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KOKUYO SCHOOL por LEGNAEL

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Notas del capitulo:

Disclaimer: KHR! no es mío es de Akira Amano-sensei (sería hermoso que tuviera los derechos de autor, pero me conformo con poder escribir este humilde fic).

 

Nota de la autora: me quebre la cabeza como no tienen idea para este capítulo, estuve intentando escribirlo desde el jueves. Perdon se me esta complicando un poco la prueba de sucesión, ya la tengo planeado, solo me falta saber qué es la prueba.

 

Advertencias: Perdonen mis errores de dedo (como siempre) y no podía faltar como  siempre mi título (spoiler) del capítulo.

Capítulo XLVIII: 9 años en el futuro

 

Base Italiana de la familia Vongola. 9 años en el futuro.

 

Tsunayoshi miraba con cierta desconfianza el sobre que había llegado, tenía el escudo de arma de la familia Gesso. Suspiro mientras pensaba en si sería prudente leerlo. De pronto se escuchó como la puerta era abierta, y por ella entró Reborn, a pesar de los años seguía conservando su apariencia de veinteañero.

 

— Dame-Tsunayoshi, deja de perder el tiempo y apurate con los papeles del dia de hoy.

— Lo sé —suspiró el castaño—. Es solo que, me preocupa esto —habló el castaño mientras le mostraba la carta.

— ¿La Fagmilia Gesso? —Reborn enarco una ceja—. Es raro, una carta proveniente de esa familia, abrela —ordenó el arcobaleno.

 

Tsunayoshi comenzó a leer el contenido. Intento abrir la carta con sumo cuidado. Rápidamente revisó la carta, y comenzó a leerla.

 

— Al parecer es una invitación —informó Tsuna—. Al parecer va a ser para presentar al nuevo líder de la familia Gesso.

— Uh… Es una ,mera formalidad, supongo. Es raro que los Gesso nos inviten a un evento así.

— Pero.

— Son una familia neutral.

— Tal vez deberíamos ir —dijo Tsunayoshi.

— En serio. Tal vez sea una buena idea para arreglar alguna alianza —sugirió el hitman.

 

***

Día de la fiesta de la Familia Gesso, 28 de febrero, 9 años en el futuro.

 

Tsunayoshi, llegó en compañía de sus guardianes.

 

— Aun me pregunto cómo me convenciste de venir —gruño Mukuro.

— Porque si no vienes tu, no puedo negarme a bailar —respondió el joven Vongola.

— Tsk —Mukuro chasqueó la lengua.

— Piña, compórtate —lo riño Hayato—. Recuerda que venimos en señal de paz.

— Yare, no es muy temprano para que estés celando a Tsuna, a veces me pregunto hasta donde llega tu posesión.

— Oya, eso dices. Pero recuerda que el arcobaleno es peor que yo —aseguro Mukuro.

— Vamos, se ve que la fiesta es demasiado —comentó Ryohei—. No se parece un ambiente muy pulcro.

— Ve el lado bueno —comento Takeshi—. Al parecer no invitaron a Varia, todo se saldría de control.

 

Hibari Kyoya, como buen guardián de la nube. Permanecía en silencio. No le agradaba en absoluto haber sido obligado por su jefe a asistir.

 

— Recuerden comportarse, como mafiosos civilizados —pidió Reborn—. Estas fiestas siempre son impredecibles.

 

Tsunayoshi y compañía ingresaron al salón de la mansión Gesso, el lugar estaba pulcramente decorado con flores que Tsunayoshi no conocía. Y dentro del salon, todos los invitados estaban reunidos. Tsunayoshi saludo a algunos líderes mafiosos en compañía de Mukuro. Claro que no sin estar siendo vigilados por los demás guardianes. De pronto alguien se acercó al podio principal. Era un hombre de aspecto elegantes, con una gran sonrisa carismática. Muchos pensaron que era el líder de la familia Gesso, pero este los sacó de su error, pidiéndoles que esperaran, ya que al parecer el vuelo de Byakuran-sama se había retrasado.

 

La orquesta empezó a sonar, en verdad el evento era magnífico. Tanto que Tsunayoshi se estaba aburriendo, Mukuro lo noto y sonrió de lado.

 

— En verdad, Tsunayoshi-kun lo tuyo nunca ha sido la música clásica.

— No. Pero de vez en cuando disfruto escuchar a Hayato tocar el piano.

— ¿Deberíamos retirarnos pronto? —dijo Mukuro mientras observaba el reloj.

— No lo sé, sería algo descortés —aseguro Tsunayoshi—, aún debemos esperar por los menos hasta saludar al nuevo líder de la familia Gesso —aseguró el castaño.

