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"No te miento: te odio pero te amo" TWO-SHOT (Yokozawa x Kirishima) por Yukimura_Takano

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Notas del capitulo:

buenas!!!! las tengan... (Moon albureando desde tiempos inmemorables...)
bueno, la verdad que queria cerrar con broche de oro la noche buena :3333
esta vez dandole la ultima parte de este fic tan lindo y ermoxo >w<
bueno, tengo que agradecer a las lectoras tan lindas que me han dado sus mensajitos atravez del tema que posteo, muchas gracias a todas ellas por darme sus felicitaciones, yo doy las mias por todo, en especial, que pasen feliz noched buena y una muy feliz navidad... Y QUE SANTA LES REGALE PORNO!!!

—Yokozawa… despierta… —dijo con una voz tan sutil como cariñosa—.
— ¿Ki… rishima…? —Pregunto vagamente aun teniendo los ojos cerrados por el cansancio—.
—Despierta… —cuando el de los cabellos color zafiro abrió los ojos, se encontró con los tan profundos ojos castaños—.
—Kirishima… —se sonrojo de inmediato por ver a su “pareja aun no oficial” tan cerca de él, tanto que lo alejo de un solo empujón— ¿q-que pasa?
—Nada, solo que te quedaste dormido mientras manejaba, y te desperté porque quería que vieras esto, si no, te dejaba que invernaras completamente— contesto el editor del Japun tan sereno como siempre—.
—tsk… —hizo gesto de molestia, y solo un pequeño ruido como si estuviera gruñendo— ¿y que quieras que vea? —Pregunto al ver que este no hacía nada de nada—.
El mayor con una cara tan serena como todos los días señalo enfrente del vidrio del auto. Yokozawa volteo y vio una hermosa vista al mar de color azul tan profundo, con una hermosa luz de luna en lo alto de este, el cielo despejado y solo se oía las olas que chocaban con el barranco y las gaviotas hablar.
—Kirishima… donde…
—no, no digas nada. Me llamaron para que intercediera en la firma de autógrafos de un autor aquí, por lo cual decidí llevarte conmigo como mi “refuerzo” para poder hablar mucho mejor contigo —le respondió antes de que este dijera otra palabra ofensiva—.
La verdad que el de los ojos azules quedo bastante impactado por esas –aunque le duele negarlo- tiernas palabras que Kirishima le estaba diciendo, hasta el estaba pareciendo… ¿cursi? Si, demasiado…— ¿en verdad tu eres Kirishima Zen?
—aunque no lo creas gatioso, lo soy…
—Pues no te creo nada —evito la mirada de Kirishima algo apenado aun por sus palabras.
—vero que no quieres ni verme… tranquilo, que resolveré cualquier duda que haya en tu cabeza en este momento —Kirishima estaba tan seguro de sus palabras que Yokozawa estaba deseando que era lo que él quería decir, pero su orgullo solo le hacía mirar a la ventana esperando el nuevo día—.
—“¡¿porque tiene que ser jodidamente cursi en este preciso momento?!” —alzaba sus señas y su sonrojo era apenas visible, deseando que Kirishima no le mirase porque le daría bastante pena por explicarle que él era la razón de que su corazón volviese a la vida del invierno que lo poseía—.

