Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

NO PUEDO Y NO QUIERO OLVIDARTE... por karimYS

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Mil disculpas por la demora de la actualizacion!!! lo siento en verdad... pero estaba preparando todo para ir a ver a Hyun Joong, en su ultimo concierto!!! so cute!! <3

Gracias por los Reviews!!! Espero muchos mas!!!

Saludos verdosos!!!!

CAPITULO IX

Hace 5 años… 2012

FRANCIA, PARIS

[Jae Jong]

Seung Jo:: ¿Qué te parece este cuadro, mi vida?, ¿Te gusta? – La bella sonrisa que resplandecía en él, ahora sería mía, solamente mía. Aquellas palabras resonaban fuertemente en mi cabeza. ¿Quién podría quitármelas? ¿Quién sería capaz de arrebatármelas? ¿Quién sería el cruel humano capaz de aquello? Mía… Sólo mía.

-  Sí, mi vida. Te quedo muy bien. ¿Eh?, pero de seguro te tomó mucho tiempo hacerla. Cariño, recuerda que debes descansar. Aún no te recuperas del todo de la operación, por favor  ¡Tienes que cuidarte más! – rezongaba a mi bello esposo.

-  ¡Por supuesto que lo hago! – Asentía dudoso al responderme. -  Claro que me cuido… además sólo la acabé en una sola noche. – el suspiro que emanaba de sus labios me tendían una trampa entre lo real y lo no real de este mundo. Amaba ese rostro. ¡Dios, cuánto lo amaba! - Ese rostro en mis sueños. No, no puedo describirlo muy bien. Yo-yo solo lo pinté. –  suspiraba mi adorado esposo.

-  Pero mi vida, no hay ningún rostro. ¿No lo pudiste imaginar? – Preguntaba mientras podía observar de cerca la asombrosa imagen. Que describía perfectamente el descenso de un ángel hacia lo más indómito. Lo conocido por nosotros como tierra o más dantesco; como infierno. Las suaves plumas que desprendían de aquella ala desplegada, como bienvenida hacia el nuevo infierno. Más allá de ello, se veía lo que representaba la tierra, un sombrío paisaje adornado de calaveras sucias y destrozadas por el tiempo. El detalle que resaltaba más de toda aquella maravilla, era el ala rota que tenía dicho ángel. Aún desconocía el motivo de esa ala. – Cariño, ¿me escuchaste?

 -  Supongo que, tu rostro encajaría en él – respondía.

 -  ¡Te amo! Nunca, pero nunca lo olvides… ¡Haría cualquier cosa por tenerte a mi lado! Cualquier cosa… No lo olvides… - la posesividad con la que lo había mencionado mantuvo a mi adorado esposo en dubitativa expresión.

 -  Lo sé – respondía con simpleza. – Aunque, sonaste algo posesivo. – Bella sonrisa, adorado tormento. Sin haberlo imaginado en toda aquella, que se conocía como ‘Mi’ vida. Nunca habría podido tan solo imaginar el lograr ser tan feliz como ahora lo era. Y para culmino de tan dicha declaración, una guerra de cosquillas se había desatado.

 -  ¡Ya basta…! Seung Jo – había intentado sin éxito soltarme de su agarre. - Me voy orinar… sueltam… jajaja – sus labios… sus labios. Los más bellos de mi mundo. Acaso ¿Habría algo más bello que ellos? Sinceramente. Lo dudaba. Me habían besado… Él me había besado.  No había tenido la necesidad de robárselo. Él lo había hecho. ¡Dios! ¡Era tan feliz!

El suave e intenso beso nos había consumido más de lo que hubiéramos imaginado. Era hermosa la sensación que tenía.

Seung Jo era mi esposo ahora.

Lo sería hasta el día en que muera.

Así sería.

Nadie lo cambiaría.

De eso yo, me encargaría.

