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FELICIDAD ARTIFICIAL por lyra

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Tom se levanta de la cama. Ya no podía aguantar más en ella. Se despertó a las 7 y no dejó de dar vueltas sin poder volver a dormir, pensando en lo de ayer y en que su hermano aún no había ido a pedirle perdón. Pensaba que en algún momento de la noche lo haría, pero nada.

Se dirige a darse una ducha y pensando que lo vería más tarde, a lo mejor a la hora del desayuno, otra costumbre que tenían. Pasaban la noche en la habitación de su hermano pero luego desayunaban juntos en la suya.

Después de una buena ducha fría que le despierta por completo encarga el desayuno y se prepara para esperarlo mientras acaba de vestirse.

A los 15 minutos llaman a la puerta y corre a abrirla con una sonrisa en los labios.

“Ya era hora de que recapacitaras, Bill”-piensa mientras abre la puerta.

Pero la sonrisa se le congela en cuanto ve quien es.

-Buenos días-le dice Zach desde el umbral.

Se queda mirando a Tom con mucha atención. Se estaba vistiendo cuando llamó y aún le quedaba ponerse la gorra para terminar. Estaba con el pelo suelto, cayéndole por la espalda como una cascada de tirabuzones rubios. Nunca le había visto así de guapo y no podía apartar la vista de él.

-¿Querías algo?-le pregunta Tom incómodo por la manera en que le estaba mirando.

-Sólo quería saber que tal habías pasado la noche, después de lo de ayer-le dice pestañeando para salir de sus sueños.

-Estoy muy bien, no hace falta que te preocupes por mí.

-Ese es mi trabajo. Preocuparme por ti, bueno por los cuatro en realidad.

En ese momento llega el desayuno y Zach se aparta para dejarle paso, y también entra en la habitación detrás de él. Mientras Tom firma la cuenta él se dedica a pasear por la habitación como si estuviera buscando algún recuerdo que se pudiera llevar sin que él se diera cuenta.

Y enseguida lo ve. Encima de la cómoda hay un colgante con forma de estrella. En cuanto la ve le recuerda al tatuaje que tiene Bill en la cadera, tatuaje que gracias a Dios no le tuvo que ver la noche anterior. Viendo que Tom esta distraído lo coge y se lo guarda en el bolsillo, dándose la vuelta deprisa para disimular un poco.

Tom deja salir al camarero y espera con la puerta abierta a que se fuera Zach, pero estaba claro que no lo iba a hacer, pues se estaba sentando a los pies de su cama. Cierra la puerta y trata de mantener la calma.

-¿Vas a desayunar ahora?-le pregunta Zach acomodándose mejor en la cama.

-En eso estaba cuando me has interrumpido-le contesta de mala manera viendo como casi estaba echado en su cama- ¿Qué te pasa? ¿No has descansado bien anoche?

-Si te digo la verdad, ha sido la peor noche de mi vida-le contesta con una gran sonrisa en la boca, esperando que le hiciera alguna pregunta más.

Pero Tom no la hace. Se encoge de hombros como si el tema no fuera con él y se sienta a desayunar dándole la espalda.

-Hoy tenéis una entrevista y luego sesión de fotos-le dice Zach viendo que no le iba a preguntar por su mala noche.

-Ya lo sé, me lo dijiste ayer-le contesta Tom entre bocado y bocado.

-¿Y eso no te pone nervioso?

-No son las primeras fotos que me hago, ya estoy acostumbrado.

-Me refiero a eso de tener que hacerlas junto a tu hermano, ahora que estáis peleados. Yo me sentiría muy incómodo por tener que estar sonriendo a la cámara mientras estoy al lado de la persona que me ha hecho tanto daño.

Tom se queda con el tenedor en el aire. En eso no había pensado. En todas las fotos que les pediría hacer el fotógrafo sólo con su hermano. Siempre las pedían, como si no tuvieran bastantes.

Zach nota que se ha puesto tenso, seguro que era porque se acababa de dar cuenta de ese detalle. Sonríe y comienza a levantarse para marcharse de la habitación y dejarle a solas con sus pensamientos.

-Mejor te dejo que sigas desayunando. Vas a necesitar muchas energías hoy. Nos vemos abajo a las nueve.

Y sale sonriendo de triunfo. Había conseguido dos cosas. Que Tom estuviera muy nerviosos ese día, y un trofeo más para su colección. Se dirige a su habitación mientras que con la mano que llevaba en el bolsillo apretaba con fuerza esa estrella de cinco puntas. Sabía que había sido un regalo de Bill, para que su hermano siempre le recordara. Ahora estaba en su poder y Tom iba a comenzar a olvidarle.




