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Pasión Prohibida por chibiichigo

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Notas del capitulo:

Hola!!!!!!!! Bueno, lo iba a actualizar mañana pero mejor hoyxDDDDD espero que les guste. Me sorprendió la buena acogida que tuvo el fic y quiero agradecerles a todos. Hay muchas personas que no dejan review y por eso no sé cómo agradecerles, pero pues para todos aquí (en especial a quienes se tomaron el tiempo de dejarme un comentario) MUCHAS GRACIAS no saben lo que significa para mi que mi primer itasasu haya tenido bue recibimiento. me inspiran a continuar escribiendo de esta pareja ^^.

A lo mejor este capi no les parece tan interesante pero es importante para el resto de la historia. Ah... y el siguiente capi tiene algo que muchas van a disfrutar xDDDDD

 

Siguiendo en el panel de avisos: necesito a una chica que sea extremadamente crítica y buena para los lemon (osea que no le guste cualquier cosa que lea y que implique sexo ¬¬ lo siento si ofendí a alguien, no era la intención) porque tengo un pequeño problema y necesito ayuda ^^ si alguien se interesa me alegraría que me contactara. Mi mail se encuentra en mi perfil, pero psss para no hacer a una buena alma dar la vuelta en vano, aquí lo dejo :

chibiichigo_chibi@hotmail.com

 cualquier otra persona si quiere agregarme será bien recibido xDDD sientanse con la confianza. pero es IMPORTANTE encontrar esa ayudita. Dense cuenta de que tan mala soy para el lemon que ni viendo sensitive pronograph he logrado hacer algo decente (ni empezar formal el lemon xDDDD) bueno no las entretengo más. Si leyeron las notas me da gusto ^^

 

 

 

Itachi daba vueltas en su habitación. Quería creer que todo lo acontecido  no había sido más que un mal sueño, que no había sido tan estúpido para dejarse llevar por el alcohol. Veía la cara enfadada de su hermano gritándole que era un imbécil una y mil veces. Parecía que odiaba el haber sido besado por él, y no lo culpaba. Sasuke no tenía una mente tan retorcida como la suya y de ninguna manera podía haber disfrutado el contacto ejercido. Se sentía sucio… tan patético que tanto las palabras de su hermano como las de Deidara recaían en su cabeza y se repetían a sí mismas  cual eco.  Era un bastardo, un infeliz maldito que había osado besar a su hermano. Y lo más humillante era esa erección que no quería desaparecer y ese placer oculto digno de quien prueba por primera vez lo prohibido.

-¡Deja de pensar tonterías de una vez, maldita sea! –se gritó mientras golpeaba furiosamente la cama, para posteriormente caer sobre ella y prepararse para una noche llena de sueños culpables.

Al despertar, seguía odiándose, posiblemente con más intensidad debido a la falta de alcohol en el cuerpo. La cabeza iba a estallarle y sentía la boca reseca.

“Gracias a Dios es sábado” pensó mientras miraba el reloj. En verdad, por primera vez en años, deseaba no tener que ver a Sasuke en todo el día, y de ser posible por el resto del año. Temía a su reacción o a que pensara que era un pervertido o un depravado sexual.

Suspiró. Esos pensamientos no lo dejarían tranquilo.

Se metió a la regadera, intentando solucionar el embrollo en el que se había metido. Debía hablar con su hermano e inventar cualquier clase de escusa estúpida de “el alcohol es el culpable de que te haya besado. Espero que no te moleste.” Sabía que Sasuke igual sentiría una especie de rencor hacia él, pero era mejor que tuviera un berrinche por dos semanas a que supiera la terrible verdad. ¿Cómo decirle que estaba enamorado de él?

Salió dispuesto a olvidarlo todo y rogando porque el menor hubiera salido o se encontrara todavía instalado en su habitación con una resaca terrible e incapaz de salir por lo menos hasta que él hubiera salido de casa.

Sin embargo, al entrar a la cocina lo primero que observó fue el cabello negro de su hermano y una enorme taza que cubría su cara casi por completo. No pudo evitar pensar que se veía lindo, pero al mismo tiempo le entró la necesidad de salir corriendo y conducir hasta la otra punta de Japón.