-  ¡¿Qué?! ¿Acaso no te gustó? – Deseaba vivir de aquella manera. Por siempre… - Dime ¿Te gustó? O quieres acaso que lo intente de nuevo… -

-  ¡No!, no  me gusto, por favor.  Inténtalo una vez más…

 

[Young Saeng]

 ********¡Ahí! Por-fa…vor… más – más p-por fa – ahh ahh vor… más rápido, más – ah ngh ngh ngh… ¡Mi vida! ¡Eres maravilloso! ¡¿Cómo puedes hacer eso?! Ah ah ah ¡hazlo otra vez! ¡Por favor! Puedo sentirte, mi amor… Hyun más por favor…********

Respiración más de la normal, sudor frio y abundante, mejillas pigmentadas en color bermellón. Al menos aquello lo suponía. La hesitación recaída en aquel momento sobre mi pecho, demostraba que aquel sueño no era para nada frecuente.

¿Quién era? ¿Cómo se llamaba? ¿Porque sentía sus caricias tan profundas? El color de sus cabellos, de sus labios. Color profundo de ojos pardos.

¿Hyun? Así lo habría llamado. ¿Quién era?

¿Qué rayos había soñado?

Junto aquellos sueños me acompañaban extraños malestares. Cada mañana las mismas arcadas, que en algunas ocasiones de ellas se habían convertido en vómitos. Realmente desconocía que era lo que sucedía a mi cuerpo.

Había tratado de alimentarme lo más sano posible, evitando todo tipo de comidas grasosas, o cualquier otra que pudiera producirme alguna acidez, pero los vómitos aún estaban presente.

Si algo debía rescatar era la preocupación que mi madre había tenido conmigo.

¡Dios! Ni siquiera las dietas habían funcionado.

La necesidad de visitar un doctor era muy necesaria. Los odiaba eso no lo negaba pero debía visitarlos. El abultamiento de mi abdomen no debía ser normal.

No  tenía  otra salida…

Ejercicios 30 minutos.

¡Debes cuidarte más!

¡No levantes pesas!

¡Intenta comer una ración más!

¿Acaso mi madre no lo notaba? Lo mismo de siempre. El resultado de siempre. O era un paciente en etapa terminal o uno que estaba embarazado. Hilarante situación.

Y como en cada rutina que había adoptado desde que había ‘recuperado’ mi vida, Jung Min siempre había estado presente. La extraña y emotiva confesión aún rondaban en mi cabeza.

Dulces palabras.

 

FLASHBACK

Sumergido en un mar de pensamientos, dudas sin aclarar, personajes que conocer. No entendía nada. Me habían presentado a algunos familiares que eran parte de mi vida, no los recordaba, eso me causaba muchísima lastima, sabía que los amaba y ellos a mí. Pero a pesar de ello no podía recordarlos.

Era muy confuso para mí. Aún lo era.

Todo ello me perturbaba y no había pasado mucho tiempo de ello.

-  ¡Demonios! ¿Quién podrá ser a esta hora? – Había sido interrumpido abruptamente por el sonido de alguien llamando. Aunque, había sentido un extraño Deja-vu. Alguien tocaba de aquella manera. - ¡Que desesperante! Ya voy. -  Debía abrir la puerta. Sabía que tenía que hacerlo. Tenía mucho miedo. Quería verlo. ¡Quería verlo! – Jung Min… - Acaso ¿Estaba esperando a otra persona? No lo sabía.

Delicada sonrisa, respiración agitada. Cabellos revueltos, Jung Min era demasiado lindo. Alguien quién alegraba mi vida. 

-  ¿Jung Min?¿ ¿Qué haces aqu… - No había terminado de preguntar cuando aquellos bellos labios de color melón había sido depositados sobre los míos, danzaban de una forma brusca pero apasionante. Brazos presionando mi cuerpo contra la pared, sujetados fijamente a mi cintura, no querían ni pensaban liberarse de mi cuerpo. Y sólo una pregunta daba vueltas en mí. ¿Por qué estaba haciéndome esto?

 Sentía muchísimo calor. ¿Debía o no corresponder al beso?

Era demasiado asfixiante y pasional. Sentía ganas de más, ¡Quería más! Mi cuerpo lo pedía. Como iba a negarle algo así.