Los cuatro chicos se encuentran en una de las salas de prensa del hotel, donde se va a realizar la entrevista y luego la sesión de fotos. Georg y Gustav están sentados en el sofá charlando, habían decidido que si los gemelos no se hablaban entre ellos, ese no era su problema, que resolvieran sus cosas entre ellos.

Tom esta sentado en una silla aparte mirando la espalda de su hermano, que se encuentra frente a la ventana. Esa mañana cuando le vio no parecía que estaba mal por haberle echado de menos esa noche. Todo al contrario. Se le veía mas animado que el día anterior, incluso le había pillado sonriendo. ¿Qué le habría pasado anoche para que no le hubiera buscado por la mañana y pedirle una segunda oportunidad?

Bill estaba mirando por la ventana. De esa manera no tendría que verle la cara a su hermano. Tampoco quería que él se la viera, más que nada porque no podía dejar de sonreír al recordar esa noche tan dulce que había pasado en brazos de Zach. Lleva una mano metida en el bolsillo de su pantalón, donde se dedica a acariciar la pastilla que Zach le había dado. No tenía pensado utilizarla, pero la tenía consigo por si acaso. Por si no aguantaba la sesión de fotos al lado de su hermano.

Enseguida llega la periodista y después de saludarse todos ocuparon su lugar. Georg y Gustav siguen en el asiento, pero Tom arrima la silla en la que estaba sentado y la dejó cerca del sofá. Bill en cambio se sienta al lado de Gustav, bien lejos de su hermano.

-Antes que nada-empieza la periodista-os tengo que decir que me hacía mucha ilusión conoceros en persona.

-Y a nosotros a ti- le contesta Tom dedicándola una de sus sonrisas.

Eso hace que la periodista se sonroje un poco, y que Bill levante una ceja. ¿Qué estaba tramando su hermano?

-Bien, será mejor que empecemos la entrevista- dice la periodista mientras busca entre sus notas con las manos nerviosas.- Podemos comenzar con el concierto de ayer. La sala estaba llena y el espectáculo fue magnífico. Todos se divirtieron mucho.

-Si, tienes razón-le contesta Bill también sonriéndola- la verdad es que ayer me divertí un montón, me lo pase mejor que nunca.

Tom nota el tono en que dice sus palabras y eso le hace enfadarse más. ¿Así que ayer se lo pasó mejor que nunca?

-Bueno, ya sabes lo que dicen-dice dirigiéndose a la periodista, pero para que le oyera su hermano -todo lo divertido llega a su fin algún día.

La periodista se le queda mirando sin saber que decir. No se esperaba esa respuesta.

Georg y Gustav se revuelven incómodos en el sofá. Saben que acababa de comenzar una lucha entre los gemelos de la que esa periodista iba a ser testigo. Ya podían ver los titulares de mañana. “Estrellas del rock se estrellan en una entrevista”.

-Sí, eso dicen-le contesta la periodista muy bajito.

Y así transcurre la hora y media que duró la entrevista. Cada pregunta que se hacía era contestada por Tom y Bill daba su réplica, o al revés. Georg y Gustav sólo abrieron la boca cuando la periodista les preguntó que les parecía la ciudad.

Y todavía faltaba lo peor, la sesión de fotos.




Están esperando a que el fotógrafo termine de colocar sus cosas. Tom seguía en la silla sin moverse. Miraba al suelo con una expresión de enfado en su cara. Su hermano lo había vuelto a hacer. Se había vuelto a reír de él en público. Y como había disfrutado.

Bill se excusa y se dirige al baño diciendo que se va a retocar el pelo. En cuanto llega a él cierra la puerta y echa el cerrojo deprisa. Se apoya en el lavabo y se queda mirando al espejo. Todo estaba saliendo muy mal. Su hermano no paraba de echar miradas y sonrisas a la periodista para que él las viera y se pusiera celoso. Y lo había conseguido.

No podía aguantar ni una sola foto sin echarse a llorar. Entonces saca la pastilla y la sostiene ante sus ojos. Eso era lo que necesitaba. Zach tenía razón, con esa pequeña ayuda el día se le pasaría volando y encima se divertiría. Se la mete en la boca antes de que pudiera cambiar de opinión y cogiendo agua con las manos bebe un poco para tragarla.

Se queda mirando al espejo, por si se le notaba algún efecto ya. Lo necesitaba. Quería olvidarse por un día de todo el daño y sufrimiento que su hermano le estaba obligando a pasar.

Llaman a la puerta y girándose deprisa descorre el cerrojo. La abre un poco y se asoma para ver quien era.

-¿Estás bien?-le pregunta Zach abriendo la puerta del todo y cerrándola tras de sí-Te vi. En la entrevista y sabía que estarías destrozado.

