- Aaahh Rei-chan, e-esta muy caliente. ¡Me quema!.-
- Ah, l-lo siento… Nagisa-kun.-
- Eres muy cruel Rei-chan.- Bufo molesto, inflando sus mejillas.-
- ¡Pero no fue a propósito! No me di cuenta que el té estaba muy caliente, el agua hirvió sin darme cuenta.- Se disculpó, ofreciendo a su amigo un vaso de agua fría.-
- Huuum, yo creo que más bien fue una venganza, ¿verdad Rei-chan?.- Inquirió, acercándose lentamente y a gatas hacia Rei, dejando olvidado el té y el agua en la mesita ratonera. Más bien nunca lo pidió; simplemente cuando llegaron a la casa del peliazul lo esquivo con la excusa de preparar la bebida en tanto el rubio esperaba en su cuarto.
- ¿E-Eh? ¿P-por que habrá de hacer algo como eso?.- Su nerviosismo nuevamente se hizo presente, trabando su lengua e haciéndolo ruborizar un poco, permaneció totalmente inmovible desde su posición sentado, como si fuera una piedra. Miraba de reojos a su amigo que se sentó muy al lado suyo.
- Fue un truco por lo del dulce, ¿cierto?.- Le guiño el ojo, y el otro sintió una pequeña corriente eléctrica en su espalda.- Pero está bien, no me molesta. Al contrario Rei-chan me curara la lengua… ¿verdad?.- Lo siguiente que hizo Nagisa, simplemente dejo perplejo a la pobre mariposa incapaz de reaccionar como se debe.
El rubio se lanzó al más alto con tal potencia que cayeron al suelo, la espalda de Rei sonó al chocar contra el piso. Un brillo lujurioso absorbió por completo esos hermosos orbes castaños, sus mejillas se tornaron de un leve rubor; se relamía sus labios en señal de estar a punto de probar algo realmente delicioso. Se posiciono de manera de quedar sobre Rei, con sus piernas en ambos lados del torso del pelinegro, sentándose sobre su cadera y con ambas manos trataba de liberar la hermosa piel que estaba aprisionada entre el ropaje.- No me gusta el frío, porque así no puedo ver la piel de Rei-chan.- Era un acción rozando lo desesperado, simplemente la ropa era muy molesta, tanto así que quería romperla. Pero no lo hizo, no quería dañar las cosas de Su Rei. En tanto la “victima” meramente apenas podía procesar lo que estaba sucediendo, pero bueno… no podemos culparlo. Tener a un Nagisa desesperado rasgando tus ropas y con una intensa mirada buscando cada centímetro de piel, no era algo muy cómodo que digamos; o al menos para él no lo era.
Finalmente el torso del peliazul quedo a plena disposición, mostrando un tórax bastante envidiable, pues estaba muy bien dotado como ya lo hemos visto en las practicas, pero esta vez para cierto rubio ese cuerpo era mil veces más sexy y deseable que en otras ocasiones. Aun estando encima de él Nagisa comenzó a repartir pequeños y pausados besos sobre era exquisita piel, dejando alguna que otra marca de propiedad; por cada beso y caricia un ligero espasmo surgía en el cuerpo del más alto, pues la fricción y el rose de esos húmedos y tibios labios lo estaban volviendo loco.
- Hgn… N-Nagisa-kun… eso, p-por ahí n-no… aahh.- Soltó un ahogado quejido cuando sintió esos dientes por su piel, solamente pudo cerrar los ojos y sentir mejor el contacto. Al poco tiempo sintió como el rubio trepaba por su cuerpo hasta llegar al cuello y solar otra oleada de besos, para luego dirigirse a su oreja y susurrarle.-
- Rei-chan~ te ves increíblemente tierno.- Jugueteó con su lóbulo escuchando esos leves suspiros que soltaba su peliazul, para luego dirigirse hasta su boca.- Quiero besarte Rei-chan, abre tu boca, ¿si?.- La simple respuesta fue hacer lo que le ordeno, se unieron un extenso beso donde hubo una guerra por ver quien dominaba a quien lo cual era más que obvio, pero poco a poco Rei se fue uniendo a la fiesta. Sujeto con sus brazos el cuerpo de Nagisa, apresándolo en un fuerte abrazo pegando sus cuerpos todo lo que podían.
Hacia demasiado calor, si bien afuera el viento frío golpeaba la ventana del chico de lentes, adentro de su cuarto el calor era sofocante. Lluvia de besos y caricias llevaron a “obligadamente” despojarse de sus ropas, quedando únicamente en ropa interior… pero no por mucho tiempo. Cambiaron un poco de posición, ahora Rei estaba sentado en el suelo y su espalda recostada por el borde de su cama, en tanto el rubio estaba prácticamente sentado sobre el vientre de Rei, el cual movía sus caderas indicando que era tiempo de un contacto más íntimo.
