“Estoy embarazada.” Las palabras de su amiga se habían clavado en su mente como un cuchillo.
Habían pasado casi cinco días de que supiera que estaba a punto de convertirse en padre y todavía no podía creer como había pasado. No había dormido pensando y preguntándose como había sido posible que Tomoe hubiera quedado embarazada. El había utlizado un condón…de eso estaba seguro…casi. Además, hasta donde él sabía su amiga utilizaba pastillas.
¿Qué había pasado con el condón? Dios, que tan ebrio habría estado como para olvidar ponerse un condón antes de acostarse con ella. No estaba seguro de haberse olvidado de ponerlo, pero tampoco estaba seguro de habérselo puesto.
Había estado torturándose con eso desde el momento que había dejado a su amiga en casa. No sabía que había pasado, pero los hechos estaban ahí… su mejor amiga, su ex novia, su niña, su Tomoe ahora era la madre de su hijo. Iba a ser padre.
Sumergido en esos pensamientos pasaba sus días. Sasuke no sabía que le pasaba y cada vez que intentaba preguntarle algo este lo evadía o simplemente lo ignoraba. Simplemente no podía decirle a su moreno lo que estaba ocurriendo en ese momento. No sabía como ni tampoco quería hacerlo… sabía que le dolería mucho a su pequeño.
Se había tenido que acostumbrar a la idea de que iba a ser padre del bebé que su mejor amiga cargaba en el vientre. No sabía cómo reaccionar y evidentemente ella tampoco. Desde que había soltado esa bomba en la cena no había vuelto a saber de ella… había intentado localizarla un par de veces, pero su teléfono celular estaba constantemente como “fuera del area de servicio”. Sabía que ella estaba tan consciente como el de que la situación había cambiado radicalmente… y que ahora tendrían que pensar en una solución entre los dos.
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Desde el día después de la cena con Tomoe, Sasuke había sentido a su pelirrojo distante y siempre pensativo. Parecía estar pensando en algo profundamente…ajeno al mundo y a el. Sabía que Tomoe estaba delicada de salud y se preguntó si algo de lo ocurrido en aquella cena lo había preocupado más por perder a su amiga… Solamente quería que su pelirrojo le dijera poruqe estaba así y que se sintiera apoyado por él, como el moreno se había sentido tantas veces. Quería demostrarle a su novio que estaba con él en las buenas y en las malas y que lo amaba intensamente.
La tristeza por ver a su pelirrojo en tan malas condiciones era reflejada en sus ojos y en su semblante caído. No tardó en recibir una llamada de atención por parte de los maestros, ya que se encontraba sumamente distraído. El intentaba por todos los medios poner atención, pero la falta de arrumacos y la actitud reciente de Gaara tenían su atención y su interés totalmente acaparados.
-Hola Sasu…-dijo Haku serio. Era obvio que a su amigo le pasaba algo…y estaba seguro que era a causa del pelirrojo.
-Hola Haku.- contestó Sasuke desganado. Quería que Gaara le contara que era lo que lo tenía desganado y disperso.
-¿Qué tienes?- preguntó más aprehensivo que curioso.
-Nada…-Sasuke realmente no le prestaba atención. Su cuerpo se movía en piloto automático, pero su mente y su alma estaban en un lugar presumiblemente lejos…
-¿Pasó algo con Gaara?- inquirió bajando la voz a manera que solo el moreno lo pudiera escuchar. Al escuchar el nombre del psicólogo Sasuke asintió ausente.
-Ultimamente ha estado…raro- dijo simplemente.
-¿Raro?- su amigo le hizo eco. Hacía poco que sabía de la relación afectiva que llevaba el moreno con el psicólogo y si bien desaprobaba esa relación, sabía que la moral no contaba cuando de felicidad se trataba, y el deseaba de todo corazón que su amigo fuera feliz. Al diablo las posturas moralistas en los asuntos del corazón.