-¿Te diste cuenta de todo?

-Si, tu hermano no paraba de tontear con la periodista-(cosa que a él también le había destrozado)- y no paraba de reírse de tus sentimientos delante de ella. Ha sido muy cruel.

-Sí, pero ya lo he solucionado para la sesión de fotos. No volverá a ser cruel conmigo nunca más.

-¿Te la has tomado? Era lo que necesitabas, lo que te hacía falta. Y sabes que si necesitas más yo te las consigo.

Bill asiente con la cabeza. Entonces Zach le coge por el mentón y levantándoselo un poco le da un beso en los labios.

-Con esto te lo pasarás mejor esta tarde-le dice sonriéndole.

-Siempre estás a mi lado, consolándome y dándome lo necesario para ser feliz.

-Lo más importante para mí es tu felicidad, nunca lo olvides.

Y dándole un breve beso salen del baño.



Cuando llegan les están esperando. Todo ya esta colocado y habían empezado con unas fotos en solitario de Georg. Luego le sigue Gustav y después Tom.

-Ahora antes de hacer las de Bill me gustaría alguna de los dos juntos-dice el fotógrafo dirigiéndose a Bill para que ocupara su lugar al lado de su hermano.

Bill le sonríe y va hacia allí. La pastilla le esta haciendo efecto y no puede parar de sonreír de lo bien que se estaba sintiendo.

Se acerca a su hermano y se pone a su derecha, posando una mano en su hombro y mirando a la cámara.

Tom se pone tenso cuando le toca, pero no dice nada. También mira a la cámara pero su expresión es más seria.

-Vamos Tom, por favor, sonríe un poco. Tal y como lo hacías antes-le suplica el fotógrafo.

“Eso me gustaría a mí, sonreír como antes”-piensa con amargura.

Esboza algo parecido a una sonrisa y el fotógrafo se tiene que conformar con eso. Empieza a disparar la cámara mientras que ellos cambian de postura.

Ahora están sentados en el suelo, espalda contra espalda. Tom mira al suelo esperando a que el fotógrafo no le pida que levantara la cara y sonriera, porque se estaba quedando sin fuerzas para sonreír.

En cambio Bill tiene la cara muy levantada y sin parar de sonreír, de hecho se le escapa alguna carcajada. Sobretodo porque Zach se encuentra enfrente de él y de vez en cuando se pasa la lengua por los labios y le sonríe.




Cuando se acaba la sesión Tom por fin puede respirar aliviado. Estaba desando irse a su habitación a descansar un poco hasta la comida. Ve que Zach llama a su hermano y le dice algo al oído, cosa que hace que se ría en voz alta.

Cuando se encuentran los cuatro en el ascensor Tom no lo puede aguantar más y le dirige la palabra.

-¿Qué te ha pasado hoy para que no dejes de reírte? Has estropeado algunas fotos-le dice sin mirarle.

-Yo creo que quien las ha estropeado has sido tú, no creo que te murieras por sonreír un poco-le contesta tampoco sin mirarle.

-Estás muy raro hoy. Primero parecías muy triste y al segundo desbordas felicidad por los poros.

-Es que ahora me siento muy feliz-le dice riéndose en voz alta.

-¿Seguro que estás bien?-le pregunta Gustav sin poder evitarlo.

-Nunca había estado mejor.

El ascensor llega a su planta y Bill sale corriendo a su habitación seguido de los demás. Habían decidido comer los cuatro en la habitación de Tom.

-No me esperéis para comer, ya he quedado-les dice Bill cuando sale de su habitación.

Tom va tras él y le pilla antes de que coja el ascensor.

-¿Vas a comer con él?-le pregunta acentuando mucho el “él”.

-Sí, y se llama Zach-le corta Bill.

-¿No crees que tenemos que hablar?

-No, creo que ayer ya me lo dijiste todo. Quieres que te deje sólo, y eso voy a hacer.

-Podías escoger a alguien mejor que Zach, pensabas que tenías buen gusto.

-Sí, yo también lo pensaba cuando estaba contigo. Ahora si no te importa, el ascensor ha llegado y tengo prisa.

-Espera, dime al menos porque lo haces, porque te vas con él-le suplica Tom.

-Por que contigo ya no soy feliz-le contesta Bill sonriéndole.

La puerta del ascensor se cierra dejando a Tom frente a ella sin moverse.

Su hermano ya no era feliz a su lado. Lo había perdido para siempre.

Pero no se va a quedar de brazos cruzados. Sabe que Zach es mala persona y hará todo lo necesario para echarle del lado de su hermano, para que no se acercara a ellos nunca más.

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