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Katekyo Monster Reborn por Riona_Sagita

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Notas del capitulo:

Bueno niñas y niños, se que estaban preoupados, pero entre luchar contra el bulling que le hacen a un amiga encargos de cosplay y que la señorita Caelum tambien tiene su vida, se no ha pasado ya la mitad de Junio.

Sin nada mas que decirle que reviews respondidos, el cap :3

Séptimo Mordisco – Ryohei Sasagawa

 

Su garganta se sentía seca mientras que una leve picadura en su encía comenzaba a molestarle, la falta de sangre estaba empezando a afectarle y eso se reflejaba claramente. Él no era lo suficientemente viejo como para poder vivir sin sangre más de una semana, pero lo últimos acontecimientos le habían hecho dejar un poco su dieta.

 

Para sus padres tal vez a él le pareciera una medida muy extrema que estaba tomando, pero si no tenía al herbívoro junto a él como sus instinto le pedía, podía pensar mejor y eso exactamente lo que necesitaba, necesitaba descubrir que era Sawada Tsunayoshi mas allá de lo exquisita que fuera su sangre, el chico era una humano ordinario y su pareja.

 

Sanguinem Furor —Esas dos palabras en Latín hicieron que su atención regresara al mayor de los gemelos Rokudo.

 

Hace unas horas le había ordenado a Kusakabe que organizara una reunión discreta con los gemelos Rokudo, su búsqueda estaba llegando a un callejón cerrado y podía asegurar uno de sus colmillos a que las respuestas que necesitaba lo tenían ese par de gemelos. La princesa de los Millefiore no era un opción, sus instintos le decían que ella era una herbívora que podía traerle grandes problemas si le exigía las respuestas que quería , por lo que su única opción eran los gemelos.

 

Kusakabe les había organizado una reservada cena en la suite del hotel donde los gemelos Rokudo y sus hombres se estaban alojando.

 

Su mirada analítica recorrió a Mukuro Rokudo, quien tenía una chaqueta de vestir —semi informal y con un estilo militar del siglo pasado— de color azul marino que hacía juego con el pantalón de vestir color vino tinto y sus botas negras. Sentada en las piernas de él estaba Chrome, se parecía a una pequeña loli gótica: en su cabello había un pequeño sombrero con encaje y perlas; usaba camisa de volantes de manga larga y, sobre esta, un vestido cuya falda de volantes y gran armado cubrían parte de la ropa de Mukuro; sus piernas eran cubiertas por medias alta blancas y un par de zapatos de tacón.

 

—¿Qué quieres decir? —Le preguntó luego después de unos segundo de silencio. Hibari había asistido al encuentro solo con un suéter cuello de tortuga gris y un sencillo pero elegante pantalón de vestir.

 

—Creo que estás sufriendo de ello —Mukuro dijo burlonamente.

 

—Mh, no te llamé para que habláramos sobre si tengo o no Sanguinem Furor.

 

—Yo creo que sí. Dime algo Hibari —Se inclinó un poco sobre su hermana, la cual no se molestó o inmutó por eso—, ¿desde cuándo no bebes algo de sangre de tu pequeño conejito? —El comentario burlón de Mukuro hizo que los colmillos sobresalieran de forma amenazadora.

 

—Hermano —Le reprendió la menor.

 

Ese pequeño regaño había servido para que ambos se calmaran, Hibari retrajo sus colmillos y Mukuro dejo de lado su actitud retadora.

 

—¿De qué quieres hablar? Debo decir que aún me sorprende que llamaras pidiendo una reunión con nosotros dos.

 

—Quiero que me digan todo lo que saben de Timoteo Di Vongola —Mukuro no pudo evitar alzar una ceja mientras que la pequeña Chrome le miro sorprendido.

 

—Pensé que ellos te habían explicado todo —Fueron las sencillas palabras de Mukuro.

 

—También lo creí; pero… —Entre sus ropas sacó la foto de un hombre vestido como obrero, en sus brazos cargaba un niño de cinco años y, junto a ellos, estaba un hombre bastante mayor. Este usaba una bermuda y una camisa con un estampado hawaiano— Timoteo Di Vogola. Se suponía que estaba muerto; pero esta foto es de hace diez años. El hombre que está junto a él es su hijo adoptivo y el bebe en sus brazos es Tsunayoshi Sawada. Hace veinte años, se compró una residencia a nombre de Iemitsu Sawada; pero el dinero provino de un fidecomiso extranjero de origen italiano. Puede parecer como que fue un regalo de un padre a su hijo; sin embargo, desde hace 10 años cuando esta foto fue tomada, Tsunayoshi sufrió un accidente. Según los reportes médicos solo fue un simple accidente que causó una fractura en la clavícula derecha producida por haber cocado en su bicicleta. Si fue un simple accidente, no explica por qué Timoteo dejó su escondite de tantos años, solo para ir a ver al niño por una simple lesión.

 

—Tal vez sea un abuelo muy preocupado por su nieto —comentó como si fuera la respuesta mas lógica a la acción del humano—. Sabes cómo son los humanos con sus seres queridos, dices que alguien se cortó un dedo y ya van corriendo al hospital.

 

—Defiendes mucho al viejo como para ser solo un humano más —Los ojos de Hibari estaban empezando a tener un leve tono rojo en sus irises azul grisáceo—. Lo que no cuadra en toda esta historia del abuelo preocupado por su nieto es que, si fuera solo una clavícula fracturada, ¿por qué Sawada estuvo 3 días en el hospital? ¿Por qué todo el personal que atendió al niño no fue de Japón? Y, sobre todo, ¿por qué el personal que lo atendió antes de la llegada de Timoteo no posee recuerdo de ese paciente?

 

—Son médicos y enfermeras, ven personas heridas y enfermas todos los días. Para ellos es difícil acordarse de todo lo que ven en su vidas —Hibari le miró de forma amenazadora a cada palabra que decía el mayor de los Gemelos.

 

—Desde ese accidente, Sawada tiene que ir una vez al año a una revisión médica  ya que su doctor viene una vez al año. Médico que viene desde Italia especialmente a verlo.

