No es posible que ya haya transcurrido un año, en el que decidimos firmar nuestra unión, un año en el que te pedí ante toda nuestra familia que si querías unir tu vida con la mía.
Tal vez en ese entonces ambos éramos muy jóvenes, jóvenes que querían jugar a casarse y a formar una familia, y aun no terminábamos nuestras carreras, pero a nosotros nonos importaba eso, ya que sentíamos que nuestra mayor primordial era la de unir nuestras vidas para siempre.
Pero yo sentí que también tenía que terminar mi carrera para así y poder tener un trabajo en el cual pudiera yo cumplí mis más grande sueño que el poder darte todo lo que quisieras tener.
Y cuando pude al fin cumplirlo decidimos independizarnos, alejarnos de la mansión, pero del único de quien no pudimos alejarnos fue del radar de tu hermano Ikki de Fénix,
Ya que él quería saber si yo cumplía mi palabra, la cual era que mientras yo viviera nunca te haría falta nada.
Cada vez que yo tomo tus manos y la entrelazos con las mías, puedo sentir que en tu mano aún se encuentra ese anillo, el cual es el símbolo de nuestra unión y cuando beso tus sonrojado y apetecibles labios, logras que mi alma se sienta tan feliz y se manifiesta haciéndome sentir como si fuera el primero que te doy, porque aun logras que me sienta inexperto de la vida, porque tú eres lo que más quiero en este mundo.
A pesar de los cambios que se han manifestado en tu cuerpo, todavía pienso que lo estamos viviendo es un sueño, del cual por ningún motivo quiero despertar. Pero creo que todo esto es obra de los dioses, por habernos bendecidos de una manera exagerada, ya que hicieron que en tu vientre este protegiendo el fruto de nuestro gran amor y de la alianza de nuestra almas.
Me había vuelto loco en el preciso momento en el que me lo dijiste, y eso ocurrió en una velada romántica, en la cual nos encontrábamos tu y yo, y el lugar era hermoso adornado con flores e iluminado con la luna y las estrellas, y este hermoso lugar se encontraba en un claro del bosque. Los nos encontramos sentados en el pasto, en este instante los dos nos encontrábamos juntos abrazados como si no hubiera un mañana.
Hyoga, amor – me lo dices con tu vista posada en tus manos, las cuales se encontraban sosteniendo una cajita de color roja con un moño de color azul metálico.
¿Qué es lo que ocurre , conejito - me encuentro algo preocupado, pero aun así logro que te sonrojes.
No es nada malo, bueno a mi parecer, pero aún no logro saber cómo decírtelo - te noto muy nervioso – toma – fue lo único que me dices, a la vez que depositas en mis manos esa caja, que hace unos instantes tu tenías entre tus delicadas manos.
¿Qué esto – es lo único que logro decir ya que yo me encontraba lleno de curiosidad, por querer saber que era lo que contenía esta cajita.
Ábrelo, en ella se encuentra la razón por la cual no he sentido tan bien en estas últimas cuatro semanas – me lo dices con una sonrisa adornando tu hermoso rostro de ángel.
Es cierto que últimamente te he notado un poco pálido, y en algunas ocasiones en especial por las mañanas te veía que te dirigías corriendo hacia el baño, pero nunca me dijiste que era lo que te pasaba y yo no quería presionarte para que me lo digieras.
Está bien lo hare – te lo digo nervioso por saber que era lo que contenía y justo cuando la abro, mi vista se ve opacad por dos lágrimas al saber el significa do del contenido de la cajita, lo siguiente que hice fue regresarte a ver con mi rostro lleno de felicidad – amor, es cierto esta inmensa felicidad - te lo digo demostrando a la ves una esperanza que se instaló en mi corazón justo en el momento que aceptaste con tu mirada.
Si es cierto, me hice unos análisis, y por lo menos tengo cuatro semanas de gestación y por el momento el doctor dice que todo está bien - y lo único que logro hacer en estos momento es levantarme y ofrecerle mi mano para que pose la suya en ella y así poderlo levantar y posar mis manos en su cintura y darle un abrazo no muy apretado ya que lo único que no quiero hacer es lastimar a nuestro pequeño angelito, y poso mis labios a los suyos y le ofrezco un beso cargado de muchas gracias por convertirme en padre.
Gracias, Shun, por haberme dado el mejor regalo que se puede dar en este mundo y te prometo que nunca te dejare solo con nuestro angelito, que siempre estaré contigo – es lo único que le puedo decir en estos instantes, y logro vislumbrar que en sus pequeños ojos se asoman una lágrimas, las cuales amenazan que van a salir, pero yo las detengo ya que no quiero que arruinen este rostro lleno de alegría.
Y es así como comenzó nuestra mayor felicidad, pero nunca creí que fuera a durar muy poco, sobre todo para ti Shun de Andrómeda...