Capítulo XLV: Regla Inusual
La sombra de un hombre se vio en la habitación, pero se equivocó. De pronto frente a ellos apareció un pequeño bebé rubio, el menor le resultaba menor a Tsuna.
— Lograron salir de la base de Millefiore-kora —dijo el bebé.
Tsuna, recordó aquella frase, el “kora”. Pero… Era un bebé, a lo mejor Colonello tenía hijos.
— Colonello-san —lo llamo Yuni.
— Al menos, tú sigues bien Yuni —sonrió Colonello.
***
Cuidad de Kokuyo, tiempo presente.
Reborn sorbió un poco de café antes de preguntar, mientras meditaba había algo que lo molestaba.
— Y bien, me podría explicar algo. Ustedes sabían que venían al pasado.
— No —respondieron de inmediato.
— Pero —Lambo meditó sus palabras.
— Hace… De hecho Juudaime dio una orden inusual.
— ¿A qué te refieres con eso? —inquirió el hitman.
— Hace como un año… Fue de hecho algo que pidió y nunca estuvo anotado en ninguna parte —aseguró Lambo—. Nos imaginamos que tenía que ver con lo de la batallas de los anillos.
— Juudaime, dio la siguiente orden. En el caso de que alguno de nosotros llegará al pasado, no se revelaría información personal.
— Aunque, por ello… Presiento que Mukuro no es capaz de abrir su caja —comento Lambo—. En esta época, Mukuro no estaba con nosotros por decisión propia.
— Las cajas armas, representan las emociones de sus dueños.Al contrario de Hibari, que nno esta motivado, para usar su caja arma —coomento Hayato.
— Es algo con lo que tendrán que lidiar ellos tarde o temprano —aseguró Reborn.
***
Kokuyo Land, tiempo presente.
Mukuro observaba el anillo.
“Perro de la mafia”, su cerebro taladraba esa idea. Desde lo que había ocurrido en su pasado, odiaba férreamente a la mafia, pero… De buenas a primeras vienen el Punk y la Vaca y le dicen, que el sigue siendo el guardián de la niebla.
No sabia que pensar.
Es más, era como… si todo estuviera establecido. Observó nuevamente el anillo, lo había intentado.
“¿por qué?”
Es más, él no tenía ni quería tener ninguna obligación con Vongola.
“Sawada Tsunayoshi.. ¿en verdad alguien como él era capaz de asumir el puesto de un líder mafioso?”, no le agradaba esa idea.
En su caso particular, el deseaba eliminar a la mafia, aquel mundo tan retorcido. Alguien tan ingenuo como el prospecto de Décimo Vongola.
Todo inició en el laboratorio de la familia Straneo, su odio empezó en ese maldito lugar.
Una y mil veces se había hecho la misma pregunta.
« No sería más sencillo odiar a esa maldita mujer».
Un recuerdo se le vino ala mente, esa odiosa mujer, no habia dia en que no le dijera que era un monstruo, —irónico—, no era acaso ella el verdadero demonio.
En ese entonces él, no tenía más de cinco años, ni siquiera comprendía el mundo. De pronto un día, esa mujer regresó con un rostro amable, era la primera vez que la veía sonreír en su presencia. La mujer le aseguro que saldrían a pasear, —y le creyó—. Aun recordaba lo ingenuo que era, en ese momento estaba feliz
« — No tiene sentido recordar el pasado, solo debo enfocarme en mi objetico», pensó Mukuro cerrar los ojos.
Viajaron en el auto, aun recordaba que el viaje fue largo, iba mirando por la ventana todo.
***
Hayato estaba comenzando a impacientarse, trato de pensar claramente.
“¿por qué demonios aún no eran capaces de abrir sus cajas arma?”, se estaba frustrando. De pronto se sintió un aura asesina, y se puso a la defensiva.
— Manténganse en guardia —les previno Hayato—. Posiblemente sea otro ataque de Millefiore.
Hayato estaba preparándose para el peor escenario posible
— ¿Por qué no me dejas ser el guardián de la niebla de Vongola? —se escuchó la voz—. Claramente Mukuro no es capaz de ser un pilar de la familia Vongola, Gokudera-san.
— ¿Quien eres? —gruño Hayato.