 

—Veo que has estado ocupado investigando; pero sigo entender qué tiene que ver Timoteo con nuestra reunión. Si solo querías hablar de tu pareja, creo que podrías reunirte con tus amigos y hablar de tu conejito todo lo que quisieras.

 

No pudo soportar más la actitud del mayor de los Rokudo, por lo que se levantó de su lugar y apoyó sus manos en la mesa, la cual estaba empezando a rayarse por la largas uñas del vampiro que habían empezando a sobresalir de sus dedos, a la par que sus colmillos.

 

—¡Quiero que me digan la verdadera razón por la que Timoteo haya estado oculto todo este tiempo y por qué sus ilusionistas han borrado la mente de todo paranormal que se acerca a los Sawada! Hasta donde se tiene entendido son solo mortales, no hay necesidad de que su familia se involucre... A menos que sea por el salvoconducto que Timoteo otorgó los Rokudo y a Reborn —Al terminar de declarar su exigencia la tensión entre el vampiro y los demonios era tan densa que era imposible de ocultar a terceros.

 

Largos segundos de silencio empezaron a invadirlos. El mayor de los demonios no apartaba su vista del príncipe de los vampiros, Mukuro quería reflejar en su mirada algo que le ayudara a no darle la respuesta que quería, no podía exponer nada más del asunto. Hibari había movido muy bien sus hilos, investigado muy bien todo lo que se relacionara con Sawada Tsunayoshi; sinceramente se había sorprendido cuando Fran le había mostrado una imagen del humano que ahora era la pareja del príncipe de los vampiros. El destino tenía una forma muy enferma de dejar eso muy claro.

 

—Buena movida Hibari —volvió a sonreír burlón—. Pero el salvoconducto nos obliga a mantener un voto de silencio, solo el mismo Timoteo puede decirte lo que pasa con Tsunayoshi Sawada; nosotros solo somos simples observadores, controlamos lo que pasa entre las sombras y mantenemos a raya ciertas creaturas infernales —El tono de su voz fue una clara señal para el vampiro de que del demonio no hablaría mas.

 

—Shamal —dijo la pequeña princesa de los Rokudo, sorprendiendo a ambos varones. A su hermano porque ella estaba revelando información secreta y al Hibari porque la joven princesa de los demonios era siempre callada y era muy rara las ocasión en la que ella intervenía directamente en un conversación—. Ese es el nombre del médico que trata a tu pareja —Elegantemente se levantó del regazo de su hermano, se sacudió un poco el vestido antes de caminar hasta estar junto al vampiro—. Debes entender que solo podemos decirte eso, no podemos romper las reglas que nos atan al salvoconducto.

 

—Espera, Nagi —Mukuro intentó detenerla pero, antes de que siquiera pudiera hacerlo, la menor de los Rokudo se quitó el parche dejando ver como solo había un orificio en donde debía estar su ojo. No poseía párpado y horribles marcas de quemaduras y venas negras eran claramente visibles en su tez.

 

—Esto —dijo la joven llamando la atención de Hibari quien jamás esperó ver el rostro de la chica sin el parche— es lo que los Vindice me hicieron al intentar hacerme hablar. Los órganos que faltan en mi cuerpo es el precio que tuve que pagar cuando lo lograron, lo único que dije fue un nombre y bastó para quedarme así. No me malentiendas Hibari, pero no deseamos impedir tu apareamiento pero las reglas que nos atan al voto de silencio son muy fuertes —La chica no dijo nada más, solo se cubrió su ojo para luego salir de la habitación.

 

 Sin nada más que decir, Mukuro se retiró con su hermana, dejando a un frustrado Hibari.

 

...

 

Aún no entendía del todo cómo se había curado de la noche a la mañana del fuerte golpe que había recibido de Ryohei. Cuando despertó en la mañana estaba en su habitación siendo despertado por Reborn; pero lo que sí le había dejado sin palabra era que, a la hora del desayuno, había un par de gemelos que estaban comiendo gustosamente la comida de su madre y no dejaban de hablar en Italiano.

 

—¿Por qué no mejor dejan de acabar con la comida de Nana y se van de regreso a donde pertenecen de una buena vez antes de que a él le de uno de sus berrinches? —Le dijo irritado el hitman al par de chicos.

 

—No —respondió el gemelo de marca de trébol en su ojo izquierdo.

 

—Queremos —Prosiguió el menor de los gemelos que tenía su marca de trébol del lado derecho de su cara.

 

—Irnos —Culminaron los dos antes de extender el tazón y pedir más arroz a Nana.

 

—Descuide Reborn, siempre hay comida para otro en la mesa —Le dijo una animada Nana que encantadamente servía más arroz a ese par de gemelos.

 

—Mamá —Dice el de marca derecha—, ¿le he dicho lo mucho que la amo? ¿No puede considerar dejar a su esposo y venir conmigo a Italia, amore? —Antes de que la pobre castaña pudiera decir palabra alguna ante el descaro del menor de los gemelos, Reborn le había agarrado el brazo, para luego aplicarle una llave al torcérselo y presionar su cara contra la mesa.

 

—¿Qué te dije sobre ser maleducado en la casa de otras personas? —Reborn claramente estaba irritado.

 

—Pero tú siempre lo haces con otros —le respondió el gemelo de trébol derecho, quien estaba comiendo como si no le importara que Reborn le dislocara el brazo a su hermano.

 

—Eso no viene al caso, el hecho es que ya entregaron el mensaje y ya pueden regresar a Avalón.

 

—¿Bromeas? Tenemos permiso de salir y no lo hemos hecho desde hace 5 años. ¿Sabes lo aburrido que es estar en ese lugar sin nada que hacer? —Se quejó el gemelo del trébol izquierdo, que aún con la llave en su brazo intentó hablar como si nada pasara.