JM:: Saengie, la única razón por la que regrese desde Francia es p-por porque… - Luego de casi haber devorado mis labios, comentó. - ¡¡¡¡TE AMO!!!! Siempre lo he hecho, a pesar que sólo seamos amigos. Y-yo quiero que seamos algo más que simples amigos. Quiero estar contigo… -  observaba cada débil y perturbado movimiento de él. Estaba nervioso.  - …Y-yo quiero, quiero que seamos n-novios…

FIN DEL FLASHBACK

 Desde aquel momento no había dejado de cuidarme, de consentirme.

Sentía que más que robarme un beso, había robado mi corazón.

Aunque ahora los besos estaban presentes sólo en mis mejillas y en mi frente.

No era el amor tan pasional que esperaba.

 

[Hyung Jun]

¡Estúpido y tonto verano! ¡Lo detestaba! ¿Qué día era?

¡Cómo podría haberlo olvidado!

Mi madre había estado más que dispuesta en que Jung Min se convierta en el padre del hijo que esperaba mi hermano. Es más lo había hecho ya.

Oficialmente eran novios.

Oficialmente mi primer amor había  muerto.

Envidiaba  tanto la suerte de mi hermano.

SRA HEO:: ¿Junnie? ¿Dónde estás?... hijo -  ¡Gracias madre! Te adoro. Quizás si Minnie, hubiera regresado dentro de algunos años, ¿Quién sabría? Hubiera podido haberlo conquistado… pero ahora era imposible… Mucho menos con lo que había pasado con Saengie.

-  ¡Aquí! Mamá… estoy frente a los lácteos… - ¿Lo habrá hecho? Ya se habría confesado… y… ¿Qué habrá respondido mi hermano?

Deseaba inmensamente que lo hubiera podido rechazar. Era demasiado egoísta. Lo amaba.  ¿Qué podía hacer?

Amar no era un pecado.

Claro que no lo era.

No decirlo era un pecado.

SRA HEO:: Junnie, hijo – alcanzaba a decirme – ¿Sabes…?  Hace mucho que no hablamos entre tú y yo. Es decir no hemos tenido una conversación entre madre e hijo… ¿te gustaría aprovechar este tiempo que estamos aquí para hacerlo?

 

-  ¿Sobre qué quieres que hablemos? Mamá, - ¡No! Pero… ¿Qué podía hacer…?

 

SRA HEO:: Entonces, ¿No tienes problemas con lo que pueda preguntarte? – Mamá me había observado con una tímida sonrisa. –

-  Supongo que, no. – había respondido de la misma manera, casi sin interés..

-  A ver. Por ejemplo. Nunca me has hablado sobre algún novio o chico que te guste. Dime Junnie.  ¿Hay alguno? – ¿Alguno? Por supuesto. Pero no es para mí.

 

-  Bueno, mamá, por este momento no lo hay, es decir no me he enamorado aún… y-yo no me he fijado en ninguno -  ¿Qué estaba haciendo? Aunque era  mejor así. Ella no tenía por qué  saberlo.

 

SRA HEO:: Interesante. A pesar que eres un jovencito muy bello, déjame decirte. Y ¿Acaso no hay nadie quien te guste? – Decía, mientras brindaba unas suaves caricias - Seguramente a alguien debes gustarle, sólo que aún no se te ha confesado. Mis dos hijos son hermosos y muy buenos hijos, nunca me han dado problemas, siempre han sabido comportarse muy bien. -  Debía aceptarlo aquello me había dejado más que consternado. Es decir, no era verdad.

 

-  ¿Acaso olvidaste lo de Saengie??  - Habíamos decidido borrar todo rastro de Hyunnie, pero sólo por el bienestar de Saengie. Pero lo estábamos haciendo demasiado bien diría yo. El menor de sus hijos era un vulgar un amante. Y Saengie… Saengie… había a mamá muchos dolores de cabeza antes de casarse con Hyun. ¿Buenos hijos? Quedábamos muy lejos de ello.

