IV
Eris estaba contenta por ese beso de Fernanda, le gustó y no sabía si olvidarlo o seguirle el juego, quería verla pero eso la pondría muy nerviosa y de hecho así fue, cuando al darse cuenta que Fernanda entraba al aula, no pudo mirarla, su corazón latía fuertemente y su respiración se hacía difícil.
Un beso tiene infinidades de significados, puede ser por impulso, por gusto, por venganza, odio e incluso por amor.
La clase estaba terminando y todos estaban desesperados por salir, la profesora se estaba extendiendo demasiado y la paciencia se agotaba.
-Fernanda: Hola Eris, hasta que por fin se terminó esta jodida clase tan eterna.
-Eris: ¡Hey Fernanda! Si ya estaba impaciente, muy tediosa que estuvo, ¿cómo estás?
-Fernanda: Bueno, estoy bien aunque demasiado estresada porque presento tesis esta semana y bueno estoy contra el reloj.
-Eris: No te preocupes cariño, todo te saldrá bien, tú eres brillante y la profesora Alexa te pondrá una buena calificación que no afecte tu promedio.
-Fernanda: A veces dices cosas muy buenas y me gustan, muchas gracias… pero hay algo que me gusta más de ti.
Y así otro beso ocurrió en ese instante, aprovechando de que el aula estaba sola, esta vez se multiplicaron los besos, y el tiempo se extendió, Fernanda esta extasiada con cada beso, los labios de Eris eran los más suaves y dulces que había probado, su ritmo aumentaba cada vez que esta le correspondía a cada movimiento, ambas se dieron cuenta de que estaban abrazadas mientras se besaban, luego de eso se miraron con mucha ternura y picardía, se despidieron con un beso en la mejilla muy cerca de los labios como para mantener la cordura luego de lo sucedido… y sin más qué hacer ambas se marcharon por sus correspondientes caminos.
Eris no estaba preparada para estar con alguien su vida estaba muy ocupada por sus inmensas ganas de superarse académicamente, aunque últimamente había estado coqueteando con una mujer que recién conoció por Twitter, no era nada serio, pero tenían cosas muchas en común, los mismos gustos en ciertas literaturas y sus temas de conversación eran muy fluidos y siempre tenían de qué hablar, a Eris le agradaba su nueva amiga, su nombre era Helen una abogada soltera, en busca de diversión sin compromisos y con mucho dinero debido a sus buenas inversiones, se la pasaba viajando por el mundo y disfrutando de tantas culturas diferentes por eso sus temas de conversación con Eris eran muy entretenidos. Siempre hablaban del amor y sus profundidades, pero siempre terminaban en discrepancia total, mientras Eris mantenía una posición muy severa respecto al amor, Helen parecía tener muy buenas apreciaciones en referencia al amor lo cual sacaba de quicio a Eris, a veces Helen lo hacía por hacerla enojar porque disfrutaba debatiendo con ella.
Un día Helen decidida a conocer más a su hermosa amiga le invita a tomar un café, su expectativa era un no rotundo, pero Eris la sorprendió y acepto ir a tomar un café con ella, se citaron para esa misma tarde pues al parecer ambas estaban libres.
Eris era una mujer muy hermosa, de tez morena con ojos color café, cabello sedoso y un corte muy peculiar que la hacía verse hermosa. Por otro lado Helen no se quedaba atrás, era una mujer muy bella con grandes atributos y una hermosa mirada que cautivó a Eris al verla en vivo y directo. Ambas quedaron anonadadas pues hicieron clic muy rápido y fue un gusto de inmediato.
- Helen: Eres más hermosa en persona, ¿te molesta si te digo que me gustas, sin derecho a conocernos más?
-Eris: Pues no me molesta, porque tú eres muy hermosa también, no sé si me gustas o me atraes pero estoy nerviosa.
-Helen: No te pongas nerviosa, siéntete cómoda que pretendo estar detrás de ti por mucho tiempo.
-Eris: ¿Por qué no a mi lado?
-Helen: Porque es mejor estar de intensa sin ser rechazada que ser una intensa rechazada.
-Eris: Buen punto jajajajajaja que ingenioso fue eso.
La tarde Transcurrió muy memorable para ambas, pues estaban felices de conocerse, querían que eso no se quedara ahí, en un simple café, querían volverse a ver porque era impresionante la química, física, matemática y la biología que ambas tenían entre sí.
El café se convirtió en un paseo nocturno por la ciudad, no querían despedirse se la estaban pasando muy bien y apenas eran las 7:00 PM así que todavía quedaba noche para disfrutar.
-Helen: Mira belleza ¿quieres ir a mi apartamento a comer y ver películas, jugar billar, tomar algunas bebidas?
-Eris: ¿No te vas a aprovechar de mi verdad?
-Helen: ¿Cómo puedes creerme capaz de tal cosa? A lo mejor sí, quién quita.
-Eris: Eres una descarada jajajajaja, claro vamos, me muero de hambre.
-Helen: Como usted mande mi capitana.
Se fueron a casa de Helen, prepararon una cena muy rica y aún quedaba tiempo para ver una película lo que significaba una cosa, hora de tener sexo apasionado… tenían mucho deseo sexual, el sudor por sus cuerpos corría y los besos no paraban, se acariciaban, gemían y disfrutaban de aquél placer súbito que no pudieron controlar… esa noche fue sembrada la semilla del amor en el corazón de Helen.
-Eris: ¡Dios santo que fácil soy!
-Helen: Jajajajaja es que no puedes luchar con las ganas que me tenías, no te preocupes no le diré a nadie preciosa.
-Eris: Ja ja eres tan chistosa que deberías aparecer en Stand up vh1.
-Helen: No hieras mis sentimientos vale, no seas así, no me cortes la inspiración.
-Eris: Pero fue muy patético ese chiste jajajajajaja, bueno al menos dame tu número de teléfono, para no sentirme más fácil de lo que fui.
-Helen: Ten llámame para guardar el tuyo, no te enojes vale, aunque con cara de concha marina también te ves hermosa.
Esa noche terminó bien para Eris y Helen, pues no imaginaron tener tanta pasión y saciarla de tal manera de quedar encantadas, eso no se acabaría ahí, era más que obvio, pero qué iba a hacer Eris respecto a Fernanda luego de esos besos que tanto les gustaron, era posible que sintiera gusto y atracción por dos personas al mismo tiempo, no estaba siendo infiel pues no tenía una relación con ninguna de ellas, pero se sentía muy mal el hecho de tener que conocer más a ambas y apreciar lo que cada una les ofrecía para así decidir por quién luchar y con quién quedarse.