 

—El regresar no va a evitar que él venga, te fuiste y no le dijiste nada. Estaba muy molesto cuando supo que vendrías a Japón sin consultarle o por lo menos comentárselo —Tsuna miraba la conversación de los tres, aunque parecía que fueran dos personas, ya un gemelo terminaba lo que el otro iba decir, como si estuvieran conectados entre sí al responderle a Reborn y, por lo poco que podía entender, el hitman se había ido sin avisarle a una persona y esta iba venir a verle. Pero Reborn quería deshacerse del par de gemelos que, por lo visto, era lo único capaz de hacer que Reborn saliera de esa aparente calma que siempre tenía para cualquier situación.

 

—Tsuna —Le llamó, Tsuna regresó su atención hacia Reborn, sorprendiéndose que de ahora tenía a los dos gemelos contra la mesa—. Come algo y sal de una vez a la escuela, Leon te acompañara esta vez y Gokudera te estará esperando en la estación de tren.

 

—¿Cómo lo sabes? —Desde que Reborn había empezado a entrenarlo, había dejado de ir con Gokudera a Namimori.

 

—Solo haz lo que te digo —Le dijo antes de levantar a los dos chicos y sacarlos del comedor.

 

—Son un par de chicos divertidos –Fue lo único que dijo Nana antes de darle el desayuno a Tsuna.

 

—¿Quiénes son? —Le preguntó antes de tomar un poco de arroz con su palillos.

 

—Los hijos de Reborn… ¡¿Tsuna, estás bien?! —Rápidamente le dio unas palmaditas en la espalda, Tsuna se había ahogado con el arroz—. Toma algo de agua —Le ofreció un vaso con agua el cual no dudo en beberse.

 

—¿Sus hijos? —le preguntó con un hilo de voz, aún dudoso de lo que le había respondido su madre.

 

—Sí sus hijos, dijeron que habían entregado su recado pero querían pasar a saludar a su padre. Al principio no entendí ya que tu padre no está en la casa, así que no podía ser él; tú aun eres muy joven como para tener hijos, además ellos son mayores que tú y luego recordé que tu tío Reborn se estaba quedando con nosotros. No recuerdo haberlos conocido cuando tu tío vino la última vez; pero es lindo conocer a la familia —Por más que su madre intentó sacarle tema de conversación el castaño solo podía responderle con monosílabos.

 

De camino a la estación, aún no dejaba de sorprenderle que Reborn fuera padre, no era el hecho en sí de que lo fuera, sino de la edad que tenían ambos gemelos. No parecían mayores de 18 años y no parecían ni llegar a los 30, si esos chicos eran los hijos de Reborn, eso quería decir que él había tenido esos gemelos a los 12 años. O tal vez Reborn no era del todo humano como le había dicho, y tal vez era como Gokudera, Enma y Yamamoto, que tenían más edad y aparentaban tener menos años. Sí debía ser eso.

 

—Le preguntaré a Gokudera cuando lo vea —Se dijo a sí mismo un poco más calmado al conseguirle una solución racional a su dilema. Ahora que lo pensaba más claramente, ese par no se parecía casi en nada a Reborn, tal vez en el color de cabello y en la tonalidad de su tez; pero sus ojos, fisionomía y rostro… posiblemente lo habían heredado de la madre.

 

Tsuna miro a Leon unos segundos antes de preguntarle: —¿Qué clase de persona es la esposa de Reborn? —Pero el camaleón no hizo nada más que sacar la lengua y comerse un pequeño insecto volador que pasaba cerca de ellos—. Mejor le preguntaré a Gokudera o a Enma.

 

 

Su recorrido a la estación fue calmado y hasta cierto punto normal. Al llegar a la estación, Gokudera estaba oyendo algo de música mientras leía un pequeño libro que tenía en su mano, su cabello estaba suelto y su uniforme, como siempre, estaba de cierta forma desarreglado.

 

—Buenos días, Décimo —Le saludó sin verle.

 

—¿Cómo sabías que era yo si aún no te he saludado? —le preguntó cuando el cambia forma felino se quitó los audífonos.

 

—Tu olor —Fue lo único que le dijo antes de entrar a la estación con Tsuna.

 

—… Mejor dime, ¿qué estabas leyendo? —preguntó queriendo cambiar un poco el tema, aún no le gustaba mucho el tema sobre su aroma y seguía algo molesto con Gokudera por lo del otro día.

 

—Sobre cierto avistamiento de UFO (1) —a Tsuna le parecía irónico que un cambia forma felino creyera en ovnis pero, ¿quién era él para criticar? Hasta hace un mes no creía en hombres lobo, vampiros ni nada de eso y ahora estaba en pleno huracán de la tormenta, así que lo mejor era no comentar mucho sobre el tema o terminara siendo secuestrado por onvis.

 

—Gokudera —llamó, haciendo que el albino dejara de hablar por un minuto sobre los avistamientos de naves extraterrestre para concentrase en él.

 

—¿Sí, Décimo?

 

—¿Qué sabes sobre Reborn? —cuestionó un poco dudoso.

 

Gokudera se quedó unos minutos en silencio pensando sobre la pregunta de Tsuna.

 

—Es algo difícil de responder, todo conocen a Reborn ya que es el mejor asesino a sueldo que se puede contratar y el mejor cazador. No sé mucho sobre los detalles de cómo pasó de ser un cazador a ser uno de los aliados más fuerte de los Vongola.

 

—¿Vongola? ¿Qué es eso?

 

—Se puede decir que es la realeza del mundo paranormal —La suave brisa que empezó llegar le indicó a ambos chicos que el tren estaba por llegar. Sin dejar de hablar del tema se ubicaron en las puertas de seguridad, esperando  que llegara el tren.

 

—Ellos son como los líderes del mundo paranormal, se dice que el jefe de la cabeza está emparejado con el Rey de los Vampiros o el Vampiro original. Tiene a sus servicios a los demonios guerreros y es aliado de lo alphas más fuertes entre los cambia formas —Cuando la puertas se abrieron entraron rápidamente al vagón del tren, ubicándose en el medio.

 

—No sé mucho de lo [M18] que pasó en esa época; pero sé que todo estaba en caos ya que Alemania estaba invadiendo el mundo. El Servicio Secreto estaba realizando investigaciones en las artes oscuras por órdenes de Hitler pues quería resurgir la raza Aria.