 

SRA HEO::  ¡No, Junnie!,  ¡No lo he olvidado! Es sólo que ahora. – meditaba un momento. - Ahora comprendo un poco más a mi hijo. Todo  aquello que hizo. Lo hizo – suspiraba quedamente. - Lo hizo por amor… un amor que no supe entender en ese momento. Si  tan sólo lo hubiera hecho, mi hijo no estaría pasando por todo esto.

 

Siempre escuchaba a mamá echarse la culpa de todo lo sucedido.

Sentía lástima por ella. No  creo que hubiera sido una mala persona, o que todo aquello lo hubiera hecho por que nos quisiera lastimar.

Ella sólo, buscaba como cuidarnos… como no pudiéramos salir lastimados.

Huyn… lamentaba todo lo que hubiera pasado contigo. Lo sentía por él y por mi hermano. Su historia no fue lo que hubieran esperado. Al final yo habré estado en la misma situación.

 

[Jung Min]

 

¿Por qué?

 Aquella pregunta había rondado mi cabeza los últimos días. No sentía  lo mismo por Saeng. Él era mío. Podía estar con él las veces que quisiera pero, simplemente no… no podía.

Ni siquiera había sido capaz de volver a besarlo en los labios desde aquel día.

FLASHBACK

¡Dios mío! Estaba tan ansioso… ¡Deseaba verlo, hablarle! Decirle lo que había guardado mi corazón por todo este tiempo. Ya hubo una vez en que le había  declarado mi amor,  pero con lo del accidente él lo había olvidado todo. Me sentía como aquella vez, nervioso.

Su rostro…

Su rostro llegaba a mi como una de las maravillosa epifanía que pudiera tener cualquier vidente en este mundo. Apetitoso, desbordante, tímido, insinuante. Todo ello era Saengie.

Aún lo recordaba, sentado encima mío, con brazos delgados y suaves apoyados sobre mi pecho, el cual convulsionaba por los furiosos latidos que emitía mi corazón.

Su  sonrisa.

¡Maldición! Tan sexy.

Solo ello debía permitírseme en mi cabeza, no debía caber ninguna duda acerca del amor que sentía hacia él.

¡Sería su esposo! No debía pensar en Hyung Jun en un momento así.

Estaba inseguro.

 Besaría a Saeng, y así podría disipar todas aquellas dudas.

Era imposible que pudiera empezarme a gustar Junnie.

¡Nunca!

¡Estúpidos nervios  que no se iban!

Tía Yu Hui me había asegurado que no habría nadie, que sólo Saengie se quedaría a descansar, intentaría no se tan brusco con él. Estaba embarazado.

Al fin se lo diría.

Al fin lo tendría.

Frustración, enojo.

Dolor.

Era demasiado sencillo y,

¿Por qué no podía? Era sólo un estúpido timbre.

Debía presionarlo y ya.

-  ¡Tócalo Jung Min! – Me alentaba mentalmente.

¡Presiónalo Jung Min y, habremos tocado el cielo!

Y.

Y si ¿No me aceptaba?... m-mejor no… No… ¡No podía!

Sus ojos nuevamente, cuando ya había decidido que aún no era el momento. Ellos venían nuevamente a mí cabeza.

¿Por qué el estúpido rostro de Hyung Jun aparecía?

¡No! ¡No! ¡No! ¡No lo acepto! Había decidido presionar aquel estúpido timbre. La insiste presión que ejercía mi mano al tocarlo incesantemente…

¡No podía ser! ¡Yo amaba a Saengie!

¿Verdad?

Ángel caído del cielo. Divinidad personificada en un ser humano, ¡Oh Dios! ¿Podría haber algo más bello que él? 

Su rostro  era  tan… tan bello.

No resistía. Ya no podía. De un momento a otro me encontraba sobre él. Robándole  un maravilloso y ansiado beso, lo había soñado por tanto tiempo. No lo negaba. No podría.

¡Dios santo! ¡Al fin! Sus labios eran míos…

Eran totalmente ¿maravillosos?

Algo andaba mal.

No era lo que esperaba.

