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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

DICLAMER: KHR! no es mío, es de Akira Amano-sensir, yo solo secuestro a sus personajes para el fic.

ADVERTENCIAS: OoC, para los que no han leído el manga (aunque opino que la mayoría ya leyo el manga) y si no uno que otro SPOILER.

 Capítulo XVII: Gokudera Hayato vs Belphegor


 


Después de que salieron de lo que fue un intento de reunión, Gokudera salió directo a entrenar no podía perder una batalla tan importante.


 


Cuando llegó su lugar de práctica se encontró con Fon, en verdad le desesperaba la personalidad tan tranquila del chino.


 


— Oh, Gokudera. Luces preocupado.


— Fon, no hay mucho tiempo para relajarse.


— Vamos a continuar con el último entrenamiento. Atacame como si fueras a matarme.


 


La mirada de Fon usualmente era tranquila, pero se había tornado agresiva.


 


Gokudera sonrió. Iba a encender un cigarro cuando Fon le arrebató el cigarro.


 


— No debes fumar, arruina tus pulmones Gokudera. Tal vez no te has dada cuentas pero por lo mismo cuando te agitas mucho terminas jadeando.


— Tsk.


— Yo se que eres capaz de encender las bombas sin la necesidad de fumar —lo reprendió Fon.


— ¿pero?


— El el entrenamiento de ayer usaste brevemente la llama de la tormenta, para encender esa última bomba. ¿En qué pensabas?


— Fon tiene razón —dijo Shamal—. Mientras no te enfoques en lo que es verdaderamente importante no te dejaré ir a la pelea.


— No me jodas, estoy seguro que puedo ganar.


— Incluso si pierdes la vida… es prácticamente suicidio lo que intentas hacer.


— Para ganar, debes considerar dos cosas Gokudera —continúo hablando el chino—. Pase lo que pase, debes seguir vivo esa es la verdadera victoria. No sabemos como piensa Vindice. Pero en el peor de los casos me asegurare que no cometas una idiotes de ir y morir simplemente.


 


***


Ya era el atardecer cuando Tsuna caminaba en compañía de Basil, Reborn, Lambo, Yamamoto y Ryohei. Llegaron al bosque, aún no tenían idea de él porque los habían citado en aquel lugar. De pronto enfrente de ellos se apareció uno de los Vindice, no hablo ni dijo nada solo por sus acciones parecía que les dijera “siganme”. Caminaron alrededor de diez minutos, el sol ya comenzaba a ocultarse y por lo tanto en el cielo se veían las nubes de color rojizo.


 


Caminaron detrás del sujeto hasta que llegaron a donde los esperaba el bebé de Vindice.


 


— Para esta batalla, veremos las pelea desde este lugar —dijo el bebé mientras señalaba una plataforma circular—. El bosque es todo el campo de batalla, para asegurar que no haya involucrados civiles se ha levantado una barrera, por eso al momento de llegar entraron guiados por un miembro de Vindice. Cualquiera que sea ajeno a los guardianes de la tormenta será encerrado en la prisión de Vindice.


 


Gokudera llegó corriendo seguido de Shamal. Gokudera traía el torso vendado, un pantalón negro y una camisa de color azul rey, usaba un cinturón blanco con el grabado de un dragón. Y tenía dinamita, muchas bombas de dinamita.


 


— Hayato-kun ¿te encuentras bien? —inquirió el castaño al ver al de ojos verdes vendado.


— No se preocupe Juudaime —aseguró el contrario.


— Ya que Ahodera parece estar bien —dilo Lambo en un tono burlón—. Hay que hacer eso.


 


Gokudera de inmediato comenzaba a alejarse.


 


— No quiero hacer esa cosa tan vergonzosa —se quejo Gokudera—. No lo necesito.


— Vamos Gokudera, necesitamos estar todos —dijo Yamamoto mientras sonreía.


— Yamamoto tiene razón —intervino Tsuna—. No se como decirlo, pero cada pelea nos involucra a todos nosotros. No quiero perder a ninguno.


