Capítulo VI: El friki del beisbol
Tsuna comenzaba a acostumbrarse a vivir en Kokuyo, se disponía a salir de casa para asistir a la escuela, cuando de pronto vislumbro al chico de cabello plateado y ojos verdes esperándolo a fuera de su casa.
— Go… Hayato-kun, —se corrigió el castaño antes de pronunciar el apellido del peli plateado— ¿Qué haces aquí?
— Vine a escoltarlo para ir a la escuela, Juudaime. —Dijo feliz Hayato.
— ¿Cuánto tiempo llevas esperando afuera? —pregunto el castaño.
— Como no sabía a qué hora salía para asistir a la escuela, lo estoy esperando desde las cuatro de la mañana.
— Las cuatro de la mañana, Hayato-kun, no era necesario que llegaras tan temprano, además pudiste haber pasado a mi casa.
— Pero eso sería una gran descortesía de mi parte.
— Hayato-kun, no era necesario que vinieras por mí para r a la escuela, gracias. —Dijo el castaño.
Comenzaron a caminar rumbo a la escuela, por alguna razón Tsuna sentía tenso el ambiente en la secundaria, más que de costumbre. Al entrar a la escuela, Gokudera y Tsuna observaron que al parecer el equipo de beisbol se encontraba totalmente tenso, murmurando algo como: — si perdemos, contra el equipo de Namimori, Mukuro-sama nos matara.
Tsuna, volvió a escuchar hablar del presidente del consejo estudiantil, pero no le tomo mucha importancia, cuando de pronto se quedó mirando al chico de ojos heterocromático, tenía perforaciones en las orejas, y su uniforme era un poco más tenía un par de decoraciones en el cuello y en los hombros que le daban un estilo militar.
— ¡Buenos días!, kufufu… Como ya saben deben destrozar, aniquilar y despedazar a la competencia, así que por ellos equipo de beisbol. —Dijo sonriendo Mukuro— por cierto me menciono el capitán de beisbol, que se fracturaron un par de alumnos, así que el par que se encuentra allá —alzo su mano derecha para señalar al castaño y al de ojos verdes— serán miembros por este día.
— Hiiiiiiiiiii —grito sorprendido el castaño.
— ¡Estúpida cabeza de piña! —grito Hayato furioso— tú no eres nadie para ordenarnos nada. Y si tanto te interesa el beisbol, ¿Por qué no juegas tú?
— Oya, oya… Hace tiempo nadie se atrevía a desafiarme, yo soy el presidente del consejo estudiantil, Chikusa —llamo Mukuro a su fiel mano derecha— encárgate de las molestias.
Gokudera sintió los deseos asesinos, por lo que se apresuró a colocar a Tsuna detrás de él, de repente diviso un par de yoyos dirigiéndose hacia ellos, sin dudarlo saco un par de bombas para proteger a su preciado Juudaime, sin embargo el ataque de Chikusa fue detenido por un bate de madera.
— Ma, ma, chicos cálmense no es tiempo de estar tan agresivos en la mañana —dijo Yamamoto Takeshi, sonriendo de manera despreocupada.
El bate de madera que se encontraba enredado por los yoyos de inmediato quedo destrozado. Por su parte Gokudera se encontraba furioso, y no era precisamente el sujeto de los yoyos en quien recaía todo su odio, se suponía que era el deber de él “Gokudera Hayato, fiel mano derecha de Sawada Tsunayoshi protegerlo” y como si nada llegaba un tipo con cara de idiota sonriendo.
— Kufufu, así que eres capaz de detener un ataque de Chikusa.
— En serio, no deberían estarte riendo, pudiste haber lastimado a ese par.
— Solo, estaba poniendo las cosas en su lugar.
— Intimidación. —Los ojos de Yamamoto eran fríos.
— Así que eres de Namimori. Yo soy el presidente del consejo estudiantil, como podrás darte cuenta ese par está desobedeciendo ordenes —dijo mirando a Yamamoto— tú eres la estrella del equipo de beisbol, si no me equivoco tu nombre es Takeshi-kun.
