— Al parecer Tsuna ganó —Reborn ajusto su fedora mientras mostraba una sonrisa victoriosa a Hibari.
Hibari gruño ante la aclaración del mencionado, odiaba perder… Sin embargo era un hombre de palabra, además de que odiaba deber favores, por principio Hibari no era un apostador, pero no puedo negarse ente las palabras del italiano de patillas rizadas, sería un golpe a su orgullo.
— Oya, al parecer Kyoya-kun es un mal perdedor —canturreo feliz Mukuro.
— ¡Cállate herbívoro piña! —bufo fastidiado Hibari.
— Bueno, ya que aparecer Tsuna y Ryohei se encuentran desmayados por el momento, esperaremos a que se despierten, Gokudera, Yamamoto, Lambo—nombro Reborn a la tormenta la lluvia y al trueno.
— Sí. Reborn-san ¿Qué necesita? —pregunto rápidamente el peli plateado.
— Lleven a Tsuna y a Ryohei a la oficina de Hibari para que descansen, Lambo consigue café y galletas. —Ordenó el hitman.
— ¿dónde diablos voy a conseguir eso Reborn? —se quejó de inmediato el chico de cabellos rizados.
— Herbívoro, ¿Quién te dijo que odias utilizar mi oficina? —refunfuño Hibari mientras sacaba sus tonfas.
— Te recuerdo Hibari que debemos establecer los términos de la apuesta que perdiste, además de que Tsuna será tú jefe.
— Ese herbívoro no me va a dar órdenes, yo no obedezco a nadie.
— Te recuerdo Hibari que mi dame-alumno te pateo el trasero, además que te asegura que Tsuna no es un lobo con piel de oveja. —Reborn sonrió ante sus palabras— Mukuro, tú también te quedaras a la primera reunión.
— Oya, ex-arcobaleno no es como si fuera a huir.
— De hecho no puedes, digamos que soy inmune a las ilusiones… No quiero que tu Hibari comiencen a pelear por tonterías, después de la reunión pueden matarse si quieren. Primero tomaremos una taza de café y conversaremos como si no desearan matarse.
— Kufufufufufu, en serio ex-arcobaleno, a veces dices cosas sin sentido… Sin embargo parece que me divertiré en la oficina de Ave-kun. Espero que ese café sea bueno.
*** *** ***
Tsuna despertó una hora después de la animada conversación entre Reborn, Hibari y Mukuro. Observo su alrededor, no conocía el lugar, pero parecía una oficina ordenada, se dio cuenta de que estaba recostado en un sofá rojo, busco con su mirada a Gokudera o a alguien que le explicara que sucedió, lo último que recordaba era el puño de Sasagawa Ryohei impactarse en una de sus mejillas.
— Juudaime, ¿se encuentra bien? —de inmediato Gokudera se acercó a ver que el castaño estuviera sano.
— Si, ¿Qué fue lo que paso Hayato-kun?
— Usted gano —dijo Gokudera mientras su mirada brillaba— fue tan emocionante ver como enfrentaba a su oponente valientemente, yo nunca dude de su fuerza Juudaime.
— Oe, Tsuna ¿ya te sientes mejor? —pregunto Yamamoto mientras entraba a la oficina.
— Si, gracias por preocuparte Yamamoto-kun… Por cierto, ¿Dónde estoy? —pregunto Tsuna.
— Es la oficina del comité disciplinario, es la primera vez que entro a este lugar, debería haber visto el rostro de Hibari cuando Reborn llego y se sentó en su escritorio. —dijo un muy animado Yamamoto.
— HIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII.
— Kufufu, así que ya despertaste Tsunayoshi-kun.
— ¿Mu…Mukuro? —tartamudeo el castaño.
— Oya, no te alegra ver a tu amado presidente estudiantil y senpai —dijo con su típica voz burlona el ilusionista.
— Cabeza de piña, ¡deja de molestar a Juudaime! —bramo Gokudera.
— Te recuerdo chico bomba, que Reborn insistió en lo importante de mi presencia en esta reunión.
— ¿Si cómo no? —contesto Gokudera mientras sacaba una bomba.
— Ma, cálmense ambos, recuerdo algo acerca de que Reborn nos iba a explicar las reglas del juego.
— ¿Cuál juego? —pregunto Rokudo mientras miraba a Yamamoto.
— El juego de la mafia —respondió con seguridad Takeshi.
Todos los presentes miraron a Yamamoto con desconcierto.
— ¡ESTÚPIDO FRIKI DEL BEISBOL YA TE DIJE QUE LA MAFIA NO ES UN JUEGO! —grito furioso Gokudera.
— Otra vez ya se comenzaron a pelar, —cuestiono Lambo mientras entraba— ustedes parecen una pareja de recién casados.
— Yo nunca me casaría con ese idiota —contesto Gokudera señalando a Yamamoto.
— Kufufu, nunca días nunca —hablo Rokudo.
— Herbívoros, van a ser mordidos hasta la muerte —dijo Hibari mientras entraba a la oficina con sus tonfas.
— ¡AL EXTREMO! —entro Ryohei mientras gritaba— Sawada, hay que combatir de nuevo.
Sonó un disparo en la oficina.
— Qué bueno que ya están reunidos todos —dijo Reborn mientras entraba a la oficina atrás de Ryohei.
— Reborn-san que hace el aquí —pregunto Gokudera mientras observaba a Ryohei.
— Es el último guardián de Tsuna, —dijo Reborn— ahora comenzare a explicarles acerca de las funciones de cada guardián, pero antes Lambo ya preparaste el café —dijo el italiano mientras miraba al choco de cabellos rizados.
