Capítulo XXIII:
Tsuna acababa de despertar, todo lo que había ocurrido le parecía tan irreal, el solo era un estudiante normal, pero parece que la mafia estaba dispuesta a entrar a su vida. La noche anterior cuando el aterrador de Xanxus ya se estaba retirando llegaron dos misteriosas mujeres, idénticas de cabellos rosa y piel bronceada ambas utilizando antifaces.
— Somos la organización “Cervello”, venimos aquí bajo las órdenes directas del Noveno.
— Por favor consideren nuestras decisiones en cuanto a la batalla por los anillos como las decisiones del Noveno —dijo la mujer mientras mostraba un pergamino con sellado con la llama de la última voluntad—., Sawada Iemitsu se ha dado la orden de que las próximas batallas nosotros juzguemos y tu te quedes solo al margen de esta situación.
— Esto es lo la finalidad de satisfacer a toda la familia. Tienen alguna objeción,
— Yo sí —hablo de inmediato Iemitsu—, nunca había escuchado hablar de la organización Cervello. No puedo dejar que ustedes sean el jurado.
— No podemos aceptar su objeción.
— Servimos directamente al Noveno, tú no tienes ninguna autoridad sobre nosotras.
— Originalmente, los siete tipos de anillos estaban divididos, uno que posee nuestro jefe y otro lo tiene en su poder el asesor externo. En la ceremonia de sucesión las mitades son conectadas para completar los anillos Vongola. Y son dados a las siete personas que tanto el el jefe en curso de Vongola y el asesor externo han elegido como sucesores.
— Sin embargo —intervino la otra mujer—, este es un caso excepcional, porque se han elegido a dos personas diferentes para cada medio anillo. Hay siete personas lideradas por Xanxus-sama que el Noveno eligió como sucesores y hay siete persona lideradas por Tsunayoshi que Iemitsu ha escogido como sucesores. En la batalla los que verdaderamente sean dignos de portar el anillo lo probaran con sus vidas.
— Procedere con las reglas. El lugar de encuentro será la secundaria de Kokuyo, a la media noche. Los detalles de cada batalla será explicado ese día.
— Buenos, los esperamos mañana a las once de la noche en la secundaria de Kokuyo.
— Adios.
— ¡ESPEREN! —grito Tsuna.
Reborn pateó al castaño para sacarlo de sus pensamientos.
— Hay algo raro en todo esto, Tsuna. Debemos ser precavidos. Originalmente Iemitsu iba a realizar las batallas.
— Pero, ¿por qué papá no pudo darle simplemente los anillo a Xanxus?
— No te hagas ideas equivocadas Tsuna —Lo miro seriamente—, tarde o temprano hubieran venido a matarte. Tú padre por ese mismo motivo se pasa largos periodos fuera de cada.
— ¿Es enserio?
— Sí —afirmó el hitman—, pero eso no es algo que me corresponda decirte.
Tsuna suspiro.
— Por cierto Tsuna, informar a Mukuro de lo de las peleas.
— Yo —dijo mientra se señalaba a sí mismo.
— Sí, le pedí a Dino que le explicara a su pupilo.
— Eh.. por cierto, Reborn ¿a quien entrena Dino-san?
— Pensé que te lo había mencionado. Supongo que lo olvide, Dino entrena a Hibari.
— ¿HIBARI-SAN?... pero…
— Sí, y a que ni te imaginas quién es tu guardián de la niebla.
— No me digas que es Mukuro.
— Sí.
***
Mukuro estaba en su oficina. Suspiro. Al parecer Xanxus y sus perros habían comenzado a moverse, “Sería genial si le eliminaran entre ellos”, pero no podía ser así de fácil. Para empezar Xanxus era un mafioso desde pequeño al igual que los integrantes de su grupo, por su parte Sawada Tsunayoshi recientemente había comenzado a relacionarse con la mafia.
— Tsk —chasqueo la lengua—, parece que me divertire un rato jugando a ser un perro de la mafia.
Escucho que tocaron a su puerta.
— Adelante.
— ¿que haces aqui Sawada Tsunayoshi? —se exalto el mayor.
— Estudio en esta escuela.
— Es verdad —dijo a la defensiva, después de todo aun conservaba sus recuerdo de su lapso de ebriedad.
— Bueno, este… No se como decirte esto.
« — ¿que pasa en este lugar? —se dijo así mismo Mukuro—, en que momento me volví la presa».
— Bueno, Reborn me dijo que...Bueno.
— Habla claro Vongola —le recalco el mayor.
— Las batallas por los anillos se realizarán aquí, en la secundaria.
— Estas de broma, Vongola una cosa es que haya accedido a ser tu guardián, pero ni diles a toda la bola de mafiosos que no pongan ni un solo pie aquí.
— Pero, los jueces dijeron que serian aqui las batallas, hoy a las once de la noche.
A Mukuro frunció el ceño, que se creían esos mafiosos.
— Supongo que no se puede hacer nada, pero te advierto que van apagar todas la reparaciones del lugar.
— … —Tsuna trago en seco—, bueno yo me voy aun tengo que hacer otras cosas.
« — En verdad es difícil hablar con Mukuro».
— A si que tu eres el estudiante de Reborn —dijo una voz.
— Eres uno de los amigos raros de Reborn.
— No, solo somos conocidos. Al parecer, Viper está con los Varia.
— ¿Viper?
— O sí, digamos que, no tiene mucha importancia decirlo ahora. Mi nombre es Verde, Sawada-san deberías continuar con tu entrenamiento. Xanxus no es alguien normal.
— Hiii, lo tomaré en cuenta.
