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El sexo no lo es todo... o sí por Misakiyeah

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Notas del capitulo:

En wattpad siempre publico antes ^^ http://www.wattpad.com/41206876-el-sexo-no-lo-es-todo-%C2%BFo-si-cap%C3%ADtulo-17-no-te-voy

En el centro comercial “Fashion! Or Die”, uno de los escaparates para la élite de la moda, celebraba un evento nocturno para sus clientes más selectos, el “Fashion Festival” donde acudían desde las personalidades más influyentes de la pasarela, pasando por actores y terminando por empresarios refinados, entre ellos, un moreno de metro noventa, con el pelo corto pero rizado, vestido con un esmoquin de gala que contrastaba con sus fuertes ojos turquesa que encajaban a la perfección con su barba de tres días.

Estaba dentro del centro comercial, con una copa de cava en la mano, mirando como cada uno de los modelos que pisaba la sala, intentando venderse de la mejor manera posible, lo que incluía absolutamente todo, habían pasado por su cama. Los aborrecía, una vez se los follaba, ya no los volvía a llamar, simplemente era una colección de muñequitos playboy a los que ponía en cuantro cuando quería.

Cuando estaba a punto de abandonar su copa en una de las mesas, e irse a su apartamento, vio entrar a la perfección de la noche. Un cachorrito asustadizo entraba siguiendo a una cantante que no merecía su atención, pero aquél perrito que miraba a través de sus ojos verdes el ambiente que se cocía con un poco de temor, hizo que su mirada se intensificase en él, intentaba esconder su mirada bajo su flequillo color marrón claro, mientras sus manos se tocaban entre si de manera infantil, ¿Acaso era real? La verdad es que no le importaba, lo único que sabía en ese momento, es que acababa de entrar su diversión.

Volvió a coger una copa, pero esta vez acompañada de otra, dirigió sus pasos rápidamente hacia donde el chico, no podía dejar escapar algo como él, tan...nuevo. En su camino se interpuso un modelo joven, bastante atractivo pero que le era indiferente, se lo había tirado la semana pasada y ahora venía a por más, pero no, Alexander Mangliano no repetía nunca. Se deshizo de su obstáculo y llegó hasta el misterioso cachorro, pero entre ellos se puso la molesta cantante, le sonaba de alguna revista, pero no estaba seguro.

-Hola, Alexander Mangliano me han dicho -Sonrió coqueta, haciendo pensar al de ojos turquesa la suerte que tenía de ser gay.

-Si, ¿y su acompañante? -preguntó sonriente, intentando no sonar desubicado, no quería que aquella morena se enfadase y se llevase a aquél cachorro con ella.

-Sam mira, este es Alexander Mangliano, un empresario bastante conocido -el castaño estiró su mano tímidamente, le estaba ofreciendo una de las manos más bonitas que había visto nunca, ¿este niño era real o se lo estaba imaginando?

-Encantado... -oyó susurrar casi, su voz era mágica, quería cogerlo de la mano y hacer mil cosas con ella, pero de momento solo se limitaría a estrecharla fuertemente-. Mi nombre es Sam.

-Yo Alexander, como te acaba de decir ella. Toma, ¿quieres una copa? -ofreció esperanzado, pero le rechazó cortantemente. ¿Le estaban rechazando? ¿a él? ¿qué estaba pasando? ¿el univrso conspiraba contra él? Imposible. Nunca le había salido nada mal, y menos una conquista.

-Si me disculpa... -la cosa pintaba mal, ese cachorro estaba intentando huír de él a toda cosa, no lo iba a permitir.

-¡Espera! -alzó la voz un poco descolocado-. Em... no puedo dejar que una bella dama como ella se vaya sin que haya sido tratada bien por mí.

-¡Ay que tonto! -exclamó la morena, quien se agarró al brazo del empresario, sonriéndole a un tímido Sam.



* * *



Mientras en uno de los hoteles más lujosos de Estados Unidos, un enfurecido modelo caminaba de un lado para otro, bufando, maldeciendo y enrabiándose a cada segundo que pasaba. Por otro lado estaba un empresario, tomando una copa de vino mirando por su terraza.

