—Ñam ñam ñam —Tao agarró el brazo de Kris mientras caminaba —. ¿Recuerdas que te dije que hacía años que concursé en un certamen en el instituto de Seúl? ¡Mi mamá me dijo que nos mudaríamos! Y cuando todas nuestras cosas ya estén aquí, voy a estudiar justo allí.
—Ah. —Contestó el otro mientras fingía prestar atención a las tiendas que los rodeaban.
Cuando llegaron a casa, Kris se sentó inmediatamente en el sofá, agarrando el control y prendiendo la televisión, subiéndole a todo el volumen para ignorar o cubrir cualquier sonido que la boca de su novio provocara.
—Kris, tengo hambre —Bufó Tao.
—Ve a comer, entonces. —Respondió el otro fríamente.
—¿Qué pasa, Kris Gege?
—¿Qué me pasa? —Sonrió con aire de sarcasmo, para luego gritar: —¡¿QUÉ NO ME VA A PASAR CUANDO MI NOVIO ME DICE QUE QUIERE TAMBIÉN A OTRO CHICO?! ¡ERES UNA PERRA, ESO ES LO QUE ERES! De ahí en más, estoy bien. Gracias por preguntar —Bajó el tono y subió sus piernas hacia el sofá en el que se encontraba sentado.
Tao, como sentimental que era, se espantó al ver el estado en el cual Kris le había gritado. Así que frunció el ceño y apretó sus puños sobre sus palmas, haciéndole doler al sentir sus uñas chocando contra la piel sensible de su mano.
—¡NO ME GRITES, COÑO! —Gritó éste.
No se iría a quedar como sumiso —más sumiso de lo que ya era— frente a Kris sin decir nada. Sí, lo quería y mucho, pero no se dejaría humillar frente a éste.
Yifan regresó la mirada hacia su novio, quien tenía el rostro totalmente rojizo debido a la cólera que estaba guardando en su interior.
—Aparte… Yo nunca dije que amara a dos chicos. —Dijo Tao, levantándose del sofá. Kris pensaba que se iría a acostar a su lado, pues conociendo lo cariñoso que era su novio y a la vez sentimentalista y meloso, sabía que haría eso, pero… —Yo nunca dije que te amara a ti.
Kris en ese instante se levantó en un solo movimiento. Algo le decía que creyera que era una broma y que no se alarmara, pero otra cosa le decía que Tao iba muy en serio.
—Estás bromeando, ¿cierto? —Dijo Kris — Sabes que odio las bromas estúpidas y de muy mal gusto.
—Dudo que odies la verdad. —Respondió Tao mientras tomaba su chaqueta tirada sobre el sofá y se la volvía a colocar —. Linda noche, Wu Yifan.
—Eh, eh, eh… ¡Alto allí! —Tomó fuertemente la muñeca de Tao, haciéndole parar —. ¿Qué demonios? ¿Estás terminando conmigo?
—Adivínalo —Tao guiñó con una sonrisa falsa, para luego separarse bruscamente del agarre del mayor, cambiando el aspecto de su rostro con un ceño fruncido.
El menor salió de la casa del otro dando un portazo, mostrándose claramente enfadado. Entró al jardín delantero y sintió las cálidas lágrimas cubrir sus mejillas suavemente. Levantó su brazo y bruscamente las quitó, no quería mostrarse débil. Ya no más.
Tao volvió a irse a paso rápido al ver que alguien abría la puerta de la casa de Kris. No vio hacia atrás, tan solo fue caminando hacia cualquier dirección lejos de él. Mientras Tao caminaba, veía solamente hacia el suelo, chocando varias veces con las personas, ganándose insultos hechos por los que fueron chocados por él, sin embargo, él no se volvía para disculparse. No quería tener contacto humano con nadie en ese momento. Bueno, sí. Pero esa persona no se encontraba allí.
Caminó un poco más rápido sin retirar la vista del suelo hacia el centro de la ciudad. Justo cuando iba a entrar en una tienda de ropa, chocó estrepitosamente con alguien, haciéndole caer.
