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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

Hola:

 

Quiero aclarar una cosita que se me paso en el capítulo anterior pero que ya corregui, en el capitulo anterior Vindice solo dice el lugar de la batalla, no la hora, Es a la media noche, ya corregi ese pequeño detalle. m(_ _)m (SUMIMASEN!!!)

Capítulo XXX: Hibari Kyoya vs Gola Mosca (Parte I)

 

De pronto se escucho que alguien subía por las escaleras. Era Sawada Tsunayoshi y traía las mejillas sonrosadas, “de seguro debió venir corriendo” pensó Rokudo. Verde observo a Sawada, en verdad parecía del tipo de persona que poseía la llama del cielo. Los pocos usuarios de la llama del cielo eran personas demasiado intuitivas y perspicaces en lo referente a los sentimientos.

 

— Sawada Tsunayoshi-kun, ¿cómo llegaste a mis dominios? —cuestiono Mukuro, ya que nunca le había mencionado al castaño donde vivía.

— Reborn.

 

El arcobaleno, al parecer tenía muy buenas fuentes de información.

 

Los tres presentes escucharon el corrido de un auto mientras se derrapaba en el pavimento.

 

— Sawada, Reborn está afuera —dedujo hábilmente el doctor—. Ese sujeto sigue siendo un suicida al volante —suspiro—, de hecho las únicas veces que lo vi conducir de forma decente fue cuando… Olvídalo voy ha hablar con él.

 

El arcobaleno del trueno se alejo y dejo hablando a esos dos.

 

— ¿Qué es lo que quieres Sawada Tsunayoshi-kun? —cuestiono Mukuro de forma seria.

—Yo… Bueno, sobre lo que…

 

Mukuro lo miro y lo cortó rápidamente: — Si es sobre lo que vieron en la batalla de la niebla, no quiero tu lastima —corto ácidamente.

 

Tsuna se quedó callado, durante la batalla de la niebla no pudo intervenir. Ni siquiera fue capaz gritarle o animarlo, como pasó en la batallas anteriores, ni siquiera estaba seguro de que si de haber sido posible el ilusionista hubiera querido formar un círculo con todos los demás.

 

— No es lastima —aseguró el menor—. Yo solo vine a verte porque me preocupo. Si fuera lastima no estaría en este momento aquí, tal vez ni siquiera me consideres tu amigo ni nada por el estilo.

— No amigos, solo subordinados que acaten sus órdenes lo que ocurra con ellos no me interesa ni me importa.

— Te preocupan Chikusa y Ken. Y a ellos les importas tu, eres tan deshonesto que no lo admites.

— Oya, oya ahora vas a darme clases de sentimientos —lo miro furioso.

— No… Solo dije lo que era más que obvio. Yo, soy bastante torpe, y siempre he sido bastante cobarde, pero eso comenzó a cambiar cuando comencé a conocer a mis amigos, Gokudera-kun quiso matarme, y cuando conocí a Yamamoto me dijo que no era serio, Lambo no se porque pero cuando lo conocí me sentí identificado. Ryohei siempre está viviendo día a día, De-san a pesar de parecer genial y confiable es torpe y patoso como yo cuando no está con su familia.  Hibari-san, bueno no estoy muy seguro de cómo es él, pero él parece la clase de personas que si es necesario te echara la mano aunque después te quiera morder hasta la muerte. Y lo poco que he conocido a Chikusa, parece bastante serio pero confiable y Ken es bastante hiperactivo y ruidoso en cierta manera me recuerda a Gokudera-kun.

— Que discurso tan conmovedor —dijo con saña—. Todo esto está ocurriendo por la mafia. Antes de eso ellos ni siquiera te conocen o como mínimo te hablaban, viviste una temporada en Namimori.

— Tal vez tienes razón sea la razón por la que sea, fui capaz de conocerlos gracias a Reborn y a sus alocados planes. Cuando vi por primera vez a Reborn supe que todo iba a ser un problema, y prácticamente volteo mi vida de cabeza, no puedo decir que todo ha sido malo. También te conoci a tí, Mukuro.

— A veces pareces otra persona, algunas veces pareces alguien asustado y débil, y otras veces en verdad pareces confiable —espero Mukuro—. ¿Cual es el verdadero Sawada Tsunayoshi?

 

Ambos se quedaron en silencio.

 

— Déjame conocer al verdadero Rokudo Mukuro —pidió Tsuna.

— Podrías  arrepentirte.

— Es un riesgo que debo tomar.

— Y ¿cual es el plan? —inquirió Rokudo mientras sonreía de esa forma juguetona que siempre mostraba.

 

***

 

Verde se subió al auto de Reborn, y se sentó en el asiento del copiloto.

 

— Vaya te aseguraste de que Rokudo destruyera a Viper.

— Eso le paso a Mammon por confiarse,  en verdad no creí que fuera a perder. Supongo que algunos estigmas no son fáciles de romper.

 

Reborn le apuntó con la pistola a Verde.

 

— Que tanto le contaste a Mukuro —amenazó.