— Con que me digas Yamamoto, es más que suficiente, presidente. —Dijo de manera retadora— aunque el chico tiene rzon, no puedes obligarlos a jugar, y menos cuando no es su pasión el beibol.
— Que interesante teoría, pero estamos cortos de alumnos…
— Sera interesante ver a Tsuna intentanto golpear la pelota en vez de que esta lo golpee, Rokudo Mukuro.
Se acercó Reborn con su sádica sonrisa en el rostro, sin duda Yamamoto Takeshi tenía algo que le llamaba la atención, y que mejor que observarlo en un juego amistoso.
— No crees que los intrusos no deberían estar dentro de la escuela —reclamo Mukuro al ver al hombre de fedora— y menos uno con apariencia tan extraña.
— Eso dice un delincuente, pero yo no soy un intruso, soy un nuevo profesor y tutor de uno de los salones de primero. Pero como dice Yamamoto, tú no tienes el poder para hacer que mis Sawada y Gokudera juegan, pero yo sí.
Tsuna, estaba a punto del colapso, primero llegan a la escuela, los amenaza el mismo Rokudo Mukuro para jugar, Gokudera se enoja, Mukuro manda al sujeto con el gorro a atacarlos con yoyos, llega un estudiante de Namimori y luego llega Reborn.
— No me interesa la opinión de los maestros, pero aceptare su sugerencia Katekyo-san. —Dijo Mukuro de forma sarcástica.
— Tsuna, Gokudera… Tienen prohibido perder, si pierden —sonrió— preferirán la muerte.
Dicho lo último por el tutor, Mukuro y Chikusa se fueron del lugar. Reborn sonreía mientras bebia una taza de café que misteriosamente había aparecido.
— Gracias, Yamamoto-kun —dijo con una breve reverencia Tsuna.
— Juudaime usted no debería agradecerle a este sujeto.
— No es nada, aunque ustedes dos parecen un par de conejos entre lobos —dijo donriendo el moreno.
— Maldito, que estas insinuando —dijo Gokudera— Juudaime es claramente un león ante los estudiantes de esta escuela.
— Hayato-kun, cálmate.
— Ma, ma no quería molestar… Aunque ese Mukuro parece ser un buen sujeto.
— ¿Cómo? —dijeron al mismo tiempo Tsuna y Gokudera.
— Bueno, supongo que los veré en el partido —Yamamoto comenzó a caminar hacia el área de beisbol.
Por su parte solo estaban Tsuna y Gokudera.
— Es un tipo raro, Juudaime.
— Tienes toda la razón.
*** *** ***
Gokudera se encontraba sentado en la banca, apoyando a su Juudaime, el que en estos momentos se encontraba bateando la pelota, strike uno, anunció el pitcher, ocasionado que la fiel mano derecha quisiera gritar una serie de improperios, pero su estimado jefe, le había dicho que debía controlarse y no ser tan impulsivo. Y él debía cumplir con sus palabras.
Strike dos, y finalmente strike tres, Tsuna regreso caminado con la vista entre los pies.
— No se preocupe, Juudaime usted hizo su mejor esfuerzo —dijo tratando de levantarle los ánimos a su jefe— Juudaime, yo me encargare de que no puedan golpear la pelota.
De esa forma Gokudera se colocó el guante en su mano izquierda, para el no importaba la escuela, solo quería ver a su Juudaime feliz, de manera precisa logro ponchar a los dos primeros, cuando llego el tercero, con su típica cara de idiota.
— Wow, eres un buen lanzador pero voy a batear un homerun.
— Inténtalo si puedes friki del beisbol —reto Hayato.
Strike uno, Gokudera sonrió al escuchar esas palabras, strike dos, Gokudera no cabía de la emoción en sí mismo. Strike tres, sin embargo los alumnos comenzaron a gritar de manera efusiva “homerun”. Hayato estaba incrédulo, estúpido friki había logrado golpear uno de sus lanzamientos, y no solo eso había mandado lejos la bola.
Reborn sonrió ante este hecho, ese chico podría jurar que si no fuera un alumno común, sería un gran hitman.