P-pero ¿Qué sucedía? Lo había soñado e imaginado. Pero no… se parecía en nada a lo imaginado.

¿Por qué? Tranquilo Jung Min… era sólo la conmoción. Debes intentar con lo demás. Ahí podrás darte cuenta de que nunca podrías dejarlo de amar.  

Díselo Jung Min…

-  Saengie, la única razón por la que regrese desde Francia es p-por porque… - levantaba el rostro lentamente al decirle aquellas palabras, y de nuevo. ¡Aquél rostro! El rostro de Hyung Jun, gimiendo incansablemente ante mi expresión de deseo. ¡¿QUÉ RAYOS ESTABAS RECORDANDO JUNG MIN?! Me gritaba mentalmente. ¿CÓMO PODRIAS HABER RECORDADO ESO EN UN MOMENTO COMO ÉSTE? ¡TE ENCUENTRAS FRENTE A SAENGIE…! ¡LA PERSONA QUE AMADO EN TU PUTA VIDA ¡DÍSELO YA! -  ¡Te amo! Siempre lo he hecho, a pesar que sólo somos amigos, y-yo quiero que seamos algo más que simples amigos. - ¡Bien! Se lo habías dicho.  ¡Al fin se lo dijiste! ¡Rayos! La próxima vez que vea a Hyung Jun, taparé su estúpido rostro con una bolsa de papel. ¿Por qué no podía dejar de recordarlo? Jung Min, debe creer que eres un tonto. Y ¿Ahora que debía decirle? Confesarle todo lo que sentía por él. Debía decirle lo que sentía. Decirle que siempre quise que fuera mi novio, mi esposo, el amigo cariñoso, el amante recurrente, la adoración eterna de mi vida. Eso y mucho más. – Quiero estar contigo… y-yo quiero que seamos n-novios…

Debes ser único en el mundo Jung Min, declarándote a la persona que amas mientras recordabas tus noches de placer junto a tu amante, y era demasiado hilarante, digno de una comedia de teatro, drama peculiar sacado de cualquier guión de película.

Resultaba ser tu cuñado.

FIN DEL FLASHBACK

 

[Hyung Jun]

¡Oh por Dios!

No.

No. No.

No. No. No. Y miles de veces ¡No!

No me hagas esto por favor. S-sólo… sólo tenía 16 años.

¡Rayos! ¿Y ahora? ¿Qué iba hacer?

Había pasado casi la mitad del día pensando que debía hacer. Con dos pruebas de embarazo sostenidas en mis manos.

No me había sentido muy bien estos días. Además de recordar las veces en que Minnie no había usado protección.

No quería hacerlas, pero no solo podía evadir mis responsabilidades, había concebido vida. De la persona que más amaba.

Mis temores se habían convertido realidad.

¿Tener un hijo? ¿Un bebé? ¿Qué necesitaba? ¿Comían? ¿Cómo se cuidaba de alguno?

Aún en lo más fondo de mí, era como si lo habría deseado. ¿Acaso estaba esperando que pasara esto?

¿Debía decirle? ¿Cómo debía decirle? ¿Debía preparar algo romántico?

O quizás ¿no? ¡Rayos! ¡No sabía que hacer!

Pronto se daría cuenta. Sería aún más complicado que no se lo dijera.

Lo tenía. ¡Mejor no se lo diría! D-después de todo... Encontraría la forma de deshacerme de él... pero... ¿Y si se lo decía y él cancelaría el compromiso con Saengie?

¿P-podría ser posible?

¡Sth! Minnie nunca haría algo así y menos por mí. De tan sólo recordar cómo me arrojó fuera de su habitación la última vez que estuvimos juntos.

 

FLASHBACK

-  ¡Ahí! ¡M- má-más! Por favor... hazlo más rápido...

 JM:: ¡Sostén, ah! Un momento tu pierna, para poder entrar mejor ¡ngh! ¡ngh!, falta poco para venirme…

 

Nuestras bocas se había unido en un sinnúmero de besos apasionados, las primeras veces Minnie no me besaba, siempre decía que él sólo podía besar al amor de su vida. Que obviamente no era yo, pero las últimas veces lo había logrado. Era demasiado extraño.

