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¿YA NO SOMOS MAS QUE HERMANOS? por lyra

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Tom sigue sentado en la cama de su hermano, intentando descubrir con todo lo que tiene delante que es lo que le puede haber pasado para que huyera en mitad de la noche.

Lleva así casi madia hora y no ha conseguido averiguar nada.

Se tumba en la cama y recuesta su cabeza en la almohada, cerrando los ojos y tratando de respirar el olor de su hermano. La almohada huele a él, a los productos que se da en el pelo. Le hace sonreír, esos olores le traen muchos recuerdos felices.

Pasa la mano debajo de la almohada y nota que allí hay algo escondido, parece un libro. Lo saca y enseguida lo reconoce. Es la libreta en la que anota sus ideas para futuras canciones. Es algo así como un diario.

Sabe que es privado y que no lo debería de leer, pero presiente que en él hallará las respuestas a lo que está buscando.

Lo abre por las últimas hojas escritas y comienza a leer una serie de frases que su hermano ha escrito. No parecen tener sentidos unas con otras. Son como ideas que le ha venido a la mente y las ha tenido que poner en escrito por alguna razón en especial, y sabe que esa razón es él.


“Nada nuevo que contar. Anoche perdimos las miradas, las mismas que nos hicieron vivir…Nada que ocultar. Alma en pena que vas a donde el día no se torne gris escalando madrugadas…En mi soledad nadie más vive por mí, solo yo. Solo ante un fin que se esconde por nada. Y para nada sin ti. Llueve en mi corazón…Que bello es vivir cuando aún quedan almas por dar sin reproche. Sollozando mi voz que aún se despierta en las noches” (1)

Tom se queda sentado en la cama cuando al pasar la página ve que la siguiente hoja está llena de huellas, como si su hermano hubiera estado llorando al escribirla. Sabe sin que nadie se lo haya dicho que esa página la escribió ayer por la noche.

“Podría quedarme viviendo junto a ti con tal de un beso más. Pero tengo que saberlo dar y ya no lo puedo hacer igual. Puede que mañana me quiera ir, y puede que también mañana no exista mañana….No soy ningún niño, no soy ese duende, no soy luchador, ni soy tu cariño. No soy buen amante ni soy buen hermano. Sólo soy esa cara de idiota…Idiota por tener que recordar la última vez que te pedí tu amor. Idiota por colgar tus besos con un lazo rojo por si ya no vuelvo a verlos más. Idiota por tirar tu confianza desde mi cama hasta esa ventana…¿No ves que fácil ha sido para mí perderlo todo en un momento? Por mi miedo a perder…Por mi miedo a perderte” (2)

Cierra la libreta y la aprieta en sus manos. Sabe que su hermano debe haber descubierto lo suyo. Lo presiente. Sabe que le ha hecho daño y por eso se ha ido de casa.

Sabe que esas frases escritas no pertenecen a ninguna canción en la que esté trabajando. A no ser que haya escrito una que se titule “Tom te odio con todas mis fuerzas”.

Corre a su habitación decidido a llamarle al móvil. Ve que tiene un mensaje sin leer y pensando que es de su hermano lo lee deprisa.

No me has contestado al mensaje de ayer, y a mi no me gusta andar detrás de la gente que no me encuentra especial. Tú te lo has perdido, cariño. Recuérdame por los besos.”

Lo lee una y otra vez sin comprenderlo. Hasta que se le ilumina la mente. Seguro que su hermano ha leído el mensaje que le mandó la chica y también lo ha borrado, porque no aparece por ningún lado de su móvil.

Se sienta en la cama con la cabeza entre las manos y rompe a llorar. Todo se ha acabado. Su hermano lo había descubierto todo y por eso se había ido de casa, de su lado, para siempre.

Su móvil comienza a vibrar en silencio. Lo coge pensando que es él y contesta enseguida. Pero no es.

-¿Tom? espero no haberte despertado-le dice su madre en cuanto descuelga.

-No, ya estaba despierto. ¿Ha pasado algo? Es muy pronto para que ya estés levantada-le dice asustado.

-Todavía ni me he acostado. Tom, anoche se presentó Bill en casa a las tres de la mañana. No me ha querido contar nada de lo que le ha pasado. Estaba llorando. Lo único que me ha dicho es que le abrazara fuertemente, que necesitaba mi consuelo. Me he asustado mucho y no le he querido dejar solo en toda la noche. Hace media hora que se ha quedado dormido y por eso te he llamado.

