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How To Save A Life por Sabaku No Ferchis

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Notas del capitulo:

¡Holita....!

Ya, lo siento por tardarme tanto, pero aquí les traigo la conti recien salida del horno xDD

 

Muchas, muchisisisimas gracias por sus hermosos reviews :3 que los atesoro tanto y los guardo en mi cajita de cosas preciadas *U* Jaja, ok no, estoy loca.

 

Bueno, este capi es, como su nombre lo dice, una experimentación entre Sasuke y Gaara xDD En otras palabras, puro sexo ¬w¬

 

Asi que disfruten :3

 

Advertencias: Lemmon. Mucho, mucho lemmon xD

Capítulo 8

 

 

Experimentación.

 



El tenue brillo de la luna se colaba por su ventana y traspasaba las delicadas sábanas, siendo captado por sus ojos aguamarina que se mantenían entrecerrados, con un pequeño brillo dentro de ellos. Abandonó un suspiro, uno suave, nervioso; que hizo un increíble contraste con el color rosado que adornaba sus mejillas. Su cuerpo tembló ligeramente debido al frío, y él se maldijo por no haberse puesto un pijama. De todas maneras, no tenía la intención de levantarse. Así estaba bien, se sentía relajado debajo de las sábanas, como si estuviera recostado en una gran nube esponjosa.

 


Hacía mucho ya que no estaba con esa tranquilidad, y el silencio armonioso que reinaba su habitación le traía un poco de paz -que cabe decir, no había sentido en mucho tiempo-, misma que lo hizo cerrar lentamente los ojos para dejarse llevar por un sueño profundo.

 


Pero eso no pasó.

 


Sintió la delgada tela deslizarse por su torso desnudo y él dio un saltito, ladeando rápidamente el rostro a un costado y provocando que sus pupilas se toparan con unas del color de la noche. Unos colores furiosos treparon por el rostro del pelirrojo y lo obligaron a romper el contacto para volver a hundir el rostro entre las sábanas. Sintió los latidos de su corazón presionar sonoramente contra su pecho y tuvo miedo de que el otro los escuchara, así que comenzó a respirar hondamente, tratando de calmarse mientras sus ojos se mantenían cerrados.

 



Pero el otro, simplemente arrancó las sabanas de su cuerpo, haciendo que el pelirrojo se sobresaltara.

 



Las manos morenas rozaron el cuerpecito pálido y en un movimiento rápido, el azabache se echó en la cama, atrapando en el acto al más pequeño.

 



—Gaara...— susurró el nombre del pelirrojo mientras sus manos aferraban el cuerpo del susodicho al suyo.

 



Sasuke acomodó su rostro en el hombro del otro y aspiró su aroma, provocando así -y de manera graciosa- que algunos cabellos rojizos acabaran dentro de su nariz. Sacudió la cabeza y luego sonrió al escuchar un ligero gemido por parte del taheño.

 


— ¿Qué quieres?— sus palabras entre cortadas y forzadamente indiferentes sólo provocaron que el Uchiha ensanchara su sonrisa y soltara una apenas audible risita.

 



—Te quiero a ti— contestó sin más.

 



Acto seguido, se acomodó entre las piernas del pelirrojo, y sintió una corriente eléctrica descargar contra su corazón cuando se dio cuenta de que Gaara estaba desnudo.

 



El pelirrojo lo miraba de una forma interesante; aunque las luces estuvieran apagadas, él podía verlo claramente. Sus ojos turquesa se mantenían sobre él con una expresión nula, pero un color rojo pasión tenía bañado el rostro del chico. Sasuke pensó que Gaara no podía ser más hermoso.

 


Por su parte, el pelirrojo trataba de no hacer tan notorio su sonrojo, pero no se podía negar que había estado esperando impacientemente por tener un momento a solas con Sasuke.

 


Aunque no consideró la idea de que el mismo pelinegro fuera quien diera el primer paso, en su interior estaba feliz que así fuera, porque lo que quería era verlo, sólo eso. Desde aquella noche dónde por fin se rindió ante sus sentimientos, se dio cuenta de que quería verlo para siempre... Ahí, junto a él; verlo despertar, verlo reír, verlo cuando él lo miraba. Claro que se sentía como un marica cuando pensaba así, pero realmente le había restado importancia. Mandó todo su orgullo a la mierda por sus estúpidos sentimientos.