-Hola…- lo saludó un poco animado Sasuke, con un tono de recién haber despertado. Se llevó las manos a la sien y volteó un poco la cabeza en dirección a la ventana.

-Hola- involuntariamente el mayor miró al piso. No se sentía emocionalmente preparado para encarar las consecuencias inmediatas de lo que había pasado la noche anterior. Para su alivio parecía que su hermano estaba demasiado ebrio como para recordarlo, o bien, deseaba al igual que él dejar pasar el “evento” acaecido.

-Me está estallando la cabeza- ese comentario pareció devolverle el tono desenfadado a la recién iniciada conversación. Parecía que los dos hacían un esfuerzo por restarle importancia al haberse besado.

-Sí, a mí también. Creo que hay pastillas en el cajón.- dijo acercándose un poco a su hermano para abrir la gaveta. Sasuke rehuyó un poco su contacto, haciendo una mueca que el mayor intuyó como asco.  Se retiró inmediatamente, tan brusco que tiró unos cubiertos que estaban a su espalda. El estruendo causado fue terrible para ambos chicos, cuya resaca estaba haciendo estragos.

-¡Carajo Itachi! Fíjate por dónde vas.- Sasuke se agarraba fuertemente la cabeza y lo veía con fiereza.

-Lo siento…

-Sí, lo mismo dijiste anoche después de besarme- dijo el más bajo mordaz y sarcástico, sin saber exactamente por qué. No pasó mucho antes de que deseara no haber dicho nada, haberse mordido la lengua. Itachi simplemente lo miró dolido y salió de la casa, dejándolo completamente solo.

Se sentía terrible por haberle dicho eso al de la coleta. A veces se odiaba por no poder medir el impacto de sus palabras. Con tan solo recordar la cara que había puesto con la mención del hecho, con ese arrepentimiento que sentía por haberlo besado, sentía que el corazón se le partía en pedazos. Estaba débil y le dolía el pecho. Se encontraba exhausto de tantas emociones juntas.

Por primera vez, en esa cocina y al escuchar al mayor salir de la casa a toda prisa y evidentemente contrariado se atrevió a aceptar que no quería estar solo. Necesitaba de alguien. No, de alguien no. Necesitaba a su hermano.

Se sentó unos momentos y miró la televisión. No comprendía que era lo que estaban diciendo las personas en el programa que veía, así que pronto se sintió aburrido y la apagó. Sabía que necesitaba alguien con quien charlar, pero a la vez no quería tener que verse sujeto a los juicios de otra persona. Necesitaba un amigo…

Tomó su celular, dispuesto a hablar con la única persona que sabía incapaz de juzgarlo en nada, y aún así tenía miedo.

-Hummm…- fue toda respuesta que obtuvo. Como era de esperarse, Gaara seguía dormido.

-Necesito verte.- el Uchiha siempre había sido de pocas palabras, y prácticamente incapaz de hacer una petición que no sonara como orden.

-Uujummm…

-Despiértate holgazán y escúchame- exigió, sin embargo era en vano. Colgó y se dirigió a casa de su amigo, localizada a una calle de la suya.

 

 

Llevaba poco más de una hora dando vueltas en su auto por la ciudad, sin saber exactamente a dónde ir.  Estaba muy confundido por los cambios tan abruptos de su hermano. Primero feliz y luego recalcándole que lo que había hecho no estaba bien. No sabía si estaba enfadado consigo mismo o si se trataba exclusivamente del remordimiento posterior a lo que podría considerarse un delito federal. No únicamente por ser su hermano y tratarse de incesto, sino por ser su hermano y ser un menor de edad. Básicamente podría enfrentarse con cargos por abuso y corrupción de menores.

Meneó la cabeza. Estaba divagando. Su hermano, por impulsivo que fuera en ocasiones no presentaría cargos por besarlo mientras estaba ebrio. Luego, recordó el segundo beso, después de la crisis existencial que había sufrido de pronto. Había sido Sasuke quien lo había besado a él. No sabía el motivo pero eso solamente ampliaba un poco ese resquemor a estar haciendo las cosas terriblemente mal.