-¿Te ha dicho algo más?-le pregunta Tom casi sin voz.

-Nada. Pero sé que le ha pasado algo contigo porque me ha suplicado llorando que no te llamara. Pero no podía cumplirlo.

-Lo mejor es que vaya a hablar con él. Sé que ahora no quiere verme pero hablando las cosas se calmaran.

Cuelga el teléfono y se viste deprisa.

Sale al pasillo y se encuentra con Gustav, que está mirando la habitación de Bill.

-¿Dónde se ha ido tu hermano?-le pregunta asustado.

-Está en casa de mi madre. Voy a por él-le dice Tom sin pararse a hablar.

-¿Os habéis vuelto as pelear?-le pregunta, pero se queda sin respuesta.


Tom llega a casa de su madre y le da un beso en la mejilla cuando abre la puerta. Ve que tiene mala cara por no haber dormido nada en esa noche.

-Dime que es una de vuestras peleas de hermanos y que vais a hacer las paces. Bill está muy mal, se ha pasado toda la noche llorando diciendo algo sobre que le habían fallado y que nunca iba a confiar en nadie más.

-No te preocupes, arreglaremos las cosas. Todo volverá a ser como antes, de una manera o de otra. Puede que ya solo seamos hermanos-le dice Tom con tristeza en la voz.

-No te entiendo muy bien. No sé porque os habéis peleado, pero arreglarlo ya.

-¿Te vas a ir a trabajar?-le pregunta un poco más animado. No quiere que haya nadie en casa cuando hable con él.

-Sí, en media hora me voy. Ve a la cocina y desayuna con Gordon mientras me acabo de arreglar. Luego sube a la habitación de tu hermano y haced las paces por mí.

Cuando su madre y Gordon se van Tom sube a la habitación de su hermano y se sienta en la cama. Ahora que le ve así hasta le parece más pequeño, como si hubiera encogido.

Le pasa una mano por la mejilla y ve como sonríe al contacto de su mano. Comienza a abrir los ojos lentamente, pero en cuanto le ve la sonrisa se le borra de la cara y se sienta en la cama alejándose de él.

-¿Qué haces tú aquí? Le dije a mamá que no te avisara-le dice muy enfadado.

-Enfádate solo conmigo. Mamá estaba muy preocupada y por eso me llamó. Tenemos que hablar, Bill-le dice Tom alargando una mano hacia él.

-No te atrevas a tocarme nunca más-le dice con odio en la voz levantándose de la cama-Ya lo sé todo, y veo por la expresión de tu cara que sabes que lo sé. ¿Vas a seguir mintiéndome ahora?

-No, solo quiero contarte la verdad, y pedirte perdón.

-Ahórrate las dos cosas. No quiero oír ya la verdad, y menos quiero perdonarte.

Se dirige a la puerta de la habitación dispuesto a marcharse cuando Tom le alcanza y le coge del brazo.

-No pienso dejarte salir hasta que hayamos hablado. Mamá me lo ha pedido-le dice Tom haciéndole caer en la cama.

-¿Y que pasa si yo no quiero quedarme? ¿Me vas a pegar como la última vez que no te quise escuchar?

-Pensaba que eso ya estaba olvidado-le dice Tom muy bajito.

Bill ve que se ha pasado, pero eso ya no le importa. Ya no le importa todo lo que tenga que ver con su hermano. Las lágrimas comienzan a bajarle por la cara y siente rabia de llorar siempre sin poder evitarlo.

Tom cae al suelo de rodillas y pone su cabeza en su regazo, llorando él también.

-Por favor, solo quiero que me perdones.-sollozaba contra él.

Bill se queda quieto. No se atreve ni a pasarle la mano por la cabeza para consolarle.

-No puedo hacerlo. Me has hecho mucho daño. Y te odio por eso. No te puedo volver a querer.

-Sé que no lo dices en serio. Lo leí en tu libreta, aunque sé que no debía hacerlo. Sé que en el fondo me sigues queriendo, que nunca dejarás de hacerlo-le suplica agarrándole más fuerte las piernas.

-Pero yo no quiero hacerlo más-le dice Bill llorando más fuerte-Quiero dejar lo nuestro, porque estar contigo me hace daño. No puedo soportar más dolor. Mi corazón no lo puede resistir más.

-Te prometo que nunca más te volveré a hacer daño. Y que siempre me fiaré de tus presentimientos-le dice levantando la cabeza y mirándole con los ojos llenos de lágrimas.