— Si —gruño por lo bajo el chico de ojos verdes.
— Bueno sirve el café.
Tsuna internamente compadeció a Lambo después de todo no se imaginaba las pericias que el mencionado había sufrido para conseguir café, él castaño sabía que el café no era instantáneo ya que el hitman solo tomaba café de grano, internamente comprendía a Lambo.
Mientras Lambo serbia el café, Tsuna se sentó en el medio del sofá a su derecha se encontraba sentado Gokudera y a su izquierda se encontraba Yamamoto y a su lado se encontraba sentado Sasagawa. Hibari se encontraba parado en una esquina de la oficina, y Rokudo estaba sentado en el sillón cómodamente. Y Reborn se encontraba sentado en la silla del escritorio.
— Bueno, como sabrán ustedes fueron escogido para ser los guardianes del décimo Vongola.
— Wow, que emoción —dijo sarcásticamente Hibari.
— ¡Al extremo!, ¿pero qué es Vongola? —dijo Ryohei.
— Yo explico —dijo animadamente Yamamoto— Senpai, por lo que sé, es que el juego se llama “mafia” y el nombre de nuestra organización es “Vongola” al parecer Tsuna es el jefe, por eso Gokudera siempre se la pasa diciéndole Juudaime.
— Imbécil, ya te dije que la mafia no es un juego… —reclamo Gokudera— olvida todo lo que te dijo ese idiota, solo tiene cerebro para el beisbol.
— No comprendo nada —se quejó el chico de cabellos blancos.
— Vongola es la familia mafiosa italiana más poderosa del mundo —dijo Reborn— debido a la edad del Noveno líder de Vongola se me confió a mí, convertir a Tsuna en el próximo líder de la familia.
— Ya te dije Reborn que no quiero ser un líder mafioso —se quejó Tsuna.
— Y yo ya te dije, que eso no me importa. Volviendo al tema anterior, ustedes aun sido elegidos para ser los próximos guardianes de Tsuna.
— Yo siempre seguiré a Juudaime —dijo Gokudera.
— Yo juego —dijo Yamamoto.
— Al extremo, yo me uno —dijo Ryohei sin dudarlo.
— Oya, ex-arcobaleno… Te recuerdo que lo que apostamos solo es por un año, después de todo destruiré a la mafia.
— … —Hibari no comento nada.
— Yare, ¿Quién es el guardián de qué? —pregunto Lambo.
— Nunca pensé que lo preguntaras, a continuación les diré las responsabilidades de los guardianes Vongola.
Guardián del sol: Su deber es ser el sol que aclara el día destruyendo el infortunio de la familia con su propio cuerpo, se convierte así en el sol que brilla en un cielo claro alumbrando a todos.
Guardián del trueno: Su deber es ser como un pararrayos que recibe todo el daño a la familia y lo anula, convirtiéndose así en el trueno que esconde un golpe simple pero poderoso.
Guardián de la tormenta: Su deber es atacar constantemente al enemigo sin dejarle descanso, convirtiéndose así en la tormenta violenta que lo destruye todo.
Guardián de la lluvia: Su deber es prepararse para la batalla y limpiar la sangre que ha sido derramada, convirtiéndose así en la lluvia pasajera que se lleva todo.
Guardián de la niebla: Su deber es pretender que algo existe cuando no existe y viceversa haciendo eso confunden al enemigo y no le permiten capturar la verdadera forma de la familia, convirtiéndose en la niebla no puede ser atrapada.
Guardián de la nube: Su deber es proteger la familia desde un lugar independiente teniendo un diferente punto de vista y también es alguien quien nadie puede atrapar, convirtiéndose así en la distante nube solitaria arrastrada por el viento y sigue su propio camino.
Guardián del cielo: Su deber es abarcar a todos lo demás guardianes, el sol, el trueno, la tormenta, la lluvia, la nube y la niebla; los influencia a todos, los entiende y los acepta, convirtiéndose en el cielo que lo cubre todo.
— Reborn, ya te dije que no seremos un grupo mafioso —Reborn de inmediato le dio un rodillazo a su alumno.
— Eso decía Dino, y ahora es un jefe, algo inútil…—dijo Reborn.
— Si solo nos reuniste para eso, arcobaleno, yo me retiro. —Dijo Mukuro.
— No tan rápido, Mukuro… Aunque de momento este estableciendo que ustedes son los guardianes aún falta la prueba de que lo son…
— Los anillos —dijo Rokudo.
— Así es, aún falta ver quien obtendrá el título de Décimo Vongola… Ya que existe otra persona que planea tomar el puesto del Décimo a la fuerza, será interesante Hibari podrás conocer a personas fuertes, también les comunico que ya he asignado a sus nuevos tutores. Pero antes de eso iremos de vacaciones a Mafia-land.
— ¡Es increíble Reborn-san! —dijo Gokudera.
— Sueno divertido —dijo Yamamoto.
— ¡AL EXTREMO! —grito el boxeador.
— Debes estar bromeando si piensas que voy a ir a un lugar lleno de mafiosos —dijo Mukuro.
— Nada mejor que tener cerca al enemigo —dijo Reborn.
— Odio las multitudes —dijo Hibari.
— Hay personas fuertes en ese lugar, y si no te presto as Tsuna para que pelees.
Reborn sonrió después de todo, “Todo iba de acuerdo a su brillante plan”, reforzar los vínculos de Tsuna con los miembros de su familia.