.

Richard Owen y su hija Jenny.

Si Jenny creyó que su padre no la llamaría para preguntarle su progreso, o que no se enterara que ya no estaba en la misma ciudad que los Perrish, pues que ingenua había sido. Y digamos que cuando Richard se enteró que su niña no siguió sus instrucciones no había quedado muy contento.

De hecho, Richard una vez enterado que su hija no había estado ahí en el momento del atentado contra el hijo de sus “amigos” vio que su hija desperdicio una valiosa oportunidad para servir de “apoyo” en un crucial momento de vulnerabilidad de la familia y ganarse a Gil, ¿es que su hija no pensaba bien las cosas? Pero claro, tenía que estar en esos cruciales momentos con su amiga perdiendo el tiempo.

Jenny fue prácticamente arrastrada de una ciudad a otra por su padre para volver con su misión de atrapar a Gil, esta quisiera o no, aun cuando había perdido unas buenas citas con unos chicos tan guapos como supermodelos.

Pero era obedecer a su padre o que este le quitara su tarjeta de crédito.

-Señor Owen, señorita Jenny. Es una sorpresa-

-Vinimos tan pronto cuando nos enteramos de que es lo que le paso a Gil, pobre muchacho. Ah pasado por mucho- Dijo Richard entrando en su papel de amigo preocupado. Paso a la casa sin ser invitado seguido por su hija.

-Sí, pero es un chico valiente y mucho más fuerte emocionalmente de lo que parece. Sus padres y él se encuentran en el jardín de atrás-

Simón siendo el hombre educado que era guio al par de invitados inesperados hasta el jardín trasero, donde se encontraban todos los demás, algo le decía que la pacifica tarde estaba a punto de cambiar.

-Richard, Jenny. ¡Pero que sorpresa! ¡Hace tiempo que no los veía!- Elías se levantó de sus asiento y saludo a su colega e hija.

Samantha se acercó a su esposo igual de cortes pero de un humor tan igual como él. No es que odiara a ese par, pero ya sabía que este tipo de gente era totalmente sinceros en sus preocupaciones.

-Supimos lo que había pasado en las noticias y quisimos venir en persona a ver como estaban. Al parecer se encuentran bien-

Pero que atentos, o al menos así pensaría alguien que les creyera, lo cual Samantha no lo haría y los demás adultos, bueno, ella no podía hablar por los demás, pero conociendo a su esposo creería en lo que le decía su colega.

De una forma u otra, simplemente no podía echarlos de su casa así como así, aun cuando no fueron invitados desde un principio, así que terminaron senados junto a ellos a comer algo de carne.

Gil termino con Jenny al lado izquierdo y su Johnny al lado derecho, le gustaría cambiar de lugar, pero las pocas clases de cortesía que le habían enseñado le decía que sería algo grosero, además que no quería que ella terminara sentada junto a su Johnny.

Otras que no terminaron muy contentas con la reacomodación fueron las gemelas, desde la visita en el centro comercial pensaron que no volverían ver a la odiosa chica en su vida y ahora la tenían enfrente de sus caras, literalmente, ya que sus asientos estaban enfrente del de ella.

Y la muy… le estaba intentado hacer ¡ojitos a Gil!

Y si ellas lo notaron teniéndola a la cara Johnny, bueno, Johnny no se había dado cuenta en realidad de eso, ingenuo de lo que pasaba a dos lugares de él estaba disfrutando unas deliciosas costillas con salsa BBQ, esta era una receta especial de Arnold, y cielos, el hombre si sabía cocinar delicioso.

Motivada más porque le cortaran su fuente de ingresos que por querer volver a intentar llamar la atención de ese rubio Jenny se puso a hablar.

-Gil, debió ser horrible la situación por la que tuviste que pasar. Hay tantos locos en este mundo, y según tengo entendido en esta ciudad hay muchos. Busque en internet y vi que en esta ciudad hay muchos de esos locos villanos- lo último lo dijo por sugerencia de su padre.

Si convencían de alguna manera a que los Perrish se mudaran de nuevo a la ciudad podrían tener más oportunidades de estar cerca de Gil y que Jenny lo engatusará.

Richard se sentía orgulloso de pensar tan bien en sus planes, y estaba seguro de que este saldría bien si esta vez lo supervisaba correctamente. Esta vez tendrían a Gil Perrish comiendo de la mano.

-Wacko solo es un tipo con juguetes grandes-

-Nada que nuestros inventos no puedan manejar-

Las gemelas Test hablaron llamando la atención de Jenny, si de por si llamar la atención de Gil era algo difícil aunque le costaba admitirlo, este par de nerds compartían su opinión donde nadie les hablaba.