Siguió conduciendo. Quería salir de la ciudad. Alejarse de ese fantasma que ahora poco a poco se cernía sobre él.

 

 

-Hola Sasuke- saludó la hermana mayor de Gaara, Temari, alegremente. Al joven Uchiha siempre le había parecido simpática e incluso hermosa, aunque le llamaba la atención y en ocasiones lo perturbaba la extraña capacidad de la chica para sonreír y pensar que todo era feliz y perfecto por el mero hecho de que el Sol salía.

-Ehmm… hola.- respondió tímidamente mientras se adentraba a la casa. Temari lo tomó por el hombro, como si de su hermano adoptivo se tratara y le indicó con un tono de complicidad, digno de quien está cometiendo alguna travesura infantil, que Gaara se encontraba todavía dormido. Que si entraba y lo despertaba seguramente se molestaría un poco.

 Sasuke bufó discretamente. En verdad no comprendía cómo esa chica asumía que su hermano era un tierno angelito. La realidad, que el moreno se había abstenido varias veces de gritarle, era que el pelirrojo no era ningún santo que mereciera ser canonizado y que posiblemente él a sus dieciséis años hubiera tenido más parejas o “one-night-stands” que ella a sus veinte.

Siguió a la rubia a la cocina en silencio, escuchándola entablar un monólogo que estaba dirigido a él acerca de no sabía qué cosa, y de pronto se vio en su desayunador. Suspiró con fastidio mientras notaba que Kankuro entraba en compañía de otra persona. Tenía el cabello rojo, así que a los ojos de Sasuke no podía tratarse más que del menor de los hermanos Sabaku. Se disponía a saludarlos cuando notó que el acompañante no correspondía con su amigo, y a eso se aunó el gesto ceñudo y maternal de Temari.

-Hola Sasori- saludó fingiendo normalidad y luego se dirigió a su hermano con tono de reprimenda- ¿Sabes qué clase de ejemplo le estás dando a Gaara?

-¡Ayy Temari! No empieces otra vez con lo mismo.- Kankuro la miró con hartazgo y estrechó la mano de Sasuke, cambiando rápidamente su tono- Sasuke Uchiha, el hermano menor de Itachi y el mejor amigo de mi hermano- evidentemente se dirigía al sujeto parado tras de él puesto que habría resultado tonto que la presentación fuese para alguien más- y Sasori Akasuna, estudiante de escultura, heredero de la juguetería Akatsuki y mi novio.

-Ahh…tanto gusto- la expresión de Sasuke no cambiaba para nada. Por fin conocía al heredero del hombre con quien su padre hacía importantes negocios, y además resultaba ser pareja del hermano de su mejor amigo. Pero fuera de eso le resultaba completamente indiferente si se trataba de una estrella de rock o del príncipe de algún país lejano.

-Igualmente- el otro tampoco era particularmente expresivo.

-Sasuke… por favor dile a Temari con cuántas personas se ha revolcado mi hermano.  Todavía se imagina en Gaara al niño prodigio que se mantendrá virgen hasta el matrimonio- el castaño estaba entre jugando y hablando enserio para hacer rabiar a su hermana. El azabache sintió como su cara iba subiendo de tono y se disponía a contestar que él prefería no comentar cuando escuchó una profunda voz detrás de él.

-Dudo que Sasuke sepa. No le cuento de todas y cada una de las personas con que me acuesto. Es más, ni yo llevo la cuenta.- se acercó y miró a su hermana, que lo contemplaba como si le hubiera jugado una broma cómplice de Kankuro.

-Vamos Gaara, no seas infantil. Sasuke vino a verte…- sonreía más que nunca. Podría decirse que era la versión humana del Gato de Chesire de Alicia en el País de las Maravillas.

-Sí, ya vi.- dijo saludando con la mano a todos e indicándole a su amigo que lo siguiera.

Salieron de la cocina y se dirigieron a la habitación del menor de los Sabaku, donde el pelirrojo envió a Sasuke directo al grano.

