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GUARDA TUS BESOS PARA MI por lyra

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Se siente incómodo, más viendo que Georg no les quita os ojos de encima. Carraspea, pero ni por eso el cantante se da cuenta y suelta la tostada. Suspira y decide enfrentarse a él.

-Bill…la tostada se va a enfriar-le dice con calma.

-Si-suspira soltándola sin dejar de sonreír.

-¿Ha pasado algo?-pregunta Georg mirándolos a ambos.

-¡Nada!-se apresura a contestar antes que el otro.

Desayuna en silencio, con miedo de que se hiciera algún comentario sobre un beso dado por un buen motivo: que dos hermanos se reconciliaran e hicieran las paces.

-Todavía no te he dado las gracias por lo de ayer-dice Bill de repente.

La tostada se le cae de las manos y le mira confuso. Siente que Georg también le mira y decide dar por terminado el desayuno. Se disculpa murmurando una tonta excusa y corre hacia los ascensores, pulsando el botón con insistencia como si así bajara antes.

-¿Te he molestado en algo?-oye la voz del cantante a su lado.

Da un salto asustado y le mira enfadado. Oye que las puertas del ascensor se abren y mirando que no hay nadie coge la mano del cantante y le mete en el ascensor con él.

-Esto no es lo que piensas-le dice pulsando el botón de su planta-Tenemos aclarar una cosa. Solo te besé para hacer reaccionar a tu hermano. Nada más.

-Lo sé, y por eso te doy las gracias. ¿Pensabas que era por otra cosa?-le pregunta divertido.

-No sé, te besé, te desmayaste en mis brazos….luego en el desayuno no dejabas de mirarme y sonreír…estaba confuso.

-Me desmayé, si, pero no fue por el beso, lo siento. Las pastillas que me tomo para el dolor de espalda lo provocaron-le aclara sonriendo.

-¡Ah! Que corte…-ríe avergonzado.

Bill ríe con él y le aprieta un brazo con cariño.

-En serio, muchas gracias. No sabes lo mecho que me has ayudado. Sin ti Tom nunca…

Deja la frase sin terminar. No podría decirle que gracias a él su hermano le había besado también… ¡y qué beso!

-De nada, me alegro mucho de que las cosas se hayan arreglado entre vosotros. Ya sabes, cuando quieras…

-Gracias, lo tendré en cuenta-le contesta riendo.

El ascensor llega a su piso y salen de le para ir a sus habitaciones a hacer las maletas.

-Se me olvidaba-dice Bill cuando llegan a la habitación del batería-Besas muy bien.

Tras esas palabras continúa su camino sin dejar de tararear por lo bajo, dejando a un pasmado Gustav tratando de meter la lave en la cerradura sin dejar de sonreír.

Pasa por delante de l habitación de su hermano y decide hacerle una visita, no le había visto todavía y puede que recibiera un beso de buenos días. Coge aire y llama con los nudillos suavemente. Se separa de la puerta y espera pacientemente hasta que esta e abre.

Ve a su hermano ante la puerta, con esa sonrisa en sus dulces labios, invitándole a volver a repetir su mayor error. Volver a besarle con toda su pasión. Se da la vuelta y sin decirle nada vuelve a la tarea de terminar de hacer su maleta.

-¿Puedo pasar?-pregunta Bill extrañado ante su actitud.

-Haz lo que te dé la gana-le contesta sin mirarle.

Entra y cierra la puerta tras de sí. Camina hasta donde está su hermano y se sienta en la cama esperando a que fije en él su mirada.

-Tom, mírame-le suplica tras unos minutos.


Pero el guitarrista solo niega con la cabeza y continúa doblando su camiseta con la mirada fija en ella.

La paciencia se le agota y le arranca la camiseta de las manos, dejándola sobre su regazo mientras la aprieta fuertemente con los dedos.

-¡Hey! Deja de hacer el idiota, hay prisa-protesta mirándole al fin.

