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EL CHICO DE LOS OJOS FRÍOS por suicidal teddy

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Notas del capitulo:

SONGFIC: "You and me", Lifehouse

 

'Cause it's you and me and all of the people with nothing to do, nothing to prove
And it's you and me and all of the people
And I don't know why I can't keep my eyes off of youSomething about you now
I can't quite figure out
Everything he does is beautiful
Everything he does is right

SOLO QUERÍA HERIRTE

- Jake, Jake – canturreó ladeando la cabeza -. Mark, enserio, solo hablas de ese chico – sonrió. Sus cabellos dorados caían a lo largo de su saco azul; era hermosa. Se preguntó si acaso podría lograr que se olvidase de él.

La había conocido durante el cumpleaños de Alex, apenas unos segundos después de ser abofeteado por otra  chica. Juliet se había reído descortésmente en su cara y al final de la fiesta habían terminado besándose frente a su auto. Era tan divertida, le recordaba mucho a él.

- Llegamos – anunció Juliet ingresando al amplio salón, abarrotado de estudiantes. La biblioteca principal; colaboraba como asistente algunos días de la semana, además de sus clases y el snowboarding -. Estaré aquí un rato – le guiño el ojo mientras se alejaba llevando sus libros consigo. Sí, tal vez ella podría…

- Mark – la voz de Alex lo llamó desde atrás -. Qué bueno que estás de turno. Quiero una novela para Jake – se giró y se topó con el pequeño Alex sonriéndole encantado. Junto a él se hallaba…

- ¡Jake! Que te trae por aquí – como siempre, vestía de negro y tenía esa expresión de “me importas una mierda” estampada en la cara. Lo abrazó sin poder contenerse; con fuerza y muchas ganas, pero fue rechazado casi al instante -. No pude recogerte hoy porque tenía un examen temprano. Te mande un mensaje. ¿Lo leíste? De todas formas te extrañé un montón – agregó al percatarse de que no respondería a su pregunta. Era tan calladito.

- Shhh baja la voz – intervino Alex -. Estás desconcentrando al resto. Dame este libro – le extendió una ficha.

- Todos los que quieras. Yo me hago responsable. Me has alegrado el día – se dirigió a Jake de buen humor.

No sabía por qué, pero Jake era una de las personas más encantadoras que había conocido. La mayor parte del tiempo ignoraba su conversación, sí, y tampoco parecía caerle bien, pero a pesar de todo sentía que tenían cierto vínculo. Era maravilloso; algún día lograría que sonría para él. Entonces podría morir en paz.

Lo contempló desde el mostrador durante el resto de la tarde. Había transcurrido dos horas y aún seguía allí, leyendo. Miró el reloj; al fin había acabado su turno. Alistó sus cosas; le pediría ir a alguna parte con él, si es que era posible al fin del mundo.

- ¿Nos vamos? – le preguntó Juliet aproximándose a él -. Acabo de terminar mis trabajos.

- Este…yo – titubeó. Jake, Jake, Jake. Quería ir con él. Echó un vistazó y se topó con sus ojos. Lo miraba inexpresivo, como si fuera capaz de leer sus pensamientos. Se levantó y le entregó el libro en silencio.

- Ah sí, aquí tienes – le entregó el carnet de Alex -. ¿Ya te vas? – preguntó inútilmente. Jake guardó el documento en su bolsillo sin decir una palabra -. Si quieres podemos ir juntos. Me queda de camino -. Por unos segundos Jake pareció sorprendido, luego su expresión se fue endureciendo hasta fruncir el seño. Era obvio, ni siquiera sabía hacia dónde se dirigía, pero igual le quedaba de camino al fin del mundo.

- No – respondió fríamente.

- Perdón, Mark no nos ha presentado. Me llamo Juliet. ¿Se conocen?

- Sí, lo lamentó – se disculpó de inmediato -. El es Jake, un…

- No lo conozco – interrumpió Jake cruelmente. Se marchó con la actitud más indiferente del universo.

- No me digas ese es tu famoso amigo. Parece un idiota – resopló Juliet disgustada.