-¿Qué te trae por aquí?- preguntó con cierto aire de misticismo sobreactuado parecido al de los comerciales. En una situación normal el moreno lo hubiera encontrado divertido, pero en ese momento le entraban ganas de golpearlo. Descubría que su amigo no sabía distinguir una situación tan apremiante como era aquella de alguna nimiedad.

-Tengo un problema y necesito alguien para charlar.- dijo exasperado. La expresión de Gaara volvió a ser seria.

-¿Qué clase de problema? En lo que pueda te voy a ayudar…

-Mira, me enamoré perdidamente de alguien a quien no debería querer. El otro día tuvimos un encuentro- movió un poco las manos- cercano.

-No encuentro problema en eso- Gaara tomó su almohada y la abrazó como si fuera a dormir de nuevo.- A excepción de la frase “enamorado perdidamente”. Suena muy mal.

-Si te callas y me dejas contarte posiblemente lo comprendas.- una mirada punzante arremetió contra él, indicándole que le dijera rápido- después de eso actuó como si nada e incluso se enfadó conmigo… ya no encuentro qué hacer y me frustra porque sé que no debería querer estar a su lado.

-¿Hombre o mujer?                                                                                                                                                    

-Eso es irrelevante.

-Sí, en verdad lo es, pero tenía curiosidad- se incorporó de nuevo- Mira, mi querido amigo Uchiha del mal, hay muchas más personas. No le des importancia a alguien y vete con el siguiente que quiera estar en tu cama.

Sasuke rodó los ojos. Para Gaara todo se reducía a tirar a las personas cuando decidía que no le provocaban ningún bienestar y, en honor a la verdad, él hacía exactamente lo mismo y no le angustiaba en lo más mínimo, pero no podía hacerle eso a Itachi.

-Esta persona es diferente a los demás.- fue su parca explicación.

-Entonces demuéstraselo. Háblale claro y si no lo entiende tortúralo, mándalo golpear o amenázalo para que esté a tu lado. Personalmente creo que nadie vale tanto esfuerzo pero haz lo que quieras, eso es algo fuera de mi entendimiento.

-Claro que no entiendes. ¿Cómo lo harías si al único ser que amas verdaderamente es a ti?- Gaara fingió estar dolido ante esa declaración de su amigo, pero después continuó como si no hubiera pasado nada.

-Bueno, es que los demás son prescindibles. Mientras los pueda tener en mi cama y hacer que reconozcan mi existencia todo estará bien. Además ¿Qué tú no eres igual a mí? Estás consagrado a un desconocido pero te metes con cualquier cosa que se cruce en tu camino, ya sea hombre, mujer o ser vivo.- una  risilla burlona se dibujó en sus labios. El Uchiha le dio u suave puñetazo y rebatió.

-Por lo menos yo tengo a alguien…

-Entonces eres peor que yo. – se encogió de hombros y se levantó para mirarse en el espejo. Continuó con más tranquilidad- porque teniéndolo sigues haciendo las mismas cosas.  Pero eres especial y por eso valdría la pena estar con alguien como tú.

-Lo mismo digo.- sonrió con suficiencia. Sabía que esas esporádicas muestras de afecto por parte de Gaara únicamente reflejaban la gran amistad que sentía.

Salió de la casa de los Sabaku ahora con la certeza de qué era lo que debía hacer. Sin embargo tenía la sensación de que lo único que había dicho Gaara era lo que él sabía pero no se atrevía a aceptar. Se dirigió a casa. Iba a esperar a que su hermano llegara, claro, si es que llegaba esa noche a la casa. Estaba decidido a cometer una locura. Se sentía como el suicida que decide hacerlo pese a entender que le pondrá fin a la, por muy miserable que parezca, única existencia que conoce.

Y se sentó a esperar.

Por cada minuto que corría, mil pensamientos se agolpaban en su cabeza. Dudaba si sería bueno o conveniente lo que haría. Ya  no se interesaba por si sería correcto, sabía de maravilla que no, pero no tenía nada que perder. Finalmente, como recordaba cada vez que quería apaciguar un poco su alma y dejar de lado los retenes morales y sociales, su familia estaba cubierta por mierda hasta el cuello y seguían viviendo en esa perfección fingida para acallar al mundo.