Bill agacha su cabeza y con las manos toma la suya.

-Quiero que hagas lo que te voy a pedir sin preguntar nada.

Tom asiente con la cabeza entre sus manos.

-Quiero que me beses con mucha pasión. Lo necesito. Pero ya no solo eso. Quiero más-le dice muy bajito.

-Haré todo lo que me pidas-le promete Tom.

-Quiero que entres en mí. Me siento muy vacío sin ti, y quiero que me llenes.-le dice mirándole fijamente a los ojos.

-¿Estás seguro de eso?-le pregunta Tom un poco asustado.

-Me has prometido no hacer preguntas. Y ahora haz lo que te he pedido.

Tom se levanta y Bill se echa en la cama. Tom se tumba encima de él y comienza a besarle con mucha pasión. Mientras que sus lenguas se frotan una con otra, las manos de Tom comienzan a desnudar a su hermano y de paso a él mismo.

La pasión va creciendo con cada aliento que se dan en sus bocas y ya no pueden pararse. Tom ya está desnudo del todo y comienza a bajarle el bóxer a su hermano, quien gime en su boca por el deseo de lo que va a venir a continuación.

Sus labios se separan y Tom se le queda mirando como para asegurarse de que no se ha arrepentido. El ya está de sobra preparado, pero si su hermano le dijera ahora que no, no le molestaría en absoluto.

Pero Bill no quiere echarse atrás. Le ha dejado bien claro que quiere sentirle dentro de él y se gira lentamente dándole la espalda.

Tom ocupa su lugar detrás de él, abrazándole la espalda desde atrás.

-Deja que al menos te prepare para esto, te puede doler si no lo estás-le susurra contra su cuello.

-No, hazlo ya-le ruega Bill sin abrir los ojos.

Tom cierra los ojos también y comienza a entrar poco a poco dentro. Nota que le cuesta, pero sabe que le dirá que no si le dice que puede parar, así que sigue adelante. Nota cómo el cuerpo de su hermano se pone tenso, sabe que tiene que estar sufriendo.

Se detiene un momento y abre los ojos para ver que tal está. Ve que está llorando con los ojos cerrados con fuerza.

-No pares, sigue-le dice Bill entre sollozos-No quiero que pares sólo porque esté llorando por el dolor que me causas. Necesito que ahora me causes dolor.

-¿Por qué? ¿Por qué te haces esto?-le dice Tom llorando también.

-Porque sé que después me voy a sentir bien. Quiero recordar que la próxima vez que me hagas daño luego me voy a sentir muy bien.

Tom cierra los ojos y sigue avanzando dentro. Comienza a embestirle suavemente al principio, pero luego ya no nota tanta resistencia y las embestidas se hacen más veloces.

Nota que el cuerpo de su hermano ya no está tenso, está muy relajado. Incluso le oye gemir de placer. Sabe que ya no le está haciendo más daño, que ahora se está sintiendo muy bien.

Y eso es lo que necesita sentir. Abraza más fuerte a su hermano por la espalda y sigue embistiendo hasta que ya no lo puede soportar y con un grito se derrama dentro de él.

Se quedan abrazados con la respiración muy agitada. Cuando es capaz de moverse, Tom sale del cuerpo de su hermano.

Bill se gira en sus brazos y se le queda mirando con los ojos velados por la pasión.

-Muchas gracias por hacerme sentir bien-le susurra casi sin voz.

Tom le pasa un dedo por la mejilla. Ahora está seca.

-Ya no hay lágrimas-le dice con ternura.

-Y nunca más las habrá.

-Te lo prometo.

Tom se acerca a los labios de su hermano y le da un beso muy largo, a la vez que muy tierno.




Bill regresa al apartamento esa misma tarde. Georg y Gustav se alegran mucho de verle, pero no hacen preguntas.

Por la noche descansa otra vez en los brazos de Tom. Sus respiraciones son muy agitadas por lo que acaban de sentir otra vez.

Esta vez ha sido más lento y también más tierno, sin las prisas de la primera vez.

Ahora Tom quería que su hermano disfrutara de verdad, no solo porque lo necesitara, sino también porque lo quería.

Porque le quiere a él de la misma manera que él lo quiere.

Porque ya no quiere estar solo nunca más.
Notas finales: (1): letra de la cancion "Agüita de Abril", de Maria.

(2): letra de la cancion "Idiota", de Nena Daconte.

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