-¿A si? ¿Acaso ustedes salen y se enfrentan a estos locos con sus “inventos”?- más que curiosidad suena a burla su pregunta, las gemelas claramente no reaccionan muy felices por su tono.

-Pues sí, eso hacemos- Susan le responde con tono cortante, en esos momentos le encantaría hacer una prueba para demostrarle que tan ciertas eran sus palabras. Por ejemplo dispararle un rayo sónico capaz de lanzarla por los cielos, no causaría ningún daño permanente, pero seguro le sacaría un gran susto.

-Bueno, es más como si enviamos a Johnny con nuestros inventos para enfrentar a los locos de esta ciudad. No somos personas inclinadas al trabajo de campo- Mary comento, la mayoría de las veces era a Johnny al que enviaban para enfrentar el actual desastre en la ciudad con sus inventos.

-¿Qué? ¿El mocoso?- pregunto sorprendida Jenny mirando sobre el hombro al chico cabeza de llama, esas palabras las debió de pensar dos veces antes de decirlas.

Uh, si Gil no le caía bien la chica, con ese comentario ya le odiaba.

-Su nombre es Johnny- casi ruge el rubio mayor.

-¿Qué yo que?- escuchando su nombre en boca de su novio Johnny le puso atención a otra cosa que no fuera su comida.

-Tus hermanitas dicen que juegan a vencer villanos, y que tú participas en ello-

-Oh, si te refieres a patearle los traseros de los villanos de la ciudad, si es tan sencillo como un juego. Wacko me tomo por sorpresa, y no esperaba lo de la señora, pero ya hemos enfrentado muchas veces ese tipo de cosas-

-¿Eh?- Jenny no se la creía.

Mientras esta pequeña discusión estaba dándose en un lado de la mesa entre los más jóvenes en el otro extremo donde los adultos estaban se estaba llevando a cabo.

-En serio, yo pienso que deberían pensar nuevamente en regresar a la ciudad. Por su seguridad y la de su hijo- Richard estaba tratando de convencer por su parte a los señores Perrish.

-Nos gusta estar aquí, cambiar la agitación de la gran ciudad para vivir en los suburbios a sido muy agradable-

-Pero ¿Y si vuelve a ocurrir de nuevo uno de esos incidentes? En la ciudad estarían más seguros, no pasan esas cosas-

-Bueno, en algo tiene razón su amigo. Aquí ocurren muchas cosas que en la ciudad no suceden- intervino Hugh, en sus adentros Richard pensaba que al final esos vecinos no eran tan inconvenientes –pero tengo suficiente experiencia viviendo aquí para decirles que a pesar de lo extraña de la situación que se pueda presentar, esta se arregla al final. Tenemos una base del ejercito cerca, con regularidad vienen agentes del FBI a pedirles inventos a mis hijas, y bueno, los inventos de mis niñas logran vencer a los locos de esta ciudad-

Retiraba lo dicho.

-Nadie pidió tú opinión- gruño por lo bajo. El que quería causarles una sensación de inseguridad a los Perrish al permanecer en esta ciudad y con sus palabras estaba arruinando sus planes.

-Oh, es verdad. Escuche incluso que las gemelas ya fueron dominadas para un premio Nobel en ciencia y tecnología a favor de la humanidad- comento Samanta disfrutando como la expresión de Richard iba desde asombro a frustración. A ella no la engañaba con sus palabras dulces.

-Deben estar muy orgullosos de ellas- dijo Elias palmeando la espalda de Hugh.

-Jejeje si, son muy listas. Aunque también se meten en uno que otro problema tan grande como sus inventos-

-Jajaja así son los niños-

¿Cómo se supone ahora que los convencería de mudarse? ¿Premios nobel? Debía ser una broma.

Se había quedado completamente callado después de eso, y mientras trataba de ocurrírsele una nueva cosa para regresar con su argumento, su hija tampoco estaba muy cómoda.

Que siguieran sorprendidas por descubrir que su sexy vecino y su hermano menor estaban en una relación, no quería decir que estaban disgustadas o envidiosas, bueno, quizás eso ultimo un poquito sí, pero después de analizarlo minuciosamente descubrieron que esta nueva situación seria conveniente.

Si Gil salía con su hermanito, pues eso significaba que era técnicamente ya parte de la familia. Y lo cual quería decir que tendrían la gloriosa y hermosa presencia de Gil aun en sus vidas sin tener que morir de celos o soportar a cualquier tipa presuntuosa, como esa Jenny, cerca de su amor platónico. Además, gracias a sus “investigaciones” podían admirar más de cerca y en vivo y en directo un poco de ese “yaoi” o “slash” como le decían. No dejarían que esa fulana se robara al novio de su hermanito.