Sintió que los parpados le pesaban cada vez más, y por más que intentaba resistirse no podía. Se dejó vencer ante el sueño, dormitando únicamente en espera de que el mayor volviera a casa.

Escuchó pasos en la escalera y abrió los ojos, recobrando la energía que sentía perdida minutos antes. Salió de su habitación para encontrarse con esos penetrantes ojos oscuros que seguían rehuyéndolo. No supo el porqué pero sintió una furia indescriptible en su interior. Quería golpearlo por no mirarlo.

-Ya llegaste…- dijo demandantemente a manera de saludo. Itachi asintió e hizo el ademán de seguir caminando. -¿Que no piensas saludarme o qué?

-Ahmm… lo siento Sasuke, hola. – se escuchaba desganado. Siguió adelantándose para entrar en su alcoba y rehuir los ojos de su hermano menor, que lo miraban acusadores.

-No me des la espalda cuando te hablo- espetó, jalándolo por el hombro y haciendo que girara y quedara frente a él.

-¿Cuál es tu problema?- gruñó Itachi molesto. No comprendía esa actitud tan altanera y ácida que tenía su hermano. ¿Que no comprendía que lo que deseaba era simplemente alejarse de él unos momentos?  Quería dejar pasar lo del beso y volver a esa relativa calma y normalidad familiar que habían tenido hasta hacía menos de veinticuatro horas.

-Tú, tú eres mi problema- gritó furioso. ¿Por qué su hermano se empeñaba en ignorarlo? Se acercó rápidamente y tomándolo por la nuca lo besó. La lengua de Sasuke intentaba colarse por los labios de su hermano sin lograrlo. Itachi no reaccionaba. Y después de lo que pudieron ser segundos u horas, lo separó con un empujón.

-¿Qué fue eso?- exigió saber, casi a gritos. No sabía que sentir en esos momentos. Lo habían tomado completamente desprevenido.

-Un beso- Sasuke limpiaba un poco su boca, sosteniendo la mirada retadora en el primogénito de la familia.- Así, sin alcohol para que pruebes lo que soy capaz de hacer.

-¿Por qué me besaste?- estaba comenzando a excitarse ante ese arranque tan inesperado por parte de su hermano, y no podía negar que le había encantado por mucho que fuera un arrebato, pero necesitaba saber. Era casi una súplica.

-¡Porque te quiero! No me importa que tú a mí me odies por esto, pero quería que lo supieras. Te quiero Itachi… ¡maldita sea!- eso sonaba casi como el éxtasis auditivo para el mayor, pero no podía dejar de pensar que las palabras de su hermano sonaban más a un berrinche que a algo real. Se acercó y sereno le preguntó

-¿Es cierto?- el menor simplemente asintió, notando como toda esa rabia se alejaba tan pronto como se había hecho presente. Itachi lo envolvió entre sus brazos. Quería que ese momento durara para siempre.- Yo…yo también te quiero Sasuke, es sólo que esto no es correcto.- podía presentir que la tormenta llegaría, sin embargo otra sorpresa lo embargó. El pequeño lo abrazaba también a él y repetía, casi en las lágrimas.

-Yo también lo sé…

Se miraron unos momentos, sabiendo que pisaban terreno peligroso, pero decididos a afrontar lo que ocurriera.

 

Notas finales:

¨* Alicia en el país de las maravillas es una obra realizada por Lewis Carrol en 1985 y que contiene alusiones astíricas al sistema político, educativo y social inglés de la época. (referencia: wikipedia)

 

 

 

 

xDDD iba a poner esto arriba pero de verdad verdad no quería interrumpirles (más) la lectura xDDDD esto es para junjou midori chan y creo que tmbn para verito uchiha ^^ porque sus reviews no salieron e la parte de "respuesta de autor" debido a que la página no tiene simpatía por mi persona xDDDDD pero prometo subirles pronto las respuestas ya sea en review o en la parte de aqui abajo más al ratito ^^ ustedes disculparán que no lo haga ahora (ni contestar los reviews pendientes tampoco) pero no he ni comenzado mi tarea xDDDD kissus


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