— No mucho, él ya tenía recabada cierta información. Sus fuentes son bastante asombrosas. Además ni nosotro mismos sabemos mucho de la maldición, todo fue tan rápido. Si no estuviera envuelto en este momento con el asunto de los anillos, lo contrataría como asistente, pero es bastante orgulloso para alguien que siempre ha sido su propio jefe.

— Si no estuvieras dedicandote a jugar con tus experimentos, posiblemente sabrás cómo deshacer la maldición de forma permanente.

— Puede ser, pero considero la maldición como algo interesante y en contra de toda lógica. Por cierto Reborn, ¿que es lo que planeas?

— A qué te refieres —fingió demencia—. Yo no planeo nada.

— Está claro que tu primer objetivos entrenar a un sucesor digno de la familia Vongola, pero ¿que es lo que planeas con Mukuro?... —medito qué palabras decir antes de proseguir—. Hay algo que me inquieta. Investigue a Mukuro, vi la pelea de la niebla. Viste ese laboratorio Reborn.

— Te refieres a la familia Estraneo.

— Si. Desaparecieron de forma misteriosa.

— ¿Crees que Mukuro es el culpable?

— No lo sé… A mi me enviaron a investigar lo destrozos del lugar, y sabes que había.

— ¿Que?

— Absolutamente nada… No había sangre, no había señales de pelea. Mammon incluso intentó reconstruir la escena del crimen, y me recordo a algo.

— La extraña presencia de Vindice. Es p´posible que fueran ellos, después de todo ellos juzgan a la mafia. A la familia Estraneo se le había prohibido seguir con sus experimentos, eran considerados ilegales, el noveno me envió la primera vez a negociar con el líder de los Estraneo. A mi parecer accedió demasiado rápido, ya que no quería que se desatara una guerra entre familias.

— Al parecer solo fue una pantalla, si Vindice intervino me pregunto que fue lo que descubrio la familia Estraneo para que tuviera que ser eliminada.

 

***

— Entonces Tsunayoshi-kun, ¿cuál es tu magnífico plan?

— Bueno, podemos almorzar juntos.

— Me deja impresionado tu brillante plan.

 

Tsuna realizó un puchero.

 

— Entonces sugiere algunas ideas —le recalco Tsuna.

— Oya, Tsunayoshi-kun no te molestes.

— Ya se podrías decirme Tsuna —aseguró el menor.

— Me niego.

—¿Por qué?, siempre me ha gustado que me digan solo Tsuna.

— Me gusta llamarte por tu nombre Tsunayoshi-kun, es un desperdicio recortar tu nombre. Además me gustan algunas de la tradiciones japonesa, como la de los sufijos de los nombres. Podrías probar, llamándome Mukuro-sama —sonrió la niebla.

 

Una venita de inmediato se dibujó en la frente de Tsuna.

 

— Oya —sonrió Rokudo—. Solo bromeaba, puedes seguir llamándome por mi primer nombre, pero eres libre de añadir el “sama” en cualquier momento.

— Nunca te rindes.

— Es una de mis grandes virtudes.

— No se te olvide la humildad —añadió Tsuna mientras suspiraba—. Cuando termine la batalla de los anillos, hay que ir con todos los demás al festival.

— Oya, siempre quise usar una yukata —murmuró Mukuro.

—  Es raro, siendo japonés.

— Kufufu, asumes que soy japonés —sonrió Mukuro—. Te equivocas soy Italiano.

— Pero … Tú nombre.

— Es verdad, aunque si es raro que un italiano tenga nombre japonés. Bueno nunca me ha interesado mucho el asunto —aseguró.

 

El sonido de pisadas acercándose se escuchó por los pasillos.

 

— Chaos, Rokudo Mukuro —dijo Reborn a modo de saludo—. Oe, dame-Tsuna tenemos que seguir con tu entrenamiento.

— Pero son las cuatro de la mañana —se quejo el menor.

— Es bueno que recuperes el tiempo perdido —aseguró el hitman mientras arrastraba a Tsuna.

 

Mukuro sonrió ante aquello.

 

***

 

Era mediodía, era un día soleado como cualquier otro.

 

— Hibari, tomemos un descanso —sugirió Dino.

— No es mi culpa que seas un herbívoro.

— Bueno, después de todo tu pelea es hoy —dijo Dino seriamente.

— ¿Cual pelea? —le reclamo el menor, después de todo el herbívoro Rubio solo llego un dia y le dijo que sería su tutor o algo asi, a decir verdad no le tomo mucha importancia. Solo lo tomo en serio cuando saco su látigo. El nunca rechazaba las peleas.

— Veras, sabía que se me había olvidado algo —sonrió el rubio mientras se rascaba la nuca—. Recuerdas el anillo que te dí.

— Ese pedazo de basura que tire.

 

Dino pego el grito al cielo, como había sido posible que Hibari tirara el anillo de la nube a la basura, Reborn lo mataría de la forma más cruel y despiadada si no encontraba esa mitad.

 

— Eh. ¿Donde lo tiraste?

— No lo recuerdo —bostezo.

 

Dino se llevó las manos a la cabeza, “Reborn me va a matar”.

