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UNA NUEVA VIDA por lyra

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Pasan el resto del día más animados. Bill se ha desahogado un poco al hablar con su hermano de un tema tan delicado. Le ha costado confesarle que las pesadillas eran provocadas por su padre.

No ha entrado en más detalles, dejando que su hermano pensara que era porque se acercaba el aniversario de su muerte.

Después de ese gran abrazo entran en la cocina para tomar ese almuerzo ligero que su madre les ha preparado. Se sorprende al ver a Georg y a Gustav, lo que hace que por fin una sonrisa ilumine su cara.

Mientras comen, le enseñan los mensajes qua han traído para él de parte de todas las fans que estaban esperando a la salida de la entrevista a la que él no pudo ir pero siguió desde el sofá. Los coge emocionado y los lee en silencio, viendo todo el cariño que desprenden esas palabras de ánimos.

-Todas te echan de menos-le dice Gustav al ver su expresión al leer los mensajes-y nosotros también, por supuesto.

-Y yo a vosotros, y ellas también-dice en un ronco susurro.

-Usa la libreta cariño, así nunca recuperarás la voz-le riñe Simone cariñosamente.

Todos sonríen y Bill la coge para hablar con su hermano mientras los demás ayudan a su madre a quitar la mesa.

-“¿Y tú que tal estás?”-le escribe preocupado.

Desde que ha venido solo se ha preocupado de su bienestar, pero no le ha dicho nada acerca de su salud, que él veía consumirse por tener que estar tan pendiente de él.

Tom asiente y coge la libreta para contestarle sin que los demás se enteren.

-“Te echo mucho de menos. Sobretodo por las noches, me he acostumbrado a dormir abrazado a ti”-escribe sin poder contenerse.

Bill lo lee sonriendo y solo escribe dos palabras.

-“Yo también”.

Pero no entra en más explicaciones. ¿También le echa de menos? ¿También se ha acostumbrado a dormir abrazado a su propio hermano?

La charla se interrumpe con la llegada de Gordon. Estrecha las manos de los muchachos y Tom se levanta para darle un fuerte abrazo, lo que hace que Simone sonría más si puede, asombrada del cambio tan drástico que se ha producido en su hijo mayor.

Si antes trataba a su padrastro con frialdad, ahora ese frío glacial se había derretido con el calor de un simple abrazo.

Bill mira a su padrastro sonriendo para darle a entender que ya se encuentra bien. Sabe que su madre le habrá llamado para contarle que ese día no era uno de los mejores que podía tener.



Pasan el resto de la tarde en el jardín contando a Bill más cosas sobre la entrevista, y para hablar de la que habría dentro de dos días. Bill escribe en su libreta una carta de agradecimiento para sus fans que entrega a su hermano para que la lea en la entrevista, en la que promete estar de vuelta muy pronto.

-¿Estás seguro?-le pregunta Tom tras leerla.

-“Cada día me siento con más fuerzas, lo de hoy ha sido solo un bajón”-le escribe con firmeza.

-Bueno, no hay que precipitarse. A ver que dice Peter-le contesta guardando la carta.

Bill resopla enfadado. Sabe lo que va a decir. Que todavía es muy pronto, que espere a que pase el aniversario de su padre por si le da otro de sus “ataques”,…

Se mira el brazo en el que lleva el tatuaje, el que se hizo tras sentirse liberado del control de su padre. Tal vez se precipitó, estaba claro que todavía no se sentía libre del todo.

Simone los llama para cenar y entran en la casa. Bill se retrasa mientras recoge la dichosa libreta, levantando la mirada y encontrándose con la de Alex a unos pasos de distancia. Le saluda con la mano y se vuelve a casa cuando su hermano le llama.

Sonríe por el camino porque su saludo ha sido respondido co una gran sonrisa que iluminaba más aún si podía ese día.



Cuando se hace de noche deciden dar por finalizada la visita. Georg y Gustav esperan pacientemente a que Tom se despida de su hermano en privado.

Bill se acuesta y sonríe cuando su hermano se echa a su lado y le abraza. Se recuesta contra su cuello como tantas veces ha hecho cerrando los ojos por el pesado sueño que se apodera de su cuerpo.