— Oh, pensé que no ibas a venir Verde —comentó Reborn mientras bebía una taza con café.
— No me gusta deber favores. Además, es raro que tú pidas algo. Quiero verte fallar en la prueba de los anillos, pero conociéndote no será tan fácil. Tal vez si estuviera el arcobaleno del cielo.
— Dejemos la conversación para otro momento —su mirada se torno seria—, no debes hablar de más Verde.
— oh, me gustaría preguntarte algo antes de que te vayas.
— ¿que sea rápido?
El ambiente se sentía tenso, Verde se comportaba como un niño pequeño y Reborn, conociendo a Reborn era raro que no lo estuviera disparando en ese instante.
— Vamos a otro lugar —sonrió el de cabellos verdes.
— En verdad quieres morir.
— Nunca me atrevería a ir en contra del arcobaleno más fuerte —sonrió—, al menos no si un buen plan.
Mukuro observaba la situación divertido. Los dos hombres salieron del lugar.
— ¿Mukuro?
— ¿Que?
— No es nada, olvidalo —suspiro el menor.
— Parece que estás menos hablador que el día que me acosaste.
— ¿QUE?, yo nunca te he acosado.
— Oya, eres tan cruel —dijo con voz fingida—. A pesar de que me acosaste cuando estaba ebrio.
Tsuna alzó una ceja, lo estaba acusando de acoso.
— Que yo recuerde fue al reves, ademas tu eres el que siempre dice cosa vergonzosas —le reclamó el menor.
— Por favor Tsunayoshi-kun no mientas.
— Y que ganaría acosandome.
— Parece que no aprecias la belleza.
— Para empezar, tu eras el que estaba borracho, y ademas solo me asegure de que no fueras a causar ningún desastre en ese estado —suspiro—, que inventes o imagines cosas es asunto tuyo.
— Kufufu, no tienes que mentir lo recuerdo todo.
— Tsk, nunca vuelvas a tomar… Nunca volveré a preocuparme por tí.
Mukuro se había levantado de su sillón. Y miro a los ojos a Tsuna.
— Kufufu, mi cercanía te incomoda.
De pronto alguien pateó la puerta.
— Tsk, maldito pervertido deja de acosar a Juudaime —amenazó Gokudera mientras sacaba un par de bombas.
— Oh, llego el chico bomba al rescate.
— No deberías acosar a Tsuna —era la voz de Lambo.
— En verdad eres de lo peor —afirmó Gokudera.
— Por cierto —dijo Lambo—, Tsuna nunca te acosó ese día. Más bien tú lo estabas abrazando como un pulpo, a si que te sugeriría que quites tus tentáculos de él.
« —HIIIIIIII, todo se estaba volviendo complicado»
— Bueno, Hayato, Lambo regresemos a clases ya están por comenzar.
— Por esta vez te dejaremos ir Rokudo —dijo Lambo.
— Ni te atrevas a acercarte a Juudaime.
— Oya, siento como si estuviera conociendo a los hermanos sobreprotectores.
« — Esto es malo, le gusta discutir entre ellos »
Tsuna sin más opción jalo a su guardián de la tormenta y de rayo antes de que corriera la sangre.
***
En la azote de la secundaria de Kokuyo, se encontraban reunidos Reborn, Verde, Fon, Lal Mirch, Colonello y Skull.
— Chaos —saludo Reborn al ver a los demás arcobalenos.
— Así que nos citaste a todos —hablo Lal.
— Algo así. El arcobaleno del cielo me envió una carta.
— Y por que te la enviaría a tí —dijo Skull.
— Esto es sospechoso-kora.
— No lo se muy bien… Vamos a leerla.
Hola, espero que cada uno de ustedes esté bien. En verdad ha pasado algo de tiempo desde la última vez que nos vimos. Solo diré lo siguiente: a excepción de Viper todos tiene prohibido pelear. Lo digo especialmente porque se acercan tiempos difíciles y es necesario que el nuevo Cielo de Vongola sea fuerte. Eso es todo, no lo tomen a mal sus alumnos deben enfrentar sus propias peleas ustedes solo deben apoyarlos en silencio, sea cual sea el resultado de lo que vaya a ocurrir.
Extra:
Notas del autor: este extra lo publique para aclarar las dudas de Zadhiel, en verdad se me paso que Mukuro debía tener resaca después de conocer a su suegro.
En los cuarteles de Mukuro o mejor bien dicho en el parque abandonado de Kokuyo Land, Mukuro estaba recostado sobre su sofá. Maldecía internamente a "Sawada Iemitsu", como se le había ocurrido seguirle el juego.
De pronto alguien jalo la persinano roja y rota que tenían por cortina en el lugar. La luz le dio de golpe en el rostro y de inmediato se cubrió los ojos con la mano derecha, mataría al insolente, (Claro si estuviera en condiciones normales).
— Mukuro-sama —era lo voz chillona de Ken.
— Cubre la maldita ventana o te mato —amenazó Rokudo.
Ken en su torpeza y miedo, terminó por tirar la cortina.
— Lo siento Mukuro-sama —se disculpaba casi gritando el rubio.
De pronto llegó Chikusa.
— Mukuro-sama, por favor tome esto —dijo el chico de lentes mientras le entregaba a su jefe un par de pastillas y un vaso con agua—. Supuestamente no tardarán en hacer efecto, espero que se mejore pronto —dijo Ken.
Pasaron diez minutos, por lo menos ya no le dolía la cabeza, ahora podría torturar a ciento subordinado patoso. Está dispuesto a levantarse cuando un recuerdo acudió a su mente. No lo recordaba bien, pero al parecer « Había sido acosado por Sawada Tsunayoshi».