 



Odió los dos días de espera. No pudo ver al Uchiha porque el moreno tuvo que marcharse a la competencia de natación de la escuela, y Gaara se había quedado impaciente -más que de costumbre- porque la verdad era que seguían siendo "nada" Aquella noche, no hubo ninguna declaración ni propuesta que firmara una relación sentimental entre ellos. Sólo se besaron bastante, tanto como sus lenguas se lo permitieron, se acariciaron y, finalmente, acabaron dormidos, con Gaara abrazado posesivamente al pecho de Sasuke.

 


Y bueno, ahora que Gaara lo tenía frente a él, mirándole con sus ojos profundos, podría preguntarle. Era algo tan sencillo, pero se requería un gran esfuerzo por parte del pelirrojo preguntar si ellos dos eran algo más.

 



Tan sumido estaba en sus pensamientos, que no se dio cuenta de que su lengua estaba metida dentro de la boca de Sasuke, degustando su sabor y bailando con la lengua ajena. Tenía los ojos entrecerrados y el rostro le estaba ardiendo. Mientras, sus manos, recorrían hambrientas la espalda del pelinegro, provocando que el otro soltara gemidos dentro del beso.

 



Aquel contacto estaba haciendo que Gaara perdiera la cabeza -en otro sentido- y se sentía lleno de placer y calor... Pero quería más, esa euforia le exigía más.

 


Así que colocó sus manos en el pecho de Sasuke y lo separó de él, obligando al mayor a quedar sentado sobre su cuerpo. El azabache lo miró extrañado, pero pronto se sorprendió al ver como las pequeñas manitas bajaban hasta sus caderas temblorosamente, para luego subir la tela que cubría el cuerpo de Sasuke. Sonrió en el momento en el que Gaara se mordió el labio, nervioso. Él sintió un enloquecedor deseo de abalanzarse sobre el pelirrojo cuando su camisa cayó al piso.

 



— Así que sí puedes moverte— dijo divertidamente mientras se dejaba caer en Gaara —. Pensé que tendría que hacer todo el trabajo yo solo.

 



— Cállate— gruñó el pelirrojo moviendo el rostro a un costado para ocultar su nuevo sonrojo. Sasuke rió para sus adentros. A veces el pelirrojo podía ser bastante orgulloso; pero esa era una de las cosas que más le gustaban de él.

 



Se volvieron a besar. Esta vez fue un beso diferente, lleno de deseo y desesperación, salpicado con lujuria y pasión. Gaara se sorprendía de sí mismo; esa era la primera vez que experimentaba sexualmente con alguien, y realmente sentía que lo estaba haciendo bien. ¡Claro! Los gemidos de Sasuke se lo dejaron muy en claro.

 



Y es que había comenzado a masajear el miembro duro del azabache, moviendo su mano de un lado al otro para que Sasuke emitiera los sonidos que a él tanto le gustaban. Lo volvió a separar de él y desabrochó los pantalones del Uchiha, ahora un poco más ansioso y con el ceño fruncido porque el estúpido cierre no bajaba.

 



Sasuke sonrió maliciosamente y lo ayudó, deshaciéndose de su bóxer también y lanzándolos a donde había llegado a parar su camisa.

 



Los cuerpos se unieron de nueva cuenta. No está de más decir que se rozaban con una fricción deliciosa, encendiendo una llama ardiente que calentó los cuerpos de ambos. Sus miembros no podían estar más duros, pues ¡Que placer del que gozaban al restregarse uno contra el otro! Haciendo que rogaran atención mientras el pre semen de ambos comenzaba a aparecerse en la punta.

 



Gaara apartó a Sasuke (¡Otra vez!) y una mirada por de más erótica sacudió sus ojos. Bueno, es que el miembro del azabache estaba parado, casi rozando su abdomen; y el líquido blanquecino resbalar por todo el contorno, provocó que Gaara se mordiera sensualmente el labio inferior mientras se acercaba a esa deliciosa escena. Sus manitas tomaron las caderas del Uchiha, quien dio un salto por la atrevida acción (pues bueno, él no se esperaba eso de Gaara) Y Sasuke cerró los ojos tanto, que sintió como si sus párpados se quebraban en el acto. Gaara dio una pequeña lamida en la punta, llevándose un poco del pre semen a su boca y tragándoselo. Pasó unos segundos saboreándolo (pues era la primera vez que hacía algo como eso) y después regresó su lengua al pene de Sasuke. Este empezó a gemir placenteramente, también despacio, como si quisiera reprimir aquellos sonidos.