— Oh, que descortés de mi parte al no haberme presentado, mi nombre no tiene mucha importancia —aseguro la voz—. Además… Tsunayoshi-sama me dio esta orden específicamente. La guerra en contra de Millefiore, no es un juego.
— No me digas que eres…del futuro.
El atacante sacó una carta, claramente era la llama de Juudaime, aquella llama de un color anaranjado tan puro.
— Juudaime, se encuentra bien,,, —pregunto Hayato.
— Eso no lo sé —respondió—, Guardián de la tormenta de la décima generación, tiene prohibido intervenir, lo mismo para los demás espectadores —comentó al ver que llegaban al lugar Reborn y los demás.
— Juudaime, no daría esa orden.
— Puedes leerlo, por ti mismo. Es del puño y letra de Tsunayoshi-sama —aseguro—. Reborn-san. Cuento con su permiso para proceder.
Reborn sonrió. Al parecer el dame-Tsunayoshi del futuro pensaba en todo.
— Ok —dijo Reborn.
— Kufufu, en verdad crees que puedes ganarme.
— Sí —respondió con una voz llena de seguridad—. Aún no eres fuerte. Ni siquiera posees el poder de tu contraparte del futuro.
— Espera… déjame leer esa carta —pidió Hayato.
Hayato procedió con cautela, y leyó la carta. Era la letra de su preciado Juudaime, no había error. Juudaime, nunca tomaría una decisión en contra de Mukuro, “pero este no es el esposo de Juudaime”.
— Puedes rendirte y hacerlo todo más fácil —aseguró.
— Kufufu… deberías medir tu palabras, “Sin nombre-san”.
Mukuro sacó su tridente. Y se dirigió a atacar al individuo, el solo esquivo el ataque.
— Esto va a ser más fácil de lo que creí —cometo el desconocido.
Mukuro se estaba fastidiando. Ese sujeto solo lo eludía. Un momento, no era el verdadero.
“Una ilusión”, se sentía bastante real. Y entonces lo recordó, el ataque del sujeto del futuro, “era una caja arma”.
Nagi suspiro, tardó menos de lo que esperaba en ser descubierta. Bueno después de todo era Mukuro-san.
Mukuro atravesó aquella ilusión con su tridente y se desvaneció en pequeñas mariposas de color púrpura, Mukuro siguió a las mariposas antes de que regresarán a la caja arma de la mujer desconocida.
— Me sorprende que te dieras cuenta de que era solo una ilusión —asintió Nagi mientras sonreía.
— Una ilusión real —murmuró Mukuro mientras le acertaba con su tridente.
Ante el ataque Nagi, apareció una Naginata*1, y detuvo el ataque con el filo de la hoja de su arma, el asta era de un color negro con grabados en color plata, era un arma larga.
— ¿por qué peleas? —pregunto—. Claramente tu deseo nunca ha sido pertenecer a la mafia.
Mukuro no sabia que contestar, en verdad odiaba a la mafia. Pero, solo es un contrato de un año.
— Solo es por una año —aseguró el de ojos heterocromaticos
— Sí es por un año, podemos cambiar de lugares. Yo asumiría el puesto de guardiana de la niebla. Y tú serías libre de intentar conseguir tu objetivo. “Sawada Tsunayoshi”.
— Uh, no tiene sentido lo que dices.
— Y tus respuestas tampoco… Tsunayoshi, me dijo que podías elegir ser libre de tus obligaciones desde este momento, y que el arcobaleno Reborn tendría que respetar su decisión, ya que desde que el Sawada Tsunayoshi de esta época accedió ante Vindice a ser “el Décimo Vongola”, es más que obvio que él no huirá.
Mukuro lo sabía. Pero…
— Eso facilita mis objetivos.
— En verdad —dijo Nagi mientras lo miraba—. Sawada Tsunayoshi, ¿que opinas de él?
— Es ingenuo—aseguro Mukuro.
Nagi, suspiro; en verdad el joven Mukuro era demasiado deshonesto. Recordaba aun cuando Takeshi, le contó acerca de que Mukuro había jurado “poseeré el cuerpo de Sawada Tsunayoshi”. Claro que Takeshi,y los demás guardianes le hacían burla diciendo: — Wow, Mukuro en verdad lograste poseer el cuerpo de Tsuna y no de la forma que esperabas.
Nagi sonrió.
— Te lo preguntare una vez más, Rokudo Mukuro. Abandona el cargo de guardián de la niebla.