-El autobús no se irá sin nosotros. Quiero que me cuentes que te pasa, porque no me miras, porque parece que me vuelves a odiar.

-Yo nunca te he odiado. Me puedo enfadar contigo, pero sabes que nunca te negaría mi cariño-le dice en voz baja.

Eso hace que Bill sonría ampliamente. Levanta una mano y le coge por la camiseta, tirando de ella hasta que sus caras casi se rozan, tirando más hasta que sus labios se tocan.

-¡No!-grita Tom soltándose con brusquedad.

-¿No?-repite Bill a punto de llorar.

-Te pedí por favor que no lo volvieras a hacer-le dice dándole la espalda.

-Pero…acabas de decir que me querías-dice poniéndose en pies.

-He dicho que siempre tendrías mi cariño. Nada más. Deja de ver cosas donde no las hay.

Ahogando un sollozo, suelta la camiseta de su hermano que aún tenia entre sus dedos aferrada y sale de la habitación corriendo, secándose las lágrimas por el camino, pensando que se había vuelto a precipitar.

Suspira y se vuelve una vez que su hermano ha abandonado su habitación. Se inclina y recoge la camiseta, caminando hacia la cama y doblándola con cuidado como si nada hubiera pasado. Porque así lo veía. No había besado a su hermano mientras dormía…no estaba deseando volver a rozar sus labios.


Una vez terminado de hacer sus equipajes, el grupo se reúne en el hall como hacían antes de salir del hotel. Dejan sus maletas en manos de los botones y su equipo técnico y se sientan a esperar a que David les diera luz verde para salir.

Gustav se muerde los labios preocupado sin dejar de mirar a los hermanos. Sabe que han vuelto a discutir, se notaba porque no se miraban ni hablaban. Ya cuando coincidió en el ascensor con el cantante lo notó.

En su cara no estaba la sonrisa que esa mañana le iluminaba la cara, sus ojos estaban cubiertos por unas gafas oscuras por las que no dejaba que nadie viera su tristeza, y por su labios entre abiertos se escapaban suspiros y lamentos.

Sentado a su lado en el amplio sofá del hall, le miraba de reojo, viendo como de vez en cuando levantaba una mano y se tocaba las mejillas, sabiendo que se secaba las lágrimas que sin querer se le escapaban.

-Ya nos podemos ir-les anuncia David.

Todos se ponen en marcha, deseando llegar cuanto antes al nuevo destino y poder descansar agotados ya de tantos conciertos y viajes sin fin.

-¿Te vuelve a doler la espalda?-le pregunta Gustav al cantante al ver que se levanta lentamente.

Niega con la cabeza y cogiendo su bolsa de mano camina tras sus compañeros de grupo, preparado para enfrentarse a las fans que les esperan en la salida con su mejor forzada sonrisa.


Tras 10 minutos de interminables fotos y autógrafos, entran en el autobús y enseguida se ponen cómodos. Viendo que su hermano se había aposentado en uno de los sillones del piso inferior, Tom se gira y echa a andar escaleras arriba cuando una voz le detiene.

-Tengo que hablar con vosotros-les anuncia David sin dejar de sonreír.

Maldiciendo por lo bajo, se da la vuelta y se sienta lo más alejado de su hermano, quien ni se ha enterado de que David les estaba hablando, absorto en sus pensamientos mientras mira por la ventanilla sin ver lo que hay delante de sus ojos.

-Bill, presta atención por favor-le riñe David con suavidad.

Un ligero codazo por parte de Gustav en sus costillas le hace volver la cabeza y mirar al productor sin mucha ganas de escuchar lo que le tuviera que decir.

-Como ya sabéis, nos dirigimos a Munich para los EMA-comienza a decir David-Me acaban de confirmar que actuareis en directo, y bueno, hay una pequeña sorpresita que no os he querido contar hasta leerlo todo bien previsto.