Sorprendentemente nuestra mariposa al fin logro entender un poco al pingüino, pues era obvio adivinar las intenciones en una situación así, ¿no?. Como pudo libero por completo el cuerpo del chico arrojando su ropa interior lo lejos, ahora tenía plenamente desnudo a Nagisa encima suyo, un gran deleite para sus ojos. El más pequeño tampoco perdió el tiempo y también libero la bestia de Rei que pedía auxilio por salir de esa prisión llamada ropa interior. Si los demás del club supieran… tal vez considerarían cambiar el animal de Rei por algo más… no sé, “grande”, si saben a lo que me refiero.
- Aahh, Rei-chan, no necesito que me prepares… s-simplemente hazlo de una vez… ya-ya no aguanto, hgm.- Termino por acomodar su trasero sobre la ingle de su compañero, dejando que el mayor guiara a su bestia por la –ya no más virgen—entrada del rubio. Un espasmo se hizo presente en el cuerpo de ambos, el peliazul cerró los ojos y estiro su cabeza hacia atrás; en tanto Nagisa tuvo que aguantar sus ganas de gritar aprisionando sus labios lo más fuerte que pudo, pues un intenso dolor recorrió sus partes. Pero comprendía que muy pronto lo disfrutaría mucho, y ya no tardaría pues el mayor comenzó a moverse lenta y pausadamente tratando de no lastimar al rubio.- Huuum~ Rei-chan, lo haces bien, annm.- Finalmente el dolor importo poco a casi nada, ahora era el rubio quien se movía aumentando ritmo y forzando al mayor a seguirle, al parecer es una tarea de seme-compartida.
Un hipnotizante vaivén los consumió por completo, entre suspiros, respiración acelerada, oleadas de calor y placer, toda una mezcla de emociones no sentidas antes. Culminaron al mismo tiempo, Rei llenado con su esencia dentro del cuerpo del pingüino, y éste otro sobre el torso de la “supuesta” mariposa. Permanecieron inmóviles por unos minutos, recuperando la compostura… pudieron pasar tan sólo unos minutos como así horas, el tiempo ya no importaba mucho. El cansancio los estaba venciendo de no ser por un molesto sonido que los saco del relajo, era el celular de Nagisa. Éste no quería levantarse puesto a que estaba muy cómodo apoyado sobre el cuerpo del otro, y su celular… vaya a saber dónde lo aventó.
- N-Nagisa-kun, debes contestar… puede que sea importante.- Trato de sonar convincente y ocultar su ligera vergüenza. El otro sólo solto un suspiro pesado y algo molesto, estiro sus brazos como pudo para alcanzar su abrigo donde estaba su móvil, sin intenciones de moverse de donde estaba. Finalmente lo consiguió o logro atender antes de que cortara.-
- Huum, ¿qué sucede?.- Contesto el móvil algo molesto, reposo su cabeza por sobre el pecho de Rei en tanto atendia la llamada.- Ah, no me di cuenta… huum, bueno es tarde, me quedare a dormir en lo de Rei-chan, si, si, ya lo se, ajá, si, nos vemos.- Colgó.-Ah, mi mama te manda saludos~
- ¡¿C-c-como que te quedarás a dormir?!.-
- ¿Ah? ¿Por qué no? No quiero separarme de Rei-chan ahora, además es tarde… no quiero caminar a casa, no podría… aun me duele. Rei-chan hazte cargo de tu responsabilidad tu cosa es muy grande y me hizo doler, hum!.- Sin más sentenció, y ante el último comentario simplemente el peliazul quedo K.O, su vergüenza fue tanta que casi provoca un desmayo, recostó su cabeza sobre el borde su cama rogando que la tierra lo trague, mientras que Nagisa simplemente lo abrazaba muy contento.- Por cierto… tengo hambre, ¿Qué vamos a cenar… dulce o truco?.-
-º-º-º-º-º Fin~ -º-º-º-º-º-º
Extra:
Cuando Rei pudo recobrar compostura, no sin antes soltar un millón de quejas por el comentario tan poco delicado del rubio, tomaron un baño y se alistaron. El peliazul tuvo que prestar un poco de ropa al rubio, pues la otra era incomoda y arrugada. Rei preparo una cena rápida pero nutritiva, sus padres llegaría tarde otra vez, pero poco importo… esta vez no estaba solo.
Al rato noto que Nagisa tumbaba su cabeza hacia ambos lados en señal de no poder sostenerla por mucho tiempo, sus ojos se cerraban muy lentamente y soltaba grandes bostezos, Rei propuso ir a dormir. Esta noche compartirían cama por primera vez –pero no será la última—con los pijamas puestos estaban listos para ir a dormir, no sin antes dar el toque final.
- Ne, Rei-chan… ¿y me beso de buenas noches?.- Un destello un tanto infantil y risueño se apodero de los ojos castaños, bastante ilusionado esperando respuesta.-
- Ah, ahora te comportas como un niño… nunca podré entenderte.- Suspiro pero delicadamente deposito un dulce y tierno beso en los labios del otro.- Buenas noches, Nagisa-kun.- Con su brazo libre se aferró al cuerpo del rubio uniéndolos en un abrazo, el menor se dejó mimar y se acurruco entre ese tibio espacio que proporcionaba el cuerpo de Rei.-
- Buenas noches Rei-chan, te quiero~ .-
~~~~ Ahora si, Fin~ !