Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Ser Que Más Amo por chibiichigo

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: bueno... solo para aclarar, este fic tiene un capitulo desde el punto de vista de cada personaje... no necesariamente en el mismo orden y probablemente alguno se repita, pero en el nobmre del capitulo y en el principio, vendrá quien es el narrador...

Okimi

Compartí el vientre con ella. Ilusiones, risas, llanto, secretos y sueños eran los que siempre tuvimos depositados la una en la otra.  Siempre estábamos juntas… se podía decir que ella era la persona con quien yo más contaba. Y ella sabía que podía contar conmigo absolutamente para todo lo que fuera… o al menos eso pensé.

El día que llegó llorando, simplemente se encerró en su habitación, sin decir palabra de aquello que la intranquilizaba. Actuaba con tanta calma y serenidad que ni siquiera hubiera percibido que se encontraba llorando si no hubiera visto sus mejillas húmedas y sus ojos vidriosos.

-Nee-chan. ¿Estás bien?

Dios, esa pregunta se había formulado muchas veces entre nosotras…

 Desde pequeñas nos habíamos valido de esa pequeña e insignificante frase más como reiteración de lo que no era que como algo autentico.

Cuando éramos apenas unas niñas, mi madre nos dejó a ella y a mí a cargo de nuestro padre. Salió de nuestras vidas sin decir nada y desde ese momento comenzamos a valernos solas, sabiendo que incluso las personas que más queremos nos podían abandonar en el momento que menos pensáramos, e  inconscientemente comenzamos a ser la una para la otra, sirviendo de apoyo para sobrevivir esas horas desoladas de la infancia.

Mi padre llegó a deprimirse inmensamente con su partida, alejándose de igual manera de nosotras. No hay dolor tan  grande como el saber que tienes a una persona a un lado y a la vez sentirlo tan lejos… inalcanzable. Por sobre todas las cosas, lo que más le deprimía era ver a mi hermana a la cara. Tan parecida a mi madre… sus mismos ojos y la misma naturaleza alegre, sincera y a la vez reservada y fría. Eso fue lo que los distanció todavía más. Él no podía ver en ella a una hija a la cual amar, sino el fantasma de la mujer a quien había amado y había huido de sus brazos.

-No te preocupes- dijo con un hilillo de voz. Al intentar verla a los ojos no pude distinguir más que la inmensa tristeza en su mirada. La abracé fuertemente… quería ser su fuerza en ese momento. Ella se aferró a mi y comenzó a sollozar, antes de caminar rumbo a su habitación.

Era la primera vez que la veía así desde que lo conoció.

Si tuviera que decir algo al respecto de Yuu fue que él le salvó la vida. Logró que mi hermana volviera a sonreir de manera sincera y que sus ojos recuperaran el brillo que creía había perdido. Siempre le estaré agradecida por eso, por devolverme a la persona que más me importa en todo el mundo.

Antes de el… bueno, podría decirse que muchas cosas pasaron en los meses antes de que el entrara en la vida de Shi, cambiando de lleno la amargura que tenía en el interior, imperceptible a los ojos del mundo por esa pantalla de felicidad y de fortaleza que tenía. Como ella misma lo llamaba, su protección.

Mi padre había comenzado a salir con otra mujer, ahora si, jurándonos que iba a ser en serio… volviendo de nuevo al desplazo del cual habíamos sido victimas. Sin embargo, en esa ocasión no se que ocurrió en la mente de mi hermana…  posiblemente solo quiero fingir no saberlo. Shi comenzó a tener conductas erráticas. Por días llegaba tarde a la casa y se saltaba clases. Parecía que todo el tiempo estaba adormilada, aunque no ingería ninguna clase de medicamentos… estaba excepcionalmente triste por esos días e incluso dejó de hablar con amigos o tener contacto humano.

Me di cuenta del motivo un día… ella iba a caer, y yo alcancé a sostenerla por la muñeca. Ella profirió un gemido de dolor que solamente supe atribuir al jalón que le había dado, sin embargo, un listón con el que adornada sus muñecas se soltó, dejando que viera, por un instante, marcas en su piel. No sangraban pero estaban todavía recientes… no supe cómo reaccionar al respecto. Ella soltó la mano y colocó con presteza el adorno de nuevo.