 


Aquellas palabras calaron a Gokudera. Él siempre había sido un ser solitario.


 


— Juudaime es tan considerado con su familia. Por qué no lo entendía, por favor déjeme hacerlo —imploro el chico bomba.


 


Se reunieron los cinco chicos y realizaron su círculo grupal :— Gokudera pelea —. Animaron a su tormenta.


 


Lo miembros de Varia permanecían en silencio. De pronto el rubio de Varia que portaba una corona plateada se acercó a Gokudera.


 


— Guardianes de la tormenta acérquense —dijo el Vindice—. Para esta prueba necesito que me entreguen la mitad de su anillo.


 


Todos se desconcertaron ante lo dicho por el Vindice. A Reborn no le gustó para nada esa idea.


 


— ¿Pero? —dijo Gokudera.


— Es necesario para esta prueba —aseguró el Vindice.


 


A regañadientes ambas tormentas le entregaron la mitad de su anillo. El Vindice unió ambas mitades y una vez que el anillo estuvo completo lo lanzo lo más lejos que puedo.


 


— ¿Por qué hiciste eso? —se quejó Gokudera.


— En esta prueb se declarara como vencedor al primero que encuentre el anillo —dijo el bebé.


 


— Ushishi —sonrío—. Disculpe bebé —dijo el rubio mientras observaba al Vindice—. Puedo matarlo —inquirió.


— Hasta que uno de los dos contendientes caiga o se rinda o muera no podrán salir de este lugar —explicó el bebé.


 


Los miembros de Varia sonrieron, no por nada conocían a Belphegor, como “Prince the Ripper”, ese mocoso estaba en problemas.


 


Uno de los Vindice adulto hablo: — Los demás suban a la plataforma —ordenó.


 


Sin más una vez que todos se subieron a la plataforma, la cual se elevó por el cielo.


 


— Esto es extremo —dijo Ryohei al ver la plataforma de color cristal—. Es como caminar en el aire.


— No esperaba menos de Vindice —dijo Reborn.


— Bien, la batalla por el anillo de la tormenta puede dar inicio —dijo el Vindice adulto.


 


Gokudera vio al rubio. Esté solo sonreía como idiota y no hacía nada, parecía que lo estaba retando.


 


« — No actúes de forma precipitada —recordó las palabras de Fon».


 


— Ushishi, al parecer el mocoso tiene miedo —dijo mientras se formaba una sonrisa de oreja a oreja en los labios de Bel.


— Tsk —ese rubio era fastidioso se aseguraría de borrarle la sonrisa a ese idiota.


 


 


Belphegor comenzó a caminar. A paso lento. En verdad esperaba primero impacientar a su oponente, pero este permanecía en silencio, solo observando. Odiaba a ese tipo de oponentes.


 


Sin previo aviso Bel comenzó a correr. Gokudera lo observaba impaciente.


 


— Primero me aseguraré de hacerte pedacitos —amenazó el rubio.


— Ya quisieras imbécil —gruñó Gokudera.


 


Ambos corrieron directo al encuentro. Gokudera se preparó para lanzar su ataque. Belphegor sonrió como si no le importara nada. Y de pronto todas las mechas de sus bombas estaban inutilizadas.


— Pense que seria mas entretenido —aseguró Bel—, pero solo eres un simple plebeyo.


 


Una vena de enojo se dibujó en la frente de Gokudera que se creía ese imbécil con complejo de príncipe. No quería admitirlo, le entregó el tipo de arma que ese sujeto usaba, fue tan rápido que ni siquiera vio cómo evito y salió ileso de su ataque.


 


De pronto vio como los árboles aledaños al rubio cayeron cortados. Claramente eran cortes limpios.


 


— Al parecer haré un par de cortes contigo. Será la atracción principal de esta pelea.


 


El rubio se lanzó al ataque, Gokudera esquiva lo mejor que podía, no podía ver el arma de aquel maniático.


 


— Ushishi. Eres tan débil.


 


De pronto unos hilos atarían a Gokudera de pies y manos, se sentía como si estuviera atrapado en una telaraña.