—¡Aigoo! ¡Ten más cuidado, idio…! —Dijo el contrario, pero al ver el rostro de Tao, dejó la frase en el aire — Tao… IDIOTA. ¡¿POR QUÉ ME PEGAS?! ¡¿DÓNDE ESTABAS?!
Tao no contestó. Miró hacia otro lado con ojos vidriosos, queriendo llorar, pero sin atreverse. El contrario se percató y ablandó su tono de voz.
—T-Tao, no… no hagas caso a lo que digo. ¿Dónde estab…? —Sehun fue interrumpido debido al rápido movimiento que produjo Tao al levantarse y abrazarlo por sorpresa. Él sonrió confundido mientras trataba de corresponder el abrazo, pero se fijó inmediatamente en los sollozos escondidos que sacaba Tao acurrucado sobre su pecho. —¡Hey! ¡Venga! ¿Por qué lloras? ¿Te grité muy fuerte? No te recordaba tan débil —Bromeó, pero lo único que se ganó fue que Tao lo apretujara más fuerte.
—Eres la única persona que quería ver en este momento… Y llegaste como por arte de magia… —Dijo Tao sollozando y tratando de calmarse debido a las miradas que las personas situaban en ellos.
—¿Quieres entrar? Sería mejor conversar dentro que esperar aquí en la puerta de entrada. Ven, sígueme. —Sehun tomó su mano, a lo que Tao reaccionó involuntariamente sintiéndose bien al igual que el otro.
Ambas extremidades encajaban al cien por ciento, los diez dedos que se unían lentamente, se abrazaban cada vez más, sintiéndose por completo. Ambos corazones fueron desconcertados frente a tantas emociones creándose dentro de ellos. Por un momento, y tan solo un momento, todo se detuvo, dejándolos solamente a ellos dos en el centro de todo. El tiempo se atrancó; las respiraciones entrecortadas hacían su presencia mientras el momento avanzaba sosegadamente; la pasión interna y el deseo se hacían cada vez más fuertes; los latidos se incrementaban al sentir cómo lentamente la mano del otro se liberaba de la suya.
Tuvieron que esperar tanto tiempo para volver a sentir todo eso para que eso pasara en tan solo un par de segundos. Los dos segundos más perpetuos que jamás habían vivido. Tuvieron que esperar tanto tiempo para volverse a ver.
Sehun dirigió su mirada hacia el suelo, mientras sentía cómo todo el nerviosismo le subía a la cabeza al igual que a Tao. Inmediatamente, el mayor se sentó sobre un asiento de cuero rojizo y llevó ambas manos hacia su rostro, intentando cubrir lo incomodado que se sentía. Sehun le siguió, sentándose a un lado suyo.
—¿V-Viniste a comprar ropa? —Sehun trastabilló.
—No, solo he venido a ver. —Contestó Tao. Entretanto, hubo una pausa desagradable, a lo que se podía escuchar los chasquidos de los dedos de Sehun como si éstos estuvieran justo al lado de su oído derecho; se podía escuchar perfectamente cómo pasaban las manillas del reloj; se lograba percibir las elocuentes risillas de la chica del mostrador.
—¿Por qué lloraste?
—¿Recuerdas aquel chico que estaba conmigo en el museo? Era mi exnovio. Me ha dicho perra el día de hoy y lo he terminado. ¿Sabes? Nunca antes me había sentido más humillado y nunca pensé que la primera vez que lo experimentaría fuera con él. Con la persona que hacía días, lo quería. O pensaba quererle.
—Tsk. Tremendo idiota. Mira que perder a alguien como tú.
—Seguro que me ha olvidado ya. —Dijo Tao, sorbiéndose la nariz — ¿Tú me olvidarías?
—Nunca me olvidé de ti ni lo haré aunque me lo pidas —Sehun contestó. Tao volteó y el menor le sonrió —. Vamos, no quiero verte triste. ¿Qué tal un helado?
—Mejor un poco de Gucci. —Vaya que Tao no cambiaba nunca.
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—¡Waaa! ¿A esta cosa tengo que ir, mamá? —Preguntó Junmyeon mirando al instituto de arriba para abajo.