Si, lo conocía como creía que lo conocía, Mukuro seguiría mintiendo.
Nagi sacó su caja arma, su anillo se iluminó con las llamas de la niebla.
— Se que no te vas a rendir —aseguro—. Pero no tienes oportunidad si tu caja arma, porque te preocupas tanto Mukuro-kun.
La caja de Nagi se iluminó y de inmediato salió otra ilusión.
No podía ser tan descuidada, e ir rompiendo los anillos como Hibari-san. Mukuro intentó detener el ataque de lo que fuera que salió de la caja arma de aquella mujer. Eran problemáticas aquellas mariposas. Tán problemáticas y molestas.
Reborn y compañía observaban la pelea.
— Gokudera, Lambo ¿conocen a esa mujer? —preguntó el hitman.
— Sí —dijo Lambo
— Vámonos —pidió Hayato.
— Pero, es al extremo. Le esta causando problemas.
— Ella es una aliada de Vongola —aclaró Lambo—. Ella se encargará de Mukuro, ya que el atributo de la niebla es problemático.
— Vamos, bola de holgazanes. Deberíamos seguir entrenando —dijo Hayato.
Hayato alzo la ceja, al ver a Hibari bostezar.
— Hibari, deberías concentrarte y no estar a punto de tomar una siesta. ¿Porque no tenemos una pelea?
Hibari alzó la mirada, sería interesante morder a ese sujeto hasta la muerte.
***
La caja arma de esa mujer era una desventaja.
— No saldrá, porque estas dudando. Tienes dudas —aseguró la mujer.
— Yo no tengo dudas.
— De acuerdo, Mukuro-kun, ¿qué opinas de que Sawada Tsunayoshi sea en el futuro el jefe de Vongola?
— Es una ventaja.
— Para la mafia o para tí.
— Por supuesto que para mí, sería más fácil controlar al hombre que dirige a la familia mafiosa más poderosa.
— Piensas, que Tsunayoshi-kun es ingenuo. Pero el no lo és —aseguro Nagi—. El dijo que...
Continuará….
Naginata*1:es un arma de asta usada por los samuráis del Japón feudal, compuesta por una hoja curva al final de un asta largo. Se asemeja a una alabarda o a una harcha europea.
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Chapter bonus…
Cuidad de Namimori.
Tsuna caminaba de regreso a su salón, cuando vio un peinado conocido, solo que no era Mukuro, era ¿Nagi?. El castaño entro al salon, acercó a Nagi, quien estaba en compañía de la hermana de Ryohei. Se le hizo raro ver a Nagi actuando de forma tímida.
— Boss.
— Tsuna-kun.
— Hola… Nagi, Kyoko.chan —saludó el castaño.
Nagi lo miraba de forma, analizadora.
— Tsuna-kun ¿porque llamas Nagi a Chrome? —pregunto la menor de los Sasagawa.
— ¿Eh? —era raro. A lo mejor en este mundo, Nagi tenía otro nombre.
— Boss, se siente bien —preguntó de forma tímida la guardiana de la niebla.
— Eh… Bueno, jaja —no sabia que decir.
— Solo Mukuro-sama, me llama por mi nombre (verdadero) —añadió mentalmente Chrome.
— No lo sé —mintió—. Bueno me voy.
Tsuna, salió del lugar en el acto, no podía ser tan imprudente en un mundo paralelo, ajeno al suyo propio.
***
Cuidad de Kokuyo.
Deambulaba sin rumbo fijo por la cuidad de Kokuyo, era tan diferente a su habitual cuidad, de pronto reconoció la silueta de Chrome, pero había algo raro. No estaba usando el habitual peinado de piña.
— ¿Chrome? —llamo el menor algo confundido.
— ¿Chrome? —repitió la joven algo confundida—. Se equivocó de persona, Boss.
— Eh. bueno… es algo… Difícil de explicar.
— ¿A donde va Boss? —pregunto Nagi.
— Estoy caminando solamente —dijo el castaño.
— Debe ser dificil, que esten peleados Mukuro-san y usted —comentó la mujer.
Tsuna miro a Chrome, en verdad en este mundo “Mukuro Rokudo era el novio Oficial de su yo de este mundo”.
— Boss, no se preocupe, Mukuro-san cederá antes que usted.