-Si…esta distante conmigo, siempre está pensativo-dijo Sasuke un poco más despierto. – Desde hace cinco días ha estado pasmado. Desde que cenó con su mejor amiga…
-¿Qué crees que tenga?- preguntó interesado.
-No lo sé…no ha dicho ni pio de ese tema…ni de ningún otro. Solamente sé que ella está delicada de salud.
-Posiblemente solo esté preocupado- dijo Haku sonriendo para animar a su amigo- Dale tiempo…
-Si…-Sasuke había esbozado una pequeña sonrisa. Le reconfortaba contar con Haku en este momento.
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Tomoe había llegado a casa cansada. En un punto de su subconsciente deseaba secretamente que Gaara no se hubiera enterado nunca de que iba a tener un hijo suyo. Sabía lo feliz que era con Sasuke y no quería ser ella la que rompiera esa ilusión. Había pensado mucho para decirle a Gaara que estaba embarazada de su hijo. Hubiera sido más sencillo que el bebe que estaba esperando fuera de otro hombre… y decirlo ya que su estado estuviera más avanzado. Sin embargo, por mucho que hubiera deseado hacer eso, Gaara tenía derecho a saber algo tan importante como que iba a tener un hijo.
Ahora, simplemente no quería saber nada del pelirrojo. No sabía porque no quería estar con él, ni porque no se sentía feliz de saber que había hecho bien al decirle a su amigo. Odiaba la posición en la que estaba y lo único que quería hacer era huir de Konoha y de la vida de Gaara hasta que todo lo malo hubiera pasado…pero en el mundo real, si un día aparecía con un bebé parecido en algo a Gaara tendría que arrepentirse de muchas más cosas.
Se tiró a la cama con todo y ropa y se propuso a dormir, mientras las lágrimas bañaban su rostro.
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-Gaara…¿Qué tienes?- Sasuke preguntaba insistente. Había realizado esa pregunta mil veces desde que su pareja había desarrollado el extraño cambio.
-Nada. Dijo el pelirrojo secamente. No quería hablar con Sasuke en ese momento…
-Se que tienes algo…-dijo molesto. No planeaba pelear con Gaara, pero no quería que le mintiera y lo tratara como a un niño pequeño.
-Está bien…tengo algo.- dijo Gaara inflexivo. Luego se volteó y se quedó callado.
Sasuke sintió un nudo en el estomago. Quería llorar debido a la actitud de su novio. Sin embargo, reunió las fuerzas necesarias para mantenerse firme.
-Al diablo…dímelo cuando quieras.- dijo y se fue.
Gaara sabía que había herido el orgullo de Sasuke, pero no sabía que le diría todavía. Debía decirle pronto… pero no en ese momento.
Intentó marcar al número de su amiga, sin resultados… Había decidido que hablaría con ella aunque ella no quisiera. Finalmente, ahora los unía algo más pesado que la amistad. Subió al auto y encendió un cigarro. Se le había convertido en una necesidad más que en un placer desde la noticia.
Subió a toda prisa por las escaleras y tocó el timbre. Estaba decidió a forzar la puerta si Tomoe no se dignaba a abrirle.
-Ya voy…-dijo una voz adormilada.
Tomoe abrió la puerta con la cartera en mano. Se quedó de piedra cuando vio que el sujeto parado en el umbral de su casa era el pelirrojo y no el chico repartidor.
Gaara entró y cerró la puerta tras de si. Estaba de un humor pésimo como para recordar los modales… quería hablar con ella claramente de una vez por todas.
-Necesitamos hablar.
-¿De qué deseas hablar?- dijo Tomoe con un tono de fingida cordialidad. Estaba molesta y no sabía cómo reaccionar ante la abrupta aparición de su amigo.
-Quiero saber del bebé… quiero ser parte de su vida.
-Eres su padre…-dijo cruzando los brazos- No solamente eres parte de su vida, eres el motivo.