-Volveré a verte pronto. Es la última entrevista que tenemos, además de que ya se acerca nuestro cumpleaños y hay que celebrarlo. Haremos una fiesta pequeña, solo para nosotros 4 y Andreas. Vete pensando que quieres que te regale…

Deja de hablar porque nota que ya se ha quedado profundamente dormido. Sabe que es la hora de irse, pero no quiere marcharse de su lado, y menos en ese momento que se encuentra tan cómodo con él entre sus brazos, sintiendo su respiración en el cuello, notando sus labios húmedos y entre abiertos.

Se levanta despacio y le besa la frente antes de marcharse.

-Tú eres el mejor regalo que pueda desear-le susurra con los labios cobre la frente.

Sale de la habitación y baja las escaleras para reunirse en el vestíbulo con los demás.

-Os he metido algo de comida para esta semana-le dice Simone señalando la bolsas que Georg abraza muy alegre.

-No tenías que haberte molestado-le dice abrazándola.

Se despide de igual manera de Gordon y monta en el coche con sus amigos. Vuelve al apartamento con la extraña sensación de que algo malo va a pasar. Su sexto sentido se puso en alerta en cuanto abandonó la cama de su hermano, le estaba previniendo de que si le dejaba solo iba a ocurrir algo que no podría manejar no controlar.






Al día siguiente Bill se levanta más animado. La visita de su hermano ha conseguido levantarle el ánimo de una vez por todas.

Baja a desayunar muy contento y se toma todo el desayuno para gran satisfacción de su madre.

-¿Me acompañarás hoy también en le jardín?-le pregunta Simone tras comprobar que ya la fiebre cesó.

Bill niega con la cabeza sin dejar de sonreír.

-¿Te vas a quedar en casa metido con el buen día que hace?

Bill vuelve a negar y coge su libreta sin dejar de sonreír.

-“Me apetece dar una vuelta”-escribe sonriendo aún más.

-¿Tú solo? ¿Y si te pasa algo?

-“¡Mamá!”-escribe resoplando.

-De acuerdo, pero llévate el móvil y la libreta, y abrígate bien. Aunque estamos en agosto corre una brisa que no le va nada bien a tu garganta-accede Simone no muy convencida.

Bill la obedece solo para que le deje tranquilo. Coge la bufanda del día anterior y se la pone sobre los hombros sin ajustarla. Abre la puerta corriendo antes de que su madre le ponga más pegas y sale a la calle.

Se ajusta mejor la gorra y se pone las gafas de sol sin dejar de sonreír. Mete la libreta y el móvil en los bolsillos de su cazadora y echa un vistazo a la casa de al lado.

No sabe donde puede haberse metido a esas horas. Siempre sabe donde está cuando se levanta o se va a la cama, pero el resto del día que se pasa durmiendo ignora donde se mete.

Una mañana le vio que venía de correr, y siguiendo una corazonada enfila el camino que lleva al parque. Saca su mp3 y se lo pone. Camina mientras se escucha cantar. No lo puede evitar y comienza a tararear por lo bajo mientras le busca con la mirada sin localizarlo.

El parque es muy grande y ya lleva casi una hora fuera de casa. Se extraña de que su madre no le hubiera llamado a los 5 minutos de salir.

Sigue concentrado en su búsqueda y escuchando música que no se da cuenta de que está metido en el carril de las bicis hasta que es demasiado tarde.

Siente una corriente de aire que pasa muy cerca de él y unos brazos que le cogen por la cintura para apartarle antes de que la bici se lo lleve por delante.

Cae al suelo rodando mientras un grito de sorpresa escapa de sus labios. Se queda tumbado de espaldas en la hierba mientras jadea tratando de recuperar el aliento. Se quieta del todo sus descolocadas gafas para ver mejor el rostro de su ángel de la guarda.

-Hola-le dice Alex sin dejar de sonreír.

Se levanta de encima de él y se queda arrodillado a su lado mientras le ayuda a incorporarse con una mano.

Bill se sienta y se le queda mirando con una sonrisa en los labios. Es la primera vez que tiene a alguien tan cerca de él que no le provoca ese miedo tan aterrador. Todo lo contrario, se siente muy protegido.