— Será como tú quieras —respondió el de mirada heterocromática—. Iré por algunas bebidas, Tsunayoshi-kun. Tal vez algo de vino estaría bien mientras esperamos —sugirió Mukuro antes de alejarse para ir a la barra de bebidas.

 

Tsunayoshi observaba con cierto interés aquellas flores exóticas y sin pensarlo murmuró con voz suave y para sí mismo: —¿ Qué clase de flores son? —claro que él no esperaba una respuesta. Y entonces escuchó una voz animada responder.

 

— Son Paphiopedilum argus*1, es una orquídea —aseguró el desconocido—. Ami en particular me gusta su significado.

— Oh, ¿y cual es su significado? —inquirir Tsunayoshi.

— Que lo ve todo —aseguró—. De hecho, es por su intensa punticacion de color rojo que está ubicadas en el centro de la flor.

— Usted sabe mucho de flores —aseguro Tsunayoshi.

— Solo un poco Decimo Vongola —dijo el desconocido—. Lo siento a veces soy un poco descortés —aseguró el individuo—. Mi nombre es Byakuran Gesso, lamento la tardanza, pero a veces uno no prevé el tiempo en que se tarda un avión en aterrizar.

— Debe haber sido un viaje agotador.

— No tanto, valió la pena —aseguró Byakuran—. Sobre todo, porque por fin lo pude conocer.

 

Un escalofrio recorrio el cuerpo de Tsunayoshi.

 

— Lo mismo dijo —aseguró el castaño.

— Me apetece bailar un poco —dijo Byakuran.

 

Tsunayoshi comprendió de inmediato la palabras de aquel hombre de cabellos blancos y ojos violetas.

 

— No soy un buen bailarín —dijo Tsunayoshi intentando hacerlo desistir de su proposición.

— No es necesario ser un buen bailarín —aseguró Byakuran—. Por favor —pidió el Gesso mientras extendía su mano.

 

Tsunayoshi no respondió nada, solo tomo la mano del albino aceptando la invitación. De inmediato Byakuran gio a Tsunayoshi al centro de la pista. Al parecer del Décimo Vongola, Byakuran Gesso era un tanto egocéntrico, pero lo guardo para sus adentros.

 

De inmediato, Byakuran posiciono una de su mano izquierda en la cintura de Tsunayoshi, mientras él castaños sujeto uno de los hombros de Byakuran.

 

Los invitados permanecieron en silencio, y por su parte Mukuro estaba a punto de ir a reclamarle a ese atrevido, cuando fue frenado por Hibari Kyoya.

 

— No hagas una escena —le advirtió Hibari—. Y mucho menos si es el invitado de honor.

— ¿Byakuran Gesso? —inquirió Mukuro.

— Así es —Hibari asintió—. No es como si Sawada Tsunayoshi no supiera cuidarse solo.

 

En el centro de la pista, Tsunayoshi esperaba que todo terminara.

 

— No sé por qué mintió —aseguro Byakuran.

— ¿A que se refiere? —inquirió Tsunayoshi.

— Usted es un excelente bailarín, Tsunayoshi-kun —aseguró Byakuran—. Es más usted es demasiado lindo. Es como un pequeño malvavisco.

— ¿Eh? —Tsuna enerco la ceja, “Ese sujeto le estaba coqueteando y de forma descarada”.

— Me gusta comerme a los malvaviscos —aseguro Byakuran mientras sonreía.

— Gracias, pero prefiero comer fruta —respondió el castaño—, y siendo más específicos prefiero las piñas.

 

La pieza término.

 

— Y si me disculpa —dijo Tsuna mientras se soltaba del agarre del albino—. Debo retirarme.

— Es aún muy temprano.

— Debo madrugar mañana, ¡Buon compleanno! —le deseo Tsunayoshi antes de salir del lugar.

 

Tsunayoshi se acercó de inmediato a donde estaban reunidos el resto de su familia.

 

— Nos vamos —ordenó Tsunayoshi con un tono autoritario.

 

Byakuran solo observo cómo se retiran los Vongola. En verdad, Sawada Tsunayoshi era alguien entretenido.

 

***

Base Italiana de la familia Vongola. 9 años y medio en el futuro.

 

Tsunayoshi se recargo en su sillón. Las cosas negociaciones con Giglio Nero habían cesado, y aparentemente la nueva alianza, entre Giglio Nero y la familia Gesso iba a dificultar las cosas. Volvió a ver un sobre blanco. Reborn había entrada hace algunos minutos.