-¿Quieres tranquilizarte? Pareces una novia histérica, ni que Sam fuese algo tuyo -rechistó, llevándose la copa a sus labios-. Está bien.

-¿Como quieres que me tranquilice? Sabiendo que he vendido a mi mejor amigo solo porque tenemos una remota idea de que nos está ocultando algo, ¡Sam no hace esas cosas! -gritó mirándole desde dentro del apartamento-. ¡Acepté pensando en que lo tendrías en todo momento controlado! ¿Y dónde está ahora, eh? Mucho hablar y poco hac...-no alcanzó a acabar la frase, cuando un abrigo negro le cubrió la cabeza, se lo había tirado el empresario por encima.

-Vamos a buscarlo, no voy a dejar que lo que es mío pruebe el “Fashion! Or die” -terminó tajante, saliendo por la puerta seguido de un nervioso Christian quien tenía puesto el abrigo a medias.

* * *

Todo era bonito...demasiado bonito y perfecto. La gente parecía que venía hecha de fábrica, todos sonriendo, vestidos con ropas que quizás cuestan más que mi vida entera y haciendo gala de su poder económico. RiRi por muy egocéntrica que fuese, no era de fardar de aquella manera tan Barbie de los noventa, tan plástico, si no que era alocada e impulsiva.

-¿Te gusta este? -salí de uno de los probadores de lujo, Versace había cerrado solo para que entrase la señorita cantante y el hombre que estaba intentando seducirla, Alexander. Estaba probándome un esmoquin de chaqueta blanca, pantalones negros al igual que la pajarita y unos zapatos lustrados del mismo color, me sentía extraño.

-¡Se te ve genial! -exclamó como una chiquilla, aplaudiendo-. ¿Te gusta a ti Alexander?

-¿Eh? ¡Claro! -sonrió con esa sonrisa de anuncio, desde que llegamos lo único que estaba haciendo era coquetear con ella como si fuese lo más normal, y la verdad es que lo parecía. Si le gustaba RiRi, ¿por qué me miraba penetrantemente? Cada vez que salía del probador notaba su mirada clavada en mí, como si esperase algo, ¿se pensará que RiRi y yo somos algo?

-Ahora toca... ¡este! -chilló agudamente, cogiendo un esmoquin completo de color rosa, incluso la camiseta y el pequeño chaleco de abajo-. ¡Ya quiero verte metido en esto! Por cierto, nos llevamos ese traje -indicó a una de las trabajadoras del local, quien solo sonreía, asentía, traía aperitivos y halagaba a RiRi a más no poder mientras era despreciada por esta y su negro sentido del humor.

Entré al probador no muy convencido, la situación era bastante extraña. Ella había encontrado un ligue, ¿por qué seguía conmigo? Y no podía entender como es que Alexander aguantaba estar esperando a un idiota como yo que se estaba probando ropa, solo por estar con ella, el amor supongo, bueno...quizás no era tanto por el amor, si no en la cama.

De fondo oí una voz conocida, pero no alcanzaba a distinguir de quien era. Estaba ya medio desvestido, con solo la parte de arriba del esmoquin rosa puesto, mientras que mis piernas estaban tapadas solo por mi boxer de color blanco, cuando entró RiRi a toda prisa, haciendo que me pusiese rojo instantáneamente.

-¿Qué haces? -pregunté molesto, intentando disimular mi vergüenza.

-¡Adivina quien está fuera! -exclamó bajito, sujetándome de los hombros.

Mierda. Bill, no podía ser nadie más que él. Nadie causaba ese efecto en RiRi más que el estúpido ese, ahora montaríamos una escenita, me conocerían, y adiós a ser un fotógrafo conocido, por lo menos por mi trabajo no lo sería.

-No... -susurré sobándome la frente, intentando buscar alguna solución que me cayera del cielo.

