Estaban todos viendo una película en su clase de literatura, ya que las clases habían terminado no había una razón contundente para que siguieran llendo a la escuela, pero al parecer a la dirección le molestaba que se vaciara los últimos días.
-amor- dijo una voz detrás de John.
-¿qué pasa?- se volteó y se encontró frente a frente con Alex.
-te amo- se acercó y le dio un beso de piquito en la boca, esto fue suficiente para poder sonrojar al azabache. Este le regresó el beso de la misma forma así logrando que los dos tuvieran un hermoso color rojo en la cara.
1963
-en serio amiga, te digo que no sé porqué sigues con ese hombre- comentaba una chica morena, su cabello obscuro estaba enredado en la parte superior de su cabeza de forma perfecta, al igual que el de Jane.
-no lo sé Lucille, supongo que aún lo amo- bajó la mirada hacia su taza de té, las dos se encontraban en la sala de la azabache esperando a que llegara su esposo.
-yo no lo podría soportar, digo, ¡el hombre te engaña en tu propia cama!-
-lo se- sus ojos se humedecieron un poco. Entonces, antes de que una solitaria lágrima pudiera salir de su ojo derecho se escuchó el sonido de la puerta del auto de su esposo en el estacionamiento.
-llegó- se levantó y se acercó a un pequeño espejo que había colgando en la pared. Se retocó un poco los labios y los ojos al igual que el cabello verificando que no hubiera nada fuera de su lugar.
La puerta principal se abrió y se encontró con su esposo, tenía puesta una gabardina color caqui y el traje debajo de esta, esos días el cielo estaba todo el tiempo nublado avisando de una enorme tormenta.
-me voy a mi estudio- sin decir más cerró la puerta, levantó la vista y se encontró con su esposa y con una mujer "negra" a su lado. -¿qué haces aquí?- le dijo a Lucille.
-vine a visitar a Jane-
-oh, por favor dime que no la dejaste usar nuestro baño-
-¡George!, ella no tiene ninguna enfermedad, eso de que los negros tienen enfermedades diferentes que nos podrían contagiar es incierto-
-demonios, lo tendré que cambiar, no te preocupes cariño, le haré un baño afuera para ella y los de su especie-
2014
-¡VACACIONES!- salían los chicos de los salones gritando. Las hojas de papel volaban de parte de ellos y de los maestros que gritaban. -¡nadie se fue a extraordinario!-
Sí, todos estaban felices. Todos menos una chica rubia que se encontraba observando a dos chicos muy melosos en los casilleros que habían al frente de el suyo.
-son un asco- decía para ella misma -merece a alguien mejor- comentó mientras observaba a Alex. Se acercó lentamente a los dos chicos y con la mano izquierda abrazó al castaño.
-hola Alex- con su dedo índice le hizo una linea que delineaba sus pectorales.
-Rosa- dijo sin mirarla, sus ojos estaban puestos en John, el cual prácticamente tenía dos pistolas en sus ojos las dos a punto de dispararle a la "bitch".
-¿me vas a extrañar?- la mano comenzó a bajar hasta llegar al cinturón de sus pantalones.
-suelta- trató de apartar su mano pero ella no la movió.
-te lo voy a decir una vez puta, quita tus asquerosas manos de mi novio- esta vez el azabache no se iba a controlar.
-wow, Alex, contrólale las palabras a tu puta, no quiero que llame la atención-
-de hecho, creo que la que no entiende eres tú- la apartó con un poco de más fuerza. -tengo novio, y no le seré infiel- sonrió y tomó a John de la mano caminando juntos hacia afuera de la escuela.
Lucille se encontraba en su casa cocinando algo para comer ese día, fue el momento en el que virtió la salsa en el pollo en el que el teléfono comenzó a sonar.
-¿diga?-
-¡Lucille!-
-¿Jane?, ¿qué pasa?-
-¡necesito ayuda!, ¡George está ebrio y tiene un arma!... oh no, creo que ahí viene- susurró. -rayos... George, no, por favor- entonces se escuchó un ruido seco parecido a un golpe, luego que algo caía al suelo.
Pronto la llamada se colgó.
Inmediatamente llamó al 911 que poco después de tomar los datos de la casa salieron en camino, al igual que ella.
La mujer corrió fuera de su casa hasta su auto, el cual le había regalado su mejor amiga Jane para su cumpleaños. Un hermoso Cadillac 62 convertible de color azul marino. Apretó el acelerador hasta el fondo causando que saliera tierra volando de la parte de las llantas.
Manejó a toda velocidad por las calles hasta que llegó a la zona suburbana donde vivía su amiga, las patrullas estaban aparcadas afuera con las sirenas encendidas.
Llegó una ambulancia pocos segundos después que ella, en el radio comenzó a sonar el hit de ese año "You dont own me" de Lesley Gore. Mientras escuchaba la canción en el auto, observaba como salía George esposado de las manos siendo empujado por los oficiales hacia la patrulla.
Los paramédicos salieron minutos después con una camilla, en esta había una bolsa negra.
-no, ¡no por favor!- salió del auto y corrió hacia donde estaban los paramédicos. -¡Jane!- gritaba a la bolsa negra.
Pocas horas después, se encontraba afuera de la morgue esperando a que la dejaran entrar para que alguien identificara el cuerpo. Pasó por las puertas de metal, en ese momento un olor a muerto impregnó el aire. La llevaron por largos pasillos hasta una puerta doble de metal, pasaron y la detuvieron al frente de una camilla.
-señora, esto tal vez la impresione- el doctor retiró la sábana mostrando a su mejor amiga, su peinado siempre perfecto se encontraba deshecho, y justo en su pecho había un hoyo pequeño pero muy profundo que era donde había entrado la bala.
-Jane- las lágrimas cayeron por sus ojos. Elevó la vista hacia los doctores y el oficial -¿puedo tener unos momentos a solas... por favor?-
-claro señora, la esperaremos afuera, tome el tiempo que necesite-
De su bolso tomó un cepillo, con este comenzó a peinarle el cabello negro, lo peinó como más le gustaba en esos años y luego sacó su pequeña caja de maquillaje. -no podemos dejar que más personas te vean así, ¿cierto?, es decir, revivirías y me golpearías si dejara que te vieran así- todo esto mientras lágrimas salían de sus ojos.
-listo, te ves guapísima amiga- cerró su pequeña caja de maquillaje y la guardó nuevamente en el bolso.
Al día siguiente estaba en su casa, justamente en su patio trasero.
-tu siempre lo amaste... en no lo merecía... ahora sufrirá hasta que aprenda como amar- hablaba con una foto en la que estaban ella y Jane sentadas en una banca de un parque.
-¡Es hora!- sus ojos se pusieron completamente blancos, mientras dos hombres tocaban instrumentos de percución a lo lejos de ella, esta hacía una danza extraña con muchos movimientos de manos y pies. Al frente de ella una pequeña vasija de barro comenzó a arder sin un solo indicio de calor en ese lugar.
-tu lo perderás todas las vidas que sean necesarias hasta que aprendas como amar- una foto de George comenzó a arder en el fuego -y tú, aprenderás a defenderte de todos y de todo, al igual que aprenderás que no necesitas de nadie mas para vivir feliz- una foto de Jane comenzó a incendiarse junto con la de su esposo.