AL DÍA SIGUIENTE…

— ¿y por qué razón tomaste esa decisión de llevarme aquí cuando yo nunca asentí el venir aquí? —el peli azul estaba cargando unas cajas que el mayor le había pedido el que estaba a cargo—.
—vaya, te explique ayer y de todos modos preguntas… —el también estaba cargando algunas cajas con regalos que las fans le daban al mangaka—.
— ¡pero era mi día libre! —Contesto molesto Yokozawa—.
—Te lo pagare si insistes mucho… —fueron a dejar esas cajas a un camión y fueron donde los encargados y avisaron de que su trabajo había acabado—. Además de que Hiyo nos había pedido a los dos que arregláramos nuestras diferencias, ¿te acuerdas?
—cierto… —pensó al hacer su cabeza abajo—. ¡Pero de todos modos hiciste lo que quisiste ahora y esta vez! —pensó en contra contestarle a el—.
El mayor suspira y lo mira divertido— querido gatioso… eres un hueso muy duro de roer… —bromeo al abrazarlo al salir del edificio donde fue la firma de autógrafos—.
— ¡suéltame! —rechazo el contacto con el después de acordarse el porqué estaba tan enojado con Kirishima—. ¡Eres un maldito manipulador!
—… ¿manipulador?, ¿eso piensas de mi? —Kirishima estaba bastante sorprendido por las palabras del oso gruñón, tanto que ni se las esperaba—.
— ¡por supuesto que sí! No finjas que no sabes… si te conozco, es porque fui víctima de una extorsión… ¡te apuesto que ni siquiera tienes las susodichas fotos que me delatan…! Y no lo niegues… si estoy aquí, también fue parte de esto…
Miro detenidamente a este, no tenía algún sentimiento visible, pero si le podía ver su mirada bastante fija a él, aunque suspiro pesadamente—. Sabes… no puedo negar que no lo he hecho... lo admito… pero enserio, ¿quieres saber la historia de porque lo hice…? —pregunto acercándose a él—.
— ¿c-cual es…? —se sorprendió de sobre manera por el acercamiento del castaño, pero se hizo a un lado al creer que lo besaría—.
—tranquilo… —le agarro su hombro y se acerco a su oreja— tienes que descansar en una cama… cuando te sientas mejor… solo veámonos en la orilla de la playa— dio unas pequeñas palmaditas en este y se fue, pero antes de que le pudiese decirle algo, se dio cuenta Yokozawa, había una pequeña llave para un hotel y también una nota donde venia la dirección de este—.
—vaya, que este tipo es raro… —dijo en un suspiro pero miro a donde iba y se sonrojo—. Pero algo tiene que… no lo quiera dejar… —se sonrojo, pero sentía molestia por esa presencia… lo hacía cada vez que tenía el control sobre el oso gruñón, pero este mismo sabia que esto era diferente—.
No tardo mucho el tiempo para tener que verse de nuevo los dos: con una llamada para avisarle y la indicación de donde fueron todo para que viera de nuevo al castaño, este estaba normal, salvo que él estaba senado en la arena viendo cómo iban las olas y estas chocaban en sus pies—. Yokozawa… siéntate conmigo —señalo a un lado de él mientras lo miraba—.
El peliazul se sorprendió por el comportamiento tan pasivo de este: poco lo conocía pero sabía que cuando estaba serio, o algún otro sentimiento que no fuera el normal era completamente diferente. Camino un poco y se sentó con el guardando la distancia que tenían— ahora dime… que es lo que pasa…—
—Veras… es algo difícil de explicar… pero para eso te lleve aquí, para explicar todo lo que he hecho hasta ahora… —alzo algo la cabeza a mirar la luna—. esta noche es más hermosa… me imagino que es porque no estamos en la ciudad —lo volteo a mirar, solo haciendo que Yokozawa se sonrojara por esa mirada castaña—.
—Bueno… quiero saber los motivos que te llegaron a hacer esto hasta donde estamos —rechazo la mirada de este y miro de nuevo fijo a el mar; la noche era perfecta, ya que el mar eran tan pacifico—.
—te digo de una vez que no es una razón de la cual uno tardaría en descifrar si le pusieran atención a toda la situación… —exclamo este aun viendo la faceta tan tranquila del menor—. Todo esto fue… por una extraña sensación, tan rara que me llego desde que hablamos por primera vez… —gatioso volteo a verlo con una ceja alzada por todo lo que estaba diciendo Kirishima—. No me atrevo a decir lo que siento en concreto: sería algo apresurado de mi parte el decirlo, además sonaría demasiado cursi para la situación —dio una risa al aire y de nuevo miro las olas—.