-¡Está Freddy aquí! -Sonrió como si fuese una quinceañera tramando una travesura-. Está de camarero, y nos vamos a escabullir un rato, todo lo que quieras te lo puedes llevar ya he hablado con la gerente del centro comercial y te he buscado una compañía de la más selecta, un guapetón moreno que le van las pollas más que a los tontos el lápiz, ¡para que después digas que soy mal amiga! -Mi cara era un cuadro, antes de intentar detenerla salió del probador, dejándolo medio abierto-. ¡Alexander, Sam necesita ayuda, tú que eres hombre hazlo, ahora vengo! -explicó de manera apresurada, empujando al de ojos zafiro hacia mi, chocándonos dentro del probador, mientras ella se largaba rápidamente con Freddy, a quien alcancé a distinguir a lo lejos, era él quien había hablado, lo tenía todo planeado.

Cerré los ojos fuertemente, la verdad es que no era muy agradable recibir un empujón de alguien que me sacaba casi dos cabezas y el doble de ancho que yo.

-No te voy a comer -oí cerca, muy cerca de mí. Abrí los ojos lentamente, encontrándome con su rasposa barba, apuntándome con su mirada-. De momento.

-Por favor -reí mirando hacia otro lado, poniendo mis manos en la chaqueta negra de esmoquin que llevaba, intentando apartarlo-. ¿Podrías salir? Es que me estoy vistiendo -seguí riendo nerviosamente, estaba hecho un manojo de nervios.

-Podría -posó sus manos en las esquinas de la pared-. Termina de vestirte y vamos a tomar una copa.

No sé porqué, pero no pude evitar hacerle caso, terminé por ponerme el esmoquin de color rosa, para no tener que sacarme la parte de arriba y que me viera entero. Con un par de tropiezos al vestirme, terminé más rápido de lo que pensaba, aunque se me había hecho eterno.

Al salir de la tienda Versace, lo único en lo que pensaba era en la maldita RiRi y en mi ropa la cual había traído, que los de la tienda la habían tirando a la basura en un despiste mío, ¿Eso sería lo normal para la gente rica? Hay mucha gente que hubiese aprovechado mi ropa, tampoco tenía tan mal gusto.

-¿Eres muy tímido, no? -preguntó, mientras salíamos a una de las grandes terrazas del centro comercial, que estaban decoradas con grandes luces y flores por todos lados, más los logos de diferentes tiendas.

-¡No lo soy! Solo que bueno... es extraño -respondí haciendo ademán con las manos, cosa que al parecer le hizo gracia.

-Que tierno -me sonrojé al oírlo, tenía una voz bonita-. Pensaba que te caía mal, cuando estábamos con la chica esta ni me mirabas, me alegra saber que no es así.

-Así que es eso... ¡este es tu nuevo acompañante, por ese me cambiaste! -nos giramos y vimos a un chico un poco más mayor que yo, más alto, más esbelto de figura, con el cabello rubio y sedoso, largo y unos ojos extraños, pequeños.

Me quedé estático, no sabía que decir ante esto, claro que no éramos nada, ni lo hubiese visto si él no nos hubiese hablado a RiRi y a mí, ¿A qué venía? Miré a Alexander, intentando que me echara una ayuda, pero solo tenía un rostro de indiferencia en su cara.

-¿No ves que estoy ocupado? -preguntó arqueando una ceja, ¿serían pareja?

-Bueno, creo que lo mejor es que yo me retire, además es tarde, tengo que dormir y despertarme temprano, mucho gusto conocerte -me despedí apresuradamente, mintiendo como un bellaco, pero no encajaba en esa situación, no quería problemas.

-No, oye, ¡espera! -exclamó Alexander a lo lejos, pero solo atiné a hacerle un gesto de despedida con mi mano hasta que lo perdí de vista, quería salir lo más rápido de allí y volver a lo que era mi casa,o lo que fuese. Al girarme choqué de pleno con alguien, dolíendome la nariz me la sobé un poco.

-Anda, mira a quien tenemos aquí -esta vez si, esta vez si que era él. Levanté la vista y ahí estaba, con su planta que cualquiera diría que era modelo, mirándome burlesco, a la vez que enfadado. Estaba muerto.

Continuará...

¡Muchas gracias por todos los comentarios, espero que sigáis comentando, dando vuestras ideas y demás! Muchas gracias por leer <3

Notas finales:

En wattpad siempre publico antes ^^ http://www.wattpad.com/41206876-el-sexo-no-lo-es-todo-%C2%BFo-si-cap%C3%ADtulo-17-no-te-voy


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