 


— Bueno, parece que es momento del plato principal, ushishi.


— Tú, maldito cabrón en cuanto salga de esta te voy a patear el trasero —gruño Hayato.


— Como si fueras capaz, no haz logrado ni siquiera acertar un golpe.


 


Belphegor saco un par de cuchillo, que parecían bisturís.


 


— Deberías sentirte agradecido, plebeyo —aseguro Bel.


 


Tsuna y compañía se sentían nerviosos. Los hilos que sujetaban a Gokudera estaban haciéndolo sangrar.


 


Yamamoto frunció el ceño, deseaba bajar de la plataforma e ir directamente a ayudar a Gokudera.


 


— Sawada Tsunayoshi, Yamamoto Takeshi tienen prohibido interferir en esta pelea —hablo el Vindice adulto.


 


Gokudera estaba fastidiado. Solo le quedaba esa opción, era bastante peligroso y no estaba seguro de ser capaz de acabar con el tipo con complejo de la realeza, pero antes de que llevará su ataque al siguiente nivel, su preciado Juudaime había hablado


 


— ¡HAYATO! —grito Tsuna—, NO ME IMPORTA LO QUE PASE CON EL ANILLO. ¡NO TE ATREVAS A MORIR!


 


Era lo único que podía hacer el castaño, cuando vio a su guardián de la tormenta entrar en el modo suicida, algo muy parecido había cuando lo había conocido.


 


— Tsuna tiene razón, Gokudera aún no hemos salido en nuestra cita —grito Yamamoto.


— No digas idioteces friki —le gritó Gokudera sonrojado.


 


Bel, se molesto. En verdad toda esa cursilería de sentimientos, no le importaban. La única vez que sintió la felicidad o algo parecido fue cuando asesinó a su familia.


 


—Veamos —dijo el rubio con tono infantil—. ¿Cuál sería el mejor lugar para comenzar?, o ya se —el rubio le enterró un cuchillo en la pierna izquierda, se acerco—. Ushishi… —Bel giró el cuchillo en la pierna de Gokudera.


 


Gokudera grito de dolor. Tsuna estaba furioso, estaban torturando a su amigo y él no podía hacer nada.


 


Belphegor, volvió a retroceder un par de pasos.


 


— Ahora que lo pienso, tiene unos ojos. Lo he decidido tu ojo izquierdo será mi próximo objetivo.


 


Tsk. No podría correr ni evitar el ataque. Pero podría librarse del golpe.


 


— Gokudera/ Hayato /Ahodera —gritaron sus amigos.


 


Bel lanzó su cuchillo, cuando Gokudera se liberó de los hilos del Varia. Gokudera cayó en el suelo. Y se quitó el cuchillo, no sin antes gruñir de dolor.


 


Tsuna y su guardianes respiraron de alivio.


 


— Y yo pensé que solo eras un mocoso —dijo Bel—. Cortastes mis hilos con tu ridícula llama de la tormenta. Pero lo que tu apenas descubriste yo lo he sabido por años.


 


Los cuchillo de Bel se eliminaron por llamas de color rojo.


 


Los miembros de Varia sonrieron felices, ese mocoso había hecho enfadar a su genio.


 


— Ushishi —río el Varia.


 


Los maestros de Gokudera estaban preocupados.


 


— Tsk —chasqueó lo lengua el menor.


 


Bel, se preparaba para volver a lanzar sus cuchillos. Y Gokudera volvió a encender las bombas. Era un plan arriesgado pero tenía que hacerlo. El menor comenzó a correr lo mejor que podía, con la pierna herida. Bel, sonrío.


 


Ambos lanzaron sus ataques al mismo tiempo, El volvió a quitarles la mecha a las bombas.


 


— Eso es todo lo que tienes —dijo burlesco el rubio.


 


Gokudera sonrió al ver que sus bombas aún seguían en el suelo.


 


— Te tengo —aseguró Gokudera.


 


Y ante sus palabras las bombas estallaron.


 


— Lo logró Gokudera —festejaron los guardianes de Tsuna.