 

—No entiendo qué tiene que ver eso con Reborn.

 

—Reborn era un oficial de la SS.

 

 

 

—Hablen de una buena vez, ¿por qué están fastidiando? —Le preguntó a los gemelos antes de sacar un cigarrillo.

 

El asesino los había llevado a la habitación de invitados que usaba para descansar en la casa de los Sawada.

 

—Nos pidieron vigilar a los Sawada —dijo el menor de los gemelos al acostarse en la cama.

 

—El vampiro está haciendo preguntas y Timoteo no quiere que nada sea revelado, teme que los Vongola se enfaden si descubren lo que realmente pasó.

 

—Hágame un favor, llamen a la vaca estúpida y hagan que no salga de Avalon, lo más probable es que los Varia estén en Japón, observándonos.  A ninguno de ellos les simpatizan mucho los humanos y dudo que acepten a Tsuna como pareja de Hibari.

 

—Mmm… creo alguien está preocupado —comentó el mayor de gemelos al acostarse sobre su hermano y miraba despreocupadamente al hitman.

 

—Deberían decirle y ya, ni que se fuera molestar —Solo pudo suspirar y masajearse un poco la sien. Ese par siempre le daba dolores de cabeza; aún no entendía por qué diablos había aceptado el hecho de que ese par era suyo y por qué hasta el día de hoy no se había desecho de ellos.

 

—Par de inútiles. Solo hagan lo que les digo, no quiero que la vaca estúpida se tope con los Sawada, ya es suficientemente malo con sus berrinches. Si viene aquí tendremos que dar explicaciones a Primo  y aún no es hora. Todavía sigo sorprendido de que Tsunayoshi terminara siendo la pareja de Hibari.

 

—Deberías decirle al vampiro. Además todo esto es culpa de Timoteo, no nuestra —El gemelo Tauni intentó acomodarse mientras su estómago seguía siendo la almohada de su hermano mayor.

 

—Solo háganlo —Le dijo abriendo la puerta para irse.

 

—Lo haremos… solo si llamas tú primero; en verdad estaba triste cuando te fuiste —le dijo el gemelo mayor. La única respuesta del hitman fue cerrar la puerta e irse de la habitación.

 

—Le llamará —dijo el mayor, sentándose.

 

—Lo hará —le afirmó.

 

Ambos gemelos sabían que aunque Reborn insultara a Lambo, el asesino se preocupaba por él. Más de una vez habían visto las escasas muestras de amor del hitman con el moreno; pero también habían observado durante sus 20 años de edad que Lambo era un llorón y algunas veces sus berrinches eran realmente un dolor de cabeza.

 

 

Era el primer receso del día y ya el aula estaba animada con la discusión de Gokudera con Yamamoto, el segundo intentaba convencer Tsuna de unirse al club de béisbol y el primero trataba de alejar a Yamamoto del Décimo.

 

Enma, por su parte, estaba oyendo música mientras Adelheid estaba hablando en la puerta del aula con una chica morena algo extraña —quien Gokudera juraba que era una cambia formas extraterrestre— y un chico de contextura extremadamente gruesa al punto de parecerse a una montaña.

 

 

—¿Está Sawada Tsunayoshi?, ¡Necesito hablar al extremo con él! —Todos los de primer año quedaron mudos al ver al capitan del equipo de boxeo en la puerta del aula y preguntando por Dame Tsuna.

 

—Van a golpearlo —Fue uno de los murmullos que oyó por parte de un chico, el cual miraba con algo de placer el que Tsuna estuviera en problemas.

 

—¿Van acabar con él? —Otro comentario.

 

—Deberíamos llamar a un profesor —Susurró una de las chicas que realmente estaba preocupada de que algo malo pasara.

 

Todos esos comentarios y más fueron los que Tsuna logró oir hasta llegar a Ryohei.

 

—¿Si? —Le preguntó curioso.

 

—Venía a ver con mis propios ojos si estabas bien, y ¡al extremo que lo estás!, tienes muy buena resistencia. ¿No has considerado practicar boxeo ¡al extremo!?

 

—¡No puede! —Yamamoto respondió por Tsuna antes ponerse al lado del castaño y tomarle del hombro—. Ya que Tsuna se va unir al club de béisbol.

 

—¡En tus sueños, idiota del béisbol! Tsuna no está interesado en unirse a clubes tan tontos —Al saber que no tendría ni voz ni voto en esta discusión se alejó de los tres.

 

Cuando pretendía regresar a su asiento, no pudo evitar mirar a Kyoko. La joven castaña no dejaba de ver al trío que estaba discutiendo sobre a qué club debería unirse; pero lo que llamaba la atención era que la joven castaña miraba intensamente a Ryohei, como si dudara en conocerlo.

 

—Tu grupo de amistades se vuelve cada vez más entretenido —La suave voz de Enma le hizo perder el interés en Kyoko y ver al pelirrojo.

 

—¿Por qué lo dices? —Le preguntó sin entender del todo.

 

—Solo mira, Gokudera parece como una mamá pollito evitando que el lobo feroz le quite de sus brazos a su polluelo, por otro lado el lobo feroz está haciendo que el polluelo le acompañe; pero ahora un nuevo obstáculo evita que se lo lleve… y que aún no se cómo bautizar.

 

—Te divierte, ¿no es así? —Enma sólo pudo sonreír antes de que ambos chicos empezaran reír animadamente, silenciando en el acto al trío.

 

Cuando la risa se fue calmando poco a poco, miró a los tres chicos, Gokudera se veía algo molesto, Yamamoto solo le sonrió y Ryohei miró a Kyoko antes de palidecer.

 

—Ya casi es hora de que suene el tiembre, Sawada solo piénsalo, ¡sería extremo! —Fue lo último que le dijo antes de irse. Todo eso hubiera parecido de lo más normal si el mayor no se hubiera ido al palidecer por ver a Kyoko.

 

Ahora que lo pensaba, Kyoko no dejó de ver a Ryohei y solo regresó a hablar con sus amigas cuando este se fue.