—Sí. Será mejor que te apures si no quieres llegar tarde —Su madre le apuró.
Junmyeon volteó hacia el otro lado, viendo que justamente iba a entrar otro chico bastante familiar para él… Se trataba de nada más y nada menos que Zhang Yixing. Junmyeon tragó saliva difícilmente, se despidió vivazmente de su madre y se encaminó a la puerta de entrada escolar.
Todo iba tranquilo, hasta que sintió cómo alguien le llamaba desde lejos y se acercaba cada vez más a él. No reconoció si en verdad se trataba de la voz de Yixing, pues las voces hechas por todos los presentes, se mezclaban entre sí, dando como resultado una sola voz emitente.
<<¿Qué le voy a decir ahora?>> Pensó Junmyeon.
El día del museo, ambos se dirigían a la casa del mayor. Durante todo el trayecto, ninguno habló. En sí, Yixing quería conversar con él, pero esperaba a que el otro le hablase primero. No obstante, a medio camino, Suho paró en seco, a lo que Yixing le imitó. Y de la nada, Suho echó a correr hacia un rumbo desconocido.
—¡Suho! ¡¿Pero qué haces?! —Gritó Lay.
—¡No estoy preparado para esto! ¡Lo siento! —Respondió el otro a lo lejos.
Se sentía tan avergonzado. Anhelaba con su vida que Lay lo besara, pero en ese momento no se creía capaz de hacerlo, así que corrió lejos de él para serenar sus pensamientos que después de un rato, lo insultaron a más no poder.
Regresando al momento escolar, Junmyeon paró de repente su caminata para enfrentarse a Lay. Volteó y se percató que… Realmente no era el que esperaba.
—¡Hola! Yo te conocí en el museo la otra vez —Sonrió el chico.
—¿Quién eres? —Preguntó Suho, a lo que el contrario esbozó una sutil sonrisa.
—Soy Wu Yifan, pero dime Kris. ¿Tú eres…?
—Ah, soy Kim Junmyeon, pero dime Suho. —Hizo una reverencia al ver que seguramente el otro era mayor que él —¿Vas en preparatoria?
—Sí, vengo al último año de preparatoria para prepararme bien entrar a la universidad de Seúl.
—¿Aquí también hay secundaria? —Preguntó Suho al ver pasar chicos un tanto más pequeños que él en cuestión de estatura y de rostro.
—Sí, por lo que veo hay secundaria y preparatoria. Gran escuela, ¿no?
Suho asintió y volteó para su lado izquierdo, donde se encontró a Lay pasando junto a él, hablando con dos chicas lindas sin percatarse de la presencia de Junmyeon.
<<Tremendo idiota…>> Viró los ojos <<Pero, espera. ¡¿Acaso tengo celos?! ¡Pero si el otro día él me había dicho que nunca me había olvidado, y aquí viene con esas putas feas!>> Se enojó internamente, produciendo miedo en Yifan.
—Da fack? Voy… voy a buscar mi salón. —Se alejó temeroso dando pequeños pasos hacia atrás, captando la atención de Suho.
Kris llegó a su salón. Suspiró porque había llegado un minuto antes de que llegara el profesor que impartiría la materia. Se sentó al lado de otro chico y sacó su agenda.
—Pss, ese lugar está ocupado.
—Me importa un bledo. —Contestó cortésmente Kris, produciendo irritación en Luhan.
—Me importa que te importe un bledo. Quítese. Allí va mi novio.
—Tsk. —Kris rodó los ojos y se movió un lugar atrás.
El profesor había comenzado a hablar y justamente cuando iba a sacar la tiza para anotar en la pizarra, Minseok llegó.
—¡Minseok~! Aquí a mi lado… —Luhan le habló, pero el otro le ignoró, sentándose junto a Kris.
Justo cuando el profesor se retiró, Kris bufó enojado. Había repasado ese tema que recién había acabado de explicar el profesor un millón de veces antes, pero nunca entendió bien. Necesitaría a alguien para que le explicase, pero nadie se ofrecía a ayudar a Krisus, su Krisus. <<¿Tendré que preguntar yo por ayuda, entonces?>>.