Sin dejar de mirarle recupera el mp3 que ha caído en la hierba, pero antes de que lo roce con los dedos Alex ya se ha adelantado y sin pedirle permiso se lo lleva a los oídos para ver que estaba escuchando tan concentrado. Sonríe al oír su voz y se lo devuelve.

-Bonita voz-le dice levantándose.

Le tiende una mano y le ayuda a ponerse en pies. Se inclina para recoger la libreta y el móvil que se han salido de sus bolsillos y se los devuelve, quedándose con la libreta para ojearla por encima.

-Así que es así como te comunicas-dice sonriendo al ver tantas hojas escritas.

-Si-dice en un susurro.

-No deberías hablar todavía-le dice devolviéndole la libreta.

Se quedan mirando en silencio sin saber que más decir y sin dejar de sonreír.

-Te acompaño a casa-se ofrece Alex.

Comienzan a andar cuando Bill tropieza y está a punto de caer, pero Alex impide que se haga daño por segunda vez al cogerle con firmeza de la cintura.

-¿Tu tobillo?-le pregunta preocupado.

Bill asiente apretando los labios y permite que le siente de nuevo en la hierba, donde él se arrodilla mientras le desabrocha y quita la playera. Le baja el calcetín hasta dejar al aire su hinchado tobillo.

Bill aguanta la respiración cuando siente sus dedos recorrerle la piel en busca de alguna fractura.

-Sólo es un esguince, nada grave que no se cure con un día de reposo y un poco de hielo-le dice acariciándole la piel.

Le vuelve a poner la playera más floja y le ayuda a levantarse. Pasa uno de sus brazos por sus hombros para que se apoye en él y comienzan a caminar hasta la casa lentamente.

Al principio Bill se muestra un poco tenso, pero viendo que no puede apoyar el pie sin que se le escape un gemido de los labios, termina por dejar caer todo el peso sobre Alex, aferrándose a su cuerpo con fuerza.

-Si necesitas descansar dímelo y paramos un poco-le dice tras unos minutos.

Bill niega con la cabeza y la vuelve a agachar concentrándose en el camino, para no pensar en su corazón latiéndole con tanta fuerza dentro de su pecho, sin entender como es que Alex no lo siente chocar contra su cuerpo.

El móvil, comienza a sonar y Alex le ayuda a sentarse en un banco mientras observa como se lo saca de la cazadora y tras mirar quien es se lo pasa para que atienda la llamada.

-Hola Simone, soy Alex…me he encontrado con tu hijo y le estoy acompañando a casa, llegaremos en 15 minutos, no te preocupes.

Bill escucha con que naturalidad habla con su madre, como si ya la conociera de toda la vida. Se vuelve a guardar el móvil cuando se despide de ella y se deja levantar del banco para seguir con el duro regreso a casa.

-No le he dicho lo que te ha pasado para no asustarla. Sé que últimamente está muy preocupada por ti, porque tardas mucho en recuperarte.

Bill se queda pensando en sus palabras, en como es que sabe tanto de él, mientras que él solo conoce su nombre y eso porque su madre se lo dijo. Seguramente ha hablado con su madre cuando él estaba dormido, lo que le ocurría prácticamente todo el día.



Llegan a la casa y Simone abre la puerta antes de que hayan llegado a llamar. Les ha visto venir desde la ventana de la cocina y tras llamar a su marido corrió a ver que le había pasado a su hijo.

-¡Bill! ¿Qué te ha pasado?-pregunta apartándose para dejarlos entrar.

Alex lleva a Bill hasta el salón y le ayuda a sentarse en el sofá, asintiendo al ver la mirada de súplica que le dirige para que calme a su madre, que está haciendo una montaña de un grano de arena.

-Tranquila Simone, que solo ha sido un esguince. Si me trae el botiquín se lo vendaré y mañana estará como nuevo-le explica Alex sonriendo para quitarle importancia al asunto.

-Tal vez deberíamos llamar al médico.

-Cariño, que solo es un esguince-le calma Gordon yendo a por el botiquín.

Bill se recuesta en el sofá mientras que Alex le vuelve a quitar la playera y el calcetín. Logra ahogar el gemido que iba a escapar de sus labios, pero Alex nota que su cuerpo se ha puesto rígido y levanta la mirada.