 

"¿Sera que le gusta?" —Pensó antes de regresar su atención a Enma.

 

...

 

Esa noche, en las clases nocturnas, su cena fue igual de agitada como en la mañana. Gokudera discutiendo con Yamamoto y, la nueva adquisición, Ryohei. Para muchos esa situación les era divertida y hasta graciosa, para otros les era irritante y algunos que no le daba mucha importancia.

 

—Me voy, tengo clases con Reborn.

 

—Espérame, Décimo —Le dijo, abandonando la discusión con Yamamoto.

 

—¿Por? —No tenía muy claro qué tenían que hacer los cambia formas en sus clases pero, de lo que sí estaba seguro es que no tenían clase juntos en la noche.

 

—Fui trasladado a la clase de Reborn. Desde ahora seremos compañeros —respondió entusiasmado.

 

—Jejeje, entonces somos tres —dijo animado Yamamoto antes de llegar hasta Tsuna y Gokudera, abrazando por el cuello a ambos.

 

—¡¿De qué hablas, idiota del béisbol?! —preguntó saliendo de los brazos de Yamamoto.

 

—Desde hoy también tendré clase con Reborn —contestó con una sonrisa se felicidad. Se podía ver en la mirada de Yamamoto que sentía placer y felicidad de estar más tiempo con Gokudera (aunque el felino no compartía el mismo sentimiento).

 

—Esto es tan genial y ¡extremo! —El “extremo” de Ryohei hizo que los tres chicos le miraran—. Eso quiere decir que esta noche habrá emoción extrema al entrenar con Sawada.

 

—¿De qué habla, Décimo? —Gokudera le cuestionó.

 

—Reborn nos juntó para entrenar con Sawada —respondió Yamamoto—. Ayer Reborn me preguntó si quería dejarlo entrenarme. Le dije que sí y, si todos ustedes también van a ir con él, es claro que nos reunió para entrenar todos juntos.

 

—¡Yo no quiero pelear contra ustedes! —Tsunayoshi protestó nervioso, la sola idea de tener que volver a pelear hacía que las manos le sudaran y sentía cómo su cuerpo empezaba a temblar lentamente.

 

—Descuide, Décimo. Estoy seguro de que Reborn sabe lo que hace.

 

Tsuna empezó a desear que Gokudera tuviera razón.

 

—Estoy de acuerdo con eso ¡al extremo! Pero mientras vamos de camino al gimnasio, ¿podrían dejarme unos minutos a solas con Sawada?, quisiera hablar un tema distinto con él.

 

—No estoy dispuesto a dejar al Décimo contigo —Pero antes de que Gokudera articulara algo más sobre el tema fue tomado por Yamamoto y arrastrado fuera del comedor.

 

Entre insultos a Yamamto y la risa del lobo, poco a poco Tsuna y Ryohei fueron quedándose solos en la mesa.

 

—¿Vamos? —Le preguntó al moreno.

 

—Al extremo que sí —respondió, dirigiéndose junto a Tsuna hacia la salida.

 

Al cruzar la puerta de salida, Tsuna pudo percibir cómo se tensaba un poco.

 

—¿De qué qui-quieres hablar? —cuestionó un poco curioso y temeroso.

 

—Es sobre Kyoko —La mención de la castaña le tomó por sorpresa—. Verás... —Se rascó el cabello, un poco indeciso, antes de continuar— Ella es mi hermana… ¡Cuidado! —Ryohei tomó a Tsuna del brazo antes de que se cayera.

 

—¿Tu hermana? —Eso jamás lo había previsto ni en sus más locos sueños.

 

—Sí —Le dijo al soltarlo—. Es algo complicado… yo era un chico normal hasta hace 4 años —Ryohei empezó a caminar hacia el gimnasio mientras relataba su historia a Tsunayoshi.

 

>Desde que tengo 8 años he entrenado en el boxeo, vi mi primera pelea a esa edad y me pareció tan extrema que decidí vivir mi vida al máximo. Día y noche entrenaba para ser el mejor, mi sueño era en convertirme en el campeón del peso mosca (2). Mis padres tomaron mi decisión como un encaprichamiento infantil, de esos que los niños quieren ser hoy una cosa y mañana otra, pero la única persona que creyó en mi sueño fue mi pequeña hermana —Ryohei sonrió y miró a Tsuna—, Kyoko.

 

—¿Kyoko es…? —Le pregunto curioso e inseguro de continuar.

 

—No, ella es una persona común y corriente que desconoce que los vampiros y cambia formas existen.

 

—Pero tú sí —No pudo evitar estar un poco sobresaltado por el tema.

 

—Te lo dije, ella es una persona normal y agradezco al extremo que sea así. Verás, todo en mi vida era normal, hasta que eso sucedió.

 

>Hace 4 años una extraña ola de desapariciones y cuerpos mutilados en el bosque empezaron a aparecer en Namimori, probablemente recuerdes algo de eso, fue el tema de conversación de todo Namimori y aunque el supuesto culpable era una secta que decía comer la carne de la víctima para obtener su energía vital, todos los miembros fueron aprisionados y enjuiciados. Pero la verdad es que la desaparición de esas personas y todas esas mutilaciones no fue culpa de los miembros de la secta, fue mía.

 

Tsuna sintió ganas de vomitar al escuchar las palabras tan crudas y mordaces por parte del mayor. Si bien le pareció un chico extremadamente enérgico jamás pensó que él fuera capaz de hacer algo así, y de paso admitirlo.

 

—Hace 4 años estaba entrenando para entrar en un internado de Tokio donde el club de boxeo era uno de los mejores, siempre lograba ofrecer becas deportivas a las universidades. Pero mi ambición a ser un futuro campeón también fue mi perdición. Verás, para esa época no me importaba lo que pasara a mi alrededor, mis padres siempre me decían que no saliera tan tarde a trotar, pero jamás le puse cuidado... Ojalá lo hubiera hecho.