—espera, todo esto que me dices… que todo esto del chantaje… era porque… porque… —
—No, no lo estoy diciendo —le robo las palabras del hombre del departamento de ventas—. Te he dicho que ni yo sé si en verdad lo sea, pero he de decir que… si te extorsione, si; que si te mentí, si; si todo fue para que te quedaras a mi lado más tiempo para que te pudieras quedar tanto con Hiyo como conmigo… lo admitiré hasta el fin de mis días.
Yokozawa se quedo abrumado por las palabras de este: no creería que en verdad todas esas eran sus intenciones; siempre creía que era porque necesitaba divertirse con una persona de sus propias desgracias. Ese día, que se lo encontró en el Izakaya, fue la cúspide… donde su vida cambiaría para bien… porque le dolía admitirlo, pero junto con el castaño, las heridas de su corazón se sanaban poco a poco; el recuerdo de Takano en su vida ya era solamente una cicatriz que paso a la posteridad y que simplemente desaparecería para no causarles más problemas a su mejor amigo de la adolescencia.
—Kirishima… —tomo algo de aire y se dirigió a él editor en jefe—. Lamento el malentendido de lo que pensaba… enserio que, aunque lo tome a mal, aunque nunca lo admita en verdad, tu y Hiyo han llenado algún vació que me provocaba el no tener a nadie con el cual contar, y con el dolor que me provocaba que la persona que lo hacía lentamente se alejaba de mi con la persona que en verdad amaba… —se acerco aun mas a su cuerpo y su mano derecha poso sobre la superficie—.
—gracias Yokozawa, la verdad que esas palabras me han tranquilizado. No quería que tú te sintieras incomodo con esto— dio una sonrisa algo forzada— yo… te quería pedir algo… pero, como veo… va a ser algo ridículo que lo diga… creo que está claro que solo me vez como una amistad —
—No, espera… —su mano agarro bruscamente la de Zen y su cabeza oculta en sus piernas para que no notase como estaba su cuerpo—. Veras Kirishima… —con esto rompería su orgullo totalmente, pero si quería conservar a Kirishima para él, tenía que decirlo: si o si—. No negare que… aquella cosa que más detesto es tu abrupta presencia, pero me salvo de la perdición, tú eres aquella cosa de la cual aun no entiendo que fue lo que le vi y no te miento, te odio pero te amo, Kirishima Zen... —confesó a los cuatro vientos—.
—ah… Yokozawa… —no hizo nada más que taclearlo y acostarlo en la arena y besarle con suma ternura— si de amor hablamos… no negare que yo también te amo, mi querido gatioso… —la mano que aun sostenían los dos estaba ahora entrelazada con sus dedos. La escena podía parecer de lo mas cursi, pero para los dos, significaba que toda su relación avanzaba para bien— ¿quieres salir conmigo entonces…? —pregunto al verlo con ese sonrojo carmesí tan lindo que tenía en sus mejillas—.
— ¿tengo que decir algo mas para que tu sepas lo que en verdad quiero? —le respondió sin ningún problema de orgullo del cual sufría constantemente—.
—Tomare eso como un si… —siguieron así hasta que no pudieron mas y se fueron a el hotel. Me limitaré a decir que se la pasaron placenteramente esa noche.

AL DÍA SIGUIENTE.

— ¡qué bueno que nii-chan y papa resolvieran sus asuntos! —La pequeña castaña abrazo a su “hermano” como si este fuera un oso—.
—Claro Hiyori, solo nos faltaba una noche de ardua discusión sin límite de tiempo y de cansancio —le dijo el progenitor de esta—.
— ¡CALLATE KIRISHIMA! —le gruño como siempre mientras tapaba las orejas de la menor—.
— ¡nii-chan! Que dijo mi papa… —
—discusión para adultos… —
Aun no podía creer que se enamorara de un ser tan morbidamente imbécil como Kirishima Zen, pero la verdad que no se arrepentía… él le trajo tantas cosas buenas que no sabría que decir, pero ahora solo diría “gracias por quedarte conmigo, a pesar de todo”


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