Capitulo IV
Las frías noches de invierno siempre le habían dado miedo, el aire, la nieva y esa extraña sensación a nostalgia, aunque ella no estaba segura de lo que realmente sentía, nunca estaba segura de lo que sentía más bien era que nunca había sentido nada nunca solo ese día, ese día extrañaba lo que era ser pequeño aunque esto no había sido tan bueno ya que las cosas nunca habían sido fáciles, normalmente era difícil enfrentar a ese monstruo que era su madre y nunca lo había hecho solo ese día, por lo que extrañaba los regaños de su madre, pero el volver le aseguraría un gran castigo del que no estaba que sobreviviría.
Había caminado un par de kilómetros y sus piernas ya no daban más estaba completamente rendida sabía que en cualquier momento caería al suelo, la nieve la empezaba a cubrir, sentía un frio que penetraba hasta los huesos muy muy dentro de ella, había olvidado no que decía su madre no recordaba esas palabras que con tanta insistencia le hacía… ¿que era?
-Heeeey necesitas ayuda- una extraña silueta se acercaba, ella decidió seguir de frente no podía detenerse y menos ahora que había llegado tan lejos, por fin había tenido un poco de valor no podía desperdiciar el momento, tenía que seguir hasta llegar lejos donde nadie la reconociera, donde pudiera tener una vida tranquila elijada de todo ese mundo.
Tenía que recordar lo que su madre decía, sabía que era importante en este momento, por su salud y por la salud de los que la rodearan, tenía que buscar dentro de ella, porque ahí estaba solo que no sabía dónde, estaba nerviosa…
Voy por el camino que estuve contigo
Si por coincidencia tú me llegaras a encontrar
Ojala te arrepientas por haberme dejado
Existe una persona que solo me amara a mí
Todos dicen que me ven feliz
Porque tengo un mejor amor que tú, es algo bueno ellos dicen
Para esa persona, es algo que lamentara por siempre
...
Ella cantaba solo cuando se sentía nerviosa esa canción la hacía sentir mejor, canto con su corazón por varios minutos hasta que sin más cayó al suelo, inocente por el frio y el cansancio.
-Heeeeey Donde estas…. ¿Necesitas ayuda? Heeeeeey…..- fue lo último que escucho
La calidez de ese lugar era impresionante, esas sensaciones que nunca sintió pero sabía que tenían que estar por algún lado, que alguien las experimentaba, sentía envidia de ellos, pero ahora no ahora no sentía envidia de nadie ahora estaba feliz, ella podía experimentar sensaciones, y podía sentir. Lentamente comenzó a abrir los ojos de par en par, este no era el lugar donde quería estar, no le incomodaba en el más mínimo.
-Qué bueno que hayas deportado- esa voz ¿de quién era? La había escuchado antes pero no sabía en donde- te desmayaste por el cansancio-
-No-
-¿No?-
-No sé-
-¿Qué no sabes?-
-Que hago-
-¿Te sientes bien?- Chrona comenzó a buscar con desesperación a la voz, no podía hablar sola otra vez, mamá la engañaría de nuevo si se enteraba, no podía hablar sola tenía que hablar con alguien, izquierda, derecha y al frente ahí estaba el, un chico sonriente de cabello negro.
-¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo?-
-Tu-
-Me Llamo Kid ¿y tú?-
- Chrona-
-¿Quieres comer? He preparado algo de sopa de verduras para ti, debes comer bien sino nunca podrás seguir tu camino y menos aún con esta tormenta, por un momento creí que ibas a morir-
-Voy a morir-
Kid se puso blanco de la cabeza a los pies, esto no podía ser el tenía que hacer algo por esta chica, siempre mente no la podía dejar morir sola-¿Cuándo pasara?-
-Cuando regrese a casa-
-¿ibas hacia tu casa?-
-No-
-¿Entonces?-
-Yo… Huyo de mi mamá-
-¿Tu mamá?-
-Medusa-
-¿Así se llama tu mamá?-
-Si-
-Vaya sí que eres una persona de pocas palabras, eso me gusta…. Yo soy un poco hablador me vendría bien tu compañía-
-No-
-¿No qué?-
-Me voy-
-No espera tú no puedes irte debes de estar aquí hasta que te mejores-
-Pero tú empeoraras-
-¿Yo?-
-Si-
-No sé de qué estás hablando-
-Genial- y una sonrisa se esbozó en los labios delgados de Chrona que fue correspondida por una sonrisa de Kid.
La primavera, el verano y el otoño habían estado juntos, Kid trataba de no incomodar a Chrona así que no preguntaba mucho acerca de su familia, sabía que venía de lejos de un bosque, que su mamá era mala con ella y la castigaba, que tenía muchas hermanas, pero nada más cada que preguntaba algo nuevo Chrona comenzaba a ponerse nerviosa y cantaba, esa misma canción que el pelinegro disfrutaba escuchar, había algo en esa canción que lo hacía sentir bien.
Una tarde de Otoño en la que ambos se encontraban cenado la peli rosa decidió que era el momento de decir algunas cosas que tal vez no eran tan buena, Kid se recargo si barbilla en sus manos sobre la mesa esperando a que Chrona tuviera valor decir algo.
-Me tengo que ir…. Yo… no tengo nada…. Yo debo de irme con mamá… ella es buena y creo que nos… puede ayudar… no es mala… no puede ayudar…-
-¿Ayudar con qué?-
-Tu… maldición-
-¿Mi maldición?-
-nunca rescates a una bruja dijo mamá-
-¿Cual bruja?-
-Yo y mamá, y mis hermanas… nunca rescates a una… o la maldición te caerá… eso dijo mamá siempre… eso dijo ella y Chrona lo olvido…- dio un suspiro- si me voy y te quedas la maldicen caerá… tu estas condenado… y Chrona tiene que irse ya de lo contrario ambos… moriremos… tu y yo moriremos en invierno… cuando se cumpla un año... ire con mamá tu quédate aquí… tu no te vayas… Chrona volverá…-
Kid se quedó frio su padre le advirtió sobre las brujas, dijo que habían maldiciones en ellas que ni ellas mismas pueden controlar, dentro de ellas existe una maldad tan pura que ocasiona mal por doquier.
-Yo tengo que irme… Kid te quiero… Chrona cometió un… error- esa fue la última palabra que escucho de ella, después se escuchó la puerta y un silencio se hizo presente, no sabía que pensar, tres rayas blancas aparecieron en su cabello y fue así como cayó en un profundo sueño.