 

>El verano iba a empezar y el torneo de verano de Namimori para las selecciones regionales se acercaba. Es día Kyoko me había pedido no salir ya que había soñado que algo malo me iba a pasar, al extremo que tuvo razón. Contra los deseos de ella, salí a trotar, solo que deseoso de poner al límite mi cuerpo fui por la ruta larga; estaba por entrar al bosque cuando el gruñido de un animal me alarmó.

 

>Era un lobo del tamaño de un caballo o eso me pareció, era un lobo negro. Aunque el pánico me atacó no pude moverme, estaba asustado y perturbado por la presencia del animal; pero lo que más me sorprendió fueron los 4 hombres que salieron, sus siluetas estaban totalmente vendadas y cubiertas por unas gabardinas negras y sombreros.

 

>Como si fuera una escena de película de terror o de un manga,  habían mutilado al lobo y arrancado su corazón como si de un muñeco se tratase, todo en un abrir y cerrar de ojos. Asustado, intenté correr pero no pude avanzar más de un metro antes de que todo se volviera negro. Recuerdo que, al caer, pasó por mi mente que terminaría como ese lobo. Y no me equivoqué del todo.

 

>Cuando desperté estaba en una habitación pequeña. En mi pierna había un grillete tan grande y pesado que pensé que al dar un paso me arrancaría el tobillo. Estaba solo y asustado, pero fue al segundo día de mi encierro que esos hombres volvieron a aparecer. Entre ellos 4 me sometieron con gran facilidad evitando que pudiera moverme, haciendo que uno de ellos me inyectara.

 

>Después de eso solo recuerdo que un fuerte dolor se apoderó de mi cuerpo, no sé por cuánto tiempo grité pero cuando el dolor pasó no tenia voz y mi cuerpo estaba entumecido. Luego de ese episodio mis carceleros me daban comida algo cruda y por las noches soñaba que era un hombre lobo que cazaba a mis presas —Ryohei sonrió amargamente al estar de frente a la puerta del gimnasio—. No era sueño, Sawada —El moreno miró directamente a Tsuna, dejándole ver su dolor—. Yo era ese lobo y yo maté a esas personas.

 

—Pero... Pero no eras tú mismo, ¿o sí?

 

—No lo era. Fue durante una noche de luna llena que los Varia y la manada de Japón iban a cazarme. Fue cuando estaba al borde de la muerte que mi conciencia regresó a mi yo transformado. Si te soy sincero, pensé que iba morir. Pero en ese momento fue la primera vez que vi y conocí a mi maestro, Knuckle.

 

>Él fue el único que vió algo en mí  y evito que los Varia acabaran con mi vida. Al ser consciente de lo que yo era y de lo había hecho no pude soportarlo y fui presa del pánico y el shock. Para cuando volví en mí había pasado una semana. Estaba en una pequeña iglesia cerca de la ciudad fantasma de Chernóbil (3), en Ucrania.

 

>Ese pequeño lugar olvidado por Dios fue mi único refugio para poder sobrellevar el trauma que las transformaciones me habían causado. Sin darme cuenta, un año había pasado desde ese día y mi único pilar era Knuckle, quien más de una vez evitó que me suicidara en medio de mi depresión.

 

>Para cuando pude aprender a controlarme Knuckle me sugirió regresar a Namimori, para poder aprender a adaptarme a la sociedad. Pero al regresar al lugar que consideraba mi hogar, me topé con la sorpresa de que mi familia no tenía recuerdo alguno de mí, tampoco sabían quién era. Fue cuando ingresé a Namimori que Hibari me informó que debido a los sucesos de hace 3 años le habían borrado a mi familia todo recuerdo de mí.

 

Tsuna no podía terminar de creer la historia de novela de ficción que Ryohei le estaba contando y, aunque sonaba irreal, sabía que cada palabra que le había dicho era verdad.

 

—Pero, cada vez que me topo con Kyoko, ella me mira como si intentara recordarme. Es peligroso que ella esté cerca de mí. Ahora tengo el control, pero no sé cuándo lo volveré a perder y, por el bien de las personas que quiero, debo alejarme. Sawada… —Le llamó seriamente.

 

—¿Sí?

 

—Si mi hermana te pregunta sobre mí, miéntele o huye; pero no le digas nada sobre mí. ¿Puedes hacerme ese favor?

 

—Sí... creo que sí puedo hacerlo.

 

Luego de eso, Ryohei abrazó a Tsuna por los hombros y le arrastró al interior del gimnasio, no sin antes decir uno de sus enérgicos “¡al extremo!”. De lo que ninguno se percató fue de la sombra que les vigilaba desde la lejanía.

 

—Esto será divertido —dijo divertido y en sus labios se podía ver una sonrisa de locura.

 

 

En uno de los hoteles más lujosos de Namimori y en la suite más grande, cierta escena particular se presentaba. La comida estaba esparcida por todo el piso, las botellas de vino vacías estaban dispersadas por la mesa del comedor y, en la cabecera de la mesa, se encontraba un moreno de penetrantes ojos rojos. Su cabello —un poco largo pero sin sobrepasar su cuello— tenía un adorno de plumas en su costado izquierdo. La postura amenazadora y cicatrices del rostro del moreno hacia que más de uno temblara de pavor, todos menos él.

 

Irritado por la actitud del moreno, un atractivo albino de ojos azules y larga cabellera estaba pensando en tirarle una de las botellas llenas de vino.

 

—¡¿Qué diablos te pasa?! —vociferó.

 

—La comida de aquí es un asco, te dije que debíamos traernos a la escoria del chef de la mansión.

 

—Jefe, le repito por milésima vez que ya no tenemos chef ya usted corrió al último antes de irnos —dijo presionando los dientes.

 

—Entonces dile a Lussuria que venga y me haga algo decente de comer.

 

—Está en una misión.

 

—Entonces hazlo tú.

 

—¡Con un demonio, Xanxus; soy tu segundo al mando, no tu criada personal! —replicó ya sin poder calmar su humor.

 

—Hey escoria, ¿cómo te atreves a hablarme así?

 

—Lo hago desde que me da la gana y desde que no me marcaste, así que deja de comportarte como un niño y come lo que el chef del hotel haga —Antes de que el albino pudiera agregar algo mas el moreno se le acercó.