 

— Supongo que iré a negociar yo —aseguro el hitman.

— No lo sé, tal vez sería mejor que yo fuera —respondió Tsunayoshi—. Reborn.

— Hum… No te preocupes estaré bien aseguró el hitman.

— ¿Pero?

— Te preocupas de más, solo asegurate de que Lambo no haga mucho alboroto mientras no estoy —pidió el hitman.

 

Tsunayoshi observó a Reborn salir de la habitación con su habitual porte despreocupado y lleno de confianza. Sintió una punzada de remordimiento, ya que él sabía que Reborn no regresaría. Había hablado con el arcobaleno, pero este solo dijo: — Debes comprender que el bienestar de la familia, es antes que el propio.

 

***

Base Italiana de la familia Gesso. 9 años y medio en el futuro.

 

Byakuran sonrió complacido al ver al arcobaleno Reborn. Era tan irónico, no esperaba que el arcobaleno del hitman se pusiera solo en bandeja de plata.

 

— Oh, Reborn. No esperaba que tú vinieras ha hacer las negociaciones —aseguró el albino.

— Terminemos con esto —dijo el hitman mientras transformaba a León en una pistola— tanto tu como yo sabemos que no habrá ningún cese al fuego. La única opción es matarte.

— Luces muy confiado, Reborn —respondió en tono juguetón Byakuran—. Pero. Gracias.

— ¿Gracias? —Reborn enarco una ceja.

— Por ser el sujeto de prueba —respondió Byakuran—. Es más, esta habitación hace que tu maldición sea activada —comentó Byakuran complacido.

 

Reborn vio de inmediato que su cuerpo había comenzado a encogerse.

 

— No deberías estar tan sorprendido —aseguró el Gesso—. Después de todo, solo tuve que liberar un gas nocivo para los arcobalenos. Pronto los demás arcobalenos sufrirán tu destino.

— No lo permitiré —hablo Reborn con una apariencia de un niño de cinco años.

— Eres fuerte, pero el Tri-ni-sette te limita —aseguro—. Además dentro de poco no serás ningún obstáculo. Ya que, no quieres que le pase nada a tu líder.

— ¿Qué le hiciste maldito? —gruño el hitman mientras bajaba el arma.

— Nada —aseguro burlón—. Pronto el Tri-ni-sette está completo.

 

Byakuran se acercó a Reborn y tocó el pacificador de color amarillo que pendía del cuello del hitman, de pronto un brillo del color de las llamas del cielo iluminó la habitación.

 

— Bye bye —dijo Byakuran, mientras sostenía el pacificador de color amarillo en sus manos.

***

Base Italiana de la familia Vongola. 9 años y medio en el futuro.

 

Estaban reunidos en la sala de juntas, todos los guardianes se encontraban en el lugar esperando a que Tsunayoshi entrara en la habitación.

 

— Juudaime, está tardando —dijo Hayato.

— Es raro que se demore tanto —aseguró Takeshi.

— Es más, no he visto a Reborn —comentó Lambo.

 

Tsunayoshi entró acompañado de Mukuro, el menor tenía un aspecto cansino, y un par de ojeras en sus ojos.

 

— Juudaime/Tsuna/herbívoro —mencionaron de inmediato sus guardianes al ver a su jefe desmejorado.

— Perdon por la tardanza —se disculpó el guardián de la niebla—. Hablaré yo, ya que Tsunayoshi-kun, como lo notaron esta algo indispuesto en este momento —comunicó el guardián de la niebla mientras sentaba a Tsunayoshi en la silla que se encontraba a la cabeza de la mesa.

— ¿Habla de una buena vez Mukuro? —pidio algo impaciente Hayato.

— Seré conciso, el dia de ayer, el arcobaleno Reborn fue a negociar una alianza con la familia Millefiore, pero… Él fue asesinado.

 

Los presentes se quedaron atónitos, conocían al hitman. Lambo se puso abruptamente de pie.

 

— Ya Mukuro, déjate de bromas —pidió Lambo.

 

La pantalla que se encontraba atrás de Tsunayoshi se prendió. En ella apareció el rostro burlón de Byakuran.

 

— Pero si no es ninguna broma —aseguró Byakuran—. Yo mismo asesine al arcobaleno.

 

Lambo de se quedó en shock ante las palabras del albino, Tsunayoshi se levantó furioso tirando la silla en la que estaba sentado.

— ¿Que carajos quieres? —gruño furioso Tsunayoshi.

— Oh, solo quería darles el pésame —aseguró el Gesso.

— No finjas Byakuran —gruño Tsunayoshi.