 


De todas formas, su intento no le servía de mucho, pues los movimientos que hacía la lengua de Gaara ahí abajo eran demasiado sabrosos, que, cabe decir, parecían ser movimientos de un experto. Porque su lengua subía y bajaba, probaba la textura y hacía pequeños círculos alrededor, como si se tratara del dulce más delicioso que pudiera probar. Finalmente, Gaara terminó por metérselo por completo a la boca, sintiendo que casi se ahogaba, pero terminó hundiendo en un mar de placer y euforia al de cabellos pétreos. Sasuke, sumido en el placer, tomó al pelirrojo por los cabellos y lo obligó ir más rápido. Escuchaba los sonidos que hacía la boca de Gaara al meter y sacar su miembro, como si fuera una cremosa paleta helada en media primavera; eso simplemente lo enloquecía.

 



Los gemidos de Sasuke estaban combinados con suspiros y susurros con el nombre del pelirrojo como título. Su rostro estaba ardiendo intensamente, provocando que unas finas gotas de sudor aparecieran en su piel morena, y, el último y más potente gemido que su garganta pudo expulsar, fue acompañado por la eyaculación. Gaara sintió el cálido líquido recorrer su boca y cerró los ojos mientras se lo tragaba.

 



Simplemente, delicioso...

 


Dejó el flácido miembro resbalar por su boca y le echó a Sasuke una mirada llena de cansancio. ¿Pero qué pretendía mirándolo de esa manera? Con los brillantes ojos entrecerrados y la comisura de sus labios escurriendo un poco de la esencia del otro. Sasuke nunca había visto una imagen tan erótica como la que se mostraba ante sus ojos y, realmente no le importaba si el pelirrojo se sentía cansado, ¡No! Él aun no tenía suficiente.

 



Volteó a Gaara haciéndolo quedar cara a cara con la cama y separó sus nalgas desesperadamente. No podía esperar más, realmente no. La entrada rosita y estrecha de Gaara era tan tentadora...  Quería sentir esas paredes presionar contra su miembro y llevarlo a un clímax inolvidable... Tenía que penetrarlo... ¡Ya!

 


Él mismo lamió la entrada del menor, y estaba seguro de que Gaara tenía los ojos cerrados con fuerza, esforzándose por no gemir. Sonrió cuando sintió su dedo en el interior de Gaara. Primero, comenzó a hacer movimientos circulares, pero después, terminó por simular pequeñas embestidas...

 



¡Bien! Ya fue demasiado de juegos de niños; él necesitaba penetrarlo, sólo eso.

 



— ¡Ahhgg! ¡Mierda! E-eso duele— masculló el menor entre gemidos, encerrando parte de las sábanas en sus puños.

 


—Mmghh, sólo acostúmbrate, ¿Quieres?

 



— E-eso hago, idiota.

 



Que estuvieran teniendo sexo no significaba que dejarían de lado su actitud impaciente y arrogante...

 


Al final, una oleada de placer surcó a Sasuke cuando sintió su pene derramarse deliciosamente dentro del cuerpo del menor; y emitió un gemido tan potente, que hasta tuvo miedo que alguien allá afuera lo hubiera escuchado.

 


Gaara también gritó al sentir el líquido caliente recorrer su interior salvajemente. Arqueó la espalda en un ángulo imposible y una blancura intensa coloreó sus ojos.

 



Pasión. Eso era lo que creía que era…

 



Pero cuando Sasuke abandonó su interior, él seguía viendo todo blanco.

 



¿Te diviertes, mapachito?

 



Aquella voz hizo que se sobresaltara, y un escalofrío helado sacudió sus entrañas. Esa voz... ¡Claro que la conocía! Pero de pronto todo se le hizo tan extraño...

 



Normalmente, antes de que Shukaku lo visitara, sus ojos se sumían en una obscuridad intensa; tan profunda, que le era prácticamente imposible mirar la palma de su mano. En cambio, ahora la voz se hacía presente en una neblina espesa, como si estuviera nadando en un mar de leche.

 



Vaya, ese chico debe ser bastante bueno en la cama; mira que dejarte sin habla después de perforarte el ano... Ni siquiera yo puedo hacerte eso.