-Duele un poco, ¿verdad?-le pregunta en voz baja sin soltar su pie desnudo.

Bill asiente penando que lo que más le duele es la manera en la que le está tocando, haciendo que su cuerpo sea recorrido por miles de escalofríos.

Gordon vuelve con el botiquín y le entrega una venda a Alex, quien apoya el pie de Bill en su rodilla mientras comienza a vendárselo fuertemente pero sin hacerle daño.

Hay un momento en el que su pie está en su muslo, bien cerca de su entrepierna, lo que hace que Bill se muerda los labios para que no escape ningún gemido de ellos, esta vez de placer.

-Ya está-anuncia Alex sin soltarle el pie-Un día o dos de reposos y como nuevo. Si te duele, toma algún anti inflamatorio.

-Muchas gracias Alex, no sé que habíamos hecho sin ti-le dice Simone asustada.

-¡Mamá!-susurra Bill molesto.

-Quédate a comer, te lo debemos-le invita Simone.

-No ha sido nada, no hace falta…-comienza a decir avergonzado.

-Por favor, insistimos-le asegura Gordon.

Ha visto la sonrisa que ha iluminado la cara de su hijastro al oír la petición de su madre que no ha podido evitar quedarse callado. Es el primer amigo que ha hecho y parece sentirse cómodo en su compañía.



Ayudan a Bill a sentarse a la mesa y Simone sirve la comida sin dejar de contestar las preguntas que Alex le hace sobre los nuevos rosales. Bill les escucha sonriendo, con el pie puesto en alto apoyado en la silla que tiene enfrente, al lado de Alex, que no se siente para nada cohibido ante esa situación.

Todo lo contrario, se le ve muy relajado, como si lo hiciera todos los días. Rescatar a chicos a punto de morir arrollados por una bici y luego tranquilizar a la histérica madre.

Bo se da cuenta de que Gordon no le quita la vista de encima, que no ha pasado por alto ese detalle de su sonrisa, de que se hace más grande cuando Alex le mira mientras habla.

Puede que no signifique nada, pero sabe que se lo tiene que contar a Peter. Prometido mantenerle informado de cualquier cambio en el estado de su hijastro, ya fuera para bien o para mal.

Y en esos momentos no sabe en que dirección va ese cambio de estado.


Terminan de comer y Alex se ofrece para hacerle compañía en el porche. Le ayuda a tumbarse en la hamaca y le tapa bien para que no coja frío. …l se sienta en una silla bien cerca y se le queda mirando.

-Puesto que no puedes hablar, me aprovecharé de la situación para decirte que me encanta tu música. La letra de tus canciones me llega al alma, nunca había visto tanta tristeza expresada en tan pocas palabras…

Ve que hace un gesto para contestarle y levanta una mano para impedírselo.

-Recuerda que no puedes hablar, y se nos ha olvidado la libreta-dice sonriendo maliciosamente-De todas las canciones, la que más me impresiona es la de Spring nicht. Te oigo cantarla y se me pone la piel de gallina. No sé que te ha podido pasar para que escribieras una canción dedicada al suicidio, aunque he visto el video y al final no saltas, lo que me alivia mucho. No sé que haría el mundo sin ti.

Deja de hablar porque ve que se ha ido quedando dormido poco a poco. Suspira pensando que a lo mejor le ha aburrido con todo ese largo discurso.

-No sé que haría yo sin ti, y en ese video estás muy guapo-le dice a modo de despedida.

Se levanta y tras comprobar que está bien tapado entra en la casa para informar a Simone de que se va y que su hijo se ha quedado dormido en el porche.

Simone le acompaña hasta la verja del jardín y le despide sin olvidarse de agradecerle con dos besos lo que ha hecho por su hijo.

Alex se va a su casa con una gran sonrisa en los labios. Todavía no ha hecho nada por su hijo para que se lo agradezca tan efusivamente.

Todavía.
Notas finales: Pido perdón de antemano por lo que va a ocurrir en el capitulo siguiente, que muchas ya supondreis, porque tal y como va la cosa....

Sandrytah, lo siento mi niña, pero esto tiene que pasar, es ley de vida...

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