 

Sin que el albino pudiera evitarlo, su cuerpo era sometido contra la mesa haciendo que sus manos estuvieran sobre su cabeza y entre sus piernas, rozando con su pelvis, podía sentir la musculosa pierna del moreno.

 

—Se te olvida, escoria, que en esta relación, quien lleva la riendas soy yo —Besó al de cabello blanco, dejando que el sabor del vino llegara a él por medio de sus labios.

 

El beso demandante poco a poco se convirtió en caricias agresivas y los jadeos de excitación poco tardaron en llegar.

 

—Xan...xus —Le llamó con un hilo de voz.

 

—¿Sí, escoria?- Le preguntó divertido al ver el estado en el que estaba.

 

—Te vas comer la comida del hotel —Luego de eso le pateó en el abdomen, alejando al moreno— Así que, ¡come!

 

El caos empezó, el pelinegro intentó someter al albino mientras que este luchaba con agilidad para escapar del primero. Absorto en su lucha de poder, poca importancia le dieron a los recién llegados.

 

Uno de ellos era un hombre alto con una textura muscular bien definida, su tez era bronceada por el sol (producto de sus horas de entrenamiento). Pero lo que sin duda alguna hacía resaltar a esta persona no era su vestimenta de cuero, era su cabello verde en forma de cresta y sus lentes Ray Ban de color anaranjado.

 

—¡Qué bello es el amor! —comentó dramáticamente.

 

—¿Qué quieres, escoria? ¿No ves que estoy ocupado? —preguntó al poner al otro contra la mesa, donde se había derramado el vino, haciendo que la blanca camisa y cabellera se tornaran tintos.

 

—Oh, descuide jefe. Entendemos que le tiene ganas al capitán Squalo, es normal entre parejas. Creo que no le molestará que Levi y yo observemos, ¿no?

 

Para todos en la organización no era un secreto que Lussuria y Levi —un hombre robusto de tez oscura y cabello negro en una forma levantada— fueran pareja.

 

—Ah, deja de decir estupideces y da el reporte de una vez —Squalo intentó cabecear a Xanxus pero este se alejó mofándose y sonriendo de forma que le irritó aún más.

 

—Oh, es una lástima; son una de mis parejas favoritas —Se abrazó a sí mismo, como si entrara a su mundo de fantasía.

 

—Er, señor, sus sospechas han sido confirmadas. Timoteo se está moviendo, ha mandado a llamar a Shamal y creemos que va venir a Japón por el sujeto de prueba 0-10, conocido como Tsunayoshi Sawada.

 

—Mmm, el viejo tonto… Manda a alguna de las escorias a vigilar al mocoso —dijo tomando a Squalo y cargándolo en su hombro cual saco de papas.

 

—Suelta, maldición —Empezó a patearle.

 

—El  capitán ya lo hizo. Su "alteza" está en eso ahora, mientras Mammon está observando por su esfera a Timoteo.

 

—Bien, recojan el lugar y no molesten si no quieren morir —Bramó antes de irse del comedor, el cual era un desastre de vajilla rota y comida esparcida. Donde los gritos del albino aún eran escuchados antes de que el fuerte azote de la puerta se oyera en todo el recinto.

 

—Oh, es una lástima. Quería filmarlos —Lussuria dijo con dolor.

 

—Ya amor, siempre habrá otros momentos —Le dijo antes abrazarlo y besarlo.

 

—Sí —respondió con una sonrisa pícara.

 

...

 

El gimnasio de Namimori era un lugar amplio y perfecto para realizar actos escolares, conciertos y torneos deportivos bajo techo. Pero era de noche y el misterioso y peligroso Hitman estaba en mitad del gimnasio y, junto a él, había una maloliente y horrible criatura en forma de can.

 

Sin poder evitarlo, los cuatros jóvenes vestidos con sus uniformes deportivos, se cubrieron la nariz e intentaban controlar las horribles ganas de vomitar que la pestilencia les causaba.

 

—El motivo por el que están aquí es distinto para cada uno  pero con único fin: ser lo suficientemente fuertes  —El perro se abalanzó contra Reborn pero las barras de la jaula le hicieron soltar un chillido de dolor que, si bien aturdió a los 4 jóvenes, solo Reborn no se inmutó.

 

—¿Eso es un ghoul? —Preguntó Gokudera quien, por más que intentaba respirar por la boca, su muy sensible nariz seguía captando el olor putrefacto del ghoul.

 

—Sí. Las últimas semanas ha se han registrado avistamientos de ghoul y, como amablemente aceptaron estar bajo mi entrenamiento, esto será lo primero que deben aprender.

 

—¿Estás insinuando que debemos matar esa cosa?

 

—Escúchenme bien, yo jamás insinúo las cosas. Lo que digo, se cumple. Y, sobre qué haremos con nuestro huésped, será acabarlo. Tsuna —El menor se tensó al ser llamado—. Esto es mucho para un humano, por lo que irás a la parte de arriba... ¿Qué esperas? ¿Un mapa? Lárgate o soltaré a este animal contigo como su aperitivo —No necesitó que el hitman le dijera nada más para ir a la parte superior del gimnasio.

 

Cuando vio que el castaño subió por las escaleras, Reborn sacó una magnum negra.

 

—Lo esencial que deben saber es que los ghoul se alimentan de los sentimientos negativos de los mortales, principalmente de los humanos debido a su facilidad de ser corrompidos. La razón por lo que mandé a subir a Tsuna, en parte es por su inutilidad en esta clase, por otra es por sus baja autoestima y serio problema emocional atraerá al ghoul hacia él sin importar lo que hagan.

 

>Para derrotar a un ghoul solo necesitan cortar, golpear o dispararle en un punto muy preciso entre el cráneo y el cuello —Señaló una apertura que se podía ver en la carne putrefacta, dejaba ver un espacio hueco al interior del perro—. Solo necesitan dar ahí o arrancarle la cabeza. No dejen tampoco que les muerda o no garantizo que puedan vivir —Sin ninguna otra advertencia, Reborn dejo libre al ghoul.