-¿Por qué?- dije casi en un gemido. No podía creer que mi hermana se estuviera haciendo eso.

-Porque ya no puedo más…- dijo antes de caer rendida en el piso y deshacerse en lagrimas. No hubo necesidad de preguntar nada más. La tomé entre mis brazos y le prometí estar siempre con ella… pude ver en sus ojos, al momento que me devolvió la mirada, las heridas más profundas que ostentaba, cual marca de guerra. El abandono de mi madre y la indiferencia e incluso desprecio de mi padre.

En público, siempre fingía estar feliz, y creo que por momentos lo llegaba a ser. Al estar rodeada de gente se olvidaba de su soledad, donde únicamente yo la acompañaba y reía. Una risa tan superficial y tan ensayada, que si no fuera yo su hermana, pensaría como verdadera. Únicamente conmigo se atrevía a llorar… y muchas veces yo lloré con ella. Mis penas y mis dolencias, ella las cargaba consigo…

Al conocerlo a él, su vida cambió. La chispa de sus ojos se había encendido de nuevo y la felicidad había comenzado a adornar su sonrisa. Esa sensación de libertad que ella tanto clamaba se hizo presente al poder hablar con él durante horas y horas.

Siempre los veía juntos, ya fuera en la escuela o en la casa. Bromeando, molestándose o incluso picándose las costillas. Ambos con risas que parecían campanillas. Cargadas de alegría y de emociones. Tenían largas platicas por las noches, y por las mañanas, la primer persona a la que mencionaba era a él. Yo simplemente era feliz por ella. Se merecía esa felicidad que le habían arrebatado.

Pensé que mi hermana se había enamorado de él. Yuu… sin embargo, cada vez que intentaba sonsacarle las cosas, me desviaba o sencillamente se limitaba a decir que era producto de mi imaginación. Pero algo dentro de mí me decía que no era cierto… ella lo amaba profundamente.

Llamémoslo cosas de gemelas, o de cualquier manera, pero yo sentía que ella lo amaba más que como un amigo, aunque nadie más se diera cuenta de aquello, es por eso que no me costó trabajo deducir el motivo de sus lagrimas, que venía impreso en su rostro.

-¿Estás llorando por Yuu?- pregunté por detrás de la puerta. No hubo respuesta -¿Ocurrió algo con Yuuu, Shi?

-No es nada Oki… no te preocupes. Estoy bien solo… solo déjame sola.

Pocas veces la había escuchado así de deshecha, peleando casi con los dientes por demostrar normalidad. Su tono se clavó como una puñalada a mi pecho, pero no dije nada.

El resto del día no supe nada de ella. No tenía seguridad de si se había quedado dormida o simplemente no deseaba ver a nadie en ese momento. Creí que se le pasaría… en eso estaba equivocada…

 

 

Conforme pasaban los días, sentía que mi hermana hacía un esfuerzo todavía mayor por ponerse en pie. Era como si fuera dos personas habitando en un solo cuerpo. En la casa difícilmente hablaba o realizaba alguna actividad que no comprendiera llorar o dormir, mientras que en la escuela fingía normalidad. Sonreía con calidez, aunque con la tristeza desbordante de sus ojos. Me dolía… me sentía tan importante y tan…tan…

No podía  verla en esa manera y quedarme con los brazos cruzados, esperando el momento en el que se destruyera... aunque tampoco tenía idea de que hacer… sabía que no estaba en mis manos actuar.

Observaba con un poco de recelo la actitud que tomaba cuando se acercaba a ese castaño del mal… ponía su mejor sonrisa y actuaba exactamente como la Shinoe parlanchina que era por costumbre. Pareciera que no quería que ese chico se enterara que estaba sufriendo por dentro.

Pero yo lo veía todo, y quería asesinarlo por hacer a mi hermana llorar. La tenía verdaderamente mal, intentando con todo su esfuerzo recomponerse al estar en publico, sin llegar a erradicar esa tristeza y pesadez en su andar.

De pronto, una duda me asaltó… ¿sabría Yuu que mi nee- chan lloraba con frecuencia? ¿Estaría consciente que era por su causa? Si lo veía de esa forma, el castaño no tenía la culpa de nada de lo que ocurría. Posiblemente Shinoe estuviera intentando ocultárselo por el mismo motivo que a mi… aunque no tenía idea de que era.