Gokudera regreso totalmente deprimido le habia fallado a su Juudaime.
— Lo siento Juudaime —dijo arrodillándose en el suelo.
— Hayato-kun, no es necesario. Solo es un juego —dijo tratando de reconfortar a su amigo.
Yamamoto escucho el comentario de Tsuna, y se acercó al par.
— Por eso pensé que ustedes no deberían jugar, no tienen pasión además de que n es un simple juego al menos yo lo tomo con toda la seriedad del mundo. —Dijo antes de alejarse.
Tsuna, se quedó en silencio. Era verdad lo que les había dicho Yamamoto-kun, para el juego era totalmente serio. Entonces el también sería serio al respecto. Reborn sonrió ante la mirada decidida de su dame-alumno.
Se disponía a salir un jugador para batear, sin embargo Tsuna lo detuvo.
— Lo intentare de nuevo —dijo con su voz calmada.
— Estas mal, eres pésimo —dijo uno de los alumnos.
— No fallare, si Yamamoto-kun es serio, yo también lo seré —dijo el castaño mientras tomaba el bate.
Yamamoto se quedó sorprendido al ver al pequeño castaño al lugar designado para el bateador.
— Te dije que no eran serios.
— Lo seré.
Yamamoto se dispuso a lanzar, sin embargo la mirada del castaño era diferente a la que mostro en su primer intento al tomar el bate en sus manos, no era una mirada asustadiza, era totalmente seria, sonrió de lado el moreno y se dispuso a lanzar una bola rápida, cuál fue su sorpresa el escuchar a la porra de Kokuyo gritar “homerun”. ¿Cómo había pasado?
— Supongo que quedamos empatados —fue lo que dijo Tsuna para irse de regreso a la banca en donde lo esperaba su mano derecha.
— Juudaime, felicidades por su duro esfuerzo.
Mientras Yamamoto no salía de su asombro, solo existían dos personas sonriendo, una era Reborn mientras la otra era Mukuro.
— Esa pequeña llama aun es solo una chispa, será divertido jugar con ese conejo.
*** *** ***
Gokudera y Tsuna se dirigían de regreso a la casa del segundo cuando gruño el estómago del primero.
— Lo siento Juudaime, es que no me dio tiempo desayunar, y por la emoción de irlo a escoltar se me olvido el dinero en casa.
— No te preocupes, vamos a comer algo de sushi. —Dijo el menor sonriendo— acaban de abrir un lugar cerca.
— Pero Juudaime.
— No te preocupes, somos amigos.
Se encontraron con el amable dueño del sushi. Aparentemente esta era su segundo puesto ya quee el principal se encontraba en Namimori, por lo que se encontraba supervisando el lugar.
— Papá, vine por ti para que nos fuéramos juntos a casa.
Aquella vos era sumamente conocida.
— Yamamoto-kun/ friki del beisbol —pronuncio ese par al ver al moreno.
— ¿Los conoces Takeshi? —pregunto el mayor.
— Si, jugué contra ellos —dijo el menor— Sawada, lamento haber dicho que no eras serio.
— Oe, que clase de disculpa es esa, deberías pedirle a Juudaime perdón de rodillas.
— ¿Juudaime? — mencionaron confundidos ambos Yamamotos.
— Sí, es el “decimo líder de la Familia Vongola” —exclamo Gokudera victorioso.
— Vongola, ¿es una clase de almeja? —cuestionó el mayor.
— Wow, Tsuna ¿puedo ser tu mano derecha? —pregunto el moreno, ganándose una mirada de odio por parte de Hayato.
— ¿Quién te crees fiki del beisbol?, yo solo la mano derecha de Juudaime.
— No te preocupes, puedes ser la izquierda. —Dijo sonriendo el moreno.
Ese par seguía peleando bajo la mirada de Tsuna y el padre de Yamamoto.
— Ya que son amigos de Takeshi, lo que consuman será por cortesía de la casa —dijo el mayor sonriendo después de todo tenía tiempo que no veía a su primogénito tan entusiasmado.