-¿Tetsu? ¿Tetsu? ¿Qué ocurre? ¡Ey! ¿Me escuchas?- se puso de pie y solo fue cuestión de segundos para que todo ocurriera, la alarma sonó y sus compañeros del turno matutino se deslizaban con agilidad por los tubos y corrían a los camiones. Taiga ni lo dudo, tomo uno de los uniformes que estaban colgados en el estacionamiento y se subió a uno de los camiones.
-¿Kagami? ¿¡Que crees que haces!? Tu turno ha acabado ¡lárgate! – pero el pelirrojo, con mirada fiera hacia el encargado de la mañana le desafío a bajarlo. –El siniestro es en la calle 10 ¿verdad?- el líder asintió mientras se subía a la misma unidad e indicaba que todos salieran a su destino.
-¿Cómo lo sabes?- el tigre con el semblante lleno de preocupación termino de ajustarse el uniforme. –recibí una llamada de Tetsu… creo que escuche el incendio…-
La primera intención del líder era dejar que el pelirrojo lo acompañara y botarlo por ahí en algún lugar cerca del camino pero tras escuchar aquello supo que así fuera corriendo el tigre les alcanzaría para apoyar en ese accidente, después de todo… si su pareja estaba en peligro no habría fuerza alguna que lograra detenerlo.
Cuando llegaron todas las unidades Taiga sintió con verdadero terror que el estomago se le oprimía en un doloroso nudo ¡aquello era el infierno! El lindo edificio que consistía en el kindergarten, el lugar de trabajo de su esposo ahora era totalmente consumido por el fuego, sus compañeros ya estaban batallando con las llamas mientras el líder se acercaba a la directora del colegio, con ansias Kagami busco por todo alrededor a su esposo.
-¿Cuántas personas quedan adentro?- cuestiono el líder a la histérica mujer mientras los demás seguían atacando con las mangueras, el pelirrojo al no ver a su esposo se acerco a ellos.
-falta uno de mis profesores y un alumno… ya los conté…- al pelirrojo casi se le caían los huevos ¿Por qué? ¿¡Por que de todos los lugares de la ciudad precisamente la escuela donde laboraba su pareja se tenia que incendiar!? ¿¡Por que de todas las personas de la ciudad justamente su esposo tenia que estar en medio de un incendio!? Hizo un esfuerzo sobrehumano para no empezar a gritar con impotencia, corrió al camión, cogio una de las mascarillas con aporte de oxigeno, un hacha, se coloco el casco y con paso decidido entro al infierno que era aquel edificio. Sabia donde era el salón de su amante, sabiéndose apoyado por sus compañeros comenzó a avanzar hacia donde seguramente estaba su peliazul, tenia que darse prisa… rápido… rápido…
Después de los 5 minutos más horribles de búsqueda en aquel mar de fuego el pelirrojo encontró a su esposo debajo de un escritorio protegiendo con su cuerpo a un pequeño que sollozaba con pánico mientras se cubría su boca con un paño húmedo. Kuroko estaba inconciente y noto que de su sien manaba sangre de manera alarmante, al parecer ninguno de los dos tenia quemaduras, tomo la mascarilla que le aportaba oxigeno y se la coloco en la boca a su esposo al tiempo que verificaba su pulso, bendito Dios ¡estaba vivo! Contó un par de segundos y permitió que el niño inhalara oxigeno, en ese escaso tiempo su propia garganta estaba comenzando a arder, tendría que sacar a los dos rápidamente, le dio la mascarilla al infante y coloco el paño húmedo en la boca de su esposo, les acomodo a los dos y sin dificultad alguna los levanto en sus brazos, ahora agradecía mas que nada en el mundo que su peliazul no fuera delgado.
El camino de regreso era igual de arduo, sus compañeros trataban de extinguir el fuego pero este no se amedrentaba ante nada, fue hasta casi llegar a la entrada que uno de sus colegas le miro y fue a apoyarle para facilitarle la carga, cuando estuvieron su esposo y el niño en la ambulancia pudo calmarse un poco, tan solo un poco, la exposición al humo había sido bastante, el mismo se encontraba mareado, tosía desesperadamente en busca de aire puro, no se negó a la mascarilla que le ofrecieron, los paramédicos atendían a su marido de manera rápida, inyectando el antídoto por envenenamiento, aportando oxigeno, instalándole una intravenosa, colocándole los electrodos en el pecho ahora descubierto.
Su Tetsuya tosió fuertemente escupiendo negro, demostrando que sus vías aéreas habían sido severamente lastimadas, los paramédicos ni dudaron en iniciar la intubación, fue hasta que sintió un gran escozor en uno de sus brazos que se permitió regresar a la terrible realidad que le rodeaba, la ambulancia se encontraba en marcha directo al hospital y un paramédico mas estaba iniciándole unas curaciones básicas en las quemaduras que tenia en brazos y espalda.