-Eh aquí una pequeña demostración de nuestros inventos- dijo Mary sacando de su bolsillo un labial.

-Lo siento querida, pero esos ya fueron inventado desde hace años y los venden en las tiendas- comento sarcástica Jenny al ver lo que había sacado la pelirroja, pero si al menos conociera un poco de verdad un poco a ese par de gemelas sabría que con ellas nada es lo que parece en sus inventos.

-Claro, un labial es muy común, pero a nosotras nos gusta personalizarlos, por lo que este no es tan común- dijo Susan poniendo un filete frente a ella y su hermana.

-Sí, este tono carmín es genial. Pero también tenemos oculto dentro el tubo uno de nuestros inventos- Mary apretó un botón en el tubo y una luz roja salió del labial, y antes de que Jenny dijera que una lucecilla no era tan genial o una lámpara en un labial era una idea tonta vio como el filete, el grueso pedazo de carne, fue cortado por dicha luz.

-Obviamente no utilizamos al mismo tiempo el labial con el rayo láser-

-Esto fácilmente podría dañar gravemente a una persona-

-Si aumentas la intensidad incluso podría cortar huesos con precisión quirúrgica-

-O metal-

-Para nosotras es bueno tener este tipo de herramientas a la mano, nos gusta estar presentables también, por lo que ahorramos tiempo haciendo estas pequeñas cosas-

-Claro, esto sola es una pequeña demostración. Tal vez otro día podríamos mostrarte otras cosas más “extravagantes” o “complicadas”-

Jenny no necesitaba ser una genio para saber que dentro de esa conversación había una pequeña amenaza dirigida a ella.

No importaba que le dijera su padre, no quería tener nada que ver con esas locas nerd y si eso significaba no tratar de seducir a Gil y que su mesada fuera cortada por el momento, pues bien, todo para mantener su hermoso cuerpo intacto.

El resto de la comida ambos invitados inesperados se mantuvieron muy callados, casi parecía que ni estuvieran ahí.

Gil agradeció a sus adentros que de alguna forma las gemelas hayan logrado callar a Jenny.

Ahora si era una bella tarde para pasar en familia.

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EPILOGO

El mundo moderno había estado lleno de maravillas y cosas que en un principio las confundió con magia, pero ahora con los años supo que todo esto se debía a la inteligencia de los hombres. Misma inteligencia que podía ser tan bondadosa como tortuosa.

Gil Perrish ya era un hombre que se había logrado adaptarse a este mundo moderno, pero sin olvidar su vida sencilla y algo solitaria en la selva. Gracias al apoyo de sus padres, al de su tutor Simón, y también a su querido novio Johnny Test.

Johnny había sido la mejor cosa que le había pasado en la vida y aun lo seguía pensando, a veces pensaba que si no se hubieran encontrado en la selva aquel día hubiera permanecido solo para siempre.

Con los años supo que el mundo no solo era una selva, o una ciudad gris con cientos de habitantes, o un pequeño pueblo donde podía vivir feliz con su familia y Johnny, era mucho más, y a la vez cada pequeña cosa era parte de un pequeño mundo, y ninguno era menos importante que otro. Así como supo que su mundo no sería el mismo sin su Johnny, algunas cosas si desaparecían el mundo no sería el mismo.

Con ayuda de la prolífica empresa de su familia había creado una fundación para cuidar a la selva amazónica, había sido su hogar por años, hermosa y salvaje, indomable y cambiante, como su Johnny, esta parte del mundo debía ser protegida. Había tenido relativo éxito, aun había mucho por trabajar para ayudar a la reforestación y cuidado de las selvas, el intelecto de las gemelas Test había sido de mucha ayuda también, para ellas fue sencillo crear inventos capaces de hacer crecer las plantas más rápido, o maquinas que vigilarían y protegerían contra la tala de árboles ilegal o el comercio de animales en peligro de extinción.

Simón se había vuelto en su mano derecha en la empresa, Arnold seguía siendo su guardaespaldas pero ahora con el puesto de cabecilla de seguridad en la empresa, sus padres aún no se habían retirado, en realidad amaban su trabajo, ahora más ya que compartían con esto algo que ahora su hijo invertía tiempo y esfuerzo para crear algo bueno y de provecho.

Johnny siempre estaba a su lado apoyándolo en su proyecto, su carrera como deportista extremo le había dado fama y en cada gira promovía el cuidado del medio ambiente y el apoyo de diversas fundaciones que se dedicaban al cuidado del medio ambiente y sus animales.

Ambos eran muy felices juntos, y esperaban que muchos años más lo fueran, y para ello estaban introduciéndose a otra aventura mucho más personal.