— Pero, qué pasó al extremo.


—Es fácil. Gokudera uso sus llamas de la tormenta dentro de las polvora de las bombas, Belphegor se confió al ver que las mechas estaban contadas —explicó el hitman.


 


El príncipe destripador yacía en el suelo. Pero sin previo aviso se levantó, estaba furioso. Cómo se atrevía esa insignificante cucaracha a lastimarlo.


 


— Gokudera, corre por el anillo — grito Fon, quien recién había llegado acompañado por un Vindice.


 


Gokudera salió corriendo en dirección a donde habían lanzado el anillo.


 


— Siempre he pensado que no hay nada mejor que un blanco móvil —grito el rubio.


 


Los cuchillos iluminados por la llama de la tormenta le pasaban rozando. Eran muy distinta a los cuchillos normales, lo lastimaban más. Gokudera jadeo de cansancio. Tsk. Recordó lo que Fon le dijo acerca de fumar.


 


Comenzaba a ver borroso por la sangre perdida. No podía rendirse. De pronto vio algo brillar. Era el anillo. Estaba apunto de tomarlo cuando el anillo se alejó.


 


— ushishi.


 


El rostro de Gokudera estaba desconcertado.


 


— Muestrame tu expresión de angustia —dijo el Varia mientras se colocaba el anillo en el dedo.


 


Bel iba a lanzar un ataque mientras los cuchillos estaban a su alrededor. Gokudera ya no se podía mover, todo su esfuerzo había sido en vano, había fallado, pero sobretodo le había fallado a Juudaime.


 


Este era el final. De pronto uno de los Vindice se interpuso entre el ataque.


 


— Declaró como vencedor al miembro de Varia —dijo mientras todos los cuchillos de Bel quedaron en el suelo.


— ¿Porque interfieres? —se quejo el Varia.


— La pelea se dio por finalizada en cuanto tomaste el anillo. Mí líder se dio cuenta que desde el principio tú nunca perdiste el objetivo del anillo y te dejo continuar.


— Tienes alguna queja, Belphegor —era la voz infantil del bebé.


— Bueno me conformo con ver tu patético rostro, qué clase de guardián de la tormenta eres, la próxima vez que te vea te mataré —amenazó el rubio.


 


Gokudera estaba en shock, estaba a punto de tomar el anillo.


 


No escuchaba nada de lo que le decían.


 


Cuando Tsuna y sus guardianes bajaron de la plataforma, corriendo a ver a Gokudera.


 


— Hayato, reacciona —era Tsuna el que lo zarandeaba.


— Oe, Gokudera.


— Yo… Lo siento Juudaime —dijo Gokudera.


— Lo bueno es que tu estás bien —dijo rápidamente el castaño.


— Pero… falle.


— Gokudera —intervino Fon—. A pesar de que hayas perdido, lo importante siempre será que encuentres la fuerza para seguir adelante. Además me sorprendió que ya consiguiera usar la llama de la tormenta a voluntad —lo felicito en chino.


 


Ahora que lo observaban bien los presentes.


 


— ¡HIBARI!i —guitarrón un tanto sorprendidos Tsuna, Lambo, Yamamoto y Ryohei.


— Porque todos me confunden con él —dijo sonriendo de forma amable—. Mi nombre es Fon, encantado de conocerlos.


 


Mientras tanto Lambo, Tsuna, Yamamoto y Ryohei estaban murmurando.


 


— Creo que estoy alucinando —dijo el moreno.


— Al extremo, no sabía que Hibari tiene un hermano.


— Es tan… amable que da miedo —susurro Lambo.


— Pero se ve mayor —aclaró Tsuna.


 


Reborn se acercó a Fon.


 


— Hey Fon —escucho la Voz de Reborn.


— ¿Que ocurre Reborn?


— Te diste cuenta.


— El lugar está sellado, pero no es ninguna de las llamas que conocemos —murmuró con voz suave.


 


 


 


 


 


 


 

Notas finales:

Gokudera lo siento m(_ _)m...


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