-¿le duele alguna otra parte señor?- el paramédico le miraba con atención mientras buscaba alguna otra quemadura, Kagami negó con la cabeza y se retiro la mascarilla del rostro.
Si... aun que en ese momento lo hubiera negado había una parte de su ser que le dolía inhumanamente… su corazón… su corazón gritaba con terror y furia y pánico y todos los sentimientos negativos inimaginables al ver a su ser mas amado ahí, en la camilla, intubado, pálido, lleno de hollín e inconciente.
Cuando llegaron al hospital suspiro con algo de alivio al ver que era el mismo en el que trabajaba aquel sujeto raro maniático de los horóscopos, pese a que le dolía admitirlo no podía negar que el tipo era uno de los mejores médicos de la zona, camino en todo momento a lado de la camilla en la que transportaban a su esposo y solo hasta que llegaron al área de urgencias y le negaron el acceso se percato que Midorima ya estaba ahí junto a el.
-cuanto tiempo- comento el peliverde con tono calmo mientras se acomodaba los anteojos para leer el reporte de los paramédicos.
Una enfermera se acerco y Midorima dio un par de indicaciones.
-ve con ella, te podrás dar un baño y te harán unas curaciones, Kuroko esta estable según el reporte, iré a verlo y en cuanto este seguro lo instalaremos en una habitación para que puedas permanecer con el.
Renuente a alejarse del área de urgencias miro al medico y este con los ojos le repitió la orden, era muy difícil negarse a una orden no verbal del peliverde, así que siguió a la enfermera y tras darse una ducha rápida le curaron y vendaron las quemaduras que tenia y que para ser sincero ni se había percatado que se había echo.
Cerca de las 9 de la noche un vaso de café apareció en su campo de visión, al levantar la vista se encontró con la mirada dorada y la azul de Kise y Aomine, ambos se veían cansados y con verdadera preocupación, incluso Kise tenia rezago de lagrimas en los ojos.
-¿Cómo estas?- cuestiono el rubio en voz baja y temeroso mientras se sentaba a un lado de el y le tendía nuevamente el vaso de café. Kagami lo cogio y se quedo embelezado en la bebida.
-creo que bien… - tenia el brazo con el que había abrazado a Tetsu con quemaduras de incluso segundo grado y la venda lo único que provocaba era que se viera incluso mas alarmante.
-¿y Kurokochi?- las manos del pelirrojo se tensaron una milésima de segundos. –mejor, Midorima ha dicho que la intoxicación fue minima, el problema real fueron las quemaduras en las vías respiratorias, estará intubado y en coma inducido uno o dos días mas… en un par de horas lo llevaran a una habitación a el solo-
Sus dos ex rivales de juego suspiraron con alivio.
-solo se puede quedar un familiar en la habitación durante la noche- informo la enfermera a los 3 amigos que habían permanecido ahí hasta la media noche. –las visitas son durante el turno vespertino de 16 a 20 horas y solo puede entrar una persona mas a la habitación, por única ocasión los dejaremos entrar para que vean a su amigo y mañana sin problema pueden entrar.
La mujer guío a los 3 a la nueva habitación de Kuroko y una vez le vieron en su cama la pareja se despidió renuentemente.
-deberías dormir un poco- comento el peliverde una vez hubiera regresado del estacionamiento tras acompañar a sus excompañeros de juego. Kagami le miro furibundo directamente a los ojos ¿dormir un poco? ¿Cómo se atrevía a pedirle semejante barbaridad?
-están bien no te preocupes, le inducimos a coma para asegurarnos que pueda ventilar por si solo sin problema en cuanto despierte, además de esta manera dejaremos que las quemaduras de sus vías respiratoria sanen mas rápido y las toxinas del humo se eliminen en su totalidad, no te preocupes, ni el ni el bebe corren peligro-
Kagami en ese momento tuvo la certeza que de no haber estado sentado aun lado de la cama de su esposo se hubiera caído al suelo.
-¿el… bebe?- murmuro con los ojos abiertos como platos y tartamudeando estúpidamente
-OH valla… ¿no lo sabias? Kuroko tiene 3 meses de embarazo, ninguno de los dos sufrió intoxicación grave, incluso el bebe tiene frecuencias normales, supongo que te e arruinado la sorpresa.
Si antes no podía conciliar el sueño ¡ahora menos! Un bebe… su Kuroko estaba esperando un bebe… su bebe… sonrío con lagrimas en los ojos mientras cogia con dulzura la mano de su esposo y la besaba con labios temblorosos, dos días… en dos días esos ojos azules volverían a abrirse y podrían hablar libremente.