 

— Es un gran problema Hibari, no te das cuenta que va ha pasar. Reborn es terrible enojado. Tal vez pueda huir a la antártida he oído que no hace tanto frío.

— Dino-san —llamo Kusakabe Tetsuya, quien era el vicepresidente del comité disciplinario de Namimori, era un chico alto de cabello negro peinado con un copete.

— ¿Qué ocurre?

— Vera, me pareció raro ver algo así en la basura —dijo Kusakabe mientras mostraba el anillo de la nube—. Así que lo alze, no sabia que era tan importante.

— Kusakabe-san, ¡Eres un angel! —exclamó Dijo mientras abrazaba al menor—. No te quieres unir a la familia Cavallone.

— Gracias, por su oferta Dino-san, pero mi deber es con Hibari-san.

 

El Cavallone pudo volver a respirar.

 

— Hibari, eres un irresponsable.

— Y yo como voy a saber que esa anillo es importante.

— Bueno, procederé a explicar. Por lo que me dijo Reborn, el te dijo que eras uno de los guardianes de Tsuna, más específicamente eres el guardián de la nube de mi hermanito. La familia Vongola, que es la familia mafiosa a la que pertenece Tsuna —explico el castaño—, es la familia más importante de la mafia. Por motivos de salud y de edad el noveno líder de Vongola, eligió a Tsuna para ser su sucesor, pero hay una facción en Vongola que se opone a acatar la voluntad del Noveno.

— Wow, que interesante —pronunció Kyoya con sarcasmo.

— … —Dino se aclaró la garganta—, Como decía. Varía robo la mitad de los anillos, el anillo es la prueba del legítimo sucesor así como de los legítimos guardianes de la familia Vongola. En este momento se han llevado a cabo las peleas por los anillos del sol, del trueno, la tormenta, lluvia  y la batalla de la niebla.  En cada batalla el guardián, uno por parte de Varia y uno del lado de mi hermanito pelean para obtener la mitad faltante de anillo.

— Y supongo que debo pelear, no me interesa.

— Hay rivales fuertes —dijo obteniendo la total atención del menor—, pero bueno. Supongo que tienes miedo —dijo Dino para picar a Tsuna—. Podríamos buscar a alguien que pueda  ir a  la pelea de la nube.

— No fastidies herbívoro.

 

Que complicadas eran las personas con el atributo de la nube.

 

— Supongo que bastará con que diga que la nube se acobardó y entregue el anillo —asintió Dino—. Es lo más fácil.

 

Una tonfa golpeó a Dino en el vientre.

 

— Nadie me dice cobarde, asistiré a tu estupido evento —aseguró la nube mientras tomaba el anillo.

— No se te olvide Hibari, el lugar será el río donde se conectan las ciudades de Namimori y Kokuyo.

 

***

 

Diez minutos pasando de la medianoche, lugar de la batalla de la nube.

 

Tsuna y la mayor parte de sus guardianes incluyendo a Mukuro ya estaban en el lugar de la pelea, tambien ya habian llegado por parte de Varia, Xanxus, Belphegor y el hombre alto que creían que era el guardián de la nube.

 

Reborn y Dino estaban hablando.

 

— Estás seguro que le dijiste dame-Dino —dijo Reborn mientras pateaba a Dino.

— Si. claro que le dije el lugar.

 

Una  vena de enojo se dibujó de inmediato en la frente de Reborn.

 

— Dame-Dino —dijo Reborn con voz de ultratumba—. ¿Y que carajos paso con la hora?

 

(Dino internamente maldijo a la autora que nunca mencionó la hora en el capítulo anterior)

 

Mukuro observaba todo entretenido, desde el sillón que había creado gracias a sus ilusiones, por su parte Chikusa y Ken lo proveían de alimentos.

 

— Reborn, cálmate —pidió Tsuna—. Estoy seguro que Hibari-san llegará.

 

Ese comentario molestó internamente a la niebla, “TSunayoshi-kun y su preocupación por los demás”.

 

Vindice se estaba impacientando. Deberían declarar la victoria a favor de Varia.

 

El Vindice adulto comenzó a hablar: — Se…

 

Pero antes de que pudiera hablar había aparecido Hibari Kyoya dispuesto a morder hasta la muerte a ese sujeto, lucía fuerte e internamente sonrió. El Vindice esquivo su ataque con facilidad.

 

— Que nube tan agresiva —aseguró el Vindice—. Pero yo no soy tu oponente.

— No me interesa quien sea mientras sea fuerte.

— No te atrevas a romper la reglas, tu oponente es él —dijo el Vindice mientras señalaba al sujeto alto—. Tu oponente es Gola mosca.

 

Notas finales:

Espero que no les moleste, la batalla de la nube será de dos capitulos, ya que Hibari exige aparecer más.

 

— Hibari-san, tengo una idea —dice muy emocionada la autora.

— ¿Que quieres hervivora?

— Y si te mudas a Kukuyo —suguiere—. Pdrías salir más, a ya se tambien te puedes traer a Ryokei y a Takeshi.

— Kamikorosu —dice Hibari sacando sus tonfas.

 

 


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