-¿Estás seguro?-

-Contigo a mi lado, siempre-

Ambos estaban esperando en una sala, nerviosos y emocionados. Habían planeado esto por meses y platicado de ello con sus familias, las cuales les daban todo su apoyo en todo momento con la noticia.

-¿Señores Perrish?- alguien llego a la sala mirando a su alrededor, Gil y Johnny no eran los únicos ahí presentes.

-Sí, somos nosotros-

-Ya pueden pasar. Ya le están esperando-

Ambos rubios siguieron al sujeto tomados de la mano, algunas parejas en la sala los miraban con cierto reproche o asco, pensando que una pareja gay no debería estar ahí, mientras que otros miraban con ojos más comprensivos identificando a otra pareja, con miembros del mismo sexo o no, con los mismos deseos y esperanzas que ellos.

Aquí donde esperanzas y sueños nacen pero también pueden ser destrozados. Aquí donde una familia puede nacer.

-Aquí están-

Para Gil desde el momento en que tomo a Johnny como suyo, desde la primera vez que hicieron el amor eran uno solo, pero si era necesario formalizar eso con papeles y firmas ante los ojos de la ley de esta cultura, no le importaba. Cuando Johnny tubo suficiente edad legal le pidió casarse ante los ojos de la ley, y este acepto. Desde hace cinco años Johnny Test habia cambiado un poco su apellido y agregado un guion para que el mundo supiera a quien estaba unido. Test-Perrish. Y ahora después de un tiempo querían experimentar algo nuevo y hermoso juntos.

Para algunos eran jóvenes, para otros era indebido, o no debía ser, pero para otros, simplemente este par estaban expandiendo su amor agrandando su familia.

Después de platicar, informarse, y someterse a tramites y estudios, ambos quisieron tener niños. Querían tener una gran familia.

Había varias opciones, y después de un tiempo, decidieron adoptar a un bebé que necesitaba un hogar. Este sería uno de sus tantos hijos que querían tener, se habían puesto en una lista de espera, de mujeres que por diversas razones decidían dar a sus hijos en adopción antes de nacer. Algunas que eran jóvenes, otras que no tenían los recursos para mantenerlo, otras que se creían no preparadas o que dudaban en querer tener hijos, mujeres embarazadas que les daban la opción de elegir a los futuros padres de su bebé.

Hubo una mujer que los había escogido, ilusionado, pero al mes de la noticia los había decepcionado con la noticia de que quería conservarlo. Eso a veces pasada, ya les habían informado, pero no quería decir que no fue doloroso. Ahora estaban nerviosos, temerosos y emocionados, ya que después de esa mujer había aparecido otra mujer, o más bien una joven adolecente que les había escogido como padre de sus hijos, ya que al final había tenido gemelos, y no se había enterado hasta avanzado el embarazo.

Entre sus pláticas y entrevistas por la que los había escogido ella comunico que se sentía muy aliviado al escogerlos a ellos, que se veían que podían cuidar adecuadamente a sus hijos, no como ella, y que podía ver el amor de ambos y que si podían amar de esa manera a sus hijos se daba por satisfecha. Solo les pidió que si podía de vez en cuando enviarles fotos o cartas, no intervendría en la vida de esos bebés porque ellos ahora serían sus padres, solo quería saber si estaban bien, como crecían, como eran felices con ellos, y acordaron con gusto.

Ahora estaban ahí en el hospital, recibiendo a sus hijos, dos bolitas rosas cubiertas con mantas suaves de color azul cielo. Los pequeños, a los cuales ya les habían escogido nombre, Alexander Duke Perrish y Victor Elias Perrish, tenían cabellos castaños como su madre biológica, una pelusita de delgados cabellos debajo de sus gorritos y ojos brillantes de color azul verdoso, de acuerdo con su madre biológica el padre los había tenido azul, el hombre no sería problema para ellos de acuerdo a ella, jamás se hiso responsable y no le permitiría impedirle la felicidad a sus hijos, por lo que cuando crecieran podían terminar siendo de este color o no, bien podían terminar siendo verdes, con el tiempo lo sabrían.

-Son preciosos-

-Lo son, ¿no es así?-

Esta era una nueva aventura, y ahora todos juntos la enfrentaban con alegría en familia.
Notas finales: Me divertí mucho escribiendo esto, y me alegro mucho que hayan seguido y leído mi historia. Pero como todo final, también hay un comienzo, lo que quiero decir es que habrá más historias de este par. :D seguiré arruinando infancias jajajaja
Los invito a mi canal de Youtube Iranea Barrera, ahí no tengo muchos videos pero me gustaría que me dieran también su opinión o sugerencias sobre los videos ahí.
Felices vacaciones de verano.

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