Todavía no recordaba como se había metido en ese embrollo…y mas siendo algo que realmente no quería hacer. Se recargó en el asiento del auto y comenzó a recordar paso por paso el motivo por el cual había aceptado ser parte de esa locura.
----Flashback
Despues de que le informaran que venían dos niños en camino y no solo uno, Sasuke se había alegrado mucho por Gaara. Sabía que el plan que tenían la psicóloga y el iba a seguir igual, por lo que no se preocupó.
-Vaya…son dos... muchas felicidades- dijo serio, pero sincero. Gaara sonrió complacido pero no dijo nada.
Salieron del consultorio mientras iniciaban una platica trivial pero amena. El pelirrojo estaba callado y tenía el ceño ligeramente fruncido.
-Gaara… ¿te encuentras bien?- dijo Tomoe al notarlo un tanto pensativo. Ella estaba caminando a la par del moreno, sin embargo el pelirrojo se había quedado meditando, totalmente abstraído del mundo real.
-Gaa…¿ocurre algo?- preguntó Sasuke preocupado de verlo en ese estado de total letargo. De pronto, Gaara volvió a la realidad sonriente.
-Si, lo siento…simplemente me quedé pensando un poco.- contestó despreocupado.
-Como digas… pero sabes que sea lo que sea me puedes contar- dijo el azabache todavía aprehensivo. El aludido se limitó a asentir y se mantuvo callado el resto de la tarde.
-_-*-_-*
Después de la consulta, el pelirrojo se limitaba a mirar al frente, cabilante. Esa era una situación que le perturbaba mucho al moreno, que abruptamente lo interrumpió, sacándolo del profundo letargo que le dominaba.
-Vale… ¿Qué es lo que te pasa ahora?-dijo firme. Gaara simplemente negó con la cabeza.
-Nada… es solo que…creo que ha llegado el momento de hacer un rápido viaje a Sunna- contestó ligeramente derrotado.
-…- Sasuke no sabía que decir. Intentaba comprender todo lo que estaba pasando por la cabeza de Gaara en ese momento pero no conseguía atar cabos. -¿Por qué?
-Porque… finalmente nuestras familias se tienen que enterar que vienen dos niños en camino.
En ese momento, todo cayó en su lugar. Los pensamientos del moreno se ordenron e incluso se sintió estúpido por no haberlo pensado antes. -Pues… tienes razón.
-El problema será hacer entrar a Tommy en razón. La ultima vez que lo comentamos, aunque solo fue de paso, se negó rotundamente.
El moreno no sabía que decirle al respecto. Solamente le dedicó una sonrisa tierna, que el pelirrojo devolvió.
---- Fin del Flash Back
Gaara iba conduciendo. Sunna no estaba a más de dos horas en auto. Todavía no comprendía el porque había aceptado llevar a Sasuke a Sunna con ellos. Aparentemente el lavado de ideas que había llevado a cabo su amiga fue muy convincente.
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-Tomoe… no pensarás ocultar tu embarazo y llegar en unos años con dos niños diciendo que los encontraste ¿o si?- le decía Gaara sarcástico, después de eschcar de nuevo el NO rotundo que le había dedicado la chica.
-Gaara…aparentemente tu no te acuerdas como es mi madre… seguramente va a lanzar algún comentario hiriente hacia alguno de los dos. O va a estar fregando con que nos casemos…-contestó ella en el mismo tono.
Gaara no pudo negar la verdad en esas palabras. Chiyoko siempre había visto a ese par casados. Sin embargo no tenía caso esconderlo ahora, ya que no lo podían esconder por siempre. –Tom… vamos, se como te sientes pero no te preocupes. Sabes que es algo que igual tenemos que hacer…- comenzó. Ella suspiró y asintió.
-Yo se que lo tienen que saber… por mucho que yo quisiera que no lo hicieran…v¿Sasu que piensa al respecto?- preguntó ella.
-Pues el sabe que es algo que necesitamos hacer…- contestó el pelirrojo parco.
Luego de unos instantes, a la morena se le iluminó la cara. –Oye…¿ por qué no lo llevamos con nosotros? Finalmente llevas poco más de dos meses con el… viene siendo hora de que tu familia lo conozca ¿no?
El pelirrojo se quedó frio, dedicando una dura mirada a la chica. Nunca le había presentado a ninguna pareja a su familia…bueno, evidentemente excluyendo a la morena que tenía frente a él. Además no sabía cómo tomarían que su pareja fuera un chico. No quería exponer al pobre chico a alguna escena por parte de su extraña familia. – Estas loca. ¿Tienes idea de lo que dirá mi padre? O peor aun…la reacción de mi hermana. Ellos no saben que soy bisexual.
-Ni saben que estoy esperando un hijo tuyo…sin que seas mi pareja. Por lo tanto está decidido. No iremos a Sunna.- dijo ella con expresión triunfal.