-Sabes a lo que me refiero así que deja de actuar como una niña tonta. Quiero estar ahí…
-Sucede que yo no quiero Gaara.- dijo con un tono que daba por cerrada la discusión. Pero el psicólogo no se iba a dar por vencido tan fácil. Sobre todo porque se trataba de su hijo.
-Esa decisión no está en tus manos Tomoe. Por mucho que seas su madre ese niño necesita que sus padres estén juntos para criarlo.- Gaara estaba furioso con ella.
-¿Y qué planeas hacer con Sasuke? ¿Lo vas a dejar?- Gaara sintió un hoyo en el estomago al escuchar esas palabras terribles con el tono hiriente que utilizaba su amiga.
-Ya lo he pensado…-dijo en voz baja. Ese comentario lo había desarmado.
-¿Y que piensa Sasuke al respecto? ¿Ya le dijiste? Seguramente está dando brincos de alegría al saber que su novio está a ocho meses de ser padre.- Dijo sarcástica. El tono de la discusión iba subiendo y ahora los dos gritaban irritados.
-No le he dicho, pero finalmente el bebé que estás esperando es hijo mío y se convirtió en mi prioridad.-Dijo Gaara firme. No planeaba dejar que Tomoe se saliera con la suya. El iba a poder más que ella.
Tomoe se quedó congelada. Sentía que las lagrimas iban a empezar a salir de sus ojos.
-Dejame ayudarte…quiero estar con mi hijo- le dijo Gaara suavizando el tono.
-No necesito tu ayuda- dijo ella en tono frio- Simplemente no necesito nada de ti. Ni él ni yo necesitamos nada en este momento.- Estaba llorando intensamente ahora.
-Mierda mujer… ¿poruqe no quieres que esté contigo y con el bebé?- Gaara gritó y la agitó por los hombros.
-No te me acerques idiota- dijo ella soltándose. Luego agregó -¿Poruqe no quiero que estóes conmigo? Porque estoy consciente que sería arruinarte la vida. Tú amas a Sasuke, no a mí… debes estar con el.- Luego perdió el piso y se sostuvo en Gaara. El enojo y la frustración que sentía en ese momento el pelirrojo se vieron desplazados por la preocupación…Llevó a su amiga hacia el sillón mas cercano.
Despues de unos momentos de ver si tenía algo de gravedad le dijo con brazos en jarras.
-Debes ir al medico…
-Eso es asunto mio únicamente. No desvies el tema.- dijo ella lasciva.
-No es asunto tuyo únicamente. Estás embarazada y te debes preocupar por ese bebé mujer. Además, como yo soy el padre es directamente asunto mio. Lo que te pase a ti le va a perjudicar a mi hijo.- Gaara había recuperado la compostura, pero seguía molesto.
Tomoe giró la cabeza. No quería que esos penetrantes ojos turbaran su mente. Ella había tomado una decisión.
-No quiero que estés conmigo Gaara.- dijo con firmeza, pero con una tristeza y nostalgia que se entreveía en sus palabras- Es tu hijo y tienes tanto el derecho como la obligación de estar con el, pero no quiero que arruines tu vida por esto. Me alegra mucho que quieras ser parte de la vida de nuestro hijo…pero mereces buscar tu propia felicidad. No te voy a retener… Ahora marchate.
Gaara sabía que no lograría nada más, y ahora comprendía el por qué de la actitud de Tomoe. Se marchó despacio y cerró la puerta con con cuidado
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Sasuke estaba en su casa. Había pensado en lo que le dijo Haku y había decidido que cuando Gaara estuviera dispuesto a hablar con el, lo haría, pero mientras no lo presionaría.
El timbre sonó y el acudió presto a abrir. Encontró a su novio en la puerta esperando pacientemente. Se veía perturbado.
-Hola Gaa. ¿Qué ocurre?- dijo al ver la actitud corporal de su pelirrojo.
-Sasuke…tengo que hablar contigo de algo importante.