- No digas eso. Ha  tenido un mal día – excusó con voz apagada. Se preguntó que había hecho mal en esta ocasión…o es que quizá lo decía de corazón. Al parecer el vínculo solo era su imaginación.

La encantadora compañía de Juliet no pudo recuperar por completo su ánimo. Jake era un misterio; había sentido su calidez el día anterior, pero ahora era distinto. Deseaba verlo, preguntarle, pero al mismo tiempo temía la crudeza de su respuesta.

- Hace demasiado frío – comentó Juliet cruzando los brazos. Acababan de salir de una cafetería no muy lejos de la universidad.

- Estoy acostumbrado a las bajas temperaturas, por eso…- de repente llegó un mensaje a su teléfono. Era Jake.

“Quiero verte ahora. Estoy en la banca al final del puente”

- Tengo que irme – resolvió. Lo estaba esperando, debía ir inmediatamente -. Nos vemos mañana ¿si?

- ¿Qué? ¿Por qué tan de repente?

- Acaba de surgir un imprevisto – explicó -. No te alarmes. Es algo muy, muy bueno. Se me hace tarde.

Salió disparado hacia el parque; después de tentar varias infracciones de tránsito, llegó al lugar quince minutos después. Era un record.

Lo encontró sentado, con el cabello expuesto a la inclemencia del frío. Al llegar a su lado lo estrechó fuertemente. Descubrió que lo había extrañado y que un sencillo mensaje suyo era capaz de devolverle la alegría. Sí, quería quedarse así el resto de la noche, pero adivinó que pronto sería rechazado y lo liberó.

Los dedos de Jake tomaron su rostro con decisión, evitando que se marchara. Lo estaba reteniendo, era fantástico.

Lo observaba intensamente. Estaba tan cerca que su pulso se aceleró. Se preguntó si Jake lo besaría al fin. Era lo que más deseaba en ese instante. Sin embargo, una vez más, su corazón le cuestionó si realmente quería hacerlo, si realmente era capaz…sus labios se posaron sobre su boca candorosamente. La electricidad recorrió su cuerpo a medida que Jake lo besaba apasionadamente, mordiéndolo, logrando que se sintiera en las nubes. Le hubiera bajado todas las estrellas del cielo a cambio de que ese momento no terminara nunca, pero se separó bruscamente.

- Continúa – pidió desesperado.

- Ahora vete – soltó Jake secamente.

- ¿Irme? ¿Por qué? Acabas de besarme, acabo de corresponderte mucho – replicó totalmente confundido.

- Solo quería herirte – sentenció.

- ¿Herirme? – repitió. Y por qué quería hacerle algo así…no tenía motivos…

- Vete ya – insistió. En su rostro halló la frialdad más inaccesible del mundo. Asintió completamente derrotado.

- Sí, ya me voy. Jake, usa esto, te enfermarás – se quitó el gorro que llevaba puesto e intentó colocárselo, pero tomó su muñeca con fuerza.

- No – espetó.

- Jake…solo…quiero...cuidarte – musitó mientras lo observaba cruzar el puente.

Regresó a casa recordando sus palabras. Había jugado con él, con sus emociones. No, no quería decepcionarse de él. Lo mejor era dejar lo sucedido de lado, no darle importancia al asunto.

- ¡Hey! – una voz conocida lo devolvió a la realidad -. ¿Tanto te demoras, Mark? Llevo en tu puerta casi media hora.

Le sonreía con el cabello rubio crecido, despeinado como siempre. Sus ojos verdes destellaban su acostumbrada ironía. Tres meses sin verlo habían sido una eternidad. Sin embargo allí estaba, feliz e improvisado, como si nunca lo hubiera echado de menos, como si nunca hubiera ensombrecido su corazón.

- Estúpido, has vuelto a mí – corrió hacia él. De repente un caudal de emociones emanó de más profundo de su ser, recordándole cuánto lo quería y que la encantadora Juliet no bastaba para olvidarlo -. Daniel, no puedo creer que estés aquí – pronunció sintiendo que algo vago se extraviaba en su memoria.

El había venido, era todo lo que importaba.

Notas finales:

PROXIMO CAPITULO: Hasta las últimas consecuencias, por Mark.


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