Días después de la flagrante confesión que le había hecho a mi hermano… había decidido  besarme, quizás era solo mi imaginación. Había hasta lo imposible por conseguirlo, lo merecía.

Ciertas películas me  habían servido muchísimo en mi propósito. Sabía exactamente donde tocarlo, y cuando lo hacía perdía totalmente la razón, sus movimientos eran aún más frenéticos pero a la vez  también eran sensibles...

-  ¡Minnie, ah! ¿Ya-ya te has acostado con mi… hermano?  ¡ah! ¡ah! - no podía negarlo, sentía celos, rabia, frustración. De tan solo haberlo imaginado haciéndole lo mismo que a mí. ¡Sentía  mucha rabia! - Dime, ¿Ya lo hiciste con él? ¡ah! ¡ah! ¡ah!

 

JM:: ¿Porque habría de decírtelo? No tengo ninguna obligación en decirte... ¡¡¡Recuerda que sólo eres mi amante!!! - ¡¡Ah!! ¡¡Ah!! ¡Dios! Lo había hecho enojar, se encontraba penetrándome muy fuerte. Demasiado. En cualquier momento perdería el conocimiento.

 

-  ¡Ah! – soltaba un grito desesperado. - Y-ya  b-basta, ¡¡ah!!  ¡¡ah!! ¡¡¡Me e-estas lastimando, detente!!!  - veía mis ojos y luego su pene. El rostro que tenía era demasiado escalofriante. Así que apoyado con sus brazos sobre el respaldar sentía como de a poco iba retirando su pene, dolía muchísimo,  ¡Rayos! ¡Porque lo había hecho enojar!

Y sin más me había dejado tirado ahí, sobre la cama.

Para él no significaba algo más. Solo era un sucio trapo el cual usaba cuando quería, y lo arrojaba cuando ya no lo necesitaba.

 

JM:: ¡¿Si no te gusta la posición en la que te encuentras?! ¡Eres libre de dejar todo esto! ¡Y dejarme en paz! -  me veía demasiado serio para mi gusto. - ¡¿Me entendiste?!

 ¿Dejarlo?

Para él era muy sencillo, más para mí, no lo era.

¡¡No!! ¡¡No quería eso!! ¡¡No quería dejarlo!!

Con voz trémula y agiles manos intentaba seducirlo una vez más. Lo había logrado más de una vez. Estaba más que seguro que lo lograría.

Quería lamerlo, acariciarlo, devorarlo,  pero debía contenerme. Era hermoso más de lo que la palabra podría describirlo. Pero aquella vocecita que se encuentra arraigadamente sometida dentro de tu cabeza, me decía que debía controlarme. No debía marcarlo como mío.

Pero lo era, yo sabía que lo era.

Era mío. Así seria. No lo compartiría.

Con nadie.

Caricias desbordantes, murmullos bajos y calientes. Insinuaciones groseras, un sinfín de palabras y frases obscenas que había aprendido de mala manera, todas ellas depositadas en su ardiente oído.  

Solo tenía un objetivo, seducirlo nuevamente.

Aunque aquello distaba mucho de lo que pretendía. 

JM:: ¡Ya basta! ¿Dime zorrita, te gusta jugar a esto? – Había caído. Lo sabía por qué había girado a verme, y sostuvo mi mentón. – Dime, ¿Te gusta que te penetre tan fuerte, ah? ¿No es así? – sentía la fortísima presión. - ¡Responde! -

-  ¡Sí! – no ayudaba en nada que mi voz fuera débil y casi silenciosa.

- ¡¿Qué dijiste?! – aún más presión.

-  ¡SÍ! ¡Lo quiero! – la presión ya no se encontraba en mi mentón, ahora era en mi cuello. La razón, no había podido percatarme que se encontraba ahora ahorcándome. ¿Masoquismo? Cierto que lo era. Y aún así lo malditamente amaba. Suciamente enfermizo.