 

 

-Hermana…- me acerque a la mesa de la cocina, donde ella se encontraba apoyada, mirando hacia el infinito, sin fijar su mirada en algún lugar del espacio, sino del tiempo…

Se sobresaltó al escuchar mis palabras.

-¿Qué ocurre?

-Me duele que estés así, pero lo que más me duele es que estés así por Yuu… ¿quieres charlar?- tenía que ser particularmente cuidadosa con las palabras que debía utilizar para no irritarla. Su humor era más cambiante que nada esos días, y podía llegar a incomodarla con facilidad.

-No realmente…- contestó vagamente. Casi puedo jurar que no se dio por enterada de lo que le estaba diciendo.

-De acuerdo… solo creo que él tiene derecho a saber lo que ocurre. Aunque no me lo digas a mí. No puedo verte asi Shinoe… me recuerda que estuve a punto de perderte.- eso lo dije con la preocupación impresa en mi rostro. Era mi hermanita y el saber que podía perderla de un momento a otro, o que ella misma tenía conductas autodestructivas me destrozaba. Sentía pánico solo de considerar esa posibilidad.

Ella me sonrió con tristeza y viéndome a los ojos dijo- Te prometo que no me vas a perder… - sus ojos se comenzaron a llenar de lagrimas. La sostuve entre mis brazos.

-Shi… no se lo que ocurre, así que no puedo prometerte que todo va a estar bien. Pero puedo prometerte que voy a estar ahí para ti todo el tiempo.

Sentí como ella se hundía en mi pecho y susurraba.

-No… no va a estar bien Oki… nada va a estar bien.

-No digas eso…

-Es que es la verdad. Soy patética, tonta y completamente infantil e inmadura como para estar llorando por algo que me debería alegrar.

Sobra decir  que no entendía de lo que hablaba, pero finalmente había logrado que hablara.  La separé de mi cuerpo y le hablé con un poco de reproche. La vi como una niña pequeña en ese momento… tan frágil.

-Escuchame bien Shi.  Tu no eres patética, ni tonta ni inmadura ni infantil.

-Si lo soy- explotó, cubriendo sus ojos con las manos  en puño. – soy patética y me enamoré de la única persona que jamás tendré… no puedo tenerla.

-¿Hablas de Yuu?- indagué, aunque ya conocía la respuesta. Ella se limitó a asentir con la cabeza, sin quitarse las manos de la cara.

-Si… soy una tonta patética por enamorarme del único ser humano en este cochino planera  que no puede ni podrá considerarme jamás algo más que una amiga.

-Vamos…- intenté conciliarla mientras frotaba su espalda con mi mano- él puede cambiar de parecer…

-No, no puede y eso es lo que más me frustra. No puede cambiar de parecer y yo no puedo comunicarle nada de lo que siento porque sería incomodo, no lo comprendería y perdería a mi mejor amigo en esta tierra. Sin embargo cada vez me cuesta más trabajo estar con él, aunque es una tontería porque él  me quiere.

Comenzó a expresar su lluvia de ideas… yo, evidentemente no entendía lo que me decía, pero “mejor afuera que adentro” y si con eso podía evitar que se hundiera en el llanto y la desesperación, lo menos que iba a hacer era escucharla…

No hay nada que quiera más que saber cómo ayudar a mi hermana, comprender lo que pasa por su cabeza y entender un poco más de su vida… porque en ese momento comprendí que, pese a haber vivido toda la vida con ella, una parte de mi hermana permanece como ajena a mi realidad, a mi vida y a todo lo que nos rodea a ambas. Es una extraña que quiero conocer, por ser ella a quien más amo en la vida…

Compartimos el vientre, ilusiones,  alegrías, llanto y un sinfín de cosas más,  pero una parte de ella es desconocida para mi todavía… y quiero conocerla.

Espero que me lo permita.

 

Notas finales:

espero les haya gustado. comenten por favor. Depende de lo que me digan es si continúo o no... si no les gusta solo lo bajo^^

a partir del siguiente capitulo las cosas son más interesantes... en fin besos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).