 

Desde la parte superior, como si de una escena de película se tratara, el castaño pudo ver cómo un hermoso leopardo de las nieves aparecía donde antes estaba Gokudera; la ropa de Yamamoto se rasgó al dejar salir su transformación de lobo, era un magnífico animal de pelaje gris. Solo Ryohei se mantuvo en su forma humana, pero optando por una posición de pelea.

 

Tsuna podía ver cómo el ghoul atacaba a Yamamoto, quien esquivo el ataque para luego morderlo en una de sus patas; pero por el gesto de su cara supo que el sabor le hizo soltarlo. En ese momento Gokudera atacó al ghoul, arañando su lomo y haciéndole chillar.

 

Defendiéndose, el ghoul buscó morder a Gokudera pero gracias a la velocidad del leopardo se le hizo imposible siquiera tocar al felino. Molesto por el juego de los cambia forma, el ghoul atacó a Ryohei.  Por un momento el castaño pensó que Ryohei cambiaría, pero para asombro de los cambia formas y de Tsuna, el enérgico capitán del club de boxeo tomó con sus manos vendadas la mandíbula de la criatura para luego destrozarla entre ellas.

 

—¡¿Qué esperan?! Terminen con el ghoul —La fuerte voz de Reborn hizo que Yamamoto reaccionara y atacara contra ese punto débil del ghoul.

 

Solo un agarre con su mandíbula fue necesario para desgarrar el cuello putrefacto para que quedara sin vida. Con lentitud, Yamamoto soltó al ghoul y solo hasta que él se alejó del cadáver fue que Ryohei soltó al infernal ser.

 

—Esto responde todas tus inquietudes, Hibari —Al oír el nombre del perfecto, Tsuna no pudo evitar girar su rostro hacia la dirección que veía el asesino.

 

A solos unos metros de distancia de él se hallaba Hibari, quien usaba su habitual traje de prefecto escolar. Pero, sin saber por qué, el castaño pudo notar que el siempre perfecto e impecable vampiro se encontraba algo pálido y, de cierta forma, desgastado.

 

—No, pero ya tomaste tu decisión. Solo ten en cuenta algo, Reborn. Este lugar está bajo mi responsabilidad y, si haces algo que me haga morderte hasta la muerte, no me detendré así tenga a Ávalon en mi contra.

 

Reborn solo bajó un poco su sombrero y sonrió.

 

—No llames al diablo, Hibari —dijo con una ladeada sonrisa.

 

El cazador no dijo nada más antes de regresar su atención a sus estudiantes. Hibari, aburrido de tener que ver a herbívoros entrenar, decidió irse; pero no si antes ver a su herbívora pareja. Para el joven vampiro, su pareja era algo sumamente tentador y adictivo. Si bien podía recordar el sabor de su sangre, aún podía rememoraba ese primer beso que le había robado al menor y el cual respondió en sus brazos a los pocos segundos.

 

—Hibari —La suave voz del castaño fue suficiente para que su piel empezara a hormiguear. La necesidad de tomar al menor entre sus brazos era cada vez más insoportable… pero se había prometido mantener su distancia del menor para no asustarlo.

 

Sin embargo, el Sanguinem Furor le dificultaba mantener su postura y más cuando el castaño aparecía ante él con esa expresión tan tentadora. Era una masoquista, pero el castaño era su pareja y debía aceptar que no podía imponerse ante él como lo había hecho días anteriores.

 

—Debo irme —Fue su única y cortante respuesta.

 

—Espera —Tsuna intentó llegar hasta Hibari y tomarle del brazo pero el vampiro le esquivó, sentía que si le tocaba no podría detener el tomarlo entre sus brazos.

 

—¿Qué deseas, Sawada?

 

—Yo… ¿te sientes bien? Es que te tono algo pálido… Ahora que lo pienso, los vampiros son pálidos… Disculpa Hibari, hice una pregunta estúpida.

 

—¿Te preocupas por mi salud? —preguntó curioso y hasta divertido por las palabras del menor.

 

—Sí. No es que me desagrades y sé que no te agrada tenerme cerca; pero siento… – No pudo terminar antes de que el vampiro le sujetara de la cintura para atraerlo a su cuerpo.

 

—Aún no sé qué clase de herbívoro eres. Odio a los herbívoros y detesto aún más a los otros carnívoros que quieren imponerse; pero tú, Sawada, estás llegando a un punto donde no sé qué hacer —Una de sus manos tocó la suave mejilla del castaño—. Eres un herbívoro y, a mi pesar, eres el más débil de la cadena. Pero en vez de irritarme, me haces querer devorarte… —Acercó su rostro al oído del menor— en más de una manera —Estrechó un poco más fuerte el cuerpo del menor para resaltar sus palabras—. Estoy llegando al punto en que no es solo tu sangre lo que quiero, quiero mucho más y solo lo tendré cuando tú quieras dar y por tu bien —le dejó ir suavemente—. Es mejor guardar nuestra distancia.


 

Notas finales:

Como explique he estado ocupada cuidado a mis amigos que escribiendo por lo que debo ponerme escribir el proximo mes se ponen al día y el noveno y decimo cap no me terminan de salir :S.

Ultimamente he estado moviendo mi devianart por si les interesa http://r0s3-riona.deviantart.com y mi fan pag de cosplay xD

He estado trabajando en otras días, pero arreglar los papeles para irme de mi país, hacer el curso de intrumentacion y control, terminar la carrera y leer la saga de libros de the Wicther de Andrzej Sapkowski he dejado la escritura de lado.

Espero que el capitulo sea de su agrado, en particular creo que una historia tan triste como la Ryohei es bastante contranstante con su personalidad, pero necesito exponer el nivel de "maldad" de los villanos de este fic.


Ya dentro de poco se terminara de unir el grupo de la decima generación y se podra avansar mas en la historia.

Otra vez gracias por leer y un abrazo y agradecimiento a Caelum ;u; ella es un amor -abraza su lapto donde se puede ver en la pantalla su conversacion de gmail con ella- 


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