- Pues sabes que, es todo por hoy. Ahora ¡Vete!  - al menos podía respirar, pero debido al inquebrantable jalón que mi brazo había recibido no me permitido responder a su trato. Sabía que el momento en que Min se cansaba, era todo, no importaba si yo aún seguía con ganas de estar con él.

Era demasiado frustrante.

FIN DEL FLASHBACK

 

 No había podido darme cuenta de lo  mucho que añoraba tener una familia. Lo deseaba en verdad. Quizá el embarazo me obligaba a pensar en ello.

Primera cita.

Primer beso.

Cenas románticas.

Esposos cariñosos.

Deseaba tener tanto casarme. Y deseaba también el esperado primer hijo.

La emoción de ser padres primerizos. ¿Jung Min la sentiría?

Paseos y cenas familiares.

Nunca viviría aquello. 

 

FRANCIA, PARIS

[Seung Jo]

Campos abiertos.

Flores marchitas.

¿Alas rotas?

Miles de huesos desechados.

Todo ello en un fondo de azul cielo apocalíptico.

Muerte.

Sangre.

Tristeza.

Y de todo ello un ángel. Un hermoso ángel descendiendo presto a sumergirse dentro de toda aquella inmundicia.

Pero lo más resaltante de todo, el rostro del ángel.

Extrañamente incongruente. No podía verlo. Sentía que lo conocía, pero no lo recordaba.

Extraño, muy extraño.

Me gustaría poder encontrarlo al menos alguna vez. Poder admirar de cerca aquella desmesurada belleza.

Jae:: Amor, ¿Qué haces? – preguntaba Jae.

-  Nada, mi vida. Solo estaba terminado este cuadro. – soltaba la última pincelada. -  ¿Qué te parece? -  levantaba el marco para poder mostrárselo -  ¿Te gusta?

Jae:: ¡Es muy hermoso, cariño! – halagaba sosteniendo el marco entre sus bellas manos. - ¿No te parece, que yo sería un mejor modelo? – comentaba mientras intentaba  brindarme una posición realmente sugestiva.

-  Por supuesto, cariño. Eres lo más hermoso en toda mi vida. Ojala pudiera recordar todo antes del accidente. – Expresaba mientras podía cobijarlo entre mis abrazos. – Solo quisiera poder recordarlo.  – Acariciaba suavemente sus cabellos dorados. – En verdad no deseo cualquier otra cosa. - ¡Dios! ¡Cuanto lo amaba!

 

-  Es lo único que pido a diario. – Me había acostumbrado a las suaves caricias que me brindaba mi ahora esposo. – Prométeme que, siempre vas a quererme y que nunca desconfiaras de lo que diga. Necesito que lo prometas.  - ¡Dios! ¡Era demasiado bello! ¿Desconfiar de él? ¿Cómo podría? – Que a pesar de todo… – acentuaba aún más el abrazo que tenía sobre mí con sus delgados brazos. – Yo solo sé hacer una cosa... Y esa es.... – acercaba su rostro en busca de un beso. -  Sólo amarte.

Suave.

Caluroso.

Torturante y excitante a la vez.

Amar a una persona era algo perturbador, tiernamente seductor. El poder amar a una persona te convertía en una torpe enclenque marioneta de tan melosas palabras, suaves mimos y todo aquello perteneciente a ello.

Sádico.

Agradecer a Dios por haber sido víctima de aquel accidente. Solo de aquella manera se me había sido permitido el poder conocerlo. Jae me había explicado el motivo el cual me llevo a conocerlo.

Deseaba, no.

Anhelaba que el mundo solo fuera hecho para nosotros dos. Que solo existiéramos los dos. Y  que nadie interrumpiera este amor.

-  Te amo, Jae. -  besaba sus nudillos, en especial aquel en donde reposaba la alianza que me unía a él. – Y  lo haré por siempre, por sobre todas las cosas.

 

 

Notas finales:

Espero les haya gustado!! ya casi tengo listo el siguiente capitulo!!! Nos vemos!!!

Saludos verdosos!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).