 



Trató de ver a través de la nube esponjosa de sus ojos, pero la voz parecía provenir de todas direcciones.

 



— ¿Qué... Qué haces?— mustió.

 



La carcajada del demonio azotó todo el lugar.

 



Si te lo digo, seguramente no me creerías— el pelirrojo frunció el ceño ante el comentario de este... ¿Que acaso estaba tratando de burlarse de él? —. Estoy aburrido. La verdad no tenía ganas de visitarte esta noche, pero te escuché gemir como perra en celo y me dio curiosidad, así que vine a ver qué era eso que te hacía gritar así.

 



Ohh, pero sí que se estaba burlando...

 


— ¡Oye, tú, demonio! ¿Quién te crees que eres para~

 



Gaara, tranquilízate ¿Quieres? No vine a hacerte nada a ti.

 



— ¿Ahh, no? Entonces lárgate.

 



Mmm, parece que no me has entendido. Lo que quiero es simple. Torturarte es divertido, pero últimamente eso ya no me llena tanto. Necesito experimentación, ¿Sabes?

 



Lo entendió. Entendió perfectamente a lo que ese demonio se refería. Ohh, pero no. No se lo permitiría... ¡Claro que no!

 


Si tan sólo el sueño no le hubiera ganado, Gaara no se lo hubiera permitido.

 



Sasuke deslizó sus manos por la cadera del pelirrojo frente a él, y pronto sus ojos se abrieron como platos mientras él descomponía su rostro en una mueca de sorpresa completa. Gaara tenía el rostro ladeado sobre su hombro, y le dedicaba al azabache una mirada extraña. En sus ojos había una gran cantidad de lujuria, y una sonrisa excéntrica abarcaba sus labios, casi sádica.

 



No pudo siquiera preguntarle al taheño qué demonios le pasaba, porque para cuando menos había dado cuenta, él se encontraba boca abajo sobre la cama, y con Gaara arriba de él.

 



Muy bien, ahora déjame divertirme contigo— aquellas palabras, combinadas con una risa macabra, provocaron en Sasuke un escalofrío cosquilloso.

 



—Oye, ¿Qué te pa~— la pregunta no pudo ser realizada porque, de una sola estocada, el pene de Gaara se hundió en la nunca antes explorada entrada de Sasuke. El muchacho se mordió fuertemente los labios para no dejar salir aquel grito ahogado. Sentía como si su interior se desgarrara con cada embestida que el pelirrojo le brindaba, ensanchando a la fuerza sus paredes y haciéndolo tragarse todos los gemidos de dolor. Sasuke trató de moverse para sacarse al pelirrojo de encima, pero este lo tomó por las caderas y hundió las uñas en la piel del moreno para evitar que se escapara.

 


¿Pero qué mierda estaba pasando? ¿Dónde había quedado aquel dócil y terco pelirrojo de hace un rato?, ¿Por qué de pronto se convirtió en un taheño sádico? Con una lagrimita manchando su orgullo, el moreno se giró sobre su hombro y posó los ojos en Gaara, quedando totalmente sorprendido por la expresión en el rostro de este.

 



No es Gaara...

 



¿Por qué? Su rostro es el mismo, sus cabellos rojos, la pálida piel, las ojeras delineando sus ojos...

 



¡Simplemente no es él!

 



Era posible, pero Sasuke no creía que aquello era una nueva faceta del chico, ¡No! Esa persona que lo estaba penetrando salvajemente no era Gaara..., lo veía en sus ojos.

 



El pene entraba y salía, manchado con la sangre de Sasuke y el semen del mismo taheño. El Uchiha ya no podía soportar más... Todo eso se sentía como ácido sobre una herida, las estocadas, el dolor que lo penetraba en el ano... Sólo quería que eso terminara...

 


Ambos gritos guturales se mezclaron y dejaron un eco sordo dentro de la habitación. De pronto, Sasuke sintió el peso de Gaara caer sobre él y rápidamente lo quitó, haciéndolo caer acostado a su lado. Primeramente se asustó, pero después de contemplarle por unos segundos se dio cuenta de que Gaara se había quedado profundamente dormido.

 



Tragó saliva.

 


Sus ojos profundos viajaron por el bello rostro de Gaara, por su pecho, por todo él. Sintió un golpe de ternura al verlo así, y se alegró de que el chico volviera a ser el mismo de antes. Tan débil y frágil mientras dormía... Sus tenues respiraciones alentaron a Sasuke para que se acercara a él y lo acomodara entre sus brazos, haciendo que el rostro del más pequeño quedara pegado a su pecho.