Cuando Yifan se encontraba perdido en sus pensamientos, el siguiente profesor entró, a lo que varios de sus compañeros de esa clase, también entraron.
—¡Días! Esta clase que impartiré yo, se trata de cálculo matemático avanzado. Aquí verán que entrarán otros chicos de otros grupos e incluso de secundaria que son realmente buenos en esto. Siéntense —Culminó el profesor sonriente y todos los presentes fueron a buscar un lugar.
<<Uh, esa chica tiene buen trasero… Espera, ¡es un chico! Ah, aun así yo le doy>> Pensó Kris al ver a Baekhyun a lo lejos. Casi se lo comía con la mirada, pero el deseo se terminó al ver que justo detrás de él estaba… ¿Tao?
<<WAT?! Oh, cierto, que él es bueno en matemática. Escóndete, Kris, escóndete. ¡Capa de invisibilidad!>> Pensó él mientras se hundía cada vez más en su asiento, tratando de que Tao no lo viese. En ese momento, Kris giró su mirada a otro lugar, pero eso le costó tener contacto visual con Jongdae.
<<Jeje, mierda. ¿Acaso es el día de joder a Kris?>> Sus pensamientos lo taladraron, pero el profesor lo salvó iniciando la clase. Cosa que después Kris tuvo que abandonar, pues no era la clase que le correspondía.
—¿Q-Qué demonios? ¡¿K-Kai?! —Kyungsoo había sido transferido del instituto de Bucheon al de Seúl por excelentes calificaciones. A lo que llegó a la escuela de Jongin, cosa que su ex novio le había contado que asistía a ese colegio anteriormente, pero no lo había recordado.
Jongin hablaba vivazmente junto a un chico de apariencia desconocida para Kyungsoo. <<Este tipo siempre queriendo andar de perra. Agh, te amodio… No, te odio. No, te amo… Agh.>> Viró sus ojos y se encaminó con su nuevo amigo Baekhyun y su plática interminable e irritante.
—¡Y te digo más! Di mi primer beso a los cinco años y fue con él. ¿Lo crees? ¡Es como un romántico cuento de hadas! ¿Tú ya tuviste tu primer beso?
—¿Eh? Eh, sí… —Paró en seco al ver que Yongguk, su antiguo pretendiente se acercaba hacia él aparentemente enojado.
—¡Do Kyungsoo! —Yongguk gritó, provocando que Jongin voltease y se fijara en él.
—Eh… Baekhyun… Tengo que… Ir al baño. Esto estreñido, me tengo que ir. ¡N-Nos vemos Baekkie! —Huyó.
Baekhyun lo miró confundido, pero su ceño se ablandó al ver que Chanyeol se acercaba a paso lento hacia él.
Cuando el menor llegó, ya no vio a nada ni a nadie, incluso ignoró todo a su alrededor. Ignoró cómo Tao jalaba el brazo de Sehun para seguir caminando; cómo Kris intentaba caminar más rápido emitiendo a Jongdae; cómo Junmyeon seguía comiéndose con la mirada a Lay al ver que todavía seguía con las chicas de la mañana; cómo Minseok se enojaba cada vez más apretando sus puños en ambas manos al tener a Luhan detrás de él rogándole para que volvieran, para que luego de un rato, el mayor le diese un golpe fuerte en su bonito rostro. Bueno, lo último sí lo percató. Ouch.
Todos tenían peleas, incluso el ChanBaek.
—Yeol, te amo. —Empezó Baekhyun.
—Yo te amo más.
—No, yo más.
—Que no. Yo.
—¡Yo!
—¡Yo, Baekhyun!
—Noooo, yoooo. —Escandalizó Baekhyun.
—No importa que llores, yo te amo más.
—YO.
—¡QUE YO, MIERDA!
—NO ME GRITES.
—CÁLLATE.
—CÁLLATE TÚ.
—CÁLLATE TÚ PRIMERO.
—NO.
—PUES NO TE CALLES, TE SIGO AMANDO MÁS. —Chanyeol gritó más fuerte.
—WAAAA, TE ODIO.
—¡TE ODIO MÁS!
Y las peleas continuarán…