— Es muy cruel de tu parte —comentó Byakuran mientras sonreía—. Es más sólo quiero proponer una alianza con la familia Vongola.

— No seas cínico —respondió Mukuro.

— ¿Como si quisiéramos? —gruño Gokudera.

— Que malvados son —respondió Byakuran—. Solo necesito una cosa de ustedes —afirmó..

— Pues no la obtendrás —aseguro Tsunayoshi mientras se quitaba el anillo del cielo y lo destruye.

— Deja de bromear Tsunayoshi, tu nunca destruirias los anillos.

— No era una broma —aseguró el castaño—. Lo importante es la Voluntad, los anillos solo son anillos —afirmó.

— Tu, imposible —murmuró Byakuran—. No pudiste haber destruido el anillo del cielo.

— Oh claro que lo hice —aseguró Tsuna—. Es más me asegurare de reducirlo a la nada.

 

Byakuran cortó la comunicación de improvisto, está furioso, el Décimo Vongola lo había sacado de sus casillas.



***

Templo de la familia Giglio Nero. 10 años en el futuro.

 

Los presentes estaban serios y el ambiente se había vuelto tenso. Todos estaban a la expectativa de cada nueva revelación proporcionada por Irie.

 

— ¿Prueba de sucesión? —preguntó dubitativo el castaño.

— Así es —respondió Irie—. De hecho al ser capaz de usar el anillo Vongola del cielo ya eres prácticamente el siguiente sucesor, pero. Aun te falta heredar la voluntad de Vongola. El hecho de que seas capaz de portar el anillo es porque el anillo te eligió.

—  La almeja pasa por su forma de generación en generación —hablo Yuni.

— ¿A qué te refieres? —pregunto el castaño.

— Desde pequeña siempre he podido escuchar una canción de cuna.

— ¿Canción? —murmuró Irie.

— Si, esa canción describe cada parte que conforma  el Tri-ni-sette —aseguro Yuni—. En el caso de los anillos Vongola, se refiere a que los estos son heredados de generación en generación.

 

«Deseo que heredes mi voluntad», escucho de nuevo Tsuna la voz de Giotto.

 

— ¿Heredar tu voluntad? —cuestionó el castaño.

 

Los demás observaron a Tsuna, hablar consigo mismo.

 

— Pero…

— Tsuna —lo llamo Colonello—. Despabilate, estas disperso.

— No es eso —aseguró Yuni—. Escuchaste algo, Tsuna-kun.

— ¿Eh?... perdón —respondió el castaño.

— Es imposible que nosotros realicemos la ceremonia de sucesión. Lamentablemente Vongola Nono, paso a mejor vida —interrumpió Gamma.

— ¿A que se refiere Gamma-san? —inquirió Irie.

— Cuando Sawada Tsunayoshi, tomó esa prueba —hablo Gamma pausadamente pensando cuidadosamente en qué decir—. La jefa, fue invitada por Vongola Nono, solo estuvieron presentes los guardianes de la novena y décima generación de la familia Vongola, y por supuesto la jefa y yo.

— Entonces me puedes decir que tengo que hacer —hablo Tsuna.

— No… Sawada Tsunayoshi solo supo de la prueba hasta el dia en que la realizó. Además es necesario que esté presente, Timoteo Vongola.

— ¿Pero?... debe habra alguna forma —interrumpió Colonello.

— La hay —aseguro Yuni.

 

Todos miraron con expectativa a la líder de Giglio Nero.

 

— Es cierto, que por lo general esa prueba la aplica en líder de Vongola previo, pero. También es necesaria la llama de cielo —dijo Yuni—. Es posible realizar la prueba —aseguro Yuni. Además, Vongola Nono nos prestará su poder.

— ¿Como? —pregunto Tsuna.

— Los anillos Vongola, guardan la conciencia de sus portadores, para guiar al jefe en turno —respondió Yuni.

 

Paphiopedilum argus *1: debe su nombre al hecho que su intensa puntuación roja haya recordado Argo, horroroso monstruo de los ciento ojos de la mitología griega llamados por los griegos Panoptes «que ve todo».


Es una orquídea de tamaño mediano, de hábito terrestre que prefiere el clima caliente al fresco. Tiene hojas elípticas o elíptico-oblongas, de color verde claro con ligeras manchas oscuras con un vértice bífido minuciosamente aserrados. Florece en la primavera y principios del verano en una inflorescencia erecta, de 37,5 cm de largo, de una sola flor y con una bráctea floral elíptica

Notas finales:

Actualizado el 21/07/2015 a las 9:28 p.m.

 

OMG!, siento que este capítulo dejo salir mi lado malvado. 


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