 



Entonces, todo estaba en silencio; ambos cuerpos bajo las delgadas sábanas, y la luna alumbrando aquella inusual escena.

 



 


Abrió los ojos un poco después, dos o tres horas más o menos, y se topó con aquellos pozos aguamarina mirándolo fijamente. La cercanía que compartían ambos rostros era extrema, podían sentir el rozar se sus narices hacerles cosquillas por todo el cuerpo. Gaara le miraba de una forma indescifrable, y, por un momento, Sasuke tuvo miedo de que la parte maligna de Gaara volviera a hacerse presente -realmente, eso había sido un mero golpe al orgullo de Sasuke- pero después, se tranquilizó al mirar cierto rubor en las mejillas del otro, y un suave brillo adornando sus ojos.

 



— ¿Qué... somos?— preguntó tenuemente, haciendo una pequeña pausa entre las dos palabras.

 


Sasuke arqueó una ceja.

 


— ¿A qué te refieres? — realmente sabía perfectamente de qué estaba hablando Gaara, pero no le iba a decir que estaba nervioso él también; no le quedaba de otra que hacerse el tonto.

 



Gaara frunció el ceño.

 



— Tú y yo.

 


El azabache sonrió delicadamente al mirar como el otro desviaba la mirada.

 



No se podría decir que Sasuke fuera bueno expresando bien sus sentimientos, bueno, eso antes de conocer a Gaara, pero aun así, esa pregunta le resultaba bastante difícil. Se sorprendía mucho al saber cuántas cosas podía cambiar Gaara de él y viceversa... De veras, quería mucho a ese pelirrojo.

 



¿Qué somos?

 


El contorno de su sonrisa ensanchó bellamente.

 



— Gaara, ¿Sabías que hay personas que encajan perfectamente una con la otra?— desvió la mirada del taheño y la dirigió hacia el techo. No esperó a que el otro contestara —. Tú y yo somos de ese tipo— El pelirrojo mantenía el ceño fruncido —. Encajamos perfectamente... Somos fríos, orgullosos, arrogantes y tercos.

 



Hubo algunos segundos de silencio antes de que el pelirrojo hablara.

 



— ¿Qué quieres decir con eso?

 



Mas silencio.... Uno, dos, tres segundos.

 



—SasuGaa...— pronunció el mayor sin despegar la mirada del techo, con una sonrisa tan radiante y delgada, que hizo a Gaara sonrojarse hasta los dedos de los pies —. Suena genial, ¿No?

 



El pelirrojo tragó saliva audiblemente y bajó la mirada, perdiendo de alguna manera sus ojos, en el pecho del Uchiha.

 



— No has respondido mi pregunta— mustió sin borrar la expresión de su rostro. El otro le echó una mirada un tanto divertida.

 



Le tomó del mentón y lo obligo a mirarlo mientras él le dedicaba una cálida sonrisa, que hacía una mueca extraña combinada con su ceño fruncido.

 



— Somos Sasuke y Gaara— dijo tranquilamente —. Sasuke, Sasu; Gaara, Gaa: SasuGaa— terminó de explicar como si le estuviera hablando a un niño de primaria.

 



El otro lo miró con los ojos bien abiertos, sin entender por completo el juego de palabras del azabache. Aquella combinación le sonaba muy ingeniosa (aunque claro, nunca se lo diría) y se dio cuenta de que, de alguna manera, habían firmado una relación amorosa...

 



SasuGaa...

 



Gaara suspiró hondo y se dio media vuelta, dándole la espalda a Sasuke y acomodándose en la cama.

 


—Hasta mañana— soltó simplemente.

 


Sasuke rio para sus adentros e imitó la acción de Gaara. Pero, antes de que si quiera pudiera acomodar su cabeza en la almohada, sus ojos se abrieron como platos al escuchar a Gaara decir:

 


—Espero que no te haya hecho mucho daño.




Notas finales:

u.u en este capi no avanzé mucho en la historia, gomene... Pero ya lo había dicho en el capi anterior... Pronto empezarán los problemas entre estos dos :3

 

Y ahora la pregunta del millón...!!!!!!!! ¿Quieren Mpreg? ¿zii o noo? xP

 

Wiii hasta la conti :3


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