Todos le miran esperando a que siga hablando. Odiaban que hiciera eso, decirles que había una gran sorpresa y luego callarse para hacerse el interesante.

-¿Nos lo vas a decir o tendremos que suplicarte de rodillas?-pregunta Tom molesto.

-Si, tranquilo-ríe David-Durante la actuación usarán lluvia artificial mientras tocáis Monsoon.

-¿Nos van a mojar? ¿En plena actuación?-habla Bill por primer vez.

-Será una magnífica actuación, ya veréis. Pero si lo dices por tu espalda, lo puedo anular, no quiero que te pongas peor.

-No, ya da igual-contesta encogiéndose de hombros.

David arruga la frente preocupado. Nota la tensión que hay entre los dos hermanos, y teme que eso afecte al grupo.

-Bueno, si eso era todo me subo a descansar-anuncia Tom levantándose sin esperar una respuesta.

David asiente y deja que los chicos se relajen durante el viaje. Georg como era lógico se dedica a arrasar la nevera, mientras que Bill gira de nuevo la cabeza y apoyando la barbilla en una mano vuelve a mirar por la ventanilla.

Gustav se levanta y sube al piso superior, en donde se encuentra al otro hermano tumbado en su litera con un brazo sobre los ojos y el otro descansando sobre su pecho. Se sienta en la litera y le golpea una pierna sin delicadeza.

-¡Qué quieres!-gruñe sin abrir los ojos.

-No soy tu hermano, a mí no tienes que tratarme con esa dureza-le dice enfadado.

-Lo siento, ¿qué quieres?-le pregunta más suavemente.

-Saber que ha pasado. Pensé que las cosas entre vosotros se habían arreglado y veo que habéis dado un gigantesco paso atrás.

-Déjalo, lo nuestro no tiene arreglo-le dice encogiéndose de hombros.

-Bill lo está pasando muy mal. Estaba llorando en el hotel, y fijo que ahora mismo también.

-Pues ve a consolarle-se le escapa.

-¿Todavía sigues con eso? Te dije que fue solo un beso, para hacerte reaccionar. ¿Es que piensas que entre tu hermano y yo hay algo? Y si es así, ¿a ti que más te da? ¿O es que no quieres ver a tu hermano feliz?

Esas palabras hacen que se descubra los ojos y le mire fijamente. No había pensado en eso, su hermano era libre de hacer lo que le diera la gana para ser feliz, pero ese beso que le dio….y el que él le devolvió…

Gustav le había dejado claro que entre los dos no había nada ni nunca lo habría. A lo mejor lo que vio esa mañana durante el desayuno no era lo que él pensaba, tal vez su hermano actuaba así por cierto beso que recibió mientras dormía…

¿Y si no estaba durmiendo? ¿Y si vio como su sueño se hacía realidad…para luego volverse a romper en mil pedazos?

-¡Joder! He sido un capullo-dice incorporándose de golpe.

Gustav sonría satisfecho de que su amigo por fin hubiera reaccionado. Se levanta y deja que él haga lo mismo y baje al piso inferior a hacer las paces.

Pasa al lado de su amigo y corre escaleras abajo, pero tras mirar donde dejó a su hermano ve su sitio vacío.

-¿Y Bill?-le pregunta a Georg.

Sin dejar de comer, levanta una mano y le señala el baño, al que se dirige con más urgencia que si lo necesitara de verdad. Llama a la puerta y espera…mientras oye unos sollozos ahogados que proceden de el.

-¡Vete!-le dice entre lágrimas.

-Bill, por favor…tenemos que hablar-le dice en voz baja.

Se separa cuando la puerta se abre de golpe y sale su hermano con las gafas puestas y un gesto de dolor que le recorre el rostro.

-Ya me has dejado las cosas claras, deja de hacerme daño-le dice pasando a su lado.

-Pero yo…

No termina la frase, no puede decir en medio del autobús que se había dado cuenta de lo mucho que le amaba…aunque tal vez ya era demasiado tarde…

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