Gaara simplemente rodó los ojos. Las cosas con el moreno iban demasiado en serio… en algún punto su familia lo iba a conocer. Suspiró resignado. – Iremos a decirles que seremos padres… y si Sasuke quiere también lo presentaré ante mi familia…
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Así era como de pronto, el pelinegro había aceptado conocer a la familia de su novio. En verdad quería dar ese paso en la relación, aunque sabía que no era tan importante aún.
El camino a Sunna fue bastante tranquilo. Tomoe viajaba en el asiento trasero sin decir palabra, mientras que ninguno de los chicos se esforzaba en iniciar alguna conversación. Sin pensarlo siquiera, todos estaban conscientes de que el viaje sería decisivo. Ninguno quería lidiar con su familia y sin embargo se veían obligados a hacerlo… el único sonido que hubo durante todo el trayecto fue el de la radio.
Habían avisado a sus familias de la visita que harían. Solamente un fin de semana… un fin de semana que se haría eterno tan pronto dieran ambas noticias.
Dejaron a Tomoe en casa de sus padres, mientras que ellos continuaron su trayecto a casa del padre de Gaara, el señor Goro Sabaku, situada tan solo a un par de cuadras de la casa de la pelinegra.
El moreno se sorprendió ante la inmensidad de la casa. Se sentía diminuto al entrar al recibidos, en el cual se hallaban un par de sirvientas preparadas para llevar las maletas de ambos a las habitaciones. También estaban ahí dos figuras sobresaliendo de la multitud. Una rubia con el cabello alborotado y un señor que, aunque mayor de sesenta aos, guardaba un parecido innegable con su novio.
-¡¡Hermano!!- gritó le chica mientras se lanzaba a sus brazos. Gaara la recibió reluctante y desganado
-Hola Temari…- dijo mientras se liberaba del agarre de su efusiva hermana. Luego, dirigiéndose a ambos – el es Sasuke… - dijo señalando al moreno, que saludó con una leve reverencia.
El padre de Gaara se veía imponente y jovial, aunque ligeramente distante al relacionarse con su hijo. –Llegaron justo a tiempo… almorzaremos en la terraza.- indicó firme.
Sasuke comprendió de pronto de donde había aprendido su novio a hablar de esa manera. De inmediato se sintió intimidado por su…¿suegro? Lo siguió sin decir palabra, de la misma manera que hizo el pelirrojo. Parecia un niño pequeño al seguir a su padre sin esconder lo intimidado que se sentía.
Los cuatro se sentaron en una mesa al aire libre, que dejaba ver un jardín bien cuidado y con muchas plantas… el total contraste al resto de la ciudad.
-Oye Tem…-inició Gaara dirigiéndose a su hermana y captando la atención del moreno - ¿Y Shikamaru y los niños?
-Ohh…- dijo ella con un tono de desilusión- llegará hasta hoy por la noche a la cena con los Saru. Tenía asuntos con Kankuro que no podían esperar…o al menos eso es lo que dijo… y los niños se encuentran en casa, con mi suegra. Pero… cuéntenos como va la vida en Konoha- finalizó mientras veía insistentemente a ambos.
Sasuke se cohibió ante eso. Se veía que la hermana de Gaara era una persona agradable, pero muy efusiva y firme de carácter. –Pues… es muy tranquila.- dijo serenamente. Por primera vez en algún tiempo tenía la sensación de necesitar su escudo de indiferencia y aparentar ser un chico rudo.
-Me alegra mucho- dijo la otra feliz. El padre de Gaara se mantenía en completo silencio, escrutando a su hijo incansablemente.
-Y… ¿A qué se debe la visita? Digo…no ocultaré que me da gusto tener al menor de mis hijos aquí, pero en lo particular ni tu ni Tomoe ocultaron nunca su aversión a Sunna. Me llama mucho la atención.- dijo imponente. Gaara simplemente bajó la vista y comenzó a jugar con la fruta que había en su plato.
-Papa- espetó Temari con fuerza.
-Pues… en la cena comentaremos todo…
-Bueno… en ese caso podemos continuar con este almuerzo TRAN-QUI-LOS- dijo la rubia poniendo énfasis en lo ultimo mientras veía a su padre con reproche.
-Y… ¿Cómo está Shikamaru?- preguntó Gaara intentando recuperar un poco la conversación con la que se sentía tranquilo. Su hermana se embebía hablando de su esposo y de sus hijos.
-Ohh…es cierto, tu no lo viste cuando…- de pronto ella misma se interrumpió. A petición de Gaara, Goro no sabía acerca de la visita que había hecho a Sunna. –Está muy bien. Feliz de trabajar en la compañía.
Sasuke escuchaba atento la conversación. ¿De qué compañía hablaban? Intentó hacer memoria. El recordaba haber escuchado el nombre Goro Sabaku en algún lugar antes… no recordaba de donde.
-_-*-_-*
El almuerzo finalizó sin otro contratiempo, y tanto Gaara como el moreno se acercaron a sus habitaciones para desempacar. El moreno no lograba sacarse de la cabeza el nombre Goro Sabaku. Acudió al cuarto de Gaara, que se encontraba viendo por la ventana el paisaje arenoso que ofrecía la ciudad.
-Oye Gaara…¿ puedo preguntarte algo?- comenzó el moreno timido desde el marco de la puerta, sacando a Gaara de sus ensoñaciones.
-Claro… pasa.- dijo mientras se acercaba a la puerta para cerrarla tras el paso del moreno.- ¿Qué ocurre?
- Es algo tonto pero… yo he escuchado el nombre de tu padre por alguna parte pero no recuerdo bien de donde. ¿A qué se dedica? Mencionaron algo de una compañía…
-Ahhh eso... No le des importancia. Posiblemente hayas escuchado el nombre de de mi padre en algún noticiero… es uno de los socios de la C.P.S. (compañía petrolera de Sunna) pero no le hagas caso alguno. Finalmente, no importa…
Sasuke sintió un “click” en su cerebro. Goro Sabaku era el cofundador de la C.P.S, que le surtía petróleo a distintas ciudades, entre ellas Konoha… el nombre del otro fundador no lo recordaba bien, solamente tenía en mente que comenzaba con D.
-Creo que a tu padre no le agradé- confesó un poco incomodo. Lo que le sorprendió fue la respuesta del pelirrojo , quien en lugar de darle animos o decirle que no era vierdad se limitó a sonreir a medio lado.
-No te preocupes por eso… ni siquiera yo le caigo bien a mi padre.
-….- Sasuke no sabía cómo responder a eso.
Gaara, ajeno a la reacción del pelirrojo, tomó un portarretratos del escritorio, y mirándolo con cierta nostalgia se lo extendió al azabache. –Mira… ella era mi madre…se llamaba Tsukiko.
Sasuke se quedó mirando la fotografía de esa mujer con un parecido sorprendente al chico que ahora estaba meditabundo en la habitación. La dejó a un lado de la cama y se acercó para abrazarlo. Gaara no le devolvió el abrazo, sencillamente se dejó querer.
Sasuke lo liberó del abrazo con lentitud y salió del cuarto, dejando al pelirrojo solo con sus pensamientos. Pensamientos que se lo estaban comiendo por dentro.
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Un pequeño pelirrojo de tres años jugaba tranquilo en el inmenso jardín junto con su hermano mayor. Su madre simplemente los observaba feliz.
-Chicos… cuidado que por ahí hay piedras- indicó a los pequeños. Ellos asintieron y fueron a otro lado para seguir con su juego.
Poco después, el pequeño pelirrojo cayó al suelo bruscamente, raspándose la rodilla. Comenzó a llorar mientras su hermano corría por su madre para que asistiera al niño.
Tsukiko se apresuró a llegar y le indicó a su hijo mayor que fuera dentro de la casa por el botiquín de primeros auxilios. Tendría que limpiar la herida del pequeño de ojos claros. Kankuro corrió a toda velocidad por el encargo de su madre.
Gaara miraba a su madre con los ojos todavía llorosos. Ella le devolvió una mirada suave y compasiva a su pequeño hijo – Gaa-chan… por favor muéstrame tu rodilla amor…
El niño estaba ligeramente reticente a obedecer a su madre, que sonreía paciente- Mami… me duele mucho.
-Vale amor, pero necesito ver que tienes. Ahora se valiente y muéstrame tu rodilla.
El pequeño hizo caso a lo que le decía su madre, pero mostrando gestos de dolor. Ella vió la herida… tenía un poco de sangre, pero era solo el raspón.
Cuando Kankuro llegó, Tsukiko limpió la herida del pequeño y le puso una bandita. Luego lo besó cariñosa la mejilla… el pequeño sonrió y se levantó para seguir jugando con su hermano…
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El pelirrojo se asombró de recordar con tal nitidez un evento tan trivial, el no era de los que se sentían atados a alguna persona, cosa o evento de su infancia. Sin embargo, lo que más le sorprendió fue notar como corrian las lagrimas silenciosas por sus mejillas. Apretó la fotografía de su madre contra su pecho, como si arrebatándosela fueran a arrancarle esos recuerdos que conservaba tan puros. Justo en ese instante logró percibir una sensación que creía apagada dentro de él. Un enorme agujero justo en el centro de su corazón.
Murmuró en un tono inaudible incluso para el esas palabras que quería suprimir de su mente, su cuerpo y sus sentimientos…